Punto de quiebre: cuáles son las lesiones más comunes en el pádel y cómo evitarlas

En la pandemia, cuando empezaron a haber tímidos y restringidos permisos para hacer deportes en grupo, el pádel agarró vuelo: se juega solo entre cuatro personas y es al aire libre, por lo tanto fue uno de los primeros en obtener autorización y resulta más fácil de coordinar que un partido de fútbol o básquetbol.

Aunque no fue solo eso lo que propició su masificación: este fenómeno mundial tiene su propio tour global, con torneos que se transmiten por internet y la televisión —en Santiago se realizó uno hace poco—, y el boca a boca entre sus entusiastas practicantes —que se transforman en verdaderos influencers de la actividad en las redes sociales— hizo que proliferaran clubes y aumentaran explosivamente las canchas. Tanto, que incluso existe el peligro de que se genere una burbuja del pádel.

Aunque no hay ningún estudio o encuesta que lo respalde, es probable que la gran mayoría de quienes están leyendo esto conoce a alguien que juega o ha jugado pádel, si es que no es ella o él mismo un jugador habitual. Esto quiere decir que, en algún momento, la idea de paletear o alguna invitación para hacerlo haya surgido en un grupo de Whatsapp.

Uno de los aspectos que lo hace atractivo es justamente el hecho de que prácticamente cualquiera pueda jugarlo, o al menos de intentarlo. Es un deporte sencillo, entretenido, sociable y que, en términos de equipamiento, no requiere de demasiados implementos.

“Además no requiere de un gran esfuerzo físico”, dice Luis Vergara, experto en medicina deportiva de la Red de Salud UC Christus. “Que se juegue en parejas, las que también pueden ser mixtas, es un gran incentivo”.

Felipe Gutierrez, psicólogo deportivo de Medismart, agrega que su éxito además se explica por ser un deporte que no discrimina edades, géneros ni estados físicos. Y las sensaciones posteriores a practicarlo también son buenas: elimina el estrés, mantiene la mente ocupada y alejada de los problemas de la vida diaria. “Aparte propicia la socialización, pues siempre se practica en parejas”, por lo que los lazos y amistades se profundizan.

Sin embargo, poco se habla de las lesiones que pueden ocurrir jugando pádel, sobre todo entre principiantes y personas que buscan romper de golpe con el sedentarismo, pero lo que muchas veces consiguen es romperse o lastimarse un codo o una rodilla. Un grupo de especialistas cuentan cuáles son las lesiones más habituales de este carismático deporte y cómo evitarlas.

“La lesión más habitual del pádel es la tendinitis en la cara lateral del codo”, explica Vergara, un dolor más conocido como “codo de tenista”, puesto que quienes practican este deporte —que hoy se ve amenazado por el pádel— suelen sufrirlo.

Esta lesión ocurre porque al agarrar la pala —que es como se llama la raqueta del pádel— “se inflama el tendón que permite flexionar y hacer fuerza con los dedos. Es común verla en personas que comienzan a jugar pádel sin experiencia previa en deportes de raqueta”. Este problema ocurre principalmente en la mano dominante, que es la que afirma la pala.

“Entre las lesiones musculoesqueléticas más comunes entre los jugadores de pádel se pueden mencionar las lesiones en la espalda”, agrega Cristóbal Díaz, traumatólogo de Clínica Núcleo Salud. “Debido a la postura inclinada —en muchas jugadas hay que agacharse para golpear la pelota— y a los movimientos bruscos de la columna vertebral al realizar ciertos tiros, los jugadores de pádel pueden experimentar dolor de espalda y lesiones en los músculos y ligamentos de la zona lumbar”

Maximiliano Torres, académico de Kinesiología en la Universidad de las Américas de Viña del Mar, estima que lo que más se ve son tendinopatías, principalmente en el codo, como mencionamos antes. Pero otra zona articular que también sufre es el hombro. “Son muy comunes las lesiones en esta articulación, principalmente por los movimientos de remache y los golpes de pelota por sobre el nivel de la cabeza”.

En este mismo sector del cuerpo, Luis Vergara dice que no es raro encontrarse con bursitis, una inflamación de la bursa, “una almohadilla que disminuye el roce entre los tendones y huesos del hombro”.

Muy cerca de ahí, justo en la conexión entre el omóplato y el húmero —el hueso del brazo—, hay un conjunto de tendones y músculos llamado manguito rotador (sí, así de tierno), que da estabilidad a esta articulación, la de más amplitud en todo el cuerpo humano. Entre jugadores de edad más avanzada, o de menos condición física, también es frecuente que presenten molestias en el manguito.

Pero no todo es brazos y espalda. En las articulaciones de las piernas —principalmente las rodillas y los tobillos— también pueden ocurrir lesiones, especialmente por los cambios bruscos de dirección y velocidad. Esguinces o torsiones son lo más común.

Maximiliano Torres advierte además de ciertas patologías musculares producto de estos mismos movimientos del tren inferior, “como desgarros a la altura del muslo o las pantorillas”. Es normal, dice Vergara, que se exacerben lesiones previas que presenten los jugadores, como artrosis o condromalacia, que son alteraciones en los cartílagos.

El docente de la U. de las Américas suma otro inconveniente que suele ocurrir en el pádel y no tanto en el tenis: al ser más pequeña la cancha, y al jugar en parejas, hay más riesgos de traumas oculares, una lesión en los ojos por golpes con la pala o la pelota.

Pero no nos pongamos dramáticos. Una de las cosas que hace que el pádel le esté ganando terreno al futbolito o al baby fútbol, por ejemplo, es que aparte de que organizar una pichanga exige hacer coincidir las agendas de más de una decena personas, para una sesión de pádel se necesitan apenas cuatro personas. Y al no ser un deporte de contacto, es realmente difícil lesionarse producto de un choque, una caída o una patada descalificadora.

