Que no se te caiga a la sopa: 7 consejos para ahuyentar a las moscas sin insecticida

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Con el aumento de temperaturas también crece la cantidad de estos insectos revoloteando en la cocina. ¿Cómo evitar que lleguen a dar vueltas por nuestra casa? Dos entomólogos dan sus consejos para hacerles frente, siempre evitando los tóxicos aerosoles.




Sean en tu comida, en la caca de tu mascota o en tu propia piel, las moscas revolotean cada vez más felices a medida que sube la temperatura ambiental. Si bien hay que ser conscientes del rol que tienen en la cadena alimenticia, igual todos las queremos más lejos que cerca.

Pero en ese empeño, muchas veces desesperado por evitar que giren en círculos por nuestras habitaciones, se suele caer en los insecticidas, aplicando grandes nubes tóxicas con la promesa del exterminio. Sin embargo, esta no es la mejor respuesta al problema. Por el contrario: es la peor.

Aunque la pregunta que aparece con las primeras moscas dando vueltas por la cocina es: ¿por qué estos insectos llegan cuando hace calor? “En general, la actividad biológica de los organismos, entre ellos las moscas y otros insectos, es más acelerada cuando las temperaturas son más altas” explica Constanza Schapheer, entomóloga y académica del Departamento de Biología de la U. Metropolitana de Ciencias de la Educación. “Los ciclos de vida se acortan y puede haber más generaciones por temporada”, agrega. Como este año ha sido más lluvioso que los anteriores, “hay más recursos disponibles” para que estos seres vivos se reproduzcan.

“El umbral de temperatura en el que las moscas tienen su ciclo más cortito va entre los 25º y 30º”, dice el entomólogo Alfredo Ugarte. “Con días de calor, como estos que han habido en la zona central últimamente, las moscas pueden aparecer más”, apunta.

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Foto: Chris Curry.

Según ambos profesionales, la mosca más común en los hogares chilenos es la Musca domestica, un insecto díptero braquícero —es decir, con solo dos alas y antenas cortas— de la familia Muscidae. Su presencia no solo es inevitable sino que fundamental, puesto que “muchas actúan como polinizadoras y participan en los procesos de descomposición de la materia orgánica”, explica Schapheer.

Pero su mala fama, provocada por su zumbido y su tenaz insistencia en posarse en la comida, viene también por su capacidad de portar enfermedades infecto-contagiosas, las que pueden transmitirse cuando ellas intervienen en nuestros alimentos. Según consigna iNaturalist, las enfermedades susceptibles de transporte vectorial por la Musca domestica son fiebres tifoideas, cólera, salmonelosis, disentería de bacilos, tuberculosis, anthrax, y también gusanos parásitos.

So-soy una mosca

¿Cómo podemos evitar las moscas en nuestros sagrados espacios privados? Es una tarea difícil, pero no imposible. Una buena manera de intentarlo es siguiendo estas recomendaciones hechas por los entomólogos.

  • Mantener la basura tapada y sacarla frecuentemente. Sin dejar residuos al aire —especialmente los orgánicos— y vaciando los basureros internos antes de que se rebalsen es la más importante estrategia. “De esa manera reducimos los espacios de desarrollo para las larvas”, explica Schapheer.
  • Corrientes de aire. Mantener abiertas las ventanas durante ciertos momentos del día es clave. “Para las moscas son como tormentas de aire”, dice Ugarte, que apunta a que estos insectos, por lo general, están en los rincones, en los aleros y lugares donde no hay viento. “Si uno genera corrientes de aire, las moscas no estarán tranquilas y muy probablemente se vayan”, asegura. ¿Cómo lograrlo? Simplemente abrir dos ventanas o puertas que estén opuestas, para que se genere un flujo de aire. Si estos no es posible, también funciona usar ventiladores de pie o de techo. “No necesitamos ponerlo al máximo: basta con una corriente suficiente para que la mosca se retire”, comenta. Esto funciona tanto con moscas como con zancudos, insectos que seguramente también abundarán durante la próxima temporada de calor.
  • Uso de repelente: aunque casi todos lo asocian a vacaciones o excursiones más exóticas y selváticas, el repelente también es una carta que puedes jugar en casa, sobre todo si estás disfrutando de una tarde de jardín o terraza. “Si estás en la tarde en una terraza, en el pasto o en la piscina, y las moscas no te dejan descansar porque se paran en la pierna y te hacen cosquillas, para estos casos es ideal ponerse una capa de repelente, ya sea en spray o en crema”, dice Ugarte. Él recomienda Aloxo, un repelente que tiene una buena fijación en la piel y gran eficacia contra moscas, zancudos y mosquitos.

