Limpiar sin contaminar: cuáles son las mejores bolsas para recoger los desechos de tu perro

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Si usamos bolsas plásticas para capturar los desechos de nuestras mascotas estaremos contaminando más que limpiando. Para evitarlo, aquí dejamos las mejores alternativas que existen, biodegradables y compostables, para no ca...stigar más al planeta.




Tener un perro implica muchísimas responsabilidades. Entre ellas una muy ingrata: ser su recolector oficial de cacas. Un título que probablemente jamás soñaste ni deseaste, pero que sin embargo se te concede en el minuto en que tu perro cruza el umbral de tu casa hacia el exterior. De hecho, aparece de forma explícita en el sitio gubernamental Registra Tu Mascota: “toda persona que tenga una mascota o animal de compañía le debe entregar alimentación, manejos sanitarios, recoger y eliminar las heces”.

Vivas en una casa con patio o en un departamento, sí o sí terminarás recogiendo heces. La diferencia son los tiempos: cuando tienes patio propio, si las cacas de tu perro se te quedan un par de días no es tan terrible, quizá solo hediondo. A varias personas se les olvida recogerlas y, cuando lo hacen, estas se ven como oscuras y rígidas figuras de cal.

En departamento la historia es distinta, porque la recolección implica rigurosidad: estés en tu terraza o en la calle, debes levantar las deposiciones y botarlas ojalá lo más rápido posible. Estos espacios se comparten, y por ende, debemos respetarlos. Sus heces, además de lanzar mal olor y atraer moscas, pueden propagar enfermedades como la tenia, la lombriz intestinal, la giardia y la E.coli, y hasta salmonella, por nombrar las más conocidas. Tal como cuidamos de nuestra higiene, debemos cuidar la de nuestro compañero peludo, quien merece vivir en un ambiente limpio e higiénico.

Como decíamos, la rigurosidad debe ser estricta porque la caca es mucha: se estima que 83 millones de perros domésticos en Estados Unidos producen unas 10,6 millones de toneladas de fecas cada año. En Chile, según un cálculo de una memoria publicada en 2014, se generaban más de 35 kilos diarios solo en las calles de Santiago. Imagínate ahora.

Seguramente, recoger la caca de tu mascota no es una de tus grandes prioridades de vida. Pero sí es importante hacerlo de la mejor manera posible, comenzando por la elección de bolsas de recolección. Al salir a pasear, como ley universal, siempre se debe estar acarreando estas bolsitas para así recoger de forma eficiente “los regalos” de nuestras mascotas. Poco se habla, eso sí, sobre los tipos de bolsas que existen en el mercado.

Ciro, mi perro, tiene una excelente digestión, por lo que cuando damos paseos en parques, su cargamento es embolsado y desechado en la basura de la forma convencional. Pero cuando lo hago siempre pienso en la cantidad de bolsas plásticas que se gastan en esta tarea. ¿Cómo puede ser que por limpiar un ambiente estemos contaminando más? Por suerte hoy existen mejores alternativas que una bolsa tradicional, por lo que aquí profundizaremos sobre su materialidades y las interesantes opciones a las que podemos optar en nuestro país.

Bolsas biodegradables

Por definición, un producto biodegradable es aquel capaz de descomponerse naturalmente, sin dañar el medio ambiente ni la necesidad de agregar productos químicos. En teoría, estos materiales desaparecerán completamente de la Tierra pasado un tiempo, haciéndose parte de la naturaleza.

Es un concepto que hemos visto plasmado en varios envases y productos durante los últimos años. Sin embargo, si estás optando por este tipo de bolsas para recoger las cacas de tu mascota, esta alternativa no es la más sustentable de todas. Si bien es mucho mejor que una bolsa de plástico, que puede tardar varios siglos en degradarse, un estudio de 2019 demostró que las bolsas marcadas como biodegradables se demoraron hasta tres años o más en descomponerse en la tierra o el agua.

Bolsas compostables

Tal como lo dice su nombre, estas bolsas son capaces de entrar en un proceso de compostaje: es decir, se degradan tal y como si fueran un desecho orgánico, enriqueciendo incluso el suelo con sus nutrientes.

Usualmente, están hechas de almidón vegetal y no contienen plástico, por lo que se disuelven mucho más rápido. En el mismo estudio citado antes, las bolsas compostables se demoraron tres meses en disolverse en agua. El gran inconveniente es el precio, ya que suelen tener un costo mucho más elevado en relación a las biodegradables o las plásticas tradicionales. Pero si lo comparamos, el costo del medioambiente es infinitamente menor en relación a las otras opciones.

Algo que destacan en el medio especializado Treehugger es que “todos los materiales compostables son obligatoriamente biodegradables –ya que pueden ser digeridos por microorganismos– pero no todo lo biodegradable se convertirá en un abono de buena calidad”.

Para asegurarte de que estas bolsas realmente sean compostables, existen certificaciones europeas emitidas por TÜV Austria-Vinçotte, principal agencia verificadora de ese continente:

  • OK Biodegradable: esta certificación determina el tiempo necesario para la biodegradación y qué entorno es necesario para ello: agua, aire o tierra.
  • OK Compost: este sello significa que el producto es compostable. Dentro de él hay dos categorías: OK Compost Home, que certifica que es posible hacer compost en casa; y OK Compost Industrial, con el cual se requiere una planta de compostaje industrial para conseguirlo.

Bolsas plásticas tradicionales (sin sello biodegradable)

Esta alternativa es una de las más usadas: aunque resulta la más cómoda y conveniente para el bolsillo, es la que más le puede costar al medioambiente. Un informe de la ONU sobre contaminación por plásticos, afirma que este material representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte que, para 2040, los volúmenes que fluirán hacia el mar se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. En simple: cerca de 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo. Disminuir su uso, es algo importante, por lo que optar por otras alternativas de bolsas es una acción a favor de la preservación de la tierra.

