Todavía sigue siendo un artículo que no todos los hogares pueden permitirse, pero sus precios han ido bajando con los años y tener un lavavajillas hoy no es necesariamente un sinónimo de lujo. Con valores similares al de lavadoras de ropa y más baratos que refrigeradores o televisores LED, este electrodoméstico no solo permite ahorrarse el tedio de lavar a mano los platos —tortura que se multiplicó durante la pandemia— sino que también muchos litros de agua y bastante energía.
Además, como los lavavajillas no se aburren ni se cansan, es mucho más probable que limpien mejor la loza y los cubiertos que uno. Aparte lo hacen con un pH (cerca del 10 tienen los detergentes) y a una temperatura de agua (que puede llegar a los 70º) bastante más altos que los que pueden tolerar las manos humanas, consiguiendo eliminar mugres y bacterias que no saldrían con una esponja.
Según Wirecutter, el sitio especializado en testeo de productos del New York Times, todos los lavavajillas hacen su pega. Ellos probaron 17 modelos distintos e investigaron otra decena más, y en ningún caso encontraron máquinas que no lavaran bien. Por supuesto, hay unas que funcionan mejor que otras: son más cómodas, más eficientes, fallan menos, duran más tiempo u ofrecen más programas y funciones, pero la evidencia es que con cualquiera, si se usa correctamente y se aplica un detergente y abrillantador decentes, los platos quedarán limpios.
Gastar más para gastar menos
El rango de precio de los lavavajillas es amplio. Va desde los $269.990 —precio que comparten el Midea MLV-12SB5203 y el Fensa 945 S— hasta el millón de pesos que cuesta el Miele G4203SC, que tiene seis programas de lavado y tres bandejas para recibir hasta 14 cubiertos. Entremedio figuran marcas como Oster, Bosch, Mademsa, Mabe y FDV, entre otras, cuyo valor promedio está en los $380 mil. No son una ganga, pero considerando que hay celulares, tablets y notebooks harto más caros que eso, tampoco se trata de cifras estratosféricas, mucho menos considerando el ahorro que pueden generar.
De acuerdo a la certificación estadounidense de eficiencia energética —Energy Star, similar al etiquetado de colores y letras que hace en Chile la Superintendencia de Electricidad y Combustibles—, un lavavajillas que cuente con este sello usa solo un cuarto de la energía que se gasta lavando a mano y permite ahorrar unos 30 mil litros de agua al año. “En términos de electricidad, a mano se ocupa algo así como 2kw/h, mientras que la máquina solo necesita la mitad”, aporta José Ignacio Momberg, gerente de productos de Midea Chile.
En promedio, según un estudio de OCU —una organización de consumidores españoles—, el consumo de agua lavando platos es de 88,8 litros diarios, algo así como el 26% del gasto total de agua en un hogar ibérico. Con un lavavajillas, esa cantidad baja hasta los 54,2 litros, ahorrando 30,6 litros de agua diarios, “los que serían mucho más si se trata de una familia de cinco personas, que podrían desperdiciar hasta 50 litros menos de agua por día”.
“Pero aparte de agua, es importante el ahorro de tiempo”, apunta Juan David Bustos, gerente de productos de Electrolux Chile, empresa que también representa a Fensa, Mademsa y Somela. Energy Star hizo ese cálculo: lavar la loza nos toma alrededor de 230 horas al año, casi 10 días completos, los que con un lavavajillas quedarían disponibles para cualquier otra cosa.
También se ahorra en detergente: aunque son productos específicos y algo más caros, la dosis que se aplica es siempre la misma y no es necesario usar y usar más, como sucede a mano, cada vez que se acaba la espuma de la esponja.
Cubiertos y programas
La capacidad de los lavavajillas se mide en cubiertos, es decir, la cantidad de loza que ocupa una persona en una comida completa: un plato de pan, otro de fondo, cuchara, tenedor y cuchillo, un vaso, una copa, un plato de postre y una taza de té o café. Pero si en una casa viven 4 personas, ¿cuántos cubiertos debería soportar su lavavajillas?
“Uno de 12 cubiertos está pensado para esa familia de 4 personas”, explica Bustos. “No quiere decir que no sirva en un hogar donde viven 5 o 6”, pero en esos casos aconseja pensar en algo más grande, y así evitar echarlo a andar muy seguido.
Lavavajillas Bosch SMS40E38 12 cubiertos
Para quienes viven solos o en pareja, “los lavavajillas de ocho o nueve cubiertos son los ideales”, ya que también entregan espacio para agregar fuentes, ollas o recipientes más grandes.
La diferencia de precio entre una marca/modelo y otra no está solo en su capacidad, sino en muchos otros factores. “Está el costo de los componentes”, explica Momberg, “el país de origen y la tecnología que ocupa”. Si tienen un motor inverter, por ejemplo, que es mucho más eficiente y silencioso, entonces será más caro. “Lo mismo si tiene un brazo satélite, que permite que el agua llegue a más rincones y con mayor potencia”, agrega Bustos.
