A medida que pasan los años, nuestra piel tiene distintas necesidades. La exposición al sol, la disminución en la generación de determinados componentes por parte de nuestro organismo, el estrés, los cambios hormonales y la ralentización de la renovación celular son algunos de los cambios que podemos ir sintiendo con el paso del tiempo.

Es importante recordar que, independiente de la edad que tengamos, existen diferentes tipos de piel y, por lo tanto, es importante elegir productos especiales para cada uno, que aporten lo necesario para mantener su salud y buena apariencia.

Además de la limpieza —que es imprescindible para un buen cuidado de la piel— hay un ítem que es transversal en cualquier etapa de la vida. “Antes de pensar en un tratamiento, lo más importante para prevenir el envejecimiento en todas las edades es la protección de los rayos solares UVA y UVB”, comenta Javiera Guarda, experta en estética facial y directora del Centro Estético Skinup.

La dermatóloga de la Clínica Las Condes, María Luisa Sáenz, coincide: “A cualquier edad, la protección solar debe ser la primera preocupación”, afirma. “Y ahora, que estamos entrando al invierno, aunque estemos bajo techo y absorbiendo poca luz del sol, la radiación de las pantallas también nos afecta y hay que protegerse de ella”, recalca.

El uso de factor solar de manera diaria es clave. Hablar de “envejecimiento” de la piel, al referirnos al daño actínico o daño solar, no tiene que ver exclusivamente con un tema estético, sino a la salud del órgano más extenso, expuesto y externo del cuerpo. Una piel prematuramente envejecida, por ejemplo, tiene más tendencia a sufrir de cáncer.

Pero más allá de ello, con el paso del tiempo en general sí surgen necesidades específicas. A continuación, analizaremos las necesidades cutáneas según edad.

“No existe una edad concreta para empezar a usar principios activos antiedad”, dice Guarda, “pero lo que sí sabemos es que a partir de los 25 años, o incluso antes, comienza a existir una pérdida natural de colágeno de un 1% anual, proteína que proporciona sostén y elasticidad a la piel”.

Además de los buenos hábitos relacionados a la alimentación y al dormir —que deberían aplicarse a lo largo de toda la vida—, la clave a esta edad es la prevención. Para eso, además del uso de factor solar, mantener la piel bien hidratada es fundamental. La cosmetóloga y esteticista integral Fanny Strajilevich explica: “la hidratación es esencial en esta etapa. Algunos de los principios activos que están en bastantes cremas y que pueden aportar en este ítem son el ácido hialurónico y el aceite de jojoba, entre otros”.

Entre los 30 y los 35 años, la hipodermis empieza a disminuir su grosor, lo que se relaciona con la aparición de las primeras arrugas. Además de productos antiage, es importante considerar exfoliantes que aporten a la renovación celular.

“Es el momento de darle mayor énfasis a la reafirmación para prevenir una flácidez prematura. Esto se logra usando principios activos como colágeno y elastina, además de siempre mantener una buena hidratación”, explica Fanny. “También es un buen momento para empezar a utilizar vitamina c”, complenta.

La vitamina c entrega una enorme cantidad de beneficios ya que, además de tener un efecto aclarante, aporta inmunidad a la piel, es un excelente antirradical libre y estimula la producción de colágeno y elastina.

Durante esta década se acelera la pérdida de la coenzima Q10, responsable de la mayor parte de la energía que requieren las células para regenerarse, además de ser un gran antirradical libre y potenciadora de otros principios activos.

Es por estos años cuando “debemos empezar a agregar principios activos más regeneradores o nutritivos, como placenta, catalasa o centella asiática”, comenta Fanny.

Javiera Guarda hace un importante alcance a tener en consideración, ya que muchas personas lo dejan de lado: “no hay que olvidarse de usar productos específicos para el cuello y el escote”.

A los 50 años, aproximadamente, comienzan algunos ajustes hormonales que también muestran su efecto en la piel. Javiera Guarda explica: “hay que tener en cuenta el efecto que ocasiona la menopausia, con importantes cambios a nivel estructural de la dermis y también tratar la flacidez”. La falta de luminosidad es otro factor que se hace notorio en esta época.

El producto estrella es el retinol. “Los retinoides son derivados de la vitamina A, que tienen muchas propiedades beneficiosas para la piel porque dan luminosidad, producen un grado de exfoliación, disminuyen el tamaño de los poros abiertos y también tienen un efecto de disminución de las arrugas superficiales”, explica Sáenz.

A esta edad no es inusual la presencia de manchas en el rostro. Además “la piel madura en general tiene disminuida su capacidad funcional y se caracteriza por ser seca, sensible y áspera al tacto. Por eso conviene enfocarse principalmente en hidratarla y protegerla”, explica Javiera Guarda.

*Los precios de los productos en eset artículo están actualizados al 28 de abril de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.