El primer hombre tatuado del que se tiene evidencias fue Ötzi. Lo nombraron así tras el descubrimiento que hicieron dos montañistas alemanes en los Alpes de Ötzal, Italia, en septiembre de 1991. Se le conoce como “el hombre de hielo”, y es una de las momias más antiguas de la zona europea. Los científicos que estudiaron a Ötzi determinaron que vivió durante la Edad de Cobre hasta aproximadamente los 46 años y padecía una salud compleja: tenía artritis, parásitos intestinales, cálculos en la vesícula biliar, además de sufrir problemas lumbares. Era intolerante a la lactosa y tenía predisposición genética a las enfermedades relacionadas con los huesos.

Pero además Ötzi tenía 61 tatuajes repartidos en su cuerpo, que los científicos atribuyen a un tratamiento médico para aliviar los dolores. Todos los tatuajes tienen formas geométricas muy claras y constan de líneas de 0,7 a 4 centímetros de largo.

“La sociedad de la Edad del Cobre ya tenía un conocimiento considerable sobre el tratamiento médico. Usaron diferentes formas de terapia, incluido el tratamiento físico y el uso de plantas medicinales”, aseguró Albert Zink, autor de uno de esos estudios, a la revista Live Science.

Es impactante comparar a Ötzi con la escena actual del tatuaje, un mundo de piezas gráficas con significados implícitos o que se hacen solo por gusto. Llevar un tatuaje es como portar un pedazo de tu historia en la piel. Cada vez son más visibles pero otras veces están tan ocultos, que pasan los días y se te olvida que están ahí. Los tatuajes representan, en cierta forma, algo que quieres recordar a perpetuidad.

Dicen que “después de que te haces uno, no paras”. He escuchado esta expresión reiteradas veces, en distintos contextos y ocasiones. Para quienes nunca se hayan tatuado y estén pensando en hacerlo, este artículo podría aclarar algunas dudas sobre el cuidado de la piel después de realizarte uno.

“Cada persona que tatúa tiene una manera particular de cuidar sus trabajos para que cicatricen bien”, dice Valentina Pérez, tatuadora del estudio Cruel Hand Tattoo.

“No puedo decir que el método que yo ocupo es el que siempre deba ser utilizado”, aclara. Lo esencial para ella es la higiene, “un trabajo que debe ser 50/50″. Es decir, la primera mitad depende de la ejecución del tattoo artist y el espacio de trabajo, que debe ser limpio y cumplir con las normas de sanidad correspondientes. Y la otra mitad depende de la persona tatuada y los cuidados que esta le haga a su piel después de recibirlo.

Valentina empezó a tatuar 6 meses antes de titularse de Ingeniería Civil Industrial en Concepción. “Me encontré con cuestionamientos morales respecto a esta industria y el trato que tiene sobre las personas, mujeres y sobre todo el medio ambiente”, relata. Ella siempre estuvo ligada al arte, dibujando, tocando la guitarra o pintando. Se sentía más identificada con este ámbito que con los números.

“Un día, un gran amigo que tatúa me ofreció intentar hacer algo distinto y yo acepté”, dice, y luego de probar esta primera experiencia el “amor fue inmediato”. Trabajó un mes en el Casino y con ese sueldo se fue a Santiago, compró sus máquinas y no ha parado hasta el día de hoy. Actualmente está enfocada en una técnica neotradicional de flora y fauna.

Si decimos la palabra tatuajes, lo primero que se te puede venir a la mente es una máquina y una aguja, pero no todos los tatuajes son hechos así. En un periodo de su vida, Fabiana Ruiz Zabala se interesó en este mundo y llegó así a la técnica handpoke, cuya traducción del inglés es “apretar a mano”. A través de una punción con una aguja esterilizada en la capa superficial de la piel ­—conocida como vasal—, que se repite punto a punto y sin la acción de una máquina, se va formando el diseño. Con esta técnica, Fabiana sintió que “era una manera de conectar con el tatuaje desde una visión más holística, más ritual, con toda la carga ancestral que conlleva”.

“Con la técnica handpoke se recomienda el mismo cuidado que con un tattoo tradicional”, expresa Fabiana. Según ella, esta es una técnica que “suele ser más amable y menos invasiva para la piel, por lo que suele sanar más rápido. La inflamación es menor y la cicatrización más rápida en la mayoría de los casos”.

La primera limpieza

Una vez que te hiciste el tatuaje, independiente de la técnica utilizada, este se cubre con un film plástico para “evitar que el plasma (parte líquida de la sangre) y la tinta que saldrá de la ‘herida’ no se pegue o ensucie la ropa, y también para evitar que le ingrese suciedad”, explica Pérez.

Al pasar unas horas, se debe hacer una limpieza y cambio de film. “Antes de tocar la zona hay que lavarse bien las manos”, dice la tatuadora y explica que el tatuaje debe lavarse solo con agua fría y jabón hipoalergénico. Una vez que se absorba el agua en tu piel, hay que pasar un pedazo de toalla de papel y dejar la zona bien seca antes de volver a envolver el tatuaje con plástico.

Nunca hay que olvidar que el tatuaje, cuando está recién hecho, se comporta como una herida. “Si no lo secas antes de alusarlo nuevamente, puedes generar un cultivo y ayudar a que se infecte”, expresa Valentina. El axioma que debes tener en mente para que esto no pase es: “agua + plástico + calor = infección u hongos”.

“Ese proceso de cambio de papel plástico se repite cada 2 a 3 horas, hasta que te acuestes. La primera noche yo recomiendo dormir con film”, comenta la tatuadora.

“Al día siguiente, se repite durante todo el día el proceso de lavado de la jornada anterior, pero solo se ‘plastifica’ una vez, en la mañana”, cuenta la tatuadora. “En los siguientes lavados ya no es necesario el plástico”. Además, durante los primeros dos o tres días no se debe sumergir en agua caliente.

En el caso de los tatuajes handpoke, explica Fabiana, la diferencia del cuidado es que tras la primera limpieza no es necesario volver a cubrirlo, porque “es mejor que tome aire”. Después de 24 horas desde que está expuesto, sugiere “aplicar una crema cicatrizante”. Ella trabaja con una crema de marca natural que tiene un “ungüento especial para tatuajes a base de caléndula, lavanda y aceite de frambuesa”, pero también puedes usar cremas como Aquaphor de Eucerin o Cicaplast de La Roche-Posay.

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“El ungüento o crema se aplica en una capa muy fina sobre el tatuaje, siempre con las manos limpias y masajeando suavemente”, complementa Ruiz Zavala. Esta se debe aplicar cada vez que la zona tatuada se sienta seca. “Dependerá de cada piel, pero puede ser unas tres veces al día”, calcula.

El cuidado los siguientes días

“Durante la tarde del segundo día, sentirás la piel un poco más tirante de lo normal y ahí es momento de aplicar la crema que te recomienden”, apunta Valu. Existen varias alternativas de cremas cicatrizantes de tatuajes y comenta que “una de las más utilizadas en estos momentos es la Aquaphor, de Eucerin, que tiene una textura tipo gel un poco más espesa”.

Se aplica una cantidad que humecte completamente la superficie tatuada; se trata de un proceso que se debe repetir dependiendo del tamaño del tatuaje, pero al menos unas dos o tres veces por día durante unas diez jornadas.

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“En el proceso posterior al tattoo, la piel tendrá varios cambios”, relata la tatuadora. Es decir, podrías encontrar esta zona hinchada y con dolor. “Con los días, eso bajará y empezará a picar con la cicatrización”, dice. Lo normal es que, aplicando la crema, “la piel se descuere”.

“Eso sí, no debe salir una costra café, como cuando nos hacemos una herida más profunda”. Si esto sucede, se debe a que “no hubo humectación y lo más probable es que cuando se salga esa costra, el color también se haya ido”.

“La exposición directa al sol también se debe evitar por un tiempo, para que los colores no se quemen”, comenta Pérez. Por lo tanto, los días posteriores al tatuaje hay que eludir piscinas y playas, para que no llegue sol ni tampoco agua sucia “que puede ingresar a la herida”.

En cuanto a los tatuajes handpoke, también se debe evitar el sol directamente hasta que el tatuaje esté completamente sano. Fabiana explica que “dependerá de la cicatrización de cada cuerpo, pero cuando se toca el tatuaje y la piel está completamente lisa, es porque está 100% cicatrizado”. Durante este periodo, es ideal que “no reciba sol directo, y una vez que esté sano recomiendo aplicar siempre protector solar”.

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“Hay que evitar aguas y piscinas, porque la humedad puede afectar en la cicatrización”, comenta Fabiana. En caso de realizar deportes donde se sude mucho, “es preferible las primeras semanas no realizarlo o que sea más suave, ya que el exceso de sudor también puede afectar”. También aconseja usar ropa de algodón o telas más nobles.

