“Consumimos demasiado, acumulamos demasiado: ¡no hay necesidad de cambiar cada dos años de celular!”, dijo recientemente a La Tercera el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetski. Casi en paralelo, en una nota de Práctico, académicos nacionales hacían un llamado a optar por la reparación de los dispositivos antes de comprar uno nuevo, de manera de mitigar la huella de carbono digital y la chatarra tecnológica.
Dos posturas que parecen afines, y que corren juntas, en el intento de llamar a la consciencia por parte de usuarios y consumidores. ¿Hacia dónde corren? A juzgar por los datos, contra la corriente: se estima que el 90% de la población mundial posee al menos un smartphone, y la producción de estos crece anualmente. Quien más se está beneficiando de ello es Apple, dueña del icónico iPhone, un dispositivo cuyo precio, en sus versiones más recientes y de alta gama, se acerca cada vez más al millón de pesos. Una distancia que solo parece hacerlo más deseable.
Según un informe de Bankmycell, una de cada siete personas tiene un iPhone, y en 2022 sus usuarios activos llegaron a mil 265 millones en el mundo. Un estudio de Counterpoint Research, además, establece que entre los diez modelos de smartphones más vendidos durante el año pasado, ocho fueron diseñados por Apple.
Es de esperar, al menos, para amortiguar la decepción de los académicos y de Lipovetski, que los iPhone tengan una buena vida útil y que sus usuarios sean conscientes de sus cuidados. Sobre lo primero, Marlon Bugueño, ingeniero electrónico y representante de Mabu Store —una empresa con 11 años de experiencia en la reparación de equipos Apple—, dice que un teléfono Apple puede durar unos 3 o 4 años con un funcionamiento óptimo.
Sin embargo, si se bajan las pretensiones sobre el uso que se les quiere dar, y si se lo cuida bien, estos pueden ser útiles por varios años más: “algunos usuarios simplemente desean que los dispositivos sigan operativos para realizar y recibir llamadas. En este último escenario, hemos visto equipos con más de 10 años de antigüedad, como el iPhone 5 o el iPhone 5c”.
Luis Tapia, gerente general de MacTotal —servicio con 16 años de experiencia en reparación de iPhones y equipos Apple—, sostiene que hoy los usuarios tienen mayor conciencia que hace una década en lo que se refiere al uso de dispositivos móviles. “Esto se debe a que hay mayor información sobre cómo son fabricados, el origen y la escasez de sus materias primas”. Esto se traduce en más uso de fundas protectoras, mejores prácticas y cuidados.
Aunque los iPhone casi siempre se pueden reparar —dependiendo del problema que tenga—, la complejidad de este trabajo es también cada vez mayor. “Con cada nueva versión del iPhone se presentan mejoras y avances tecnológicos que incrementan la complejidad interna del dispositivo. Pueden incluir un mayor poder de procesamiento, cámaras más sofisticadas, sensores adicionales y cambios en el diseño físico o en el sistema operativo. Todos estos aspectos implican un mayor desafío en su reparación”, explica Bugueño.
Así las cosas, si eres usuario de iPhone, más te vale tener presente este listado de mitos y errores frecuentes, los cuales pueden dañar su vida útil y hacerte —todavía— más costosa tu experiencia Apple.
Errores frecuentes
1. Exponer el iPhone a líquidos
Tal como ocurre entre los usuarios de computadores Macbook, el derrame de líquidos —sea un vaso de agua, una cerveza, un café o voltear un florero— aparece como una de las principales causas de desperfectos técnicos de los iPhone.
“Es uno de los errores más perjudiciales. Incluso pequeñas cantidades de líquido pueden infiltrarse en el dispositivo y afectar los componentes internos. Esto puede resultar en fallas en el funcionamiento de la pantalla, problemas con el sistema de carga e, incluso en casos extremos, en la pérdida total del iPhone”, expone Marlon Bugueño.
También comenta que en el verano los casos relacionados a este problema aumentan exponencialmente, debido a que muchos usuarios y usuarias los sumergen en piscinas o en el mar para sacar fotografías.
Si bien es cierto que los iPhone cuentan con certificaciones de resistencia al agua y al polvo, estas suelen referirse principalmente a salpicaduras y no tanto al sumergimiento profundo ni prolongado.
