Cuando se habla de inteligencia artificial (IA), ¿cómo la proyectas en tu mente? ¿Como un cyborg exterminador, tipo Terminator, creado por grandes corporaciones mercenarias que nos encaminan al fin de la humanidad? ¿Quizá como androides que se hacen pasar por humanos, como en Blade Runner? ¿O acaso como asistentes virtuales capaces de entenderte y decirte lo que necesitas en el momento preciso, tan sensibles y amables que bien podrías terminar enamorado de ellos, como en Her?
La IA ya es parte del presente, y el mundo no luce exactamente como en Terminator. Mucho progreso parece haber respecto al marco ochentero de la película de James Cameron. Tampoco estamos en ese futuro que presenta Ridley Scott en Blade Runner, donde finalmente el efecto invernadero y el cambio climático sumieron al mundo en la oscuridad, los gases y la lluvia ácida.
Esto claramente se parece más a la cotidianidad que muestra Spike Jonze en Her: sin autos voladores, sin androides ni cyborgs, solo humanos que se sienten cada vez más comprendidos por los asistentes de IA que por personas reales. Lo que lleva a pensar: ¿qué tan lejos estamos de esa distopía?
Si bien no hay una Samantha con la voz de Scarlett Johansson, hoy contamos con Sidney y en todo el mundo se está hablando de él. ¿Quién es? Nadie. En realidad, es el nombre con que Open AI bautizó a su chatbot ChatGPT, que ahora acompaña a Bing, el motor de búsqueda de Microsoft. ¿Y qué es un chatbot? Es un software capaz de establecer conversaciones con los usuarios a través de respuestas automáticas, generadas a partir de algoritmos que cuentan con una enorme base de datos: en el caso de Sidney, con alrededor de 170.000 millones de parámetros.
¿Qué es la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial hace referencia a la capacidad de un sistema tecnológico de emular facultades humanas como el raciocinio, el aprendizaje e incluso la creatividad. Si bien la IA lleva unos años dando vueltas en el mercado —los asistentes de voz Siri y Alexa operan con esta tecnología, por ejemplo—, el reciente lanzamiento de Chat GPT y otras herramientas como Synesthesia —que permite crear vídeos con avatares que parecen humanos— han elevado el nivel de atención mediática y el interés público.
Y no por nada: estas herramientas parecen acortar la brecha distinguible entre lo humano y lo artificial. De ahí que aumente la inquietud respecto a qué nos deparará esta tecnología en términos laborales, educacionales, políticos, culturales y medioambientales. Esta es una incógnita que levanta inquietud y debates entre intelectuales y académicos.
Futuro incierto
Tiago Alves Ferreira, director de Ingeniería en Control de Gestión con mención en Ciencia de Datos de la Universidad Alberto Hurtado, dice que la aparición de este tipo de herramientas es “impactante”. No duda en decir que nos encontramos en una de las “mayores revoluciones tecnológicas que hayamos visto, equiparable a las revoluciones industriales o a la llegada de los computadores e internet”.
Lo afirma porque la IA está cambiando la forma en que las empresas operan, lo que puede repercutir en el empleo. “Cambia la forma en que las personas interactúan entre ellas y con la tecnología, algo que implica una nueva forma de pensar y trabajar. Su influencia en el trabajo es significativa, pudiendo reducir oportunidades laborales para empleos rutinarios, aumentar la demanda de habilidades digitales y ampliar la brecha de género y étnica”.
La preocupación del académico y doctor en Finanzas encuentra eco en entidades como la UNESCO y el Fondo Monetario Internacional, que también han alertado sobre el riesgo de que las máquinas reemplacen al humano en diversas áreas. Titulares como “Spotify jubila a los DJ con una inteligencia artificial”, aparecido en varios medios alrededor del mundo, son solo un palo más a esta hoguera. Pero también hay quienes ponen paños fríos al tema, como el filósofo español Daniel Innerarity, quien simplemente no cree en la tesis de la sustitución.
En una entrevista con el periódico español El País, Inneratity sostuvo que la IA y la inteligencia humana son “completamente distintas”. Las máquinas, dijo, “funcionan bien allá donde las cosas se pueden medir y computarizar, pero no funcionan bien allá donde tienes contextos, ambigüedad e incertidumbre”.
En ese sentido, estima que en vez de enrollarnos en la posibilidad de vernos emulados o sustituidos por la tecnología, “debemos pensar en qué cosas hacemos los humanos bien y qué cosas hacen ellas bien, y diseñar ecosistemas que saquen los mejores rendimientos de ambos”.
