Realidad virtual: la próxima frontera. Personalmente, sigo pensando que cuando se masifique como tecnología aplicada será lo más disruptivo que le sucederá a la humanidad desde que internet se instaló en nuestras vidas cotidianas. Si bien el concepto y sus primeros usos comienzan desde principios de los noventas, más de 30 años después la realidad virtual aún es algo de nicho, casi una promesa incumplida, con proyecciones —como el metaverso de Zuckerberg— aún lejos de concretarse.
Pero bastante se ha avanzado recientemente. Hoy existen plataformas abiertas, como Oculus —hoy propiedad de Meta y llamadas Meta Quest—, y otros equipos con sus respectivas plataformas y precios de entrada. Entre ellos, la muy atractiva plataforma de realidad virtual de Sony, que hace unos meses estrenó su segunda versión. Dado el poderoso músculo que posee la PlayStation 5, no era muy difícil prever que una nueva generación de realidad virtual estaba a la vuelta de la esquina.
Para evitar confusiones, hay que dejar muy en claro que la VR2 de PlayStation está diseñada exclusivamente para ser usada con una PS5 y no es compatible con las consolas anteriores. El sistema original, denominado Project Morpheus, fue lanzado para la PlayStation 4 en octubre del 2016, con resolución full HD, audio 3D y paneles OLED de 5,7 pulgadas, aparato que vendió más de cinco millones de unidades.
Dicho eso, hay que decir que la evolución es notoria y muy bienvenida, aunque no estoy seguro si se trata de una experiencia perfecta para el público común y corriente. Es decir, en relación a su predecesorar, la VR2 mejoró enormemente (ya entraremos en pormenores), pero salvo para fanáticos y gamers intensivos, es difícil recomendar este sistema que aún es demasiado caro y, por lo tanto, de nicho. Vamos a verlo en detalle.
Especificaciones técnicas:
- Dimensiones: 212 × 158 × 278 mm
- Peso: 560 gramos
- Display: OLED 4K HDR
- Resolución: 2000 x 2040 (por ojo)
- Tasa de refresco: 90-120 Hz
- Campo de visión: 110° aprox.
- Sensores: De movimiento (con seis ejes) / De proximidad (con infrarrojo)
- Cámaras: 4 (para control de monitoreo) / Para seguimiento ocular
- Conexión: cable USB-C de 4,5 m
Diseño: al ciberespacio y más allá
La PSVR2 incluye el casco —el elemento principal, por supuesto—, un par de controles PS VR2 Sense inalámbricos —uno para cada mano—, auriculares estéreo, tres almohadillas adicionales para el casco, y un cable USB-C de 4,5 metros. Este último es una de las principales novedades: el sistema, desde el casco, se conecta directamente a la consola a través de él. Su longitud, al menos en mi caso, fue suficiente para tener un espacio más o menos amplio de juego, sin obstáculos ni riesgos de tropiezos o caídas. El pack que probamos incluía la edición especial para PSVR2 del Horizon: Call of the Mountain.
El casco sigue siendo pesado —560 gramos, aproximadamente—, pero es algo más liviana que su versión anterior, que superaba los 600 gramos. Lo mismo con la ventilación o la sensación de sofocamiento, un problema que acá está definitivamente solucionado.
También posee distintas variables de ajuste físico y de visión para adaptarla a cada persona, por lo que tarde o temprano el aparato queda relativamente cómodo y con la precisión visual necesaria. En mi caso eso requirió de usar lentes, algo que el equipo permite sin problemas, sin riesgo de que se empañen gracias a su buen sistema de ventilación de nariz. Mucho más práctico y ergonómico en su diseño, cuenta con un botón de encendido, fácilmente ubicable al centro, en la parte inferior. Ahí comienza todo.
Luego de la personalización del equipo, comienza la magia. A diferencia de la primera VR, que utilizaba una cámara externa para detectar el movimiento, esta versión cuenta con cuatro cámaras incrustadas en el aparato, además de la cámara infrarroja y el seguimiento ocular. Estas, además, permiten ver el entorno sin necesidad de que nos saquemos el casco, lo que hace mucho más fluida la experiencia.
Finalmente, esta nueva iteración también incluye micrófono y un pequeño motor para sensibilidad háptica, que le permite al usuario, por ejemplo, sentir los latidos de su corazón o la vibración de objetos pasando cerca. Sumado a los audífonos cableados que otorgan un sonido estéreo espacial y 3D, la inmersión está muy bien lograda.
Cómodo e inmersivo
La configuración del sistema no es complicada, pero tampoco es difícil imaginar que para algunos usuarios podría llegar a serlo. Estamos hablando de un sistema que, si bien es plug & play, es necesario configurar inicialmente para determinar espacios físicos de juego, límites espaciales, seguimientos oculares, preferencias de control y, por cierto, la muy útil opción de jugar de pie o sentado. Quizás lo más fascinante del proceso es escanear con la vista el entorno: cientos de polígonos azules van cubriendo las paredes, como si fuese una película de ciencia ficción. Una vez terminado el proceso, se accede al hub central de PlayStation, igual al de la consola, donde se pueden elegir juegos o contenidos.
El sistema de la VR2 permite jugar juegos en realidad virtual pero también títulos “normales”, los que se aprecian en modo cinematográfico. Dependerá del gusto del usuario si desea cambiar el televisor por una experiencia que sigue siendo en 2D, aunque mucho más grande e inmersiva.