Lavavajillas Fensa Computer 945-S 8 cubiertos
También varían según los programas. Los más económicos, como el Midea, tienen solo cuatro modalidades —intensivo, económico, rápido o normal—, en cambio el Miele G 4203 SC, para 14 cubiertos, tiene seis programas —entre ellos uno especial para copas y cristalería— y cinco niveles de temperatura para escoger. Los más caros también entregan más posibilidades de modificar la altura y composición de las bandejas, cuentan con más canastos para el servicio y la alternativa de programar el lavado para el horario más conveniente.
Pero hay que usarlo bien
Para que la inversión en el lavavajillas salga a cuenta, es necesario utilizarlo correctamente. No se trata de ciencia espacial ni nada que tome demasiado cuidado, pero hay pasos ineludibles si es que uno quiere obtener el mayor ahorro y eficiencia posible.
Lo primero, es que no hay para que “prelavar” los platos antes de ponerlos en la máquina. ¿A qué nos referimos con prelavar? A pasarlos por agua en el lavaplatos. Alguna gente lo hace para asegurarse de que queden bien limpios, pero en realidad lo único que consiguen es gastar el agua que estaban ahorrando con el lavavajillas.
Si los platos no salen tan relucientes como uno esperaría, antes que prelavarlos habría que revisar la calidad del detergente y el uso de abrillantador, que además de dar brillo, como lo dice su nombre, sirve para reducir la cantidad de agua que queda sobre la vajilla, haciendo más rápido el proceso de secado posterior al lavado.
Lavavajillas Midea MLV-12SB5203 12 cubiertos
Lo que sí hay que hacer es eliminar los restos de comida sólida que queden en platos, pocillos o fuentes. “Al igual que un lavado a mano, si uno deja pedazos de alimentos, estos pueden tapar la cañería”, dice Momberg. De todas formas, los lavavajillas cuentan con filtros que retienen estas basuras, y si se usa un detergente enzimático —que son los más recomendables— muchos residuos orgánicos se terminarán desgastando hasta diluirse por el desagüe. Igual ese filtro hay que vaciarlo y limpiarlo con cierta frecuencia.
Ya que hablamos de detergentes, Bustos, de Electrolux, aconseja usar uno líquido antes que uno en polvo. “Debido a la dureza que tiene el agua en muchas zonas de Chile, el detergente líquido siempre funcionará mejor que el polvo: se va a diluir mejor y es más recomendable”. Si son en cápsulas, que aseguran que uno utilice la cantidad justa, mucho mejor.
Que sean enzimáticos también marcará una diferencia. No es un invento de la industria: efectivamente, las enzimas aceleran los procesos de limpieza y son muy efectivas frente a manchas causadas por proteínas —sangre, huevo, leche—, grasas —aceite, mantequilla— o almidón —chocolate, salsa. Para saber si efectivamente el detergente las incluye, hay que revisar que en sus ingredientes estén las enzimas proteasa, amilasa y lipasa, entre otras.
Detergente enzimático para lavavajillas Klären 1 kg
La sal es otro insumo fundamental e irremplazable para el buen funcionamiento del lavavajillas. Su función es “suavizar el agua”, como explica Momberg, evitando que se forme sarro dentro de la máquina y dañando menos la vajilla. La mayoría de los modelos, si es que no todos a estas alturas, indican en su panel si hace falta echarle sal, algo en lo que es necesario fijarse antes de cada lavado.
Orden y progreso
En el caso de los lavavajillas, el orden de los factores sí altera el producto. Cómo y dónde poner cada pieza de loza es muy relevante para obtener un lavado satisfactorio. Cada modelo es diferente y tiene distintas rejillas y bandejas, pero hay ciertas reglas que son generales para todas las máquinas.
La primera es que las superficies sucias de las fuentes y pocillos siempre deben apuntar hacia abajo, desde donde les llegará el chorro de agua. Si se incluirán bols u ollas grandes, conviene preocuparse de que no tapen el flujo del lavado, ya que impedirán que el agua se reparta correctamente.
Lavavajillas FDV FS Element 10 cubiertos
Los platos deben ir juntos pero no apretados, ya que si no hay espacio entre ellos difícilmente podrán lavarse ni secarse correctamente. En cuanto a los servicios, deben ir siempre en su canasto —sino pueden terminar en una esquina donde no se limpiarán— y con el mango hacia abajo, para que la parte más sucia pueda recibir toda el agua y el detergente que necesita.
Los vasos, copas y vasijas de vidrio van arriba, donde el agua no llega tan fuerte y es menos posible que se muevan y se rompan. También el plástico, si es que es apto para el lavavajillas, conviene ubicarlo en la parte superior.
Por último, y quizá lo más relevante: siempre cargar la máquina a su máxima capacidad. “Si lavo un plato o muchos, el consumo será el mismo”, dice Bustos. “Si quiero generar estos ahorros y esta eficiencia, será muy importante que esté completamente cargado”.
Lo mismo opina Momberg, aunque esto no significa que haya que sobrecargarlo. “Si ponemos más de lo que cabe, tampoco se lavará bien”, dice. También hay que saber que el lavavajillas no se hace cargo de ollas con arroz pegado o fuentes con grasa quemada del día anterior: esas irresponsabilidades hay que dejarlas en remojo y luego, como castigo, lavarlas a mano.
*Los precios de los porductos en este artículo están actualizados al 12 de agosto de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.