El optimismo de Innerarity no lo inhibe de los reparos y de las preocupaciones, sobre todo en lo que respecta al impacto que la IA puede tener sobre la democracia. Recientemente, una columna publicada en The Guardian alertó sobre el uso inescrupuloso que se le puede dar a herramientas como el ChatGPT. “Una plataforma que puede imitar la escritura de los humanos sin comprometerse con la verdad es un regalo para quienes se benefician de la desinformación”, escribió Emily Bell, directora del Tow Center for Digital Journalism de la Universidad de Columbia, quien llama a la Unión Europea a regular sobre esta materia.
En Chile, la preocupación también está instalada. Un proyecto Núcleo Milenio FAIR en Ciencias Sociales, ntegrado por investigadores multidisciplinarios de diversas universidades del país, se enfocará durante tres años en comprender este tipo de tecnología “como un hecho social total, es decir, considerando la interrelación de sus dimensiones técnicas, éticas, sociales, culturales y medioambientales”. Así es como lo explicó Martín Tironi, director de la Escuela de Diseño de la Universidad Católica, y uno de los líderes del proyecto, a Qué Pasa.
Algunas aplicaciones disponibles
Estamos en algo así como la primavera de la inteligencia artificial, en la que las aplicaciones y sistemas que operan desde esta tecnología florecen con distintas utilidades y desde diversas compañías. Aunque suelen ser las Big Tech, como Google, Apple, Facebook, Amazon o Microsoft, quienes se llevan los mayores reconocimientos, como también las quejas.
A continuación dejamos un listado con algunas de las herramientas con IA que se pueden encontrar en la red y que resultan interesantes para calibrar las posibilidades que ofrece esta tecnología hoy. Todas son gratuitas, todas son sencillas de usar, algunas requieren inscribirse y quizá quedar en una lista de espera. Todas están en inglés y cada una, también, exige aceptar los términos y condiciones del servicio, lo que implica en algunos casos entregar ciertos datos personales.
El chatbot, creado por la compañía de investigación de inteligencia artificial Open AI, es un modelo de lenguaje de Inteligencia Artificial que puede conversar con las personas de manera natural y proporcionar respuestas a preguntas y soluciones a problemas en diversos campos, como educación, salud, negocios, entre otros.
“Su capacidad para entender el lenguaje humano y generar respuestas coherentes lo convierte en una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia y la productividad en muchas áreas”, dice Tiago Alves Ferreira.
ChatGPT también es una herramienta sumamente útil para desarrolladores, al ser capaz de generar códigos de programación, aunque uno puede pedirle que escriba poemas de ciertos temas, historias, guiones o argumentos. Por ahora se encuentra disponible para uso gratuito, pero ya se anunció que pronto pasará a ser un servicio pagado. Si te interesa probarlo, tendrás que hacer fila, porque hay lista de espera.
Esta herramienta se trata esencialmente de un software de gestión de proyectos, diseñado por Notion, la popular apps de notas para el teléfono móvil. Está pensado para ayudar a empresas y organizaciones a coordinar plazos, objetivos y tareas, en búsqueda de las escurridizas eficiencia y productividad.
También es una excelente herramienta para la redacción y edición de textos. “Todo lo que tienes que hacer es decirle a la aplicación lo que quieres escribir, ya sea una entrada de blog, una publicación en redes sociales, un comunicado de prensa o una descripción de trabajo. Incluso te ayuda a crear poemas”, describe Alves Ferreira. Además, funciona como un organizador de ideas y tareas. Al igual que en ChatGPT, hay lista de espera para hacer la prueba.
¿Tienes ganas de cambiar de lugar todos los objetos de tu pieza, pero no sabes cómo hacerlo? Con este software podrás hacer todas las pruebas que quieras, sin ningún otro esfuerzo que sacar una fotografía a la habitación y subirla a su sistema. La inteligencia artificial hará el resto para que puedas jugar a mover los muebles adonde quieras. “Es muy útil para diseñadores de interiores y profesionales del sector inmobiliario; pero también muy divertido para ver cómo se puede ver tu habitación o un espacio de tu casa con otra configuración”, agrega el director de la UAH.
Si estás en el mundo del diseño gráfico o diseño web, esta herramienta puede ser muy útil, ya que te permite crear interfaces de usuario (UI) de manera ágil y eficiente, en base a descripciones de texto. Por ejemplo, si hay que crear con urgencia una maqueta o prototipo de una interfaz web, solo con escribir algunas de las características necesarias, Galileo AI las convierte en un diseño desde el cual se puede comenzar a trabajar.
