Maxell Hypershock Wireless: audífonos cómodos y versátiles, pero limitados
⭐⭐⭐★★
Unos auriculares que buscan servir tanto para la entretención como para las nuevas necesidades telemáticas. Si bien ofrecen buenas soluciones y alternativas —en especial para los gamers— aún tiene aspectos por mejorar considerando su alto precio.
“Un audífono para todo y todos”, reza en la presentación oficial que Maxell hace de los Hypershock Wireless Headset, el modelo de audífonos inalámbricos que hace unas semanas se encuentra disponible en el mercado nacional. Un anuncio prometedor, pero también ambicioso: ¿realmente es para todo y para todos?
Especificaciones
—Conexión inalámbrica: Bluetooth 5.0, con tango de 8 a 10 metros
—Transmisor inalámbrico: USB 2.0, con rango de 20 metros
—Conexión análoga: cable con entrada 3.5 mm (1,5 metros)
—Rango de frecuencia: 20 HZ---20K HZ
—Voltaje de carga: DC5V
—Autonomía de la batería: 24 horas
—Vibración: doble unidad
Primeras impresiones: cómodos y coloridos
Una vez sacados de su empaque, lo primero que llama la atención de los Hypershock es que son unos audífonos over ear —es decir, que cubren toda la oreja con sus cascos— muy coloridos. Si bien mantienen el clásico negro de acabado brillante como su tono primario, posee ciertas terminaciones en un rojo cobrizo casi terracota. A ello se sumará, durante su funcionamiento, un festival de luces LED, con paletas que van desde el azul y el verde hasta el morado y naranja, pasando por otras combinaciones que sirven para identificar el estado en el que se encuentra el dispositivo: listo para emparejar, con batería baja o alta, etcétera. En resumen, una apariencia dirigida a su principal público objetivo: los gamers.
Por otro lado, este modelo cuenta con un suave acolchado cubierto de cuerina, tanto en los cascos como en la diadema —el puente que cruza la cabeza para sostener a los auriculares—, lo que permite que estos sean sumamente cómodos y agradables de usar. Su peso es estándar para su tipo, a lo que se agrega un diseño ergonómico de muy buen ajuste. En general, la sensación durante su uso es bastante satisfactoria.
Guardarlos tampoco representa mayor problema, porque si bien son grandes —como todos los audífonos over ear—, la sección de los cascos y la diadema son piezas separadas, unidas por una bisagra firme y resistente que permite plegarlos y reducir su tamaño.
La botonera de comandos se encuentra en la parte trasera del casco izquierdo. Como se ha establecido para los audífonos inalámbricos, son tres los botones con los que se pueden realizar diversas funciones, como encender y apagar el aparato, dar play o poner pausa, adelantar y retroceder el contenido, subir o bajar al volumen y contestar o terminar una llamada. A estos se suma una perilla para activar la unidad doble de vibradores alojada al interior de los cascos, con las cuales Maxell busca resaltar las frecuencias bajas y, de esa manera, proveer una experiencia más inmersiva de escucha.
En el mismo casco izquierdo se pueden encontrar la entrada micro USB para cargar el dispositivo, otra entrada minijack de 3,5 mm —por si se quiere o necesita pasar de la experiencia inalámbrica a la cableada—, y una tercera, similar a la anterior, para montar el micrófono de brazo, que viene separado en el empaque. Una decisión acertada por parte de Maxell, porque a menos que se trate de un disfraz de piloto de avión o un cosplay de Juanín Juan Harry, no todo el mundo tiene la personalidad para salir a la calle con unos audífonos con micrófono fijo incorporado.
Conectividad: altos y bajos
Los Hypershock poseen conectividad Bluetooth 5.0 y su emparejamiento es sumamente sencillo: basta encenderlos para que entren en estado de pairing —el que va acompañado del parpadeo de luces azul y verde en el lomo de los cascos— y queden enlazados al notebook, smartphone o dispositivo móvil de turno. Eso sí, es una u otra, porque este modelo no permite conectarse a dos equipos simultáneamente. Un problema para Maxell de cara a la infatigable carrera de vender audífonos, considerando que la tendencia ya apunta en sentido contrario.
Pese a lo anterior, el modelo se rehace permitiendo, por primera vez para la marca japonesa, la conectividad inalámbrica a consolas de videojuegos, como la PS5, la PS4, Xbox y Nintendo Switch. Esto por medio de un dispositivo USB que sirve de transmisor inalámbrico, lo que representa un gran avance para Maxell, considerando que la audiencias a la que apunta es al mundo gamer.
Este dispositivo o “USB dongle” también permite que quienes tengan dispositivos sin Bluetooth puedan utilizar los audífonos de manera inalámbrica. Aunque, como se mencionó anteriormente, los Hypershock pueden pasar a la modalidad alámbrica utilizando un cable 3.5 mm —viene uno incluido—, lo que es útil para quienes aún poseen equipos antiguos o desconfían en la fluidez de la transmisión Bluetooth. En el caso de los Hypershock, al menos, ésta funciona de muy buena forma, lo que se traduce en un grado de latencia imperceptible.
Audio: bien, pero no HD
Cosa extraña que hayas tenido que esperar hasta aquí para llegar al análisis del audio. En otros tiempos, habría sido lo primero y lo más importante, pero los tiempos cambian y hoy los audífonos no sólo están hechos para escuchar sino también para hacerte parte de la experiencia: ya sea sentir como si estuvieras escuchando a una banda en vivo o que estás tratando de salvar tu vida mientras avanzas en el videojuego.
En paralelo, los auriculares deben ofrecer soluciones prácticas a nivel de comunicaciones: que puedas atender con facilidad una llamada telefónica o una videollamada, y que en esta puedas escuchar y hablar con claridad.
En el caso de los Hypershock, nos encontramos con unos audífonos de alta potencia sonora, sobre todo respecto a las frecuencias graves, que entre las bocinas y el canal auditivo encuentran una importante caja de resonancia, reforzada por las paredes de las almohadillas. Eso genera, a su vez, una especie de cancelación de ruido ambiental orgánica. Sin embargo, este modelo no es compatible con formatos de alta definición, como el AptX, pero sí con códecs como el A2DP, que aunque ofrece mayor compatibilidad con otros dispositivos, su estándar de calidad auditiva es equivalente al mp3. Por lo mismo, no es de extrañar que esta potencia de frecuencias graves pueda derivar en pequeñas saturaciones.
Una saturación que aumenta si se activa la unidad de vibradores, cuyo funcionamiento produce un golpeteo sobre el contorno de las orejas, lo que a lo largo de una canción se puede traducir en una molestia. Por lo tanto, no se recomienda utilizar esta función para escuchar música, pero sí para los videojuegos.
Bombas, golpes, portazos, caídas, disparos y toda frecuencia grave que se da en momentos específicos —y no durante los tantos minutos que dura una canción— se ve realzada por la vibración de los audífonos, haciendo que la experiencia sea realmente más inmersiva.
Cuando se trata de cine y series, es a gusto del consumidor. Si te gustan las películas de Michael Bay o la saga de Avengers, probablemente disfrutes del complemento que ofrecen las unidades de vibración para realzar la percepción ante la cantidad de efectos especiales que éstas poseen. De lo contrario, puedes mantener la modalidad desactivada. Bien, entonces, que ésta sea una opción y no una función permanente del modelo.
En modo (video)llamada
En esta función entra en el juego el micrófono de brazo desmontable. La diferencia cuando está montado y cuando no es notable, pues el micrófono, como es de esperar, aumenta el volumen de la voz y le da mayor claridad. Aunque nunca tanto, tampoco. Nuevamente, la alta calidad de sonido no está del lado del Hypershock, pues el audio que emite de salida es delgado, comprimido y por tanto no muy limpio.
Pena ahí la calidad propia del micrófono y también que este sea un tanto corto, por lo que queda en paralelo a la boca y no de frente. Esto quiere decir que el sonido que producimos no llega directamente al micrófono, reduciendo las posibilidades de una recepción y transmisión más limpia y clara.
Para ponerlo en términos prácticos: si se utiliza para llamadas simples, reuniones de trabajo o de estudio, clases o videojuegos, un micrófono como el que posee el Hypershock es suficiente. Pero si se pretende grabar material para un podcast, video o presentación, o si la idea es usarlo para una conferencia, es posible que no quedes contenta o contento con el resultado.
Por otro lado, el micrófono ofrece una función de muteo con el solo toque de un botón, para evitar chascarros durante las llamadas o videollamadas, como el reto al perro o al cabro chico por haber botado un florero, o el reto que se lleva uno por no haber lavado la loza.
Veredicto Práctico
Con los Hypershock, Maxell ofrece unos audífonos sumamente cómodos y adaptables a los distintos contextos para los que pueden ser utilizados: música, videojuegos, cine y series, así como también a las nuevas necesidades que impone la modalidad telemática. Si bien son versátiles, tienen limitantes importantes, en especial respecto a la calidad del audio, tanto entrante como saliente. Por tanto, quienes buscan una mayor fidelidad de sonido, no encontrarán la mejor alternativa en este modelo.
Por el contrario, el mundo gamer puede hallar en estos audífonos a un gran aliado en su afán de realzar la experiencia de los videojuegos. Primero, su estética —colores y luces— está a tono con el código de los videojugadores, lo que puede significar una barrera de entrada para otros públicos que buscan algo más sobrio. Pero el mayor aporte al nicho de las consolas es la unidad de vibradores, que ofrece una nueva dimensión sensorial cuya intensidad va en la línea de lo que sugiere la fuente de audio. Es decir, si la explosión de la bomba es cercana al personaje, la vibración será más potente que si ésta hubiera sido a mayor distancia.
Pese a las deudas, los Hypershock dejan la sensación de que van encaminados a algo mayor. Quizá en unos años nos encontremos con la versión más óptima y, entonces, sí puedan decirnos con toda confianza que estos son audífonos para todo y para todos.
Nota: ⭐⭐⭐★★
*Los precios de los productos están actualizados al 12 de enero de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.
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