Para evitar los infortunios que detallamos anteriormente, Luis Vergara enumera sus principales recomendaciones.

• Regla número 1: Entrenar antes de jugar. mucha gente cree que jugar un partido es sinónimo de entrenamiento, pero antes de someterse a un encuentro de pádel, por muy amistoso que sea, hay que hacer preparación física y ejercicios de fuerza muscular.
• Regla número 2: tómate en serio la regla número 1. Si jugamos sin hacer antes ciertas rutinas de fuerza —en casa, en un gimnasio o con la asesoría de un kinesiólogo—, el riesgo de lesionarse es alto. Se sugiere a lo menos dos o tres semanas de entrenamiento previo a empezar a jugar de manera más intensa o competitiva.
• Regla número 3: partir paulatinamente. Si es primera vez que juegas un deporte de raqueta o cualquier otro deporte, comienza de manera gradual. Partidos suaves, sin exigirse demasiado, y progresivamente ir aumentando la intensidad.
• Regla número 4: realizarse un chequeo médico general, preferentemente por un médico especialista en deporte. Esto para evitar tanto las lesiones como algún problema cardíaco.
• Regla número 5: mantenerse hidratado. Beber bastante agua antes de jugar y tener siempre a mano una botella. Para partidos de menos de una hora, el agua es suficiente. Si se trata de jornadas más largas, mejor una bebida isotónica.

Ahora bien, antes de cada encuentro, independiente del nivel o de la experiencia que se tenga jugando pádel, hay ciertas activaciones que sí o sí hay que realizar para eludir las lesiones. Maximiliano Torres las enumera:

• Es conveniente calentar de 5 a 10 minutos, sobre todo la movilidad de las muñecas, los dedos y el hombro.
• Hacer movimientos amplios y circulares de hombro, con elongaciones de esa musculatura.
• Hacer un calentamiento de 3 minutos con trote suave, incluyendo cambios de dirección. No a máxima velocidad pero sí para prepar el cuerpo.
• Elongar los muslos: tocarse la punta de los pies con los dedos sin flectar las rodillas y llevar el talón al glúteo y mantener durante 15 segundos por tres repeticiones.
• Para los principiantes, es importante usar una pala de poco gramaje. Así se favorecerá el control por sobre la fuerza o potencia, lo que evitará sobrecargar los músculos y las lesiones en el codo y el hombro.
• Usar un calzado adecuado, que permita buena adherencia a la superficie y evitar resbalones que puedan provocar esguinces.
• Puede ser aconsejable vestir un lente protector de la visión. Para algunos puede resultar exagerado, pero es una buena precaución para cuidar los ojos, sobre todo si se juega con gente inexperta.
• Siempre mantener la pala amarrada a la muñeca con la sujeción, para que no se escape ni cause algún golpe a otro jugador.

Andrés González, además de ser kinesiólogo y especialista en lesiones de codo, hombro y mano, es un experto jugador de pádel. incluso fue entrevistado por Manuel Maira en su podcast Rey Pádel. Con un conocimiento de varios años, y un uso de varias marcas y productos asociados a este deporte, nos entrega sus recomendaciones de las mejores zapatillas y gafas para comenzar a jugar.

“En mi opinión, las Asics son extraordinarias. Es una marca originalmente más enfocada al running, pero hacen zapatillas excelentes para el pádel.

“Otra marca que anda muy bien es Joma, que además es auspiciador oficial del World Padel Tour”, dice. Son más caras pero garantizan un gran agarre, buena amortiguación y durabilidad.

“Finalmente, en cuanto a buenas, bonitas y baratas, creo que los últimos modelos que sacó Skechers cumplen totalmente con esas tres categorías”, agrega González.

Respecto a las gafas, González explica que, según su experiencia, más que para preocuparse de los golpes, lo más importante es protegerse del sol y los accidentes que pueden ocurrir si uno se queda sin visión en pleno juego. “Creo que los lentes Oakley no tienen comparación en cuanto a calidad y confianza. Lo más importante es chequear de que queden bien fijos y no se muevan”.

Para iniciarse en el pádel, Jorge Goytiendia —profesor de educación física y gerente comercial de la tienda especializada Kombat Padel— cree que es importante elegir una pala de forma redonda, con el punto dulce (el lugar donde impacta la pelota) más amplio y el balance más cerca de la mano. Eso ayudará a tener mator control sobre el implemento.

“Es importante que la pala proporcione una amigable performance de juego, pero también que esté elaborada con materiales y tecnología de estándar profesional, para que tenga un buen sistema de absorción de impacto y se reduzca la vibración. Así el juego es más seguro y se producen menos lesiones”, recomienda.

¿Cuál sería un buen modelo para partir? “Para principiantes aconsejo la Kombat Sas Control II, una pala de fibra de vidrio aluminizada. La escojo porque tiene un tacto blando y ofrece muy buen control”.

Otra opción es la Kombat Troya Ajax, “que tiene un tacto no tan blando sino más bien medio, pero amigable también para un jugador principiante”, expone.

Finalmente, una importante recomendación para no lesionarse es aprender las técnicas de golpeo adecuadas para el pádel. “Esto puede reducir la tensión en las articulaciones y músculos, disminuyendo el riesgo de lesiones”, dice Goytiendia.

Lo mismo ocurre si uno sabe hacer los movimientos adecuados para desplazarse en la cancha, como el movimiento lateral, el salto y la parada rápida. “Hacerlo bien reduce la carga en las articulaciones y permite no sufrir dolores”. Para aquello, dice, es aconsejable tomar clases de pádel o hacerse asesorar por alguien con experiencia antes de lanzarse a jugar.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 26 de abril de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.