Los hongos en la piel son como esas visitas que no invitaste, que no quieres que lleguen, pero sin embargo consiguen aparecer igual en tu fiesta. ¿Cómo hacer para que no aparezcan? Y más importante aún: ¿de qué forma echarlos sin armar un escándalo?
Los pies son uno de los lugares predilectos para los hongos, especialmente en el espacio que queda entre los dedos. ¿Cómo llegan hasta ahí? Según la Harvard Medical Publishing, esta infección ocurre gracias “a organismos microscópicos”, que habitualmente están en la piel, pero que “prosperan en ambientes cálidos y húmedos”.
Las esporas de los hongos están en todos lados: no las vemos, pero están esperando cualquier condición propicia para asentarse y reproducirse. Y los pies muchas veces se las entregan.
Por ejemplo, con el famoso “pie de atleta”, una infección que suele ocurrir en la planta del pie pero que, según explica Matías Gompertz, dermatólogo de Clínica Ciudad del Mar, tiene un nombre muy malo, antiguo y médicamente no utilizado.
“Se le dio llamó así porque muchas veces los atletas, como entrenan tanto, con calzado más cerrado, pasan mucho tiempo con el pie húmedo debido al sudor y generan un ambiente más propenso para que estos hongos proliferen y afecten la zona”. Alejandra Palma, médico general de Help!, agrega que estas infecciones “las causan hongos que viven en el tejido muerto de la piel, el pelo y las uñas, y que crecen rápidamente en ambientes húmedos y cálidos”.
Otro nombre con el que se le conoce a este problema de pies es Tiña pedis, comenta Manuel Acuña, medical advisor de Examedi. “Los pies, al estar oscuros, cálidos y con tendencia a humedad, son un lugar ideal para la aparición de hongos y suelen manifestarse con picazón, ardor, mal olor, exceso de sequedad, enrojecimiento y descamación”, añade.
Por otro lado, Luz María Grez, pediatra y fundadora de Pediatra a tu Casa, menciona que si hay compromiso de uñas, “estás cambian a un color más amarillento, se engrosan e incluso se pueden desprender”.
Los hongos llegan principalmente por contacto piel con piel, explica Grez, pero también se puede propagar en superficies húmedas, “como los pisos de los camarines, baños o duchas públicas”, señala. “Cuando una persona transpira durante una actividad física, la humedad en la piel puede aumentar las oportunidades de una infección por hongo”.
Estos invitados de piedra también se aprovechan de pequeñas lesiones en la piel de los pies, que les proporcionar una entrada para infectar más fácilmente.
Las diferentes caras de los hongos
“Los hongos en los pies pueden manifestarse de diferente forma”, dice Gompertz. Esto dependerá de la zona afectada del pie:
- Entremedio de los dedos de los pies: esta es la zona más común, según todos los profesionales consultados. Muchas veces los pies quedan húmedos después de la ducha y ahí proliferan. “Cuando aparecen, la piel se pone más húmeda, más macerada, más blanquecina y se va a empezar a descamar, generando algunas grietas”, comenta el dermatólogo, así como ardor o picor.
- En la planta del pie: Gompertz dice que la piel aquí se ve más seca. “Las líneas de la planta del pie van a estar más marcadas, más blanquecinas y con un poco de descamación”, puntualiza.
- En el dorso del pie: la expresión de la infección se hace por medio de placas, según explica el profesional. “Son unos manchones rojos un poco más descamativos e irregulares”, describe.
- Las uñas del pie: cuando aparece un hongo por la piel bajo la uña, “esta se empieza engrosar, a poner de color más amarillo-verdoso y muchas veces se empieza a quebrar, lo que la puede ir afectando gradualmente”, cuenta.
¿Cómo identificar un hongo?
Cuando el hongo se reproduce en nuestros pues, se nota. Y hay varias señales de alerta. Según plantea Gompertz, generalmente los hongos comienzan entremedio de los dedos, porque es una zona donde hay más humedad, oscuridad maceración y poca ventilación.
¿Qué hacer para prevenirlos? Revisarse siempre entremedio de los dedos, secarse muy bien después de cada baño y jamás vestirse con los pies húmedos. En duchas o camarines públicos, usar siempre sandalias.
La planta del pie puede generar una falsa alarma cuando está seca, comenta el dermatólogo, ya que también luce agrietada y blanquecina. “Se puede comprobar humectando con loción. Si el aspecto no mejora, puede ser que estés en presencia de hongos, por lo que debes acudir al dermatólogo”, puntuliza .
Con las uñas, la idea es ir vigilando el grosor y la coloración. Cuando existe una alteración respecto, sobre todo si está más gruesa o de color amarillo verdoso, es momento de pedir ayuda médica.
Tratamiento general
Tal como existen diferentes hongos, existen diferentes formas para tratamiento para erradicarlos. “Depende de qué zona esté comprometida”, plantea el dermatólogo. Si el compromiso es de uña, y es muy poco, puede ser tratado con manejo con lacas antifúngicas. Sin embargo, cuando el hongo es más extenso o incluye más de un dedo, se puede llegar a necesitar un tratamiento oral con medicamentos, cuya duración estándar es de dos a tres meses.
