Hace un par de semanas que la noticia ha sido trending topic, portada y tema obligado en matinales, diarios y sobremesas: la zona central de Chile, y en especial Santiago, está siendo invadida por polillas. Pero es un gran error.

La historia es testigo de que el desconocimiento y la desinformación generan comportamientos humanos erróneos. En este caso, las polillas son víctimas por una simple discriminación cromática, ya que al fin y al cabo no dejan de ser mariposas.

Para entender y desmitificar la mala reputación de las polillas, conversamos con María de los Ángeles Medina, arquitecta que hace diez años cofundó el proyecto Micra.cl, una especie de biblioteca digital colaborativa en la que puedes encontrar todo sobre el universo de las mariposas. Es un gran catálogo de los ejemplares de este grupo de especies, donde puedes encontrar aspectos específicos como los hábitos de vuelo, colores, tamaños y su comportamiento con las plantas, entre otras variables.

Se llama Micra porque, según explican en el sitio, “esta es la unidad de longitud equivalente a una millonésima parte de un metro, es decir, una milésima de milímetro: mil nanómetros”. Un dato interesante es que “una escama del ala de mariposa mide aproximadamente 20 micras” y “en un milímetro caben 50 escamas de mariposa”.

Es una mariposa y poliniza

Existen tatuajes de mariposas, ropa con estampados de mariposas, canciones y hasta disfraces. Pero de las polillas, poco y nada. Por alguna razón, se trata de un insecto con mala reputación, una fama completamente injusta.

“Son polinizadoras, igual que las abejas, las moscas y cualquier insecto que tenga el cuerpo peludo”, explica Medina. Este tipo de insectos, “al ir a libar a la flor —o sea, sacar el néctar—, atrapan en su cuerpo todo el polen, que es donde está el material genético de las plantas”, afirma.

Los insectos que liban y que son peludos, “se les queda pegado el polen y ahí se van a libar a otra flor y esto es cruzar información genética”. Es decir, polinizar.

Mejorando la imagen de la polilla

Existen hartos mitos asociados a las polillas y ,como divulgadora en estos insectos, Medina ha escuchado algunos que le parecen simplemente insólitos. “Las polillas no son plaga y no hay un boom particular de ellas” explica. “No muerden, no pican, no son venenosas, y no son más grandes de lo normal”, apunta.

“Lo que pasa es que se les suele llamar mariposas a las que son más coloridas y que vuelan en plena luz del día, y como las polillas vuelan en la tarde o la noche, se les llama distinto, pero esa es una separación que en realidad no existe”, dice la cofundadora de Micra.cl.

Por ende, las polillas no son peligrosas para los humanos y menos para los animales. “No tienen aguijón, no pueden picarte, no son tóxicas”, indica Medina. Incluso, dice, te las puedes comer y da lo mismo. Por el contrario, son nutritivas. “Tienen un montón de proteínas y carbohidratos”, agrega. Si tu gato o perro se come una, no te preocupes.

De hecho, según lo que explica es peor para nosotros, porque “necesitamos más población de ellas”. “Su rol polinizador es vital y en este minuto la disminución de biodiversidad y de biomasa está siendo súper grave”, agrega.

El escenario

Para entender por qué estamos presenciando más de estas mariposas, María de los Ángeles Medina explica que todo se remonta al contexto de la mega sequía que aqueja a la zona central desde hace veinte años. Este largo déficit de lluvias ha provocado que la población de insectos disminuya.

“Nos hemos ido habituando a ver cada vez menos insectos, porque la mega sequía, el cambio climático y el crecimiento de las ciudades ha hecho que el volumen de su población haya bajado en un 60%, aproximadamente”, comenta.

Lo que pasó este invierno fue que tuvimos algo más de lluvias que años anteriores. Con la humedad “se irrigan los suelos, aumenta la cantidad de hierbas y plantas”, lo que genera que “aumente explosivamente la cantidad de alimento para las larvas de las mariposas y lepidópteros en general”, dice.

Las mariposas que vuelan por las noches se llaman noctuídeos y se alimentan de malezas o pastos anuales. “Un poco más de agua, y la planta aumenta en densidad y volumen”, por lo que “las larvas de las mariposas llegan a término con más éxito”. Así aumenta su población, pero en ningún caso estamos ante una plaga. “Esto es lo que ojalá hubiese todos los años”, afirma Medina.

Uno de los esfíngidos más fotografiados en estas semanas es la Hyles Annei, una mariposa nativa de Chile, cuyas larvas, por el contexto explicado anteriormente, llegaron a término más exitosamente que en otras temporadas. “Dicen que es más grande de lo normal, pero esto no es así”, dice Medina, ya que esta especie mide entre 8 a 9 centímetros y solo son más grandes en relación a otras clases de polillas que estamos acostumbrados a ver, de un tamaño de 1 a 2 centímentros.

“El 2017 también hubo más lluvias y pasó esto mismo”, recuerda ella. Lo que pasa es que la memoria es frágil y la gente se olvida.

Entendiendo a la polilla

Muchas personas les tienen miedo a las polillas. Cuando se presenta una en las ventanas o luces de tu casa o departamento, hay personas que gritan y piden ayuda. Pero como todo miedo, lo mejor que puedes hacer para afrontarlo es estar lo más informado posible para saber cómo actuar.

Las polillas ingresan a las casas porque “se guían con la luz de la luna”, dice Medina. “Cuando prendes la luz y estás con la ventana abierta en la tarde, las polillas entran porque se confunden la ampolleta con la luna”.

Así de simple. Cuando está oscureciendo, la polilla —como un noctuídeo— comienza a activarse, y cuando ve las luces artificiales de nuestra casa, se confunde en su vuelo y entra, para luego quedar como el meme de John Travolta, preguntándose cómo llegó y qué hace ahí.

¿Cómo evitar que entren a tu casa?

Si gugleas cómo evitar polillas, o cómo ahuyentarlas, aparecen un sinfín de recetas y trucos. Pero según Medina, esa información “no es real”.

Se habla harto de que la lavanda las espanta, pero lo que desconocen las personas es que “son insectos que viven con muchísimos olores y están súper adaptadas a todos ellos”, asegura la especialista.

Lo mejor que puedes hacer, según ella, es tener cerradas las ventanas cuando atardece. “Es un horario raro, porque hay luz, pero se ve poco, y en ese momento hay que tener las ventanas y/o las cortinas cerradas”, afirma.

“Cuando está oscureciendo, las polillas buscan la luz de la luna, porque están todo el día dormidas, y cuando están recién despertando empiezan a guiarse con la luz que encuentren”.

“Cuando esté completamente oscuro, las mariposas van a estar activas, van haber ubicado la luz de la luna y van a estar orientadas”, expresa la divulgadora. “Si tú las pillas en el momento en el que están desorientadas, buscando la luna con las luces prendidas y la ventana o la cortina abierta, van a ir a tu luz”.

Si quieres aprender a identificar a estas mariposas nocturnas, solo basta con explorar micra.cl o seguir su cuenta de Instagram, donde están constantemente informando sobre las diversas mariposas que vuelan en Chile y el mundo.