Cualquiera que haya comprado un reproductor de audio se habrá topado con productos que prometen brindar una experiencia “inmersiva”: ya no solo se trata de escuchar música sino que de sumergirnos en ella. ¿Es tan así?
Según los especialistas en la materia, sí. Desde la segunda década de este siglo, la tecnología de audio vive una evolución que, justamente, apunta a introducir al oyente en el centro de un universo sonoro. Este puede ser una canción, un podcast, un videojuego, una película o una serie televisiva.
Esa es la promesa del audio inmersivo, también conocido como “espacial”, y que tiene como mayor exponente a la tecnología de Dolby Atmos. Aunque no es la única: también existen 360 Reality Audio, de Sony, y Auro-3D, muy popular en Europa. Para muchos en la industria, esto representa algo más que una evolución del audio.
“Siempre hemos sido seres inmersivos, y creo que Dolby Atmos nos devuelve la naturaleza en la que fuimos formados a nivel fisiológico”, dijo el reconocido productor nacional Chalo González —colaborador de Los Prisioneros, Los Tres, Carlos Cabezas, entre muchos otros— en una entrevista que próximamente se estrenará en los canales de la tienda especializada Audiomúsica.
González no es el único que ve aquí un cambio profundo. “Es más una revolución del audio que una evolución”, dice Marcos Salazar, ingeniero en sonido y dueño del Estudio SUE Sonido Inmersivo, uno de los primeros en Chile en recibir certificación por parte de Dolby, la compañía estadounidense creadora de Atmos.
“Es un momento bisagra, similar al de los años 40, cuando se pasó del sonido monofónico al estéreo. Actualmente estamos pasando del estereofónico a la nueva era del sonido inmersivo”, continúa Salazar. También académico en Duoc UC, explica que de todas las compañías que se han involucrado en el desarrollo de esta tecnología, Dolby Atmos es quien “ganó la carrera”.
Mauricio López, ingeniero con más de 20 años de experiencia en postproducción para cine y televisión —incluidas colaboraciones con Amazon, Netflix, HBO Max y Starz—, reafirma el potencial de Dolby Atmos. “Su capacidad para crear un sonido inmersivo cambia la forma en que experimentamos el audio en películas, música y videojuegos”.
¿Pero cómo funciona Dolby Atmos?
Disney, en la década de 1940, impulsó el paso desde la señal monofónica —en la que toda la mezcla de audio se concentra en un solo canal— a una estéreo, lo que permitió ampliar el campo sonoro. Desde entonces, lo que llega al oído derecho es diferente —aunque complementario— a lo que se percibe desde el izquierdo.
Luego, a fines de los setenta, George Lucas y su toda poderosa saga de La guerra de las galaxias introdujo la tecnología Dolby Stereo 4, a la que todas las salas de cine se sumaron, capaz de recrear un sonido “envolvente” que daba más realismo a la acción en pantalla. Lo que vino en las décadas siguientes fueron variaciones de esta tecnología, que permitieron agregar nuevos canales para aumentar el efecto surround, además de dar el salto del análogo a lo digital.
Sin embargo, pese a los intentos de las compañías fabricantes de home theaters, la tecnología nunca logró consolidarse en el uso doméstico. “Cuando el retail ofreció llevar el sonido del cine a la casa, principalmente en los años noventa, era muy pronto. No teníamos fuentes o formatos masivos de reproducción multicanal como hoy. Todavía era popular el VHS y recién se masificaba la televisión por cable”, comenta Diego Calderón, category manager de Audiomusica.
A lo anterior se suma el alto costo de algunos equipos y el enredado problema del cableado: instalar altavoces en todos los rincones de la pieza era lo más cercano a tender una telaraña, cuya única víctima era el propio usuario.
La entrada de Dolby Atmos, en 2012, también impulsada desde el cine —primero a través de la película animada Valiente y luego por Transformers: La era de la extinción—, supuso un paso que permitió solucionar la mayor parte de los problemas que presentaban las versiones anteriores.
Una de las mayores diferencias radica en que Dolby Atmos permite tratar hasta 128 objetos de manera independiente y en simultáneo, en un radio de 360 grados desde la posición del público. Es decir, los ingenieros de sonido de una película pueden diseñar una escena en la que dos protagonistas hablan de frente a la audiencia, mientras sobre el hombro derecho posicionan a un pájaro que silba y, a las espaldas, hacen correr a un automóvil que pasa toda velocidad para perderse lejos por el frontis de la sala. Todo con una precisión y realismo como no se había visto —o escuchado, más bien— nunca antes.
Ahora bien, ¿qué se requiere para disfrutar del audio inmersivo en casa?
En el cine
Mauricio López conoce de primera fuente la experiencia de trabajar con Dolby Atmos. Lo hizo recientemente, cuando realizó la mezcla final de audio para cine y streaming de la película El conde, de Pablo Larraín. “Eso me permitió destacar momentos en los que los efectos de sonido y la música se sienten como si estuvieran a tu alrededor, lo que agrega profundidad a la narrativa”, comenta.
Un elemento particular en la película es la casa donde se desarrolla la mayor parte de la trama. La idea de Larraín era que fuera un personaje más de la historia. Y si eso fue posible, dice López, ocurrió gracias a las posibilidades que provee Dolby Atmos. Esa es una de las ventajas de esta tecnología: “el sonido sale de la pantalla e intenta llevar a las y los espectadores adonde están los personajes”.
Pero una cosa es conseguir eso en una sala de cine y otra en casa. Para eso, es necesario contar con equipos compatibles con esta tecnología. “Cambia realmente la experiencia, ya que proporciona un sonido envolvente y posicional. Por ejemplo, al ver una película de acción, sentirás los efectos de sonido desde diferentes direcciones, lo que mejora la inmersión”, asegura.
La buena noticia es que cada vez más dispositivos domésticos incluyen Dolby Atmos en sus sistemas operativos. “Todas las smart TVs de última generación y de calidad vienen con la tecnología”, dice Marcos Salazar. ¿Y basta con eso para vivir la experiencia inmersiva?
Al parecer, sí. Salazar sostiene que hay dos alternativas para disfrutar de Dolby Atmos. Una es “por el aire”, pues la tecnología está diseñada para propagarse por ese medio y generar un campo sonoro inmersivo. Y según el ingeniero será “bastante impresionante”. Sólo hay que asegurarse de que el dispositivo tenga la función.
La segunda alternativa es mucho más potente y efectiva: contar con equipos complementarios que sean compatibles con el códec. López dice que agregar altavoces, subwoofers o barras de sonido hará que la experiencia tridimensional sea más óptima. “El ideal es contar con al menos siete canales (5.1.2), que incluyen altavoces frontales, traseros, laterales, y dos altavoces en el techo. Sin embargo, también puedes experimentar una experiencia de sonido tridimensional con configuraciones más simples con cinco o seis canales, como 2.1.2 o 3.1.2″, explica.
Es importante considerar el tamaño de la habitación o del lugar en que instales el equipo. Eso determinará el número de altavoces necesarios para armar una sala de cine que proporcione un efecto inmersivo óptimo.
En videojuegos
Hoy, la mayoría de los videojuegos buscan narrativas complejas y dinámicas, y los desarrolladores se enfocan en generar una experiencia inmersiva. De ahí que el Dolby Atmos sea un excelente aliado, sobre todo en títulos de modalidad single player, como el popular God of War.
“Dolby Atmos ha llevado a que los diseñadores de videojuegos e ingenieros puedan diseñar los sonidos, sus posiciones e intensidades de manera integral, tal como hacen con la iluminación. Ahora el estándar es que sea dinámico, espacial y adaptable a cada situación”, explica Mathias Fernández, socio fundador y gerente general de GameClub, el estudio responsable de las arenas gamer en el Movistar GameClub.
En videojuegos como el Call of Duty, cuenta Fernández, el sonido espacial es incluso una ventaja competitiva, “ya que puedes escuchar la posición de un adversario de manera más precisa”. El campo sonoro es en 360 grados, por lo que girar la cabeza de un lado a otro llevará a diversas percepciones.
¿Qué se necesita para disfrutar de esta experiencia inmersiva jugando consolas? Al menos tres elementos:
- Una consola que integre Dolby Atmos en su sistema. Actualmente, la XBox One y las series X y S, cuentan con la tecnología.
- Títulos de videojuegos diseñados de esta manera, que se indica por la etiqueta en sus portadas. Fernández recomienda hacer la prueba con el Marvel‘s Guardians of The Galaxy, el Forza Horizon 5 o el Uncharted: Legacy of Thieves Collection.
Consola Xbox Series S
Lo segundo necesario es un smart TV o monitor compatible. Si el que tienes en casa no lo es, lo puedes complementar con una barra de sonido, altavoces externos o un home theater que sí lo sean. Sino te alcanza el presupuesto, conviene usar audífonos compatibles, una alternativa popular entre los gamers y mucho más económica. En especial si se juega desde un ordenador con Windows 10, pues el sistema incluye la modalidad Dolby Atmos en sus funciones de audio.
En la música
En 2016 la banda italiana Luca Turilli’s Rhapsody lanzó su álbum en vivo Prometheus, The Dolby Atmos Experience, el primero que integró el audio espacial. Le siguió REM, que para el 25 aniversario de su clásico Automatic for the People lanzó una reedición remezclada con esta tecnología. Pero, para Marcos Salazar, lo que realmente impulsó la experiencia inmersiva en la música fue que Apple Music la incluyera en su servicio.
“Esto genera toda una revolución donde los músicos y productores se ven muy interesados en trabajar en este formato”, afirma Salazar. Tidal, Deezer, Amazon Music y otros servicios le siguieron más tarde. Se espera, prontamente, la adhesión de Spotify bajo su nueva modalidad Low Less, de baja pérdida y alta resolución. Para Salazar esto será una confirmación del comienzo de una nueva era sonora. “Con el mercado que maneja Spotify, será una gran masa de audiencia que estará consumiendo audio inmersivo”, dice.
Según el ingeniero, no hace falta más que un reproductor con la modalidad de Dolby Atmos para disfrutar de la experiencia, como buena parte de los smartphones de última generación. “La gente piensa que para escuchar música inmersiva en el living necesita de un montón de parlantes, y posicionarlos en lugares específicos. Eso se puede hacer, obviamente, pero ya no es requisito para escuchar música en este formato”.
Hoy, cerca del “90% de las personas”, dice Salazar, consume música desde un smartphone y con audífonos. Y nada más se necesita para experimental el sonido inmersivo. Esa es la gran ventaja de Dolby Atmos: si no hay siete canales disponibles, se las arreglará con dos, como es el caso de los auriculares.
Smart Soundbar Bose 600
Las posibilidades son para todos los gustos y bolsillos: audífonos, parlantes inalámbricos, barras de sonido, home theaters o sistemas de sonido más sofisticados. ¿Será el fin del audio en estéreo? Salazar cree que sí. Ya veremos.