Con nombres como bizcocho, bizcochón, queque o keke -entre otros-; esta masa dulce y aireada tiene presencia en buena parte de América Latina e incluso algunos países europeos. En algunos lados lleva algo de licor, en otros mucha crema y en sitios como Chile durante muchos años se consumió más bien seco y sin mucho más encima. Pero claro, el tiempo pasa y las cosas cambian, y los queques también. Aquí, una pequeña guía para prepararlos en casa (o encargarlos) de buena manera.

Más allá de la amplia variedad de queques existentes actualmente, hay una mezcla base que sirve para cualquier preparación y que involucra a simples ingredientes como harina, huevos, polvos de hornear, leche, aceite y azúcar - más vainilla o ralladura de limón para darles un ligero toque de sabor-. De ahí en más, hay muchas otras combinaciones, las que pueden llevar ingredientes tan diversos como leches saborizadas, frutas, yogurt y más.

Pero para partir con lo más simple lo mejor es presentar la receta más clásica de todas. Es decir, un simple queque casero que rinde más o menos unas diez porciones.

2 tazas de harina

½ taza de azúcar

2 cucharadas de aceite de maravilla

2 huevos

2 cucharaditas de polvos de hornear

1 taza de leche entera

¼ de vainilla natural bien molida

1 cucharadita de ralladura de limón

En un bowl grande disponer de todos los ingredientes secos. Es decir, harina, azúcar, polvos de hornear, vainilla y ralladura de limón. Revolver bien con un tenedor y luego agregar los ingredientes húmedos: aceite, huevos y leche. Con la ayuda de un batidor eléctrico (tal como se explica más abajo) revolver toda la mezcla a alta velocidad por varios minutos hasta conseguir una textura homogénea, húmeda y ligeramente pastosa. Luego, verterla en uno -o varios- moldes previamente aceitados. Llevar el queque al horno -previamente calentado a fuego medio- por cuarenta minutos o hasta que su superficie se dore (también se le puede clavar un mondadiente, si este sale totalmente limpio del queque, está ok). Tras esto, sacarlo del horno, esperar que baje un poco la temperatura y desmoldarlo. Y ya está listo para comer, no hay que hacer caso a ese antiguo mito de que el queque caliente hace mal. Es, de hecho, mucho mejor que frío.

Uno de los atributos más importantes de un queque, quizás el que más, tiene que ver con la suavidad y esponjosidad de su masa. Y aunque el usar una buena harina y nunca olvidar incluir un toque de polvos de hornear es muy importante, también es clave realizar la mezcla con una buena batidora eléctrica. ¿No se puede con un batidor manual? Técnicamente sí. Sin embargo, si uno quiere obtener una mezcla de masa sin ningún tipo de impureza o grumo, con la batidora eléctrica esta misión se le hará mucho más fácil. Además, para que quede esponjosa la masa el trabajo de los polvos de hornear no es suficiente, se necesite meterle aire a la mezcla, y esto lo hace la batidora eléctrica de muy buena manera. Así las cosas, vale tener una en casa.

Batidora Planetaria Masterchef Essential

Otra cosa muy importante de un queque es su tamaño, el que puede ser tanto individual como para compartir. Además, puede tener distintas formas. Es decir, puede ser un círculo pequeño o grande, un rectángulo, un cuadrado y mucho más. De esta forma, cada cocinero -o repostero en este caso- decidirá el tamaño y la forma que le es más conveniente para preparar su queque y en virtud de eso elegirá el molde correspondiente. ¿Algún formato en especial? La verdad es que da un poco lo mismo la forma de molde a elegir, siempre y cuando sea de calidad. Es decir, de un material que ayude a que la mezcla no se pegue ni se queme durante la cocción. Todo lo demás, a gusto del consumidor.

Molde Kugelhof 22cm Moka Ibili

Para muchos, cuando el queque es desmoldado sobre un plato grande, listo para ser cortado, aún no está listo para ser consumido. ¿Qué falta? La decoración. Sí, algo que para algunos podría ser algo secundario o incluso prescindible, pero que al mismo tiempo otros no perdonan y por lo cual se esmeran en darle un toque especial -o más bien distintivo- a los queques de su autoría. Tal vez la decoración más básica en estas preparaciones es el simple toque de azúcar flor que muchas veces se les da por encima. Sin embargo, las opciones son variadas y van desde nueces o coco rallado, cobertura de chocolate, frutas, manjar, chips de chocolate y hasta estrellitas u otras figuras elaboradas en base a azúcar. Por lo general todo bien dulce, como le gusta a la gente.

Si tienen niños pequeños en casa, lo más probable es que éstos no les pidan queques individuales si no que cupcakes. Pero no se asusten, en rigor son lo mismo, aunque lo que cambia es lo que se les pone encima una vez que han sido desmoldados y están fríos. Esto, porque lo que más destaca de estos llamados cupcakes es esa cobertura dulce, brillante y relativamente dura que fascina a los niños (y también a algunos que ya están creciditos). Además del glaseado, los cupcakes suelen llevar toques de crema, chips dulces, estrellitas y más. Pero no se preocupen, todos estos elementos se pueden encontrar en el supermercado. Partiendo, por supuesto, por el glaseado.

Si no quieren preparar queques en casa la verdad es que las opciones para comprarlos ya listos abundan. De hecho, en cualquier supermercado hay una buena variedad que va desde los derechamente industriales hasta algunos elaborados en panaderías propias. Y hablando de panaderías, tanto en las de cadena como en las más pequeñas por lo general se ofrecen queques, cupcakes y otras preparaciones por el estilo. Ahora, si buscan algo más bien clásico y lejos de las cosas más de ahora, con mucho glaseado y otros artilugios, la cadena Lo Saldes tiene algunas buenas opciones en ese sentido, incluso en sistema de delivery.

Queque con chips de chocolate

Pero si mueren por un cupcake perfecto -o se los exigen en casa- una buena opción podría ser visitar o revisar la oferta online de la pastelería La Tartine.

Caja 6 cupcakes rellenos