El año pasado, mientras nos acostumbrábamos a estar encerrados y a mantener la distancia, Tik Tok se transformó en una fuente de fugaces tendencias en las que la mayoría de personas de mi generación cayó: hicimos café dalgona (un café espumoso), kombucha casera, cloramos la ropa, nos rapamos la cabeza y otros, dentro de los que me incluyo, nos decoloramos el pelo. Debo confesar que no fue mi primera vez: ya tuve el pelo blanco antes, rubio platinado, y desde allí gris, celeste, verde, naranja y lila.

Durante todo el 2020, me corté el pelo yo mismo, porque me da pánico dejar que alguien entre a mi casa durante la pandemia. Pero de lo que sí me contagié fue del bicho por decolorarme otra vez mi chasca castaña. Y lo hice: pedí polvo decolorante sin amoníaco Issue por delivery, además de un oxidante en crema de 30 volúmenes y una tintura de fantasía. Seguí un tutorial que encontré en las redes sociales y lo hice. El resultado salió bastante bien y la verdad es que tuve suerte, porque no siempre ese es el desenlace.

Polvo decolorante Issue sin amoníaco 30 gr

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Mi amigo Nicolás (28) hizo lo mismo que yo y al mismo tiempo. Él también es de pelo castaño oscuro y esperaba verse como uno de los integrantes de BTS, pero terminó varado a kilómetros de la meta. Su pelo no reaccionó positivamente al procedimiento, sino que más bien quedó con una cabellera particular, una especie de Garfield con una mezcla anaranjada con pintas negras. Un fail total, sin contar con que su cuero cabelludo se mantuvo irritado por semanas.

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Natalia del Canto es fanática de Sabrina, pero la versión de Netflix. Ella también es originalmente castaña, pero cuando vio el look de Kiernan Shipka lo quiso para ella. A diferencia de nosotros, Natalia fue asistida por un profesional que la guió en todo el proceso (@berenhairdresser) No fue fácil, de hecho, para llegar al color platinado; tuvo que tener mucha paciencia.

La primera vez que fue a la peluquería, un 28 de septiembre, empezó a decolorarse pero no desde la raíz. Por esa primera sesión pagó cerca de $90 mil. Un mes después volvió para hacer el proceso completo. “Resulté sin ningún daño”, dice. “Me picó mucho la cabeza, pero es lo normal”.

Cuenta que está fascinada y que quiere seguir siendo rubia por siempre. En la casa mantiene el color con el tratamiento Paso 0 y Paso 3 de la marca Olaplex, un restaurador capilar. “Me lo hago dos veces al mes, además de masajes semanales. Intento que se vea hidratado y saludable, cuesta pero lo vale”, dice.

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Además, de vez en cuando, se retoca con tinturas para matizar el amarillo del pelo y usa un champú morado que tiene el mismo efecto.

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Hace poco, la cantante Billie Eilish mostró en sus redes sociales cómo dejó atrás su pelo negro. Eso significa que los gen Z la seguirán y, por defecto, miles de millenials lo haremos también, pero el peluquero, maquillador y colorista Victor Menenteaux explica que este cambio químico debería ser siempre supervisado por un especialista, ya que no es tan fácil como parece.

“Hay que ser cuidadoso. Todo depende de los productos que se usen y de la previa. Si hay un cabello ya trabajado, es necesario hacer un masaje antes de la decoloración y hay que revisar la calidad del pelo antes de hacerlo”, cuenta. “La gente cree que va a quedar como el resultado final del tutorial de YouTube, pero todos los pelos son diferentes. Son muchos los factores”.

Él recomienda probar primero con un mechón antes de tirarse a la piscina y hacerlo con toda la cabeza. “Ser rubio puede ser caro, y mantenerlo requiere mucho tiempo y paciencia”, advierte. Sus marcas favoritas, eso sí, son Matrix y L’oreal. “La línea Vitamino Color de L’oreal es para cabellos que ya han sido trabajados químicamente, y los deja hermosos”, agrega.

Las chicas de Pelo de Pony, expertas en colores de fantasía, están promocionando un Pony Pack en su Instagram. La caja viene con agua oxigenada, polvo decolorante, la tintura fantasía y todos los utensilios que se necesitan. Uno puede elegir el color, obviamente. Hacen envíos a todo el país y viene con un instructivo de paso a paso y un video tutorial. El valor va entre los 15 mil y los 18 mil pesos.

Una de mis primeras decoloraciones las hice con ellas. Son personas muy cuidadosas con su trabajo y, cuando se podía asistir de manera presencial a su salón, la atención era increíble, además de tener siempre buena música en la radio. Así que tienen mi sello de garantía.

Ahora, si el impulso por decolorarse es más fuerte que el riesgo de dañarse el pelo o el cuero cabelludo, hay que tener los siguientes implementos:

—Una toalla (ojalá vieja o que no se use mucho)

—Una bata o tela para proteger la ropa.

—Guantes de látex

—Una brocha

—Polvo decolorante

—Crema oxidante de 30 volúmenes

Lo primero es ponerse la bata —para evitar manchas en la ropa y el cuerpo— y los guantes de látex. Luego hay que mezclar el polvo decolorante con la crema de 30 volúmenes (para pelos oscuros, entre más volúmenes tenga, más rápido pasa la decoloración, pero también es más agresiva) y aplicarla con la brocha, al comienzo en las puntas y dejando las raíces para el final. Cuando ya esté todo el cabello cubierto, hay que taparlo con papel aluminio, como si fuera un gorro de ducha, y dejarlo así entre 45 y 90 minutos, dependiendo del largo del pelo.

Es normal que pique, que arda o que haya una sensación de calor. Lo ideal es estar mirando cada 10 minutos, revisando el estado de la decoloración y fijándose de que el pelo no se ponga chicloso. Si eso pasa, hay que detener el proceso inmediatamente con un lavado. Pero si no ocurre, hay que esperar hasta que el tono sea el deseado y lavarlo con agua, asegurándose de que salga toda la mezcla. El secado debe hacerse con una toalla vieja o que no se use mucho, ya que corre el riesgo de decolorarse también.

Después de haber pasado por todos los colores del arcoíris, no sé si volvería a decolorarme el pelo. Requiere de mucho cuidado y atención, o más del que puedo darle hoy: no hay que lavarse el pelo todos los días, destinar minutos para masajes capilares y comprar productos para mantenerlo hidratado, por ejemplo. Miro con nostalgia las fotos de mi pelo color chicle, pero para esta cuarentena 2.0, prefiero quedarme viendo doramas por Netflix.