Opciones y recetas para una cena navideña sin estrés
No hay tiempo ni ánimo para armar grandes panoramas navideños este 2020. Por lo mismo, vale la pena seguir estas sugerencias —de platos listos y otros de rápida preparación en casa— que solo buscan hacer la vida (en estricto rigor, una noche) más fácil.
Primera advertencia: nadie se muere si el 24 de diciembre en la noche se come un sándwich y se acuesta. No pasa nada. Tampoco pasa nada si cenan en familia lo que les quedó del almuerzo. Ahora bien, si quieren hacer algo especial esta noche de Navidad, háganlo, pero siempre en la medida de sus posibilidades. Es decir, según el tiempo, las lucas y las ganas que hayan.
Tampoco dejen que nadie les venga a decir que en esta fecha se debe comer tal cosa o que está prohibido consumir otras. Han pasado suficientes cosas de verdad importantes este año como para hacerse problemas por la comida a estas alturas del partido. ¿No creen?
Todo listo
Si simplemente ya no nos dio el tiempo para organizarnos con las compras para la comida de Navidad, no queda otra que optar por lo que hay en el mercado en comidas preparadas y listas para servir. Afortunadamente, en este ámbito la oferta es cada día más amplia. Aunque hay que tener ojo: a estas alturas de la semana puede que los envíos no estén funcionando y haya que acercarse hasta las distintas tiendas para dar con ese plato perfecto y listo que no nos dará nada de trabajo. Una muy buena opción es el risotto de camarón que se puede encontrar en la web de bechef.cl. Es todo al vacío, así que luego la faena de calentar es fácil y breve. Además, como hay variedad de platos individuales, se puede comer a la carta, casi como en un restaurante.
Porción de risotto de camarón BeChef 250 g
Otra opción de comida lista para servir y consumir la encontramos en helendefleurac.com, con todas sus especialidades de la cocina francesa. ¿Qué puede ser? Para aprovechar que estamos en un sitio que ofrece comida gala, lo mejor es irse por su exquisito parmentier de pato, que con una ensalada verde al lado es una comida ideal para Navidad o cualquier noche del año.
Parmentier de pato Hélène de Fleurac (3-4 personas)
Y si la cosa es seguir haciéndonos la vida fácil, tener una buena lasaña como plato principal también es una gran solución. Se compra lista, se calienta en el horno de casa y se pone así mismo en el centro de la mesa. Cero estrés. Una recomendación: la lasaña vegetariana de Di Trento.
Lasaña vegetariana Di Trento (6-8 personas)
Otra opción puede ser tirar pinta con el filete wellington que ofrece la cadena Fork, el que además se puede pedir a través de distintas aplicaciones, y de paso aprovechar de comprar otras cosas que nos pueden hacer falta este fin de semana extra largo, como pan, quesos, jugos, aderezos de ensaladas, pizzas y más.
Filete wellington cubierto con duxelle de champiñón (4-5 personas)
Su majestad el pavo
Más allá de las distintas opciones presentadas acá, puede que tú seas una de esas personas que no concibe la Navidad sin un buen pavo al horno. Pero la idea no es estar la tarde entera muriéndose de calor con el pavo cocinándose; además, muchas veces los pavos, cuando son muy grandes, ni siquiera caben en el horno, y uno termina trozándolos antes de tiempo.
Por todo lo anterior, mi consejo es comprar un pavo listo y no complicarse más. ¿Dónde? Una buena opción puede ser Villa Real, los mismo del salón de té de la calle Pedro de Valdivia, donde se puede comprar el pavo entero, solo pechugas o incluso algunas rebanadas. Para los más tradicionales también hay puré de manzanas.
Pechuga de pavo asada (15 rebanadas)
El jamón no falla
Otro clásico que viene muy bien en las fiestas de fin de año es el jamón cocido, servido al plato con ensaladas, puré de manzanas o hasta un arroz frío. No faltan los que lo decoran con algo de piña también. Lo mejor es que para el desayuno del día siguiente, y el de todos esos lánguidos días posteriores a la Navidad, siempre habrá algo de jamón para un sanguchito salvador. Por eso, lo mejor es, si se puede, hacerse con una pierna completa del tradicional jamón cocido Aybar. Un clásico de los fines de año santiaguinos.
Pierna de cerdo en trinchador Aybar (8 kg, para 30 a 35 personas)
A cocinar
Si insisten en cocinar, este clásico nunca te deja mal. Sí, porque el solomillo de chancho con ciruelas y mostaza es fácil de preparar, no demora mucho y deja a todos los comensales pensando que el cocinero se esforzó bastante. La verdad, solo hay que tener los ingredientes precisos y algo de tiempo. Nada más.
Solomillo relleno con ciruelas
—1 pieza de solomillo (filete) de chancho
—½ taza de ciruelas secas y descarozadas
—1 taza de vino blanco
—1 taza de mostaza fuerte
—Sal, pimienta y aceite de oliva
Remojar en agua tibia las ciruelas hasta que estén blandas. Luego, cortar el solomillo a lo largo sin llegar hasta el fondo de la pieza y rellenar con las ciruelas previamente escurridas y picadas. Salpimentar el interior, además de agregar un poco del agua donde se hidrataron las ciruelas. Cerrar el solomillo y con hilo de algodón amarrarlo como si fuera un arrollado. Después pintarlo con una buena cantidad de mostaza, salpimetarlo y saltearlo en una sartén con aceite de oliva. Una vez que esté dorado, traspasarlo a una fuente junto a todos sus líquidos y llevar a horno fuerte por 25 minutos. Finalmente, bañar todo con el vino blanco y darle unos diez minutos más. Sacar del horno, dejar reposar unos minutos, cortar y servir.
Un pollo perfecto
Ahora bien, si no hay tiempo para cotizar alternativas de comidas preparadas, pero tampoco para ir al supermercado a conseguir complicados ingredientes para la comida de la noche del veinticuatro, también se puede armar algo con provisiones sencillas que siempre tenemos en casa o que no son difíciles de conseguir. Por ejemplo, un pollo entero, que si se cocina bien, puede ser un verdadero manjar para poner el centro de la mesa esta navidad, acompañado de ensaladas varias, arroz o lo que más les guste.
Pollo al horno
—1 pollo entero sin menudencias
—½ taza de sal gruesa
—¼ taza de pimienta molida
—¼ taza de merquén o ají picante molido
—Ralladura de la piel de un limón
—3 dientes de ajo pelados y picados muy finos
—Aceite de oliva
En un recipiente grande mezclar sal, pimienta, merquén, piel de limón y ajos. Luego, secar bien el pollo con papel absorbente para después frotarlo por todos lados con la mezcla de aliños. A continuación poner el pollo en un recipiente, taparlo con film plástico y llevarlo al refrigerador por seis horas. Tras esto, sacarlo y ponerlo, sin plástico, con la pechuga hacia arriba en una fuente para horno previamente aceitada. Ponerle un generoso chorro de aceite de oliva por encima y llevarlo al horno fuerte por media hora. En ese momento, sacar el pollo y bañarlo con los mismos jugos que haya botado para luego volver a ponerlo en el horno por unos veinte minutos más o hasta que esté bien dorado. Finalmente sacar del horno, dejar reposar unos minutos, trocear y servir.
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