La misma opción está disponible para los servicios de streaming a los que se tenga acceso y que sean compatibles. Otra cosa interesante es que el televisor puede reproducir simultáneamente el contenido del aparato: así, si uno está acompañado de amigos o familia, todos pueden “ver” lo que está mirando el usuario de la VR2. Se agradece la posibilidad.
El audio 3D, que es mapeado a partir de los movimientos de cabeza y del espacio en el que se encuentra el usuario, se adapta de manera dinámica y funciona muy bien, a pesar de que los audífonos no envuelven completamente el oído.
Luego están los controles, los VR2 Sense, muy distintos a los tradicionales de la consola. Son inalámbricos y tienen la forma de una especie de esfera hueca, con los controles al centro para ser “agarrados”. A pesar de su apariencia aparatosa, son ligeros y sencillos, con sticks, botones y sensores de proximidad.
Es una configuración correcta, a la que cuesta un poco acostumbrarse al comienzo, pero que a la larga se vuelve una experiencia mucho más intuitiva de lo que uno se imagina (especialmente si se tiene experiencia con controles de PlayStation). Tras un par de sesiones, ya estaba familiarizado espacialmente con los botones y controles de cada uno de los mandos.
Hago la aclaración: personalmente, escogí la opción de jugar sentado, por lo que es necesario contar con un espacio de al menos un metro cuadrado para poder moverse con libertad. De pie, eso sí, el espacio requerido será mayor. Porque sí, para aprovechar la VR2 habrá que moverse.
¿Y los juegos?
Lamentablemente, en esta primera pasada solo hemos podido probar cuatro de los más de cien títulos que ya hay disponibles para la PSVR2, que no es poco. Sin duda, el nuevo Horizon: Call of the Mountain es un must: un juego que le saca todo el partido posible al sistema, desde los impresionantes y ultra inmersivos escenarios del juego hasta las distintas mecánicas de movimiento y combate, donde literalmente hay que sacar un arco y flecha de la espalda. Todo desarrollado en el mismo y exuberante mundo post apocalíptico de los juegos originales, donde no faltan los icónicos dinosaurios y animales robot.
La aventura realmente le saca todo el jugo al músculo tecnológico del aparato, pero también de la consola. A través de una inmersiva vista en primera persona, la exploración y la maravilla de los coloridos alrededores del juego, siempre en 360 grados, es realmente una experiencia única y enriquecedora, especialmente para quienes nunca han vivido las sensaciones que puede generar la realidad virtual.
También probamos el Drums Rock, un juego de ritmo que es muy parecido, incluso gráficamente, a los clásicos juegos tipo Guitar Hero o Rock Band. En este caso, como es obvio por el título, nos encontramos sentados frente a una batería.
La idea es sincronizar algunas canciones de hard rock, como “I Love Rock ‘n’ Roll”, o “Black Betty”, no solo mediante los golpes con las baquetas sino también aplastando demonios que van pasando en el fondo del escenario. Simpático, aunque me hubiese encantado probar una alternativa más realista.
También le dimos una vuelta al Star Wars: Tales from the Galaxy’s Edge, juego interactivo de exploración y puzles ambientado en el universo creado por George Lucas. Bonito, aunque no me sorprendió del todo.
Personalmente, creo que mi título favorito de esta primera pasada fue el Moss, una aventura original del 2018 para todas las edades y presentada en forma de cuento clásico infantil. Aquí controlamos a un simpático ratoncito llamado Quill, que debe desenvolverse en un frondoso bosque repleto de puzles y aventuras. Cada nivel es como una “página” del libro, y si bien la perspectiva es en tercera persona, los detalles espaciales de cada etapa son de un nivel realmente asombroso y original.
Pero hay más, mucho más. Nos faltó probar las versiones en realidad virtual de juegos icónicos como Gran Turismo o Resident Evil, así como las del No Man’s Sky, The Walking Dead y otros títulos originales. Y si bien hay cosas de gran calidad, aún falta esa “killer app” que haga que el interés por la PSVR2 realmente explote como se merece.
Otro detalle importante a considerar: personalmente no tuve mareos, aunque eso puede estar dado por la experiencia personal. Pero efectivamente el aparato está diseñado para evitarlos. Es realmente cómodo y tras una sesión de juego de una hora no hubo ninguna repercusión física: ni cansancio de ojos, tampoco molestias en las orejas ni en la nariz.
El seguimiento de la mirada que es capaz de hacer el VR2 es de una gran precisión. Eso puede resultar intimidante al comienzo, pero luego seleccionar menús o alternativas solo moviendo los ojos se vuelve algo intuitivo y muy realista e inmersivo cuando estamos jugando.
Veredicto Práctico
Sin duda, la PSVR2 es un paso adelante en la realidad virtual para la industria, aunque sigue siendo un producto estrictamente de nicho, especialmente por su precio (bordea los 800 mil pesos), que hoy supera con creces al de la propia consola PlayStation 5.
A quienes les fascinan los entornos virtuales y la última novedad en la experiencia de juego, el nuevo sistema de Sony es una gran plataforma que, aunque aún le falta en términos de diseño para todo público, no solo destaca por su innovadora tecnología de inmersión, sino que también por el bien aprovechado contenido de sus títulos.
Puede ser que Sony no le esté dando el impulso que se merece, aunque el reciente anuncio de Apple —con su revolucionario aparato Vision Pro— pueden hacer cambiar las cosas. Ojalá: a juzgar por los pocos títulos que pudimos probar, las posibilidades creativas y de generación de contenido son prácticamente infinitas. Y no sólo dentro del mundo del entretenimiento.
Nota: ⭐⭐⭐⭐★
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 10 de julio de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.