“Por lo general su certificación es IP68, que en lo que refiere a agua ‘garantiza’ que el teléfono resistirá durante 30 minutos a 1,5 metros de profundidad. Sin embargo, la mayoría de fabricantes recomiendan no mojar el teléfono, porque ya sabes que la electrónica y el agua no se llevan nada bien”, afirma Luis Tapia.
Incluso dejar el dispositivo en el baño mientras se toma una ducha puede ser perjudicial para el teléfono a largo plazo, debido al óxido, sulfato y la corrosión que puede provocar la humedad en sus componentes. De hecho, Apple recomienda literalmente no sumergir el aparato en el agua ni exponerlo a duchas de vapor, saunas, o deportes acuáticos, entre otras situaciones.
En estos casos, acudir al arroz parece ser lo más cercano a una receta ancestral por estos días. Pero ojo: aunque puede funcionar, Luis Tapia dice que “con el paso del tiempo los restos de líquido o humedad empezarán a corroer los componentes provocando un mal funcionamiento”. Lo mejor, entonces, es acudir a un servicio técnico para que sequen toda humedad que quede remanente.
Si quieres conocer más respecto a la certificación de resistencia al agua y polvo de tu equipo, puedes revisarlas según cada modelo acá.
2. Ocupar cargadores alternativos y no certificados
Otra práctica común. Y muchas razones habrá para acudir a un cargador alternativo, partiendo por el precio, ostensiblemente más económico. Sin embargo, las consecuencias que puede traer esto reafirman el viejo dicho de que “lo barato sale caro”. “Van desde dañar la batería a la pérdida total del equipo”, asegura Tapia.
Por ello, el consejo es optar por los cargadores originales o, al menos, los certificados por Apple. Y cuida bien de ellos, por ejemplo no doblando, presionando ni menos generando nudos en el cable.
3. Cargar desde el USB del auto
Otro error frecuente. Utilizar el cargador USB del auto puede resultar muy práctico, sobre todo cuando, por el motivo que sea, urge tener batería. Pero esto puede significar un daño a la vida útil del dispositivo, al menos cuando el estándar del vehículo es USB 1.0 y 2.0.
¿Por qué? Porque estos proporcionan menos potencia (0,5 amperes) de la que un iPhone necesita para cargarse (2 a 3 amp). Esto provoca que el smartphone, en su proceso de carga, termine por consumir más energía de la que recibe.
Si necesitas cargar batería en el automóvil, lo mejor es contar con un cargador inalámbrico —certificado por Apple, claro—, aunque Bugueño dice que “la mejor opción es utilizar cargadores en el encendedor del vehículo”.
4. No mantener limpio el equipo
“Como con todos los artículos personales, se aconseja limpiar y desinfectar de forma periódica el equipo”, sostiene Luis Tapia. Y no se trata de mera manía, sino que la acumulación de suciedad, polvo y residuos puede realmente afectar el rendimiento y durabilidad de un iPhone.
“El polvo y la suciedad pueden obstruir los puertos de carga, los botones y las rejillas de ventilación, lo que causa problemas de conectividad y afecta el funcionamiento de los altavoces o micrófonos”, detalla Marlon Bugueño.
Lo recomendable, entonces, es limpiarlo al menos una vez a la semana. Para ello, debes preocuparte de desconectar el dispositivo de la corriente para evitar accidentes durante el proceso. Lo ideal es utilizar un paño de microfibra suave, sin pelusas, y evitar otras alternativas, sobre todo aquellas que son rugosas, ya que pueden rayar la pantalla del equipo.
Si es necesario utilizar líquido para eliminar suciedad, no hay que usar cualquiera: lo aconsejable es que sea alcohol isopropílico al 70% o con alcohol etílico al 75%, y que se aplique desde el paño y nunca directamente sobre el smartphone.
“Para sacar la mugre de los puertos, rejillas de micrófono y rejillas de los parlantes, se puede utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves o un cepillo de limpieza específico para dispositivos electrónicos, realizando movimientos suaves y cuidadosos para evitar dañar los componentes”, describe Bugueño.
Una vez limpio, asegúrate de que el iPhone esté completamente seco antes de encenderlo o cargarlo.
5. Creer que cargar el iPhone toda la noche afectará al equipo
Seguramente habrás leído, o te habrán advertido, sobre los supuestos efectos negativos que tendría dejar tu smartphone conectado a la corriente más del tiempo que necesita para cargar toda su batería. Por ejemplo, durante toda la noche. Y esto puede que sea cierto en el caso de algunos modelos y marcas, pero no en Apple, donde esto queda en la dimensión del mito.
