La primera vez que conocí una tienda de ropa usada tenía ocho años y lo hice de la mano de mi abuelita Inés. A ella le gustaba entrar a una que estaba cerca de la plaza de Quintero y a la que íbamos luego de comprar en la carnicería y panadería del centro de la ciudad. En "la americana" —como le decía— ella se entretenía revisando minuciosamente cada falda, pañuelo y blusa que iba encontrando. "¡Qué tela más suave!", "¡Qué botones más hermosos!", "¡Esta mancha de fruta no saldrá con nada!", eran algunos de los comentarios que hacía mientras yo la seguía a cada rincón de la tienda.

Esa fascinación que tenía mi abuela por la ropa usada la heredé con creces. Desde la adolescencia hasta hoy he recorrido ferias libres de Santiago y regiones, tiendas de la calle Bandera, del persa Biobío y de algunos caracoles; y también he visitado barrios vintage de diferentes partes del mundo buscando esa prenda exclusiva y con historia. Un hobby que comparto con algunas amigas —dueñas de tiendas de ropa vintage y usada— que me han enseñado a seleccionar cada vez mejor.

El mercado de la ropa americana y europea en Chile tuvo su gran auge en la década de los ochenta. En ese tiempo las tiendas de ropa usada se convirtieron en una alternativa para los consumidores que buscaban precios bajos y marcas extranjeras que todavía no llegaban de manera masiva a nuestro país. Un nicho comercial que fue creciendo no solo en Santiago sino también en regiones, transformándose en la opción para adquirir prendas de calidad. Pero la importación de ropa china, la llegada de firmas internacionales y la proliferación de malls en todo el territorio nacional, generaron que este tipo de comercio decayera por varias décadas.

Sin embargo la ropa reciclada se ha convertido hoy en una opción sustentable para quienes han decidido reducir su huella de carbono y contribuir así con la protección del medioambiente.

"Los consumidores han cambiado su manera de ver la ropa de segunda mano, ya sea por querer comprar más a un precio menor que lo ofertado por el fast fashion, o porque no quieren consumir en el retail con tal de disminuir el consumo de materiales", señala Carolina Moya, creadora junto a Marcela Godoy del laboratorio de tendencias Stgo Slow.

Esta tendencia de vestirse sin contaminar motivó a la periodista María Victoria Zúñiga a abrir hace algunos meses la tienda Troca. "Me pareció que era un negocio muy apropiado para el momento actual del mundo. La basura textil acumula millones de toneladas a diario y esto sucede en gran parte debido al efecto de las marcas de fast fashion, que crean una falsa necesidad por tener algo nuevo. La textil es la segunda industria más contaminante del mundo, después de la del petróleo, y creo que con acciones sencillas pero efectivas —como cambiar la manera en que consumes ropa (y muchas otras cosas)—, se puede mitigar el gran daño ya hecho al planeta", comparte.

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Ilustración: César Mejías.[/caption]

Si eres de los que van a la ropa usada pero no saben escoger entre tantas opciones y se frustra, sigue este sencillo manual con los consejos de expertos.

Fíjese en las etiquetas

Sandra Contreras lleva más de nueve años vendiendo ropa vintage en su local del persa Biobío. Su especialidad son los vestidos y accesorios de los años 50, 60, 70 y 80, que muestra cada sábado y domingo a sus clientes o a quienes entran por curiosidad a "Baccarat".

Como experta en el arte de seleccionar ropa reciclada, Sandra sugiere leer siempre las etiquetas. "Si dice 'solo lino', 'solo gasa' o 'solo seda' es mil veces mejor que una que tenga porcentajes de esos materiales. También es importante fijarse en las tipografías de las etiquetas, pues mientras más curva y de menor tamaño sea la letra, más elegante es la falda o blusa. Y si además la prenda tiene una etiqueta extra de cartón que indique las características de su diseño, mucho mejor", detalla.

Paola Agulló, dueña de la tienda Nostalgic, señala que las etiquetas entregan pistas sobre la génesis de cada vestuario. "Hay que aprovechar que existe Google para averiguar más sobre los diseñadores y las épocas en que fueron confeccionadas las prendas. Así que si encuentra una polera de una banda de rock con una etiqueta de papel, cómprela porque es una prenda de colección de los 70", sugiere.

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Etiquetas de ropa.[/caption]

Aprenda a identificar las telas de buena calidad

"Después de la vista el tacto es otro de los sentidos básicos para adquirir ropa usada", dice con seguridad Andrea Hessing —dueña de la tienda Reciclage I Love— quien entrega algunos tips para identificar qué tipo de tela tiene en sus manos. "El poliéster tiende a ser más duro y silencioso, la seda cruje al apretarla y el lino tiene los hilos que sobresalen al pasarle la mano. Las telas tiesas y ásperas es mejor no comprarlas porque están quemadas".

Los puños, bastas y cuellos también entregan pistas de cuán usada está la ropa. "Esas partes de una prenda están en roce permanentemente y si manifiestan desgaste indica que la tela se ha dañado con el paso del tiempo", señalan Pamela Núñez y Anais Hoffer, creadoras de la feria Santiago Vintage Market.

