“La vida es para vivirla a todo volumen”, dice Sony en la presentación del SRS-XV800. Una máxima que resuena a grito de guerra, quizá demasiado apropiado, cuando lo que acaba de pasar es otro Año Nuevo.

“Un año más, ¿qué más da?”, canta Tommy Rey al ritmo de su Sonora. Un hit infaltable en los festejos a lo largo y ancho de Chile. La celebración de Nochevieja es uno de los pocos hitos —junto a las Fiestas Patrias, quizá— en que muchos excesos parecen ser perdonados: la comida, el alcohol, el trasnoche y la música a todo volumen.

Esa es la bandera —o eslogan, en rigor— con que Sony presentó a comienzos de año el SRS-XV900, el antecesor del modelo que nos disponemos a analizar a continuación. Un parlante hecho a la medida de lo que la compañía japonesa entiende como una fiesta, y en la que pretende, nada más y nada menos, que ser el centro de mesa.

Especificaciones técnicas

  • Tipo de bocina: 2 vías, Bass Reflex
  • Número de bocinas: 3 tweeters (60 mm), 2 woofers (170x170 mm), 2 tweeters posterior (40 mm).
  • Peso: 18,5 kg
  • Dimensiones: 317 mm x 720 mm x 375 mm
  • Bluetooth: Versión 5.2
  • Rango de frecuencia: 2.4 GHz
  • Alcance de transmisión de frecuencia: 20 Hz-20,000 Hz (muestreo de 44.1 kHz)
  • Códecs compatibles: SBC, AAC, LDAC.
  • Terminales de entrada y salida: Miniconector estéreo (entrada), USB A, entrada digital óptica, entrada de micrófono, entrada de micrófono/guitarra.
  • Resistencia a agua: IPX4 (cuando se coloca verticalmente), IPX2 (cuando se coloca horizontalmente)
  • Duración de la batería: 25 horas, aprox
  • Consumo de energía: 77 W

Primeras impresiones

La sorpresa inicial en esta experiencia de prueba del SRS-XV800 llegó junto al mismo parlante. Si bien fue necesario un carro de carga para trasladarla hasta el interior de mi domicilio, tal como ocurrió para la evaluación del SRS-XV900, la mera vista del empaque evidenció un cambio positivo respecto a su modelo predecesor: su tamaño es ostensiblemente menor.

Primera anotación: ¿es el XV800 es una versión compacta del XV900? Es cerca de 10 centímetros más corto de ancho y profundidad, y tiene unos 16 centímetros menos de altura. Y con el dispositivo fuera del empaque, la diferencia se nota aún más.

Este detalle cobra relevancia para la vida moderna: si, por ejemplo, se vive en un departamento no muy espacioso, como los que abundan en nuestras ciudades, cada centímetro valdrá oro. ¿Habrá suficientes para instalar un parlante de esta envergadura? Ante este potencial problema, Sony al menos se asegura de darle mayores posibilidades a su novedad.

Las diferencias entre un dispositivo y otro no son sólo las dimensiones. Mientras el “viejo” XV900 es un altavoz de cuatro vías, compuesto por seis tweeters —repartidos en pares frontales, laterales y traseros— y un gran woofer de 320 milímetros cuadrados, el novedoso XV800 es un parlante de dos vías, integrado por cinco tweeters —tres frontales y dos posteriores— y dos woofers. Más que una versión compacta, parece ser una síntesis del XV900.

La segunda sorpresa apareció entre los ítems incluidos en la caja. Además del sobre que incluye las guías de uso, muy práctico para mantener el orden y no perderlas, y el cable de corriente alterna desmontable, se incluye un cable óptico digital, que ofrece una conexión con alta calidad de audio y menor pérdida, ideal para amplificar una smart TV.

El XV800 es más compacto que su versión precedente, se asemeja a los viejos altavoces de columna de Sony.

Usabilidad: simple e intuitiva

La instalación inicial resulta súper sencilla. Es necesario, eso sí, conectarlo primero a la corriente, para cargar su batería, que le dará cerca de 25 horas de autonomía. Eso permitirá utilizarlo en cualquier espacio, escenario o ambiente, incluso al aire libre, ya que cuenta con certificación IPX4 y IPX2 —dependiendo de si se le posiciona vertical u horizontal, respectivamente—, lo que le hace relativamente resistente a las salpicaduras de agua.

El proceso de emparejamiento a un dispositivo —smartphone, tablet y/o laptop— también es sencillo y rápido. El XV800 cuenta con Bluetooth 5.2, una versión que si bien no es la más reciente (desde 2022 existe la 5.3), sí es muy idónea para el audio, dada la fluidez, solidez y consistencia con la transmite datos de este tipo.

A ello se agrega la posibilidad de conectar dos equipos fuