Purificadores de aire: ¿funcionan contra el coronavirus?

Purificador de aire

Se han posicionado como una solución para mantener ambientes libres de partículas contaminantes, alérgenos y también de bacterias y virus como el Sars-Cov-2, pero los expertos sospechan de este último atributo.




Desde el año pasado, muchos productos que apenas conocíamos, o que solo usaban los enfermos o hipocondríacos, han comenzado a enfrentar una muy alta demanda: desde las mismas mascarillas y el alcohol gel, indispensables para salir de casa, hasta aparatos más dudosos en su utilidad contra el coronavirus, como los oxímetros y los termómetros infrarrojos.

A ese catálogo también ingresaron los purificadores de aire, máquinas que hasta enero de 2019 se ofrecían como una gran alternativa para alérgicos, asmáticos o quienes requirieran de ambientes interiores más limpios de lo normal.

Muy populares en Asia —sobre todo en ciudades con altos niveles de contaminación, como Beijing, Nueva Delhi o Seúl—, el mercado global de estos electrodomésticos valía 16 mil 350 millones de dólares en 2017 y se estima que para el 2023 llegue a los 33 mil millones. Es probable, eso sí, que con el covid-19 esa cifra quede corta, ya que los purificadores domésticos se han posicionado como grandes alternativas para mantener el aire de casas y espacios cerrados libre de coronavirus.

Así, al menos, se autopromocionan muchos de ellos: el Airolite AP-H1015, por ejemplo, dice eliminar “virus, bacterias y gérmenes, descontaminando así tus espacios y eliminando todos los agentes peligrosos de tus ambientes”. El esterilizador Next-Gen —“matavirus”, según su descripción en Falabella— promete eliminar “hasta el 99,9999% de virus, bacterias, alérgenos y contaminantes del aire”, incluido el coronavirus. Más modesto es el Samsung AX-40, que dice capturar el 99,97% de las partículas y gases, e “inhibir” la presencia de virus y bacterias.

Pero a pesar de estas características, certificadas y muchas de ellas testeadas en laboratorios, todavía no hay mucha evidencia científica que demuestre estas virtudes, ni siquiera en quienes tienen problemas alérgicos o respiratorios de base. “Los purificadores de aire pueden ser una parte importante para evitar los alérgenos, pero no son la panacea”, dijo el inmunólogo y alergista Manav Singla en un artículo del Washington Post. “No es algo que les recomiende a todos mis pacientes”.

El 2018, la Academia Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología, analizó varios estudios que incluían purificadores de aire para el tratamiento de pacientes con asma. Estimó que “la base de evidencia es insuficiente para determinar conclusiones significativas sobre la efectividad de estos productos y estrategias”.

Además, según Cecilia Vizcaya, infectóloga pediátrica de la Red de Salud UC-Christus, “la limpieza del aire no tiene mucho sentido en este contexto”. No es que esté mal tener el ambiente lo más limpio posible, pero “para el coronavirus”, dice, “el aire no es el mecanismo de contagio más frecuente, sino que las superficies o el contacto estrecho”.

“El virus no va a entrar por la ventana”, agrega. Y si en casa hay alguien contagiado o que tuvo contacto con un positivo, más que purificar o esterilizar el aire, lo que se debe hacer es aislar a esa persona en una habitación, y el resto de los habitantes moverse con mascarillas. “Si esto no es posible, entonces debe ingresar a una residencia sanitaria”, sugiere.

Que circule

Vizcaya no dice que los purificadores sean inútiles. “Funcionan muy bien para limpiar el polvo, los ácaros, el polen y otros contaminantes, por lo que sí sirven para los alérgicos”, explica. “Pero para el covid, no”.

Lo que sí resulta mucho mejor, cuenta, “es tener las viviendas o habitaciones ventiladas, con las ventanas abiertas; es lejos lo más seguro”.

Una conclusión parecida dio Shelly Miller, profesora de ingeniería mecánica en la Universidad de Colorado en Boulder, para el sitio The Conversation. Allí mencionó la investigación de un brote de tuberculosis en un campus de la Universidad de Taipei, en Taiwán, para explicar cómo la ventilación puede ayudar a disminuir los contagios.

“En esa facultad, muchas de las habitaciones no estaban bien ventiladas y tenían niveles de CO2 superiores a 3.000 ppm (o partes por millón)”, escribió. Lo recomendable, en un espacio cerrado, es que ese número no sea mayor a 800. “Pero cuando los ingenieros mejoraron la circulación del aire y lograron bajar los niveles de CO2 a menos de 600ppm, el brote de tuberculosis dejó de crecer. El aumento en la ventilación redujo la transmisión infecciosa en un 97%, según el estudio”.

Monitor de calidad de aire Uni-T Pm2.5

Monitor calidad aire

En verano no es muy difícil conseguir esa circulación: aprovechando que no hace frío, es suficiente con mantener las ventanas abiertas la mayor cantidad de tiempo posible, ojalá en ambos extremos de la vivienda, para que se genere una corriente de aire. Donde haya temperaturas más bajas, o cuando llegue el otoño, habrá que hacer esta apertura cada tres horas y durante unos diez minutos.

Cómo funcionan

De todas formas, para ciudades con altos niveles de contaminación en invierno —como Santiago, Temuco o Chillán—, un purificador puede mejorar bastante la calidad del aire en los interiores. Para que esa limpieza sea efectiva, hay que fijarse de que el aparato cumpla con ciertas características.

Lo primero, como dicen en el sitio de la Organización de Consumidores de España (OCU), es que tenga un filtro HEPA, del inglés High Efficiency Particulate Air (alta eficiencia de filtración) —y que cumpla la norma europea UNE 18-22—, ya que es efectivo para capturar el 99, 97% de las partículas mayores a 0,3 micras.

Purificador de aire Samsung AX-40

Purificador Samsung

Según los profesores y divulgadores de la Universidad de Málaga, Enrique Viguera y Francis Villatoro, un filtro HEPA —hecho de celulosa o fibra de vidrio— puede capturar casi todo tipo de partículas suspendidas en el aire, como polvo, polen, moho, bacterias y microgotas de los aerosoles que transportan al coronavirus. Pero advierten que los coronavirus en sí mismos tienen un tamaño de unas 0.1 micras, por lo tanto estos filtros no son capaces de retener las partículas virales del covid-19.

Su mecanismo es básicamente el mismo de una aspiradora: absorbe aire por un extremo y lo suelta por otro, pero en el intertanto lo retiene en estos filtros. Para mejorar aún su capacidad de purificación, hay aparatos que agregan luces ultravioleta (UV), las que con su radiación oxidan los microorganismos que puedan haber traspasado los filtros, esterilizando casi completamente el aire.

Esterilizador de aire Next-Gen 1

Purificador Next-Gen

Aunque existen testeos en laboratorios particulares, no hay aún evidencia científica contundente que avale el potencial de la desinfección UV del aire. Según la OCU, “el filtro UV mata algunos virus, pero no existen evidencias de su efectividad frente a los coronavirus (...) Los purificadores de aire domésticos no emiten rayos UV el tiempo suficiente para ser realmente efectivos contra bacterias y virus”.

También está la preocupación sobre la sustentabilidad de estos aparatos, que para ser efectivos necesitan estar funcionando permanentemente, y cuyos filtros deben ser desechados y cambiados periódicamente.

Purificador de aire Airolite AP-H1015

Purificador Airolite

Como escribió Alastair Lewis, académico del Centro para la Ciencia Atmosférica de la Universidad de York, hay que preguntarse dónde irán todos los restos químicos que estos filtros atrapan. “Un filtro puede concentrar varios miligramos de restos químicos diluidos en el aire, cuyo destino, antes de quedar atrapados en los purificadores, sería probablemente formar parte de una fina capa residual en la inmensidad del suelo”.

“Si cientos de millones de filtros de millones de hogares son vaciados en los mismos vertederos, duplicaremos la concentración de compuestos químicos nocivos”, dice. “Cabe preguntarse, pues, si con el vertido de estos restos no estaremos convirtiendo el problema de la calidad del aire en un problema de calidad del agua y de calidad del suelo”.

De lo mismo se preocupan en Eldiario.es: “cada vez más modelos incluyen filtros de carbón activado, que capturan los compuestos tóxicos pero no los degradan”, advierten. “El problema es que el carbón activado se satura rápidamente y hay que cambiar el filtro sin posibilidad de reciclar los usados, de modo que se corre el riesgo de llenar los vertederos de compuestos tóxicos”.


Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.