La piel es un órgano vivo, por lo que cambia constantemente. El clima, la edad, la alimentación y el ciclo menstrual son sólo algunas variables que puede provocar ajustes en la piel, y a ello se suma también el estrés.
En momentos en los que nos vemos en un aislamiento involuntario o voluntario, la ansiedad se puede manifestar por esa vía, y uno de los elementos paliativos con los que podemos aportar, es con el uso de mascarillas adecuadas para cada persona; no solamente en términos “prácticos”, sino también porque contempla un ritual que implica tomarse el tiempo, eligiendo, preparando y aplicando; transformándose así en momento de paz muy necesario en estos días de tensión y sobreinformación.
En el mercado se puede encontrar mascarillas de todo tipo. Velos, arcillas, geles, burbujas… es todo un mundo; cada una con una amplia variedad dependiendo de cada piel, ya sea seca, grasa, mixta, deshidratada, reactiva o sensible y con diferentes objetivos específicos, como reafirmar, hidratar, regular el sebo, descongestionar. Todos y todas podemos encontrar la nuestra.
A continuación, les explicaré para qué sirve cada uno y cuáles son sus propiedades. Además, les dejo algunas recomendaciones:
Velos
Los velos, uno de los tipos de mascarillas más comunes. Suelen tener un efecto inmediato en cuanto a hidratación y hay varias maneras de conseguirlo: comprando la mascarilla ya preparada y lista para ser aplicada, o comprar los velos comprimidos, sin producto, y así cada persona le incorpora la loción que le acomode (hidratante, descongestiva). Con el uso correcto el efecto es inmediato, hidratando la piel y en muchos casos devolviendo su luminosidad.
Este fue uno de los emblemas del boom de la cosmética coreana y en Chile podemos encontrar varias marcas que cuentan con este producto para diferentes necesidades.
Desde precios muy convenientes hasta más sofisticadas, el abanico es amplísimo.
Arcillas
Las arcillas tienen múltiples usos. Algunas tienen un efecto détox, otras entregan luminosidad y varias pueden regular la grasitud, como por ejemplo las que tienen base de carbón. En cuanto a estas últimas, su gracia se encuentra en el efecto “imán” que ese mineral tiene sobre las impurezas, logrando así purificar la piel.
Gel
Al no tener sebo en su formulación, las mascarillas en gel son perfectas para hidratar pieles grasas ya que, una buena hidratación con los productos adecuados, es esencial para el control de impurezas. Igualmente, sirven para todo tipo de piel y en muchas ocasiones también cumplen el objetivo de atenuar líneas de expresión.
Burbujas
Las mascarillas “burbuja”, tal como dice su nombre, generan pompas que limpian los poros de manera suave y profunda, sin endurecerse. No son las más masivas acá en Chile, sin embargo, la oferta es atractiva.
Rosario Grez es periodista, locutora radial y cosmetóloga. Después de años obsesionada con el cuidado de su piel, investigando y probando distintos productos, decidió estudiar lo que ya se había transformado una pasión en su vida: cosmetología.