“Esta es una creencia que tiene un buen número de usuarios”, dice Luis Tapia. Lo cierto es que dejar el iPhone enchufado toda la noche no daña al teléfono, aunque sí saldrá más cara la cuenta de la luz. “Cuando éste se carga al 100%, deja de recoger la electricidad que llega desde el cargador. Los teléfonos son inteligentes, sólo vuelven a activar la carga cuando el nivel de energía ha bajado, por lo que se puede dejar el teléfono enchufado y dormir tranquilo”, concluye el representante de MacTotal.
6. Es mejor cargar el iPhone sólo cuando la batería se agotó
Otro mito relacionado a la batería del iPhone. Hay quienes creen que lo mejor es agotar la carga por completo antes de recargar. “En realidad, los iPhones modernos utilizan baterías de iones de litio que se benefician de una carga regular. Es mejor cargar antes de que la batería se agote por completo para mantenerla en un nivel saludable”, asegura Bugueño.
De todos modos, de acuerdo al ingeniero electrónico es importante hacer una calibración de la batería cada cierto tiempo, lo que la mantendría saludable. El paso a paso de esto es el siguiente:
- Carga al 100% la batería.
- Utiliza el dispositivo hasta que la batería se agote por completo.
- Dale al iPhone unas 6 a 8 horas de descanso.
- Tras esto, vuelve a cargarlo al 100%.
- Enciéndelo, pulsando el botón de home junto al de encendido. Y voilá.
7. Cerrar aplicaciones en segundo plano mejora el rendimiento
Tercer mito de este listado. Por más que se diga que cerrar las aplicaciones que están en segundo plano ayudará a disminuir el consumo de batería y mejorar el rendimiento del smartphone, no será así. Al menos, no con un iPhone. “El sistema operativo de iOS está diseñado para administrar las aplicaciones en segundo plano de manera eficiente”, afirma Bugueño quien sostiene que esta práctica solo puede tener un efecto contraproducente: “Cerrar aplicaciones innecesariamente puede llevar a un mayor consumo de batería al reiniciarlas todo el tiempo”.
8. Utilizar aplicaciones de “limpieza” mejora el rendimiento
En la App Store puedes encontrar un montón de aplicaciones que prometen limpiar y acelerar el rendimiento del iPhone. Quizá hasta te han recomendado alguna. Sin embargo, suelen ser innecesarias e incluso pueden causar problemas en el dispositivo. “iOS es capaz de administrar la memoria y el rendimiento de manera automática”, asegura Bugueño, “por lo que no requiere de estas apps de limpieza”.
9. Guardar el iPhone en el bolsillo equivocado
Parece increíble, pero no son pocos los casos de dispositivos que se dañan irrecuperablemente porque sus propios usuarios se sentaron sobre ellos. Así lo asegura Luis Tapia. ¿Cómo pasa eso? Por la mala costumbre de guardarlo en el bolsillo trasero. El consejo es simple: evita los bolsillos de atrás y también aquellos muy apretados. La pantalla de tu iPhone lo agradecerá.
10. Exponer el iPhone a temperaturas extremas
“El uso de un dispositivo con iOS o iPadOS en condiciones de mucho calor puede acortar de forma permanente la duración de la batería”, dice Tapia. Esto es algo que también ocurre con los MacBook y con cualquier dispositivo electrónico, en realidad. De hecho, Apple aconseja guardar el iPhone en lugares donde la temperatura se mantenga entre -20 y 45 °C, un rango bastante amplio y que tampoco es tan difícil de mantener.
Si bien los dispositivos iOS tienen sistemas de protección integrados para evitar un sobrecalentamiento, lo recomendable es que evites exponer el dispositivo a situaciones como dejarlo adentro del auto en días de mucho calor, o a la luz solar directa por demasiadas horas. También los juegos que requieren de mucha potencia gráfica, las apps de realidad aumentada y otras prestaciones —como el GPS—, si se utilizan en exceso y en un ambiente caluroso, pueden afectar el funcionamiento de tu equipo.
La exposición al frío extremo, si bien afectará el funcionamiento del iPhone, será de forma temporal. No dañará de forma permanente su batería. Así que si trabajas en un frigorífico, no te preocupes.