Nostalgia otoñal: cinco clásicos postres para terminar dulcemente las comidas
Para los que no soportan helados ni frutas al cerrar una cena o almuerzo, aquí dejamos algunas preparaciones tradicionales, algo olvidadas, pero nada de complicadas y muy ricas.
Leche asada
Así como los argentinos tienen su flan con dulce de leche, los peruanos la crema volteada y los franceses el famoso creme brulée —por tan solo mencionar algunas delicias foráneas—, en Chile lo que ha sobrevivido durante muchos años, primero en las cocinas privadas y desde hace unos veinte años principalmente en las públicas, es nuestra muy criolla leche asada.
Dulce como ninguna, y tan suave al paladar que entra hasta en bocas que pueden llevar horas comiendo diversos manjares, es realmente difícil encontrar a alguien que no le guste. Aquí va una receta bien tradicional (que alguna vez me compartieron en el Bar Liguria), pensada para cuatro personas.
Ingredientes
—2 litros de leche entera
—8 huevos
—1 cucharada de extracto de vainilla
—1 cucharada de coñac
—2 cucharadas de jugo de naranja
—½ kilo de azúcar
En una budinera, poner 250 gramos de azúcar y ubicarla sobre el fuego directo, hasta que se transforme en caramelo. Retirar inmediatamente y reservar. Mientras tanto, en un bol, mezclar un litro de leche con los ocho huevos y los otros 250 gramos de azúcar. Batir bien para que se integren los ingredientes y luego agregar el resto de la leche, el jugo de naranja, el coñac y el extracto de vainilla. Revolver nuevamente y después verter la mezcla en la fuente donde se hizo el caramelo. Llevar a horno medio y a baño María —es decir, poniendo la fuente en otra más grande y que contenga agua— por 45 minutos, o hasta que se dore levemente por encima y esté firme. Sacar del horno, dejar enfriar a temperatura ambiente y, tras esto, cortar y servir (puede ir con un poquito de manjar encima).
Esencia de vainilla Gourmet 165 ml
Arroz con leche
Aunque se supone que tiene un origen asiático, está claro que llegó a nuestras latitudes por el lado de los españoles. Hasta más o menos los años setenta gozó en Chile de gran prestigio, aunque progresivamente fue perdiendo terreno de la mano de postres más dulces y fáciles de preparar.
Además, por la década de los ochenta, y de la mano de las por entonces incipientes cadenas de supermercado, apareció una versión de este postre en formato industrial bastante incomible que no hizo más que alejarlo del público.
Afortunadamente, durante los últimos veinte años ha logrado cierta revalorización. No se ha convertido en el más famoso ni pedido de nuestros postres, pero recuperó cierto prestigio. Para que le pierdan el miedo, porque de verdad es rico y ni tan complejo de preparar, acá una receta para cuatro personas.
Ingredientes
—1 taza de arroz
—4 tazas de leche
—1 taza de azúcar
—Canela en rama y en polvo
Remojar el arroz en agua fría por dos horas. A continuación, desechar el agua y poner el arroz en una olla. Agregar la leche, el azúcar y una ramita de canela y cocinar a fuego bajo por una hora, o hasta que el arroz esté blando. En ese momento, retirar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente. Finalmente, servir en pocillos individuales con un poquito de canela en polvo por encima.
Canela entera Edra 15 g
Manzana rallada con leche condensada
Un clásico de los inviernos chilenos en los años ochenta, cuando los más pequeños de la casa no querían comer más manzanas, una de las pocas frutas que por esos tiempos se podían conseguir durante los meses fríos. Así las cosas, a nuestras madres no les quedaba otra que aprovechar su abundancia y aggiornarlas con la siempre dulce leche consensada. A continuación, las claves para revivir esta apetitosa receta.
