Entre octubre y marzo sucede la temporada alta de los matrimonios. En parte, se debe a lo agradable de la temperatura: de esta manera los novios pueden tener licencias más creativas a la hora de festejar y disfrutar al aire libre, sin tener que encarpar o contar con calefactores.
Pero como buena parte de los casamientos se acumulan en estos meses, es común que las invitaciones lleguen una tras otra y que muchos sábados de la primavera y el verano se destinen a celebrar matrimonios de amigos, colegas o parientes. El principal desafío para quien asiste, además de mantenerse digno ante la barra abierta, es no repetir la pinta en cada fiesta y además achuntarle al código de vestimenta. ¿Qué ponerse para una fiesta nocturna en un hotel? ¿Y qué para una ceremonia en el campo al mediodía?
En gustos no hay nada escrito, pero dos expertos en moda nos dan algunas pautas para orientarse y lucir un outfit ad-hoc para la ocasión.
1. La regla de la que no se habla: jamás opacar a los novios
Connie Espinoza, editora de contenido en la comunidad @CranberryChic, dice que para los matrimonios existe una norma no escrita que nadie debe trasgredir: no eclipsar a los novios. “Es lo primero que hay que tener en cuenta antes de elegir el vestuario”, explica, una regla que corre especialmente con la novia. “¡Este es su día! La protagonista es ella, no podemos opacarla”.
Por lo tanto, siempre será bueno evitar el blanco. “Los matrimonios civiles suelen ser algo más relajados que los religiosos en cuánto a códigos de vestimenta, por lo que la novia suele optar por algo súper discreto y clásico que se mueve en la paleta de los blancos y los pasteles”, comenta Espinoza. Por lo tanto, como invitada a un matrimonio civil puedes “seguir una línea parecida, y sin usar blanco, echarle un vistazo a los colores que están en tendencia esta temporada”.
2. Matrimonio de día: cuidado con los brillos
El bling bling debe guardarse para la noche. Al menos eso sugiere Cristián Pavez, publicista y escritor de moda. “Ojalá las telas no sean muy brillantes, que no tengan mucha lentejuela o ese tipo de cosas”, advierte. En su lugar, recomienda “estampados clásicos, que pueden ser rayas, puntos, diseños genéricos o colores lisos”.
“El rosado y el lila, por ejemplo, son de los favoritos en esta época”, propone Espinoza. “Además son tonalidades que se lucen muy bien de día, ya sea en vestidos, pantalones o blusas vaporosas”. El concepto que debe prevalecer, sugiere Pavez, es el de verse fresca, formal y festiva.
3. Para matrimonios de día: prints florales
“Si te animas con un estampado, los prints florales son de los que más se repiten”, dice Connie Espinoza, porque es una prenda versátil que “puedes volver a ocupar tanto en otro matrimonio como en una comida familiar o una salida a un restaurante con tus amigas, si le sumas o le quitas prendas y accesorios”.
4. Para los nocturnos: colores vivos o de contraste
“Para los matrimonios de noche aconsejo usar colores vivos, porque de esta manera se contrarresta con la luz del atardecer y se ve súper atractivo”, opina Pavez. Ejemplifica con un vestido celeste oscuro, el que “se podría ver súper bonito al final de la tarde, pero que también tiene un tono más festivo para la noche, sobre todo usando un maquillaje que intensifique la mirada”.
Tal como ocurre con el maquillaje, en la noche tenemos que darle algo más de intensidad al vestuario o sino “la oscuridad se va a ‘comer’ nuestro outfit”, dice Espinoza. Por esto es que “las lentejuelas, los estampados, los colores intensos y las telas brillantes son una opción súper buena para que las prendas que lleves no se pierdan y resalten a la vista, como también en las fotos y vídeos que quedarán para el recuerdo”.
En este punto Pavez también incluye las tachas, que funcionarán muy bien “para las más rockeras”.
5. La transversalidad del vestido midi
“Si te gustan los vestidos, uno midi —es decir, que llegue un poco más abajo de la rodilla— con pequeñas aberturas cut-out en la cintura, puede ser una opción actual y con un toque justo de sensualidad”, sugiere Connie Espinoza. “Te aseguro que vas a volver a ocuparlo”.
“Hay varios colores potentes en tendencia: verde, fucsia, rosa chicle, naranjo, amarillo y celeste. Son tonos muy interesantes para usarlos en midi y que además se ven súper bien en pieles bronceadas”.
6. Priorizar la comodidad
Un matrimonio es una celebración, y como tal el baile es infaltable. Si te gusta llegar “hasta abajo” en la pista, Pavez recomienda que el outfit primero sea cómodo, que no sea un sufrimiento pasar una tarde o una noche dentro de él, “y que te permita bailar más allá de lucirse”.
7. ¿No te gustan los vestidos? Prueba con enteritos o conjuntos de dos piezas
Hace tiempo que los matrimonios dejaron de ser una dictadura de los vestidos. Aunque sigue siendo la alternativa más elegida, no es la única. “Otra opción buena, si es que no te sientes cómoda llevando un vestido, son los enteritos o los conjuntos”, dice el publicista. “Se ven muy veraniegos, son frescos y los puedes encontrar en colores lisos o con una gran variedad de estampados”.
“Hoy estamos viendo un dresscode mucho más relajado que antes, pero no por eso menos ondero ni sofisticado que hace algunos años”. En esa época era usual resignarse a que “el vestido que comprabas o mandabas a hacer para un matrimonio se fuera directo al fondo del clóset apenas se terminaba la fiesta”. Hoy, por suerte, esa prenda tiene mucha más vida útil.