“Si las uñas están comprometidas, se debe realizar un tratamiento sistémico con medicamentos orales” dice Acuña. Acá es muy importante completar los tratamientos, “para evitar la cronificación de las infecciones y que puedan aparecer en otros sitios del cuerpo, además de la posibilidad de contagio a otras personas”.
A grandes rasgos, los productos para tratar los hongos podemos clasificarlos así:
- Antifúngicos tópicos: vienen en forma de crema, ungüento o aerosol, y se pueden aplicar directamente sobre la piel afectada para combatir la infección.
- Antifúngicos orales: deben ser recetados por un médico. Se toman por vía oral para combatir la infección desde adentro.
¿Qué pasa si no recibo tratamiento a tiempo? Lo que se ocasiona es un efecto dominó en el pie. Al menos eso explica Gompertz, puesto a que si la reacción es tardía, lo que comenzó entre los dedos puede llegar a comprometer las uñas o la planta.
“Eso va progresando, y más rápido de lo que uno cree. Muchas veces, algo que pudo haber sido tratado a tiempo, con cremas, termina siendo un tratamiento que requiere medicación oral con control periódico, con toma de exámenes y el gasto que implica comprar los remedios”.
Qué hago si alguien en mi casa tiene hongos en los pies
Ya sea tu hijo, que se contagió en la piscina o el colegio, o tu compañera de departamento, que contrajo un hongo después de las vacaciones, es necesario tomar medidas preventivas para que el resto de los habitantes del hogar no se contagie, especialmente si comparten baño.
“A nivel doméstico, es importante tener buen aseo, limpiar bien con cloro, ojalá de manera diaria”, detalla Gompertz. Entre otras medidas, cuando se comparte techo —o suelo, mejor dicho— con un infectado con hongos en los pues, lo que recomienda es:
- Usar sandalias para prevenir y disminuir el riesgo del contagio
- No usar calcetines, botas ni zapatos cerrados de una persona que esta con infección. Tampoco compartir ropa de cama ni toallas sin lavar.
- Tener toalla personal para el secado y una para el piso al salir de la ducha
Prevención de hongos en los pies
Las visitas de los hongos pueden evitarse. Básicamente, depende de tu rigurosidad y buena higiene. ¿Qué cosas debes realizar sí o sí si no los quieres en tus pies?
- Mantener los pies limpios y secos: después de lavarlos, seca bien tus pies y asegúrate de mantenerlos limpios y secos durante todo el día. “Puedes usar secador o papel higiénico para secar entremedio de los dedos: es mejor que utilizar la toalla, ya que muchas veces no logra secarlos lo suficiente”, dice Gompertz.
- Calcetines y calzado adecuado: prefiere materiales que ayuden a que tu pie pueda respirar sin dificultad. “Ojalá usar un calzado que no haga sudar tanto a los pies, usar calcetines de fibras naturales, y si durante el día los pies están muy húmedos, cambiarlos”, recomienda el dermatólogo. Grez sugiere preferir calcetines que sean 100% algodón, ya que “éstos absorben la humedad, por lo tanto mantiene los pies más secos que los de nylon o materiales sintéticos”, plantea.
- Aprovechar los momentos descalzos: mientras la temperatura acompañe —y si nadie se queja— quítate el calzado y los calcetines. Además de relajante, ayuda a la ventilación del pie. “Es fundamental aumentar el tiempo que pasamos descalzos, permitir que los pies tengan contacto con la naturaleza y en especial con la luz del sol”, comenta el medical advisor de Examedi. Esto evita la aparición de hongos.
- Si vas a usar duchas fuera de tu casa: usa siempre chalas en los camarines y dichas del gimnasio, trabajo, canchas deportivas, piscina, colegio o universidad. De esta manera te proteges ante una superficie infectada.
- Evita caminar descalzo en áreas públicas: camarines, baños o zonas comunes pueden ser un caldo de cultivo para hongos, debido a la calidez y humedad.
- Lavar regularmente, calcetines, sábanas y toallas: ya lo sabes: los hongos proliferan entre la humedad y la calidez, por lo que es importante lavar regularmente todos aquellos textiles que podrían servir como un vehículo de proliferación. Asimismo se sugiere no compartir con otras personas tus zapatos, calcetines o toallas, para prevenir la propagación de hongos. No olvidar: estos organismos pueden sobrevivir en ambientes cálidos y húmedos y transmitirse fácilmente de una persona a otra a través de estos objetos.
Consejos extra
- Atención personas diabéticas: un cuidado especial y muy riguroso es el que deben tener los pacientes diabéticos. “La alteración que produce el hongo en el pie puede ser una puerta de entrada para lo que se denomina ‘pie diabético’”, explica el dermatólogo de Clínica Ciudad del Mar. “Los pacientes diabéticos son muchísimo más complicados: pueden terminar con tratamientos antibióticos, hospitalizaciones o incluso hasta amputaciones, en casos extremos”, dice el profesional.
- Cuando el hongo llega a la uña, la recuperación puede ser muy lenta: los resultados de este tratamiento no van a ser inmediatos. “Una uña puede demorar entre seis, nueve o incluso doce meses en mejorar por completo. Es un tratamiento que requiere un poco más de paciencia para obtener buenos resultados”, finaliza Gompertz.