Hace casi cinco años, mi cabeza no se encontraba como siempre pero no era por la humedad o porque se me hubiese acabado el champú. Me miré en el espejo del baño y me fijé que en mis negras raíces había movimiento. ¿Estaré viendo corrido? ¿Estará sucio el vidrio? Dudé y sospeché hasta que al fijarme con detenimiento acepté mi problema: eran bichos y no lo podía creer.
Los piojos y liendres son más comunes de lo que pensamos y no son caminantes exclusivos de las cabezas de las niñas y niños. Mi episodio con ellos lo tuve a los veintitantos y se originó porque unos temerarios parásitos saltaron de los cabellos de las hermanas de mi pareja de entonces a la mía. Por ellas me enteré al poco tiempo de que era un problema frecuente, y que usualmente saltaban entre sus cabezas. Para mala suerte mía, los piojos se tentaron con mi cuero cabelludo y finalmente lo colonizaron e infestaron.
¿Qué son los piojos?
“Piojo o pedículo es el nombre que recibe el insecto áptero que parasita las cabezas de los humanos, y liendre es como se llama el huevo que ponen”, explica Rodrigo Loubies, profesor de dermatología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago. “Esta ectoparasitosis —presencia de parásitos en la parte externa del cuerpo— se denomina pediculosis”.
En la naturaleza hay muchos tipos de piojos —se cuentan al menos unas 3250 especies—, pero el que es capaz de habitar en la cuero cabelludo humano es “el Pediculus humanus capitis, comúnmente llamado piojo de la cabeza”, complementa Paula Guzmán, jefa del Servicio de Pediatría de Clínica Universidad de los Andes. Esta especie “tiende a preferir los cueros cabelludos de personas que tienen un pH básico”, característica que suelen tener los niños y niñas, por lo que suelen ser los más afectados.
El piojo, una vez instalado en nuestras cabezas, pica. Una comezón que cuando comienza no se detiene y que es como si no desapareciera con nada. Esto se debe principalmente a que estos insectos “succionan sangre del cuero cabelludo, lo que genera heridas y además emiten una sustancia que genera mucha picazón en la cabeza”, dice Guzmán.
Simultáneamente, al ubicarse entre el cabello los piojos ponen huevos, siendo estas las liendres. “Después de siete días, los huevos eclosionan y nacen nuevos parásitos”, asegura, un loop que sigue y sigue hasta que se le ponga un freno.
Algo que no sabías del cuero cabelludo
Los mayores afectados con los piojos son los niños, debido al pH de su cuero cabelludo. Sin embargo, esto no nos deja a los adultos con chipe libre, ya que efectivamente cualquier persona puede ser huésped de estos indeseados inquilinos.
“Es muy frecuente que afecte a niños y niñas en la prepubertad, porque todavía no tienen suficiente desarrollo de las glándulas sebáceas en el cuero cabelludo”, explica Loubies. Después de la adolescencia es “cuando estas glándulas están funcionando de manera óptima”, por lo que al crecer es menos probable sufrir de pediculosis, ya que “el cebo actúa como un repelente de piojos natural”.
Fíjate en especial en tus raíces
Según explica Loubies, es común que “el pedículo ponga la liendre o el huevo pegadito al cuero cabelludo. A medida que el pelo va creciendo, la liendre se va distanciando”. De acuerdo a los “centímetros que haya entre las liendres y la piel o al avance que tenga en el pelo nosotros podemos saber cuánto tiempo lleva un paciente infestado”.
“En general las liendres que están más pegadas al cuero cabelludo todavía tienen las larvas adentro”, agrega. “En cambio, si están más distantes significa que ya nació el pedículo nuevo, y por lo tanto hay un nuevo piojo en tu cabeza”, comenta.
¿Cuál es la mejor manera de eliminarlos?
La jefa del Servicio de Pediatría de Clínica U. de los Andes cuenta que existen dos formas de eliminar a estos huéspedes a los que nadie invitó.
Mecánica: Son los tratamientos que no utilizan productos farmacológicos. El más tradicional es usando un peine metálico que retira los piojos y liendres, pero también se puede acudir a una peluquería especializada, donde retiran los insectos y sus huevos con aspiradoras especiales.
Química: Este tratamiento ocupa productos farmacológicos y tiende a ser más efectivo. Una de las alternativas es aplicar lociones o champús en base a permetrina, piperonil butoxido, dimeticona y deltametrina, como esta All Out, que no es tóxica ni contiene pesticidas.
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También existe el camino del consumo de medicamentos, “que se deja para cuando no hay respuesta con el tratamiento de productos locales”, explica Guzmán. Los compuestos activos de estos remedios son la ivermectina o el cotrimoxazol.
Con respecto a los tratamientos comunes, usualmente consiguen matar al piojo pero no a la liendre. “La forma correcta es repetir el tratamiento a los siete días, para así matar a los piojos nuevos, y luego usar el peine metálico para eliminar las liendres”, afirma.
¿Cómo usar correctamente las lociones?
A continuación, Guzmán entrega un detallado paso a paso para combatir a estos visitantes. “Este tratamiento es el más usual y no es tóxico. Sin embargo, hay que evitarlos en niños menores de dos años”, detalla la pediatra.
Paso 1
Aplicar la loción en el pelo seco. Esto es muy importante, ya que si está mojado o húmedo, se pueden producir burbujas, a través de las cuales los piojos podrían respirar. Esto dejaría sin efecto al tratamiento, que lo que busca es asfixiar a los insectos .
Paso 2
Una vez aplicada la loción, poner un gorro plástico y esperar el tiempo que se indica en las instrucciones del producto, que suele ser entre una y seis horas.
Paso 3
Sacar el pediculicida con un champú tradicional y luego realizar un enjuague con vinagre, que elimina la sustancia cementante de la liendre, que es la que permite que se adhiera al pelo.
Paso 4
Para terminar, se debe hacer un peinado de toda la cabeza con un peine metálico, para así eliminar todas las liendres. Una vez finalizado el proceso, se recomienda seguir peinando el pelo con el peine metálico durante siete días, plazo en el que conviene volver a repetir el mismo proceso.
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Prevención
Dicen que es mejor prevenir que lamentar, y en cuanto a los piojos hay algunas cartas que tomar en el asunto.
“Lo principal es estar revisando siempre a la familia”, expresa Loubies, “no solo a los niños”. Sin embargo, en caso de que alguno de tus hijos se encuentre con estos parásitos, toda la familia debe someterse a tratamiento.
“Un error común es que los adultos del hogar no realicen el tratamiento”, cuenta. “Aunque ellos no tengan el insecto en el momento, los piojos pueden pasar a los sillones o cambiarse de huésped. Algunos incluso pueden alimentarse algunos días del adulto, aunque no le guste el cebo o la grasa que tenga en su cuero cabelludo, y después puede volver al niño”, relata.
Para prevenir, “hay que tratar de mantener un buen aseo del cuero cabelludo, un cepillado permanente y una revisión regular de todos los niños”, explica. Si se conocen casos de pediculosis en el entorno familiar o escolar, Guzmán recomienda usar un champú de quassia una vez a la semana, el cual sirve para combatir pero también para evitar la pediculosis
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Otras medidas preventivas importantes son:
-Mantener una buena higiene básica, lavando el pelo todos los días o día por medio.
-Mantener el pelo corto.
-Si se prefiere el pelo largo, mantenerlo amarrado.
-No compartir entre los niños elementos capilares comunes como peinetas, pinches, colet, gorros, etc.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 17 de noviembre de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar