Para quienes nos criamos jugando Atari, o después Sega o Nintendo, el recuerdo de seguro tiene que ser con los títulos más clásicos y populares de esas generaciones. Claro, eran tiempos donde uno compraba un juego y lo jugaba incansablemente hasta —ojalá— terminarlo. Uno podía quizás intercambiar el cartucho con amigos, venderlo usado como pie para otro juego o simplemente guardarlo hasta una próxima ocasión. Así, más o menos, funcionó por varias décadas el ciclo de vida de un videojuego desde que nació esta industria.
Pero en muy pocos años los tiempos han cambiado. Las nuevas tecnologías —y, sobre todo, el internet de alta velocidad— permitieron que la forma de acceder a los videojuegos cambiara de manera radical. Más allá de una cierta ubicuidad para jugar desde distintas plataformas —desde el clásico PC o las tradicionales consolas hasta los celulares o tablets—, es el acceso a bibliotecas online, como si fuera un servicio de streaming, lo que realmente ha significado un cambio a la hora de escoger nuestra próxima aventura.
Hace poco más de cinco años que Microsoft hizo debutar su sistema, llamado Xbox Game Pass, que en su momento pareció sacado de un paraíso gamer: la plataforma permitía acceder a una amplia pero a la vez selecta ludoteca de cientos de títulos, actuales y pasados, además de exclusividades y otras sorpresas, todo pagando una mensualidad de menos de diez dólares. Algo parecido a lo que hacen servicios tan populares como Netflix o Spotify, solo que con videojuegos.
Sonaba demasiado bueno para ser cierto, pero así no más fue. Quienes estamos suscritos, sabemos la panacea que puede llegar a ser. Solo se requiere una buena conexión a internet —y pagar la suscripción— para gozar a pocos clics de distancia de muchos más juegos de los que uno hubiese imaginado cuando pequeño. Cinco años después, Xbox Game Pass es uno de los anzuelos más atractivos a la hora de elegir una consola nueva. Una ventaja que Sony y su PlayStation no podían seguir permitiendo.
Tres planes distintos, uno solo que vale la pena
La competencia tenía que responder. Lo hizo más tarde que temprano, pero finalmente Sony cumplió la tarea y este año lanzó su propio sistema de suscripción para PlayStation. No es exactamente igual al Game Pass de Xbox, pero sí tiene muchísimas similitudes en su esencia y en su objetivo.
Sigue llamándose PlayStation Plus, igual que el servicio de membresía que la marca ya tenía para sus usuarios, pero ahora tiene tres niveles de suscripción. Durante varios días y noches estuvimos revisando y escarbando en los títulos disponibles. Con esto nos encontramos.
El nivel básico de suscripción, llamado Essential, es el de siempre: da acceso a juegos multijugador en línea, juegos gratuitos por mes (en la medida en que uno está al día con la suscripción; sino desaparecen de la consola), descuentos, almacenamiento en la nube, juegos compartidos y no mucho más. Su costo es de casi 7 dólares al mes (unos 6.800 pesos), aunque se reduce bastante si se paga anualmente: 39.99 dólares, unos 3.250 pesos mensuales al cambio actual.
El siguiente plan es el Extra, que junto a lo que ya ofrece el Essential suma acceso a una biblioteca de juegos, principalmente de PlayStation 4 y 5, además de juegos clásicos de la francesa Ubisoft. Vale 10.49 dólares mensuales (poco más de 10 mil pesos), y 66.99 anuales (5.400 pesos al mes, aproximadamente).
Y finalmente tenemos el último nivel, llamado Deluxe, que a todo lo anterior de los dos planes agrega una grandiosa biblioteca de títulos clásicos, que pueden llegar hasta la PlayStation original, además de pruebas exclusivas de juegos que están por salir e incluso jugar juegos vía streaming (si es que la banda ancha lo permite). Si bien todos los niveles tienen sus atractivos, éste es definitivamente el que más vale la pena, especialmente para jugadores más veteranos que, hace demasiado tiempo, estábamos esperando una opción de retro compatibilidad con títulos de antaño. Cuesta no tanto más que el plan Extra: 11.99 por mes (unos 11.600 pesos) y 76.99 anuales (6.250 pesos por mes, al cambio actual).
Mucho por corregir
El sistema es bueno, funciona, pero le falta cohesión. Se nota que no nació como plan original sino como respuesta a Microsoft, ya que en términos de valor y experiencia de uso, Game Pass le lleva la delantera.
¿En qué aspectos se nota esto? Desde la posibilidad de jugar juegos exclusivos desde el día de su debut —cosa que PS Plus no tiene todavía— hasta detalles respecto a la interfaz de búsqueda, que es muy poco amistosa. A pesar de todo el tiempo que se lleva desarrollando, se hace muy evidente que el sistema de Sony aún está en sus primeras etapas.
Al recorrer la página haciendo scroll, vemos que las ofertas del servicio van apareciendo en distintas categorías, las que al principio pueden parecer algo confusas. También se aprecian títulos destacados para los distintos niveles, lo que puede aumentar la confusión. La caja de búsqueda funciona, pero la entrega de resultados no es tan directa como uno esperaría. Muchas veces hay que teclear el título completo de un juego para encontrarlo.
Es cierto que estos problemas pueden ser pulidos rápidamente en el tiempo, en realidad no es nada que resulte grave, pero definitivamente la navegación necesita mejoras, más si consideramos todo el tiempo que se tomó Sony para trabajar y lanzar este producto.
Los valores también son bastante discutibles, especialmente en los niveles más altos: mientras el Game Pass de Xbox para consolas cuesta 5.990 al mes, el plan Deluxe de PS Plus —que sería su equivalente— vale casi el doble. Los precios solo se acercan si uno se arriesga a pagar el año completo.
Los beneficios
Los Game Trials —o demos, como se conocían antaño–, están disponibles en los dos planes más altos y son justamente eso: pruebas de juegos que están por lanzarse. Así, los estudios y la misma compañía pueden ir evaluando con antelación qué títulos tendrán más éxito y a cuáles les falta trabajo.
A diferencia de cómo era antes, donde uno podía jugar solo un par de etapas, una parte del mapa del juego o solo elegir a un par de personajes o equipos —si se trataba de un juego de peleas o deportes—, en este caso el título se descarga por completo, pero con acceso restringido por horas.
La selección de juegos es rara. Hay títulos potentes para probar por un rato, como el Horizon: Forbidden West, el Cyberpunk 2077 o el WWE 2K 2022. La descarga es gratuita y, si al usuario le gustan durante el periodo de prueba, tiene la posibilidad de comprarlo. Pero no es algo que se pueda hacer con todos los juegos o al menos con un gran abanico de ellos: al contrario, la selección se siente muy al azar y poco cohesionada. Aquí también hay un gran espacio para mejoras.
Eso sí, la biblioteca de juegos de PlayStation 4 y 5, disponible en los planes Extra y Deluxe, es realmente atractiva y probablemente será la gran carnada para atraer suscriptores al servicio. Aquí nos encontramos con la gran batería de títulos que en los últimos años han estado disponibles para las dos últimas generaciones de la consola: obras de arte como Spider-Man, Red Dead Redemption II, Returnal, Death Stranding, God of War, Ghost of Tsushima y muchos más están a solo dos clicks de distancia. Para alguien que recién compró la consola, esto es un verdadero must para acceder a varios títulos a la vez.
La biblioteca que da acceso a los clásicos históricos de la consola, por su parte, está ok. Personalmente era la que más me interesaba, y si bien encontré varios títulos interesantes, nostálgicos y que nunca tuve la oportunidad de jugar en su momento, la selección es más bien escueta si consideramos la tonelada de títulos que salieron durante esas décadas, las del 90 y el 2000. Aún le falta mucho para ser un pilar de verdad atractivo, especialmente para quienes debutaron con esas generaciones.
De todos modos, hay atractivos títulos clásicos que me arrancaron más de una sonrisa (y casi una lágrima), como la divertida saga Ape Escape, Jak, Carmaggedon, la saga Castlevania, los viejos títulos Disney/Pixar, los primeros juegos de la saga God of War, la gran mayoría de los juegos Lego, LocoRoco, los títulos Ninja Gaiden y otros más.
La pregunta final es: ¿vale la pena suscribirse? Si la dedicación a la consola suele ser de varias horas a la semana, o la usan muchas personas en casa, definitivamente sí. En vez de comprar juegos unitarios a 30, 40 o 50 mil pesos, acá se podrá acceder por ese último precio a cientos de ellos durante todo el año. Aunque aún le falte contenido, esta primera etapa es suficiente para cautivar hasta a los más mañosos.
Precios:
- Esencial: Suscripción por 1 mes US$6.99 / Por 3 meses US$16.99 / Por 12 meses US$39.99.
- Extra: Suscripción por 1 mes US$10.49 / Por 3 meses US$27.99 / Por 12 meses US$66.99.
- Deluxe: Suscripción por 1 mes US$11.99 / Por 3 meses US$31.99 / Por 12 meses US$76.99
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 28 de septiembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.