8. Opta por prendas versátiles
En esta misma línea de la reutilización de prendas, puedes optar “por vestidos cortos, midi, enteritos, conjuntos coordinados, blusas, tops, crop tops o faldas que, con ciertos calzados, accesorios, prendas y maquillaje, se pueden transformar fácilmente en un look de matrimonio o en un outfit para una comida navideña, por ejemplo”, comenta Espinoza. La clave está en la creatividad al momento de combinar.
“Creo que lo más importante a la hora de comprar cualquier prenda es que te sientas cómoda con ella y sea de tu estilo”, analiza Espinoza. Si no te gustan los vestidos “no tienes que obligarte a llevar uno. Adapta, busca inspiración en Pinterest o en Instagram, y opta por lo que más te guste”, recomienda.
9. Nunca debe faltar un tapado
Según Cristián Pavez, la prenda por excelencia que debe estar presente en todo closet es el “mal llamado kimono”. Cuando hay matrimonios que son cerca de la playa o de noche y al aire libre, “el tapado te ayuda a mantener la temperatura, sobre todo con los brazos y la espalda, que suelen quedar descubiertos ante el frío o el viento”.
“Es una prenda bien trendy, y funciona bien para hartos escenarios: tanto para una fiesta más formal como para salir con amigas o incluso en reuniones de trabajo; el kimono siempre suma”, expresa. “Ayuda a salvar hartos outfits, tengas el talle que tengas”.
10. El clutch
Para Pavez, otra pieza que puede darle un look distinto al atuendo es un clutch, que es nombre que reciben las cartera sin colgante. “La idea es que sea bien llamativa y que marque una presencia. Como dicen los gringos, que sea el statement piece que habla de todo tu conjunto”. O sea, que sea la guinda de la torta en cuanto a la personalidad y estilo de tu atuendo.
11. Consejos de joyería
“Las tendencias han estado súper variadas”, dice Connie Espinoza. Por un lado está lo minimalista y al otro extremo están las siluetas XL. “Las perlas también están teniendo un regreso, aunque se alejan de la idea súper clásica del collar estilo Desayuno en Tiffany’s”, comenta.
Dentro de su gama de propuestas está ir jugando con las formas dispares y los diseños enredados. “Aquí hay un gran mundo de opciones: además de guiarte por tus propios gustos, siempre hay que fijarse en qué tan recargado será tu look”, agrega.
Por ejemplo, un vestido o atuendo en base a colores lisos “te da la posibilidad de ir de menos —con un layering de collares (jugar con varios accesorios minimalistas)—, a más, con unos aros súper maxi y varios anillos”, sugiere.
Por el contrario, si llevas un vestido con lentejuelas “es mejor mantener los accesorios más simples y así no restarle protagonismo al vestido”, expresa.
“A mí me gustan también las pulseras tipo esclavas, que pueden ser metálicas o acrílicas, con algún diseño bonito. Ahí también hay una posibilidad de darle un toque elegante y un poco más veraniegoal outfi”, recomienda Pavez.
12. Hablemos de calzado
Tajantemente, Cristián Pavez aconseja “no usar taco alto”, porque si bien “puede estilizar o agregar altura, incluso marcar cierta elegancia, en los matrimonios hay que apelar a la comodidad”. La dramática postal de los zapatos a un lado de la pista de baile es algo recurrente, y lo peor es el sufrimiento o las ampollas que se pueden generar. Cuando bailamos descalzos en la pista de baile, más allá de la suciedad a la que exponemos nuestros pies, hay que tener cuidado con los vidrios de vasos rotos o las piscolas derramadas.
“Si quieres mantener el zapato y la integridad de tu look durante todo el evento, puedes encontrar zapatos bajos muy bonitos, como las sandalias de taco bajo con ciertas complejidades, o las sandalias que tienen pulsera en el tobillo”, sugiere el publicista. Esta es una alternativa agradable que le da “cierto glamour al zapato bajo”.
Con respecto al color, aquí se pueden tomar “algunas licencias con brillos, con metalizados, con colores y diseños. Pero ojo: estos tienen que ir a la medida con el vestido”, explica el comunicador especialista en moda. “El zapato no puede estar por estar, sino que debe ser un complemento que aporte presencia”.
“Si estás acostumbrada a sumar altura con tus zapatos, atrévete con unas sandalias bien altas y que aporten a tu look”, dice Connie Espinoza. Pero si los centímetros son un problema para ti, “hay tacones cuadrados, más cómodos, y que no suelen superar los 6 cm de altura”.
“Nunca olvides que un zapato con tacón que tenga algo de plataforma delantera siempre será mucho más cómodo que un taco sin nada de plataforma”, destaca. Para Espinoza, invertir en calzado es necesario, sobre todo para “privilegiar la calidad y de paso tu propia comodidad”.
13. Tip extra: cuidado donde compras
En caso de comprar ropa en sitios como Shein o Zara, Pavez recomienda “no adquirir vestidos con diseños de estampados tan específicos”. ¿Por qué? Para no vivir el bochorno de llegar a un matrimonio con el mismo vestido que otra persona. “Es un poco terrible cuando pasa eso: tanta preocupación o inversión para llegar exactamente igual que alguien más”.
En redes sociales existen los hashtag como #sheindupes o #zaradupes, donde puedes encontrarte con toda una dimensión de copias/réplicas de outfits, incluso de grandes casa de diseño. ¿Quién copió a quién? Nadie va a saber, pero sí existe la posibilidad de que en esa instancia social aparezca tu melliza perdida.
“En vez de comprar, puedes intentar en lo posible acudir a algún sistema de arriendo de vestidos, algún closet sale por Instagram, asesorarse en una tienda vintage o armar un look de dos piezas”, analiza Pavez, siendo la creatividad el punto clave para no repetir