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  • Mosquiteros: si las moscas son muchas en tu barrio, usar estas mallas también es una “buena opción”, según Schapheer. Su sistema es simple: funcionan como un filtro, por lo tanto las moscas no pueden entrar —aunque tampoco podrán salir si es que consiguen entrar por otro lado— y tu ambiente interior se mantendrá más controlado.

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  • Aceites esenciales: Se ha comprobado que algunos aceites esenciales pueden ahuyentar a las moscas. “Por ejemplo, el de la cúrcuma tiene un excelente efecto repelente, lo mismo la menta y el eucalipto”, asegura Schapheer. “Un dato muy interesante es que el aceite esencial de peumo, árbol nativo chileno, es un muy buen insecticida natural, pero lamentablemente no se comercializa”, añade. En Esquire aconsejan poner unas gotas de estos aceites en un paño o colgarlo cerca de puertas y ventanas. También servirá usar un difusor.
  • Recoger las cacas: “Todas las fecas son una fuente de atracción para las moscas, da lo mismo si son de perro, de vacuno, de chancho o de caballo”, cuenta Ugarte. Para que no se conviertan en un factor de atracción importante en el patio, es necesario limpiarlas de forma rigurosa. “Es decir, si el perrito hace caca, hay que ir y recogerlas o barrerlas al menos un par de veces al día”, explica el especialista, ojalá con más frecuencia cuando hace calor. Para no botarlas en la basura, recomienda enterrarlas en un hoyo, porque “es materia orgánica, por lo tanto le puede hacer muy bien a tu jardín ya que es un fertilizante natural”.
  • No al insecticida: “Cualquier insecticida o químico que usemos en nuestras casas también nos va a afectar a nosotros”, dice Ugarte. Si los aplicamos con frecuencia, puede tener repercusiones en nuestra salud en el largo plazo. “Esos espray que uno echa finalmente precipitan, se van al suelo, se van arriba de los muebles o de la ropa”, dice el entomólogo. Cuando echas insecticida y al rato pasas un dedo por la superficie, te encontrarás con tu huella contaminada con ese líquido. “Es peor el remedio que la enfermedad. Hay varias reacciones a la piel que los dermatólogos se demoran en detectar a causa de esto. Qué decir de los niños, que juegan por el suelo y se llevan las manos a la cara o a la boca con frecuencia”, analiza.

“Cada vez es mayor la evidencia científica sobre los efectos negativos que tienen los insecticidas de todo tipo en la salud humana, como también en otros seres vivos, como plantas, animales, insectos y microorganismos”, complementa Schapheer. “Se ha probado el efecto negativo de dosis subletales de insecticidas sobre el sistema nervioso de abejas, lo cual las desorienta e impide que puedan volver a sus nidos. Eso tiene que como resultado que no aprovisionan a sus progenie para la próxima temporada y finalmente mueren”, lo que además tiene consecuencias negativas en la polinización y todo el ecosistema.

En definitiva, un ambiente libre de moscas solo se consigue en un espacio inerte, sin casi señales de vida orgánica. Si en tu casa hay niños, plantas, animales y frutas y verduras frescas, seguramente también aparecerán estos insectos. Más que eliminarlos, con los consejos anteriores puedes ahuyentarlos. Para que ninguna caiga a tu sopa.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 7 de septiembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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