Finalmente, una buena tela no debiera producir estática, ni engancharse con los dedos y menos encogerse.

Revise que la prenda esté en óptimo estado

Compruebe siempre que estén bien las costuras, la resistencia de los hilos y los cierres. Así lo sugiere Pamela Núñez quien señala que las terminaciones internas son muy importantes para saber si una prenda es de calidad. "Si la ropa tiene cortes en zig-zag o cierres de metal a un costado quiere decir que es anterior a los 60 ya que después de los 70 se comenzaron a usar en el centro. Las confecciones de los años 60 y 70 se hacían para durar más, entonces era difícil encontrar un poliéster en ropa de esa época…Antes se tomaba en cuenta la calidad más que la cantidad", dice.

Los básicos que debe comprar

Para Andrea lo mejor de la ropa usada es la calidad de las telas, los estampados y el diseño. "¡Nada mejor que un abrigo vintage ciento por ciento cachemira o un bello vestido de seda liso o estampado! Sin embargo, creo que la mejor prenda que se puede adquirir en la ropa usada es el jeans. Cualquiera sea su corte, el denim tiene un desgaste único y lleno de estilo", dice.

Los chalecos bordados o con lentejuela son el must de la ropa usada para Pamela quien asegura que estas prendas son el reflejo de un arduo trabajo de confección. "También compro chaquetas vintage porque son irrepetibles", señala.

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Marcas.[/caption]

Mientras más antiguo y original, más costoso

En Chile existe la creencia de que por ser usado tiene que ser barato. Lo cierto es que en otros países del mundo la ropa reciclada es muy costosa y es valorada por su conservación y exclusividad. "Están los que valoran lo que están comprando y aceptan los precios pero también los que creen que la ropa usada tiene que estar a precio regalado y eso es un error. Por ejemplo, la seda obviamente no va a costar lo mismo que una tela sintética. En eso hay que reeducar a la gente", dice Pamela.

Los valores de las prendas deben estar acorde con los años y la materialidad, sostiene Sandra. "Obviamente un vestido de lino de los 40 no puede costar lo mismo que un vestido de lino con otros componentes de los 90. Mientras más antiguo un vestuario más natural son sus componentes y su valor es por su conservación. Si encuentra ropa en excelentes condiciones de esas décadas, ¡Eureka, halló un tesoro!

Marcas que son un hallazgo

Si usted encuentra en una tienda de ropa usada firmas como Bongo, All That Jazz, Laura Ashley de los 80, Rocco Barroco, Gitano, CocaCola —que hizo una colaboración con Jordache—, Gloria Vanderbilt, Sergio Valente, Marlboro, Sasson, está frente a tesoros. Así lo cree Andrea Hessing quien señala que "todas son esas marcas se caracterizan por su calidad y buenos diseños y por haber sido un boom en los 80 y 90. Muchas de estas firmas todavía existen, pero cambiaron sus dueños o tuvieron que adaptarse a los tiempos".

¿Cómo quitarle el olor a usada?

Llevarla a la tintorería, envolverla en una bolsa y dejarla en el refrigerador toda la noche, ponerle bicarbonato, son algunos de los secretos más comunes para eliminar los malos olores de la ropa de segunda mano. Pamela agrega que le ha funcionado también ponerle talco a toda la prenda y dejarla ventilando. "Personalmente siempre lavo la ropa que compro en el programa 30º, centrifugado 800 y no he tenido problemas. Si la prenda es de seda la dejo secando en la sombra porque el sol quema la tela y destiñe los colores", dice.

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Instrucciones de lavado.[/caption]

Secretos de lavado

¿Cómo lavar los distintos tipos de tela para no dañarla? Es una de las preguntas más comunes que Andrea cree haber resuelto después de años seleccionando y lavando ropa para su tienda. Acá comparte alguno de sus secretos:

Denim

"Si lo lava en la máquina puede hacerlo con agua caliente o fría, con cualquier tipo de detergente y junto a la ropa del mismo color y peso. Si es muy exigente y no quiere lavarlo, plánchelo o póngalo en una bolsa en el congelador, así matará bacterias y olores".

Lana

"Lávela a mano con champú y luego bálsamo. Si su opción es la lavadora entonces haga un rollo con la prenda, métala en las mallas de lavado delicado y haga un nudo firme para que la prenda de lana no se mueva y pierda su forma. Luego deje secar sobre una superficie plana y de vidrio".

Lino

"Si la prenda no tiene forro y es de un diseño amplio, la puede lavar en lavado delicado y con agua fría; pero si tiene forro y muchas costuras, llévela a la tintorería para que no se encoja. Casi siempre las prendas que tienen forro como los abrigos, blazer y la de paño de lana deben mandarse a lavar".

Seda

"Lávela a mano, con agua fría y champú".

Cuero

"Le puede dar brillo y suavidad pasándole una crema de cuerpo básica, tipo emulsionado".

Sobre la autora:

Periodista de La Hora Mujeres y creadora de @megustalovintage.