Por ahora requiere de una inscripción para quedar en lista de espera, pero puede valer la pena para quienes necesitan optimizar sus tiempos de diseño. Su IA además es capaz de generar ilustraciones para acompañar esas maquetas.
Midjoruney, DALL-E 2 y Stabble Diffusion
El poder de la palabra escrita es también la manera de relacionarse con softwares como Midjourney, DALL-E 2 y Stabble Diffusion, que traducen cualquier tipo de instrucción textual en imágenes. Puedes revisar un ejemplo de esto en la nota que hizo el equipo de Tendencias, cuando pidió crear imágenes de cómo sería Chile si los españoles no hubieran llegado a América.
Midjourney, sobre todo, se ha posicionado como una herramienta indispensable para artistas digitales, puesto que en cosa de segundos genera ilustraciones digitales sobre cualquier tema o asunto. Eso también ha estado en el centro del debate artístico: dado que reproduce patrones de una base de datos, ¿cuál es realmente su valor? ¿Es posible considerarlo arte?
DALL-E 2, por su parte, es la herramienta de Open AI —los mismos de ChatGPT— que crea imágenes. No tan espectaculares como las de Midjourney, pero igual de versátiles, solo necesita que le digas qué es lo que quieres —el dibujo de un auto deportivo azul hecho por un niño de 8 años, un paisaje boscoso al estilo de Turner o un conejo gritando con ropa formal (como se puede ver abajo)— para entregarte cuatro opciones distintas. Entre más específico sea el texto, más preciso será el resultado. Es gratuita: solo hay que inscribirse —se puede usar el mismo registro que para ChatGPT— para tener 50 créditos el primer mes (y 15 no acumulables cada mes que sigue).
Stabble Diffusion es más parecido a Midjourney pero su gracia es que está elaborada con código abierto.
Esta es una herramienta de traducción automática, que te permite trasladar un texto a 31 idiomas sin que el significado original se vea afectado. Es intuitivo, fácil de usar y gratuito para el usuario habitual, con una versión PRO para integrarlo en el computador. “Su glosario permite corregir las palabras directamente en el texto terminado, lo que lo hace muy útil para redactores y aumenta su productividad”, asegura Alves Ferreira.
Lo interesante, a diferencia del traductor de Google, es que además ofrece varias alternativas de traducción de un mismo idioma, por lo que uno puede llegar a un resultado no tan parco y más parecido al que busca.
Es una plataforma de generación de videos con avatares de IA en más de 120 idiomas. Ofrece plantillas, grabador de pantalla, biblioteca multimedia y más. Su funcionamiento es sencillo: seleccionar el actor o crear tu propio avatar, elegir el idioma y personalizar aspectos como fondo, texto, imágenes, música, etc. Luego, escribes el guión y la IA hace el resto.
Este tipo de softwares, al igual que Midjourney, también es objeto de cuestionamientos, pues se presta para el desarrollo de deepfakes, videos que tienen el objetivo de desinformar a la ciudadanía.
Es una herramienta de búsqueda avanzada que utiliza inteligencia artificial para comprender preguntas en lenguaje natural y proporcionar respuestas precisas. ¿La diferencia con ChatGPT? Que esta IA cita fuentes y referencias. “También es capaz de transformar los resultados de la búsqueda en textos originales”, dice Alves Ferreira. Abajo le preguntamos “¿cuándo fue creado el diario chileno La Tercera?”. Esto nos respondió.
No es tan versátil como la herramienta de Open AI, pero sí es más transparente respecto al origen de la información que usa. En Europa, este tipo de softwares se observan con preocupación por lo que pudiera implicar a nivel de aprendizaje y de los estudios. Hay quienes creen que se puede transformar en un nuevo Rincón del vago.
Depp Nostalgia —una de las pocas herramientas que está también en español— es parte de MyHeritage, la famosa plataforma para hacer árboles genealógicos y utiliza la inteligencia artificial para dar movimiento a la imagen. Seguramente has visto cómo es que en las películas de Harry Potter las fotografías o los cuadros parecen tener vida. Bueno, a través de Deep Nostalgia puedes hacer lo mismo.
Otra gran herramienta para diseñadores, profesionales de la arquitectura y la construcción. Point E, también desarrollado por Open AI, permite crear modelos 3D en cosa de segundos. Basta que le digas qué hacer y voilà. Si bien el resultado no tiene la misma calidad estética de otros softwares similares avanzados, la ventaja de Point E está en la velocidad con la que trabaja.