Manual del poliamor: cómo vivir una relación poliamorosa sin dañar (ni terminar dañado)

poliamor
Ilustración: César Mejías.

Hay cada vez más formas de vivir el amor en sociedad. El poliamor es una de ellas y para lograr entender de qué se trata, y si puede ser una alternativa a la monogamia, es necesario hacerse algunas preguntas vitales y conocer cuáles son sus dinámicas.




“Soy poliamorosa”, me dijo mi amiga Carolina una tarde de invierno que disfrutábamos de un té y unos pastelitos caseros. Una confesión íntima que le agradecí porque sabía que era el resultado de un arduo trabajo de introspección en el que estaba hace meses producto de algunos fracasos amorosos que la habían dañado.

“Caí muchas veces en infidelidades, me resultaba fácil y atractiva, pero en el camino hice mucho daño. Sentía que tenía un problema, que algo venía fallado en mí de fábrica. Amé y me amaron mucho, pero algo muy profundo en mi guata o alma me decía que no era mi camino… ‘¿Por qué me sentía mal si miraba a otra persona?, ¿por qué me sentía incorrecta porque me gustaba más de alguien al mismo tiempo?’”, reflexionaba en voz alta.

Recuerdo que ese día vi a la Carito distinta, más resuelta y decidida a abrazar su naturaleza poliamorosa sin vergüenza y con ganas de aprender más sobre ella. Para su buena fortuna, semanas antes de nuestra junta, había conocido a un abogado con el que estaba comenzando una relación abierta. Con él duró un año, tiempo en que ambos construyeron una relación de poliamor con honestidad, confianza y mucho amor. "Gracias a esa experiencia ahora sé que no soy monógama y no pretendo serlo nuevamente", dice hoy.

Una relación poliamorosa es un camino incierto y caótico, pero también honesto y sincero. Así le he escuchado decir a mi amiga y a algunos expertos que han analizado los pros y contras de este fenómeno social. “Hay tantas maneras de llevarlo a la práctica como personas que lo practican”, dicen Franklin Veaux y Eve Rickert en su libro Más allá de la pareja. Guía práctica para el poliamor ético, en el que los autores, después de vivir el poliamor por más de cuarenta años, cuentan la experiencia de cientos de miembros de la comunidad poliamorosa de Norteamérica. “La monogamia nos dice qué podemos esperar. El poliamor, no. No hay modelos rígidos solo matices y tonos de gris. Eso es al mismo tiempo una bendición y una maldición. El poliamor considera que las relaciones son, ante todo, algo minuciosamente adaptado a las necesidades específicas de las personas involucradas. Al mismo tiempo no da un camino claro que seguir, no hay atajos hacia una ‘buena relación’. Abandonar los puntos de referencia de la monogamia puede dar miedo. Sin ellos ¿cómo sabremos qué hacer?”, reflexionan.

Para quienes viven en la monogamia, el poliamor es algo difícil de comprender. Les resulta chocante e irreal. Por eso la mayoría de las personas prefieren seguir creyendo en el amor romántico considerado como "el de verdad". Una manera de ver las relaciones tan arraigada —dice Franklin y Eve— que a menudo intentamos mantenernos en ella incluso cuando descubrimos el poliamor.

Carolina Fuenzalida es sicóloga de la Universidad de Chile y actualmente realiza una investigación —junto a un grupo de profesionales— titulada "Cuerpos Poliamorosos" en la que buscan conocer cómo los chilenos se están relacionando entre sí con las aplicaciones de citas como Tinder y Grindr. "Las prácticas poliamorosas son formas diversas de vivir las relaciones sexoafectivas que llaman nuestra atención pues escapan de las instituciones sociales tradicionales como las parejas y familias, que se guían explícitamente por un modelo patriarcal y heteronormado. Es decir, las prácticas poliamorosas escapan del 'cada oveja con su pareja' y 'cada hombre con su mujer' para desordenar un poco el gallinero y traer más posibilidad de relacionarnos", explica.

¿Soy apto para una relación poliamorosa?, ¿Qué debo saber sobre ella? y ¿Cuáles son los límites? Son algunas de las preguntas que se hizo Manuel cuando decidió involucrarse con una extranjera casada y poliamorosa. "Empezamos a salir y lo pasábamos muy bien juntos. Sin embargo, cada vez que nos separábamos sabía que se iba a los brazos de otro hombre, situación que me ponía muy inestable y celoso. Aún así, entendía que para estar con ella tenía que ceder en esa norma, trabajar los celos y entender que su manera de amar era distinta a la mía. Al tiempo ella dejó a su marido y nos fuimos a vivir juntos. Entonces comenzamos a contarnos sobre los hombres y mujeres que nos parecían atractivos, seducíamos juntos, pero siempre desde la postura de nosotros frente al mundo. Si bien esta experiencia no terminó bien, no me cierro a la posibilidad de volver a vivir una relación poco convencional. Con ella aprendí que existen diferentes formas de amar y que ninguna es incorrecta", cuenta este sicólogo.

¿Puedo ser poliamoroso? Es la pregunta que cualquiera se hace cuando escucha o lee sobre relaciones así. Aunque algunos sicólogos creen que no existen personalidades más o menos aptas para mantener relaciones poliamorosas, sino que todos pueden serlo potencialmente, otros como Andrea Gómez, especialista en terapia de pareja y sexualidad, sostienen que las personalidades más idóneas para vivirla son aquellos que tienen una mentalidad abierta y los que no son apegados a las reglas culturales restrictivas, ni a las morales ni religiosas.