Bolsas de papel

Esta es otra alternativa, quizá no tan cómoda, pero que se usa bastante en el extranjero. Sin embargo, tampoco es lo más ecológico, ya que si bien el papel se degrada más fácil que el plástico, en hacerse una bolsa de este material se gasta mucha energía. Según una investigación en el Reino Unido, se necesita más de cuatro veces más energía para fabricar una bolsa de papel que para fabricar una bolsa de plástico.

En muchos casos las bolsas de papel son reutilizables: se pueden llevar las compras, guardar colaciones o alimentos, materiales o incluso envolver regalos. Pero si se usan para recoger caca, entonces sus múltiples vidas se reducen a una sola. Ahora bien, si tienes muchas de estas bolsas en casa y no las estás usando, ahí claramente es mejor que una de plástico. Solo hay que tener cuidado de que no se rompan ni humedezcan mientras recoges.

El obstáculo

Ya sabemos que lo ideal es optar por bolsas compostables y biodegradables, pero esta descomposición natural no sucederá solo al comprarlas. Para que se transformen en compost o se degraden, estas bolsas llenas de materia orgánica tienen que ser llevadas al contenedor correcto, algo que por el momento no se puede hacer con facilidad en Chile.

Si piensas en compostar tú mismo el excremento embolsado, no es un camino fácil. Los especialistas suelen recomendar el compost caliente, y mantener el contenedor lejos de tu casa, por lo que para hacerlo requieres de un gran espacio.

Otro punto a considerar es que el abono de los animales carnívoros no es igual al de los herbívoros, como las vacas o los caballos. Cuesta descomponerlo y atrae a otro tipos de gérmenes que pueden suponer un peligro para las personas.

“Si decides hacer abono de este modo, te recomendamos que utilices solo las cacas de tus propias mascotas: nunca sabes las enfermedades que otras mascotas pueden tener”, escriben en Edgar Cooper, empresa de comida natural para mascotas.

Pero como suele suceder, en otras partes del mundo ya han pensado en este problema. En Malvern, un pueblo de Inglaterra, el ingeniero Brian Harper construyó una máquina que convierte estos desechos en luz a biogas, alimentando así un farol de la localidad. “La luz de gas captura la imaginación de las personas y les muestra que la caca de perro tiene un valor”, explica en una entrevista con The Guardian. Calcula que 10 bolsitas encenderán la luz durante dos horas cada noche.

En resumen: si optamos por opciones compostables y biodegradables, y estas terminan en el basurero, el paquete finalizará su viaje en el vertedero, lugar en el que iniciará su proceso de descomposición. La diferencia, tomando en cuenta el estudio científico que mencionamos antes, es que la bolsa compostable se degradará antes que la biodegradable.

Algunas opciones recomendadas

Bolsas compostables SeComposta (120 unidades)

Las bolsas de SeComposta están fabricadas con almidones vegetales, no son tóxicas y cuentan con certificaciones de TÜV Austria Home Compost y Compostable [H]. Vienen 15 bolsitas de 23×33 cms por rollo, y la caja contiene 8 rollos. O sea, 120 bolsas compostables para que puedas recoger los desechos de tu mascota sin impactar el medioambiente. Precio de cada bolsa: 36 pesos.

Bolsas Secomposta

Bolsas para desechos de mascotas I Am Not Plastic (40 unidades)

La empresa I Am Not Plastic también tiene su alternativa de bolsas para caca de perro 100% compostable y libre de plástico. Vienen 40 bolsas de 23×33 cms, y aseguran que tienen “óptimas propiedades de aislamiento”. Precio de cada bolsa: 99 pesos.

I am not plastic para perros

Bolsas compostables MasCan (80 unidades)

Las bolsas sanitarias compostables de MasCan están fabricadas con fécula de maíz, por eso mismo son amarillas. Dicen ser ultra resistentes. Vienen diez bolsas por rollo y este pack incluye 8 rollos, por lo que serían 80 unidades por pack. Precio de cada bolsa: 69 pesos.

Bolsa de maíz

Bolsas compostables PetBags de PlantB (120 unidades)

La elaboración de estas bolsas es con almidón de maíz, el que por supuesto es 100% compostable y de origen vegetal. Además de usarlas para recoger las heces de tu mascota, pueden servir para otros usos, como la recolección de residuos orgánicos —restos de frutas o verduras, por ejemplo. En el pack vienen 8 rollos y en cada uno 15 bolsas. Por lo tanto, son 120 bolsas en total. Precio de cada bolsa: 58 pesos.

Petbags

Bolsas de papel compostables Pooch Paper (50 unidades)

Este es un invento que pasó por Shark Tank y triunfó: son hojas fabricadas con papel reciclado sin blanquear, obtenido de pulpa de madera blanda. Se elaboran con energía renovable, por lo que tendrían un proceso de fabricación sostenible, y el producto es 100% biodegradable y compostable. Tienen revestimiento resistente al aceite y a la grasa, lo que hace la diferencia con una bolsa de papel normal. De esta manera, el regalo de tu mascota permanece en el papel y no se queda en tus manos. Dicen que se degrada en 6 semanas. Vienen 50 hojas y miden 30x30 cm. Precio de cada una: 419 pesos (más costos de envío).

Pooch paper

Tus propias bolsas hechas de papel

Como mencionamos antes, si está en buen estado, el papel que tuvo ya una primera o segunda vida se puede utilizar como material de recolección fecal. En este >link< explican el paso a paso de cómo hacer un cambucho con el papel de diario. No es difícil pero hay riesgos de mancharse los dedos. Precio de cada bolsa: gratis.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 26 de febrero de 2023. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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