Un día estaba en el baño de la oficina, cepillándome con pasta de dientes blanqueadora, cuando una compañera me preguntó si no me daba miedo usarla. Mi respuesta, con la boca llena de espuma, fue una cara de duda. Ella me comentó que había escuchado que estas pastas debilitan el esmalte, y que si se usan por tiempo muy prolongado pueden dañar los dientes. ¿Es esto un mito urbano o hay verdad detrás de la preocupación?
Y también me pregunté por su eficacia: ¿estas pastas realmente blanquean los dientes?
¿Cómo funcionan las pastas blanqueadoras?
“Las pastas blanqueadoras (o whitening) no deberían hacer ningún daño”, plantea Mario Barros, odontólogo de la red de salud UC CHRISTUS. Estas efectivamente “son pastas más abrasivas que las convencionales, lo que las vuelve más eficientes en la eliminaciones de manchas superficiales”. De ahí que se las defina como blanqueadoras. Pero su abrasividad máxima “está regulada para que estas no generen daños en el esmalte”.
Sin embargo, Patricio Vildosola, académico de la Escuela de Odontología de la U. Andrés Bello, especialista en Rehabilitación Oral, comenta que las pastas blanqueadoras han sido demostradas científicamente como potenciales agentes perjudiciales para el esmalte dental.
“La evidencia respalda la idea de que no solo afectan al esmalte, sino que también pueden dañar otros tejidos como la dentina e incluso las encías”, explica el profesional. Los efectos del uso frecuente de estas pastas, según dice, pueden variar a lo largo del tiempo, ya sea en el corto o largo plazo, dependiendo de diversos factores que aceleran este proceso.
“El tipo de tejido dental expuesto, la frecuencia del cepillado, la dureza del cepillo (medio o duro), la técnica e intensidad del cepillado, e incluso la influencia de una dieta ácida o con cierta dureza; todo eso, además del tipo de pasta, puede afectar la cavidad oral”, aclara.
¿Y qué pasa si se debilita el esmalte de los dientes? ¿Qué significa o cómo se expresa en nuestro día a día? De acuerdo a Vildosola, el debilitamiento o desgaste de las superficies dentales puede tener diversas repercusiones en nuestra calidad de vida.
“Desde una mayor sensibilidad, especialmente con alimentos fríos, hasta la posibilidad de ocasionar desgastes severos en los dientes. Son problemas que pueden comprometer tanto la estética como la función de nuestros dientes, afectando significativamente nuestra salud bucal y bienestar en general”, analiza.
¿Cómo se pueden tener dientes más blancos?
Actualmente, dice Vildosola, una remoción de manchas —y eventualmente unos dientes más blancos— se puede lograr mediante dos mecanismos distintos.
Uno de ellos es la abrasión, “que implica la eliminación de pigmentos de la capa externa del diente o la placa acumulada en la superficie”. El segundo mecanismo consiste en la eliminación de pigmentos más internos del diente, “mediante ingredientes activos como los peróxidos, los cuales se utilizan en procedimientos realizados en consultorios dentales o en tratamientos indicados por profesionales para su uso en casa”, dice.
“Lo ideal es realizar una profilaxis o limpieza dental profesional para eliminar de mejor forma las tinciones generadas alimentos como el café o el té”, analiza Barros. Según comenta, esto puede verse complementado con uso de pastas blanqueadoras, ya que pueden ayudar a mantener la superficie dental libre de manchas.
Eso sí, advierte que si el paciente tiene un alto consumo de alimentos que tiñen los dientes, “estos al poco volverán a presentar tinciones, independiente de la pasta que ocupe”.
“Si alguien desea mejorar el color de sus dientes, el primer paso es consultar con su profesional de confianza”, afirma Vildosola, para que le dé un diagnóstico específico para evaluar la mejor alternativa de blanqueamiento dental. “Las opciones varían en términos de tiempo, recursos económicos y predictibilidad del tratamiento, y cada paciente requiere una estrategia única”, explica.
Entre las alternativas más eficientes, estables y duraderas en el tiempo se encuentran procedimientos realizados en la consulta, como la “limpieza” o “retiro de sarro”, así como el blanqueamiento dental realizado en la clínica o en casa mediante dispositivos supervisados por profesionales, siempre efectuados por un odontólogo.
En el caso de las pastas blanqueadoras o whitening, el académico UNAB comenta que también existen alternativas basadas en peróxidos, “aunque su eficacia ha demostrado ser menos estable y duradera en comparación con los procedimientos profesionales”.
Entonces, ¿conviene o no conviene usar pastas blanqueadoras?
Antes de usar uno de estos dentífricos, conviene tener supervisión médica. Es decir, si las vez en el supermercado y están a buen precio, o la usa tu influencer favorito, no son razones de suficiente peso para inclinarse por estas opciones.
Si te dan ganas de probar una, debes conversarlo con tu odontólogo u odontóloga, y será ella quien te dé una luz verde o roja sobre el producto whitening que quieras probar.
Es importante considerar la advertencia de Vildosola: al usar productos sin supervisión, tus problemas pueden agravarse o desencadenarse en otra patología. Un punto importante que tampoco puede quedar atrás es que este tipo de pasta no es la solución para un blanqueamiento; para eso debe seguirse un tratamiento que sea ejecutado por un médico odontólogo. Una pasta blanqueadora o cualquier otra “por sí sola no logrará ningún efecto; debe ser usada con un cepillo de dientes que realice la remoción de placa de forma efectiva”, plantea Barros.