Pensar en el poliamor como un camino de vida —explican Franklin y Eve— es analizar en profundidad si se ajusta a la ética personal y a lo que se espera de la vida. Una reflexión profunda y responsable que implica un trabajo de autoanálisis no menor. "Por ejemplo, el deseo de una variedad sexual sin tener una relación romántica puede indicar que el swinging te podría encajar mejor. El deseo de tener varias relaciones románticas pero sin honestidad ni trasparencia podría significar que es recomendable cierto trabajo de crecimiento personal. El poliamor no es para todo el mundo. El poliamor no es el siguiente paso en la evolución humana", señalan.

El camino desde la monogamia al poliamor tiene muchos peligros potenciales porque no hay nadie que enseñe cómo manejar las múltiples relaciones sin dañar o salir dañado. Por eso, si está en la encrucijada de aventurarse o no en este tipo de relaciones, le sugerimos que lea estos consejos que entregan estudiosos en el tema.

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1- La honestidad es el pilar de una relación poliamorosa

En el libro El otro Método: un libro incómodo sobre las relaciones de pareja, su autor Neil Strauss relata el diálogo que tuvo con la experta en poliamor Shama Helena, quien le explica a él la importancia de la honestidad en las relaciones poliamorosas."Tener un amante secreta o estar en una relación de 'no preguntes, no cuentes' no sería verdadero poliamor", le dice Shama a Strauss.

"Y tiene razón Shama", me dice mi amiga Carito cuando le pregunto sobre qué piensa de ello. "Sin honestidad la relación poliamorosa está frita y solo se transformaría en ponerle el gorro a tu pareja. Todo se tiene que hablar. Nosotros con Pedro acordamos que si uno le preguntaba al otro sobre sus otras relaciones había que contestar con sinceridad. Incluso nosotros nos informábamos de nuestras citas con dos días de anticipación", dice.

Cuando se habla de una buena comunicación en el poliamor, significa decir la verdad sobre quiénes somos, sobre nuestras necesidades y límites, con honestidad y precisión. Un diálogo que implica autoconocimiento, empatía y compasión. "Habitúate a la franqueza y a la honestidad con las personas que te rodean y es probable que descubras que no necesitas esforzarte para comunicarte con tus amantes, sino que se convierte en algo automático", aconsejan Franklin y Eve.

2- Debe haber un consenso entre las partes involucradas

Es decir, no se puede iniciar una relación poliamorosa sin el consenso de todas las personas que la integran. Por eso, explica Carolina Fuenzalida, al comenzar una relación poliamorosa se debe hablar sobre los límites que esta tendrá. "¿Cómo se resguardará el contagio de enfermedades sexuales y la anticoncepción? ¿Se comunicarán todos los vínculos sexo-afectivos que existan con otras personas? ¿Tendrá mayor jerarquía una relación sobre la otra? Son algunas de las preguntas que tienen que hacerse. Existen un sinfín de acuerdos posibles al crear una relación poliamorosa, generalmente estos tienen relación con los temas de salud, comunicación y jerarquía", señala la experta.

3- La valentía es fundamental para comunicarse

"Para ser auténticamente poliamoroso- le dice Shama a Strauss- vas a tener que transitar por el camino de la incomodidad. Debes saber que experimentarás celos y que ese será un problema tuyo y no de ella. Así que permítete ser vulnerable. No tengas miedo de mostrar tus sentimientos y necesidades y supéralos. Al final verás que el amor verdadero es querer que tu pareja tenga lo que desea, tanto si te parece bien como si no".

Hablar de nuestros sentimientos incluso cuando tenemos miedo a ello es fundamental en este tipo de relaciones. La clave está en darle a las parejas la libertad de explorar nuevas relaciones incluso cuando tengas miedo al abandono.

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4- El compromiso sí existe en el poliamor

Pero no el de la exclusividad sexual sino aquel que se manifiesta en el estar ahí cuando el otro te necesita. La sociedad nos ha enseñado a ver el compromiso solo en la exclusividad sexual, una mirada que le resta importancia a todas las otras maneras de comprometerse mutuamente.

"Poliamor no es lo mismo que poligamia, que significa tener varios cónyuges. No se trata de tener un harén, aunque sabemos que hay quienes les gustaría que fuéramos en esa dirección. No es lo mismo que el swinging, aunque algunas personas poliamorosas practican intercambio de parejas. Y finalmente tampoco es promiscuidad desenfrenada. Las relaciones poliamorosas son relaciones, con momentos buenos, momentos malos, problemas que resolver, comunicación… y sí, ropa que lavar", explican Franklin y Eve.

5- Hay que ser éticamente poliamoroso

Como es normal que nuestra naturaleza humana cometa errores y hiera a otros sin muchas veces quererlo, en una relación de poliamor hay que estar más consciente de los actos y los efectos de ellos sobre otros. Por eso al momento de tomar decisiones es importante pensar en el bienestar de todos los involucrados en una relación abierta como esta.

En el poliamor la empatía es una virtud que se debe trabajar. Esto porque en una dinámica relacional así hay que aprender a tratar bien no solo a una persona sino a toda una red de apoyo cuyo bienestar depende de lo que hagamos. “Tratar a la gente con empatía, integridad y respeto, sin importar qué papel tienen en nuestras vidas, es algo que creemos que tiene una importancia fundamental en unas relaciones felices y sanas”, aconsejan Franklin y Eve.

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