Ingredientes
—4 manzanas (rojas o verdes)
—1 tarro de leche condensada
—2 huevos
—1/3 taza de azúcar
Precalentar el horno fuerte. Pelar las manzanas, rallarlas y ponerlas en un bol. Agregar la leche condensada y mezclar bien. Verter esta mezcla en una budinera y llevar al horno por veinte minutos, o hasta que la manzana con la leche condensada cuaje. Sacar del horno y reservar.
Mientras se enfría, abrir los huevos y separar las claras de las yemas para hacer el merengue. Poner las claras en un bol (guardar las yemas en un recipiente hermético en el refri para otra preparación) y batirlas —ojalá con batidora—; una vez que comiencen a subir, agregar el azúcar. Seguir batiendo hasta que el azúcar se disuelva bien y la mezcla esté firme.
Poner el merengue encima de la manzana con leche condensada y llevar nuevamente al horno —ojalá con grill— por diez minutos o hasta que el merengue comience a dorar. Sacar del horno, dejar enfriar y servir.
Leche condensada azucarada Nestlé 397 g
Colegial
Dicen que es originario de Valparaíso, pero lo cierto que hasta bien entrados los noventa, se lo podía encontrar en kioscos y puestos ambulantes cercanos a los colegios de casi todo Chile, además de ser un postre fijo en los casinos de muchas escuelas. Claro: como su materia prima es el pan duro que siempre se junta en una cocina, era una preparación de aprovechamiento infaltable. Con el tiempo se ha ido perdiendo, pero nunca olvidando. Acá la reivindicamos.
Ingredientes
—1 kilo de trozos de pan del día anterior (o incluso más viejo).
—1 litro de leche entera
—6 huevos
—2 tazas de azúcar
—Canela en rama, cáscara de naranja y azúcar flor
En una olla poner la leche con una taza de azúcar más una ramita de canela y un trozo de cáscara de naranja. Llevarla al fuego y hacerla hervir. En ese momento, apagar el fuego y añadirle el pan, para que se hidrate a temperatura ambiente.
Una vez que la leche esté fría, usar una procesadora hasta que el pan quede bien molido y mezclado con la leche. A continuación, batir los huevos, incorporarlos, revolver bien y dejar reposar.
Precalentar el horno a media temperatura, mientras en una budinera ponemos una taza de azúcar y la llevamos a fuego directo, hasta que se haga el caramelo. Retirar inmediatamente y, a continuación, verter ahí la mezcla. Meter la budinera al horno por 40 minutos o hasta que comience a dorar. En ese momento, se saca y se deja enfriar.
Finalmente, espolvorear con azúcar flor, cortar en cuadrados y servir (con una bolita de helado de vainilla encima quedan muy bien).
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Bavarois
A comienzos de los ochenta, hubo un recordado comercial de leche evaporada en el que se presentaba una receta justamente de este postre. No me queda claro si el bavarois —se pronuncia bavaruá— habrá sido tan masivo como otros postres, sin embargo el spot televisivo le hizo ganarse una buena fama.
En otras palabras, me parece que al bavarois lo veíamos más en la tele que en nuestras mesas. Por lo mismo, tal vez, se ganó cierta fama de sofisticado y exclusivo. ¿La verdad? Se trata de una preparación bastante sencilla, e incluso económica. Lo mejor es que es simplemente exquisita. Por todo lo anterior, acá va la receta.
Ingredientes
—1 tarro de leche evaporada (refrigerado desde la noche anterior)
—1 caja de jalea (sabor a elección)
—2 tazas de agua caliente
En un bol, hidratar la jalea con el agua caliente hasta que se disuelva, pero sin dejar que se enfríe. Mientras tanto batir (con batidora) la leche evaporada hasta que triplique su volumen. Después, mezclar la leche y la jalea batiendo lentamente. Finalmente verter toda esta mezcla en pocillos individuales y refrigerar por al menos un par de horas antes de servir.
Leche evaporada Nestlé Ideal 400 g
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 18 de abril de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.
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