En caso de que el proceso de cicatrización pique, Fabiana dice que “por ningún motivo hay que rascarse o quitarse la capa de costra que aparece”. En promedio, la cicatrización con esta técnica puede demorar entre 2 a 3 semanas. Durante todo este periodo, se debe agregar la crema religiosamente.

¿Cómo saber si se infectó el tatuaje?

Esto es algo que de seguro no querrás guglear en la sección de imágenes. El tatuador Jeremy Zúñiga el 2019 conversó con Práctico sobre infecciones de tatuajes: cuando esto pasa, lo que se puede notar es una hinchazón grave y secreción de líquidos. Es decir, son síntomas de infección si el área alrededor del tatuaje se hincha de forma desigual o si acumula líquidos, al igual que el mal olor. En caso de percibir estos signos, se debe recurrir a un dermatólogo.

Zúñiga contó que la mejor forma de prevención es seguir las instrucciones que entregue el tatuador y tener claro que por esas semanas el tatuaje debe ser “tu prioridad”, ya que es fundamental darle los cuidados necesarios para que cicatrice bien. “Una gran responsabilidad para que el tatuaje quede bien viene de la mano de la persona que se lo hace”, puntualiza.

“Normalmente esto sucede por dos cosas”, cuenta Valentina Pérez. En primera instancia, las personas no siguen las recomendaciones de cuidado del tatuador. El segundo caso es que la persona tuvo una reacción alérgica con la tinta. “Por eso hago énfasis en que la limpieza y el cuidado son importantísimos luego de tatuarse, porque ese es trabajo de las personas que se tatúan, no de los tatuadores”, apunta la tatuadora.

Si se trata de una reacción alérgica a la tinta, se debe informar a tu tatuador y visitar a un dermatólogo. “Hay mucha gente alérgica, así que si sabes que eres de esas personas, coméntalo cuando cotizas o infórmalo en el consentimiento que debe tener el estudio de tatuaje al que asistes”, sugiere Pérez. “Todo es por tu seguridad”.

Otras consideraciones

“Siempre les digo a los primerizos que no se preocupen más de lo normal en cuanto al cuidado”, dice. Basta con seguir al pie de la letra las instrucciones que te dan al término de la sesión. “Todo debería ir bien, la zona estará roja e hinchada, a algunos les duele más el cicatrizado y a otros más la sesión de tatuaje”, opina.

La crema que se usa para humectar al tatuaje se debe aplicar solo cuando es necesario, ya que si aplicas en abundancia, podrían aparecer granitos. “Jamás aplicar crema bajo el film plástico”, añade como consideración sagrada.

Otro tema importante de tomar en cuenta es que debes descansar una vez que te hagas un tatuaje, sobre todo si está hecho en las piernas o brazos. “Como estas son zonas más alejadas del corazón, cuesta más que les llegue sangre y sanen, y la acumulación de líquido —dependiendo de la persona— hace que, por ejemplo, duela mucho más cuando nos levantamos, debido a la baja de presión”, relata Valentina. Ella sugiere que cuando estés descansado estas zonas, las pongas en alto, para ayudar al flujo de sangre.

Para tener muchos tatuajes y que luzcan bien por hartos años, el cuidado posterior es fundamental.

“Creo que todo nuestro entorno afecta de alguna manera, y que nuestro sentir emocional también influye en la sanación”, expresa Fabiana. “A mis clientes siempre les digo que sientan su cuerpo y confíen en su intuición para aplicar cada paso ya descrito”.

¿Existe una temporada apropiada para hacerse tatuajes? Jeremy expresa que “no hay mejor época para hacerse un tatuaje, solo tienes que cuidarlo bien. Es cierto que en época de invierno la exposición al sol es menor, pero siempre hay sol. Por lo tanto, es necesario cubrir y seguir los pasos que te indique el tatuador para que cicatrice de mejor manera”.

También se tiene que considerar el tema de la humedad. Como el proceso de cicatrizado dice que se debe evitar zonas húmedas, como la playa o las piscinas, se tiende asociar que los tatuajes en verano son mala idea. Sin embargo, esto dependerá netamente de las prioridades de la persona. “Si tienes pensado hacerte un tattoo y luego viajar a zonas de playas o piscinas, por ningún motivo creas que no pasa nada, ya que estarás exponiéndolo a condiciones que no le favorecen y harán que la calidad de tu tattoo sea baja”, recomienda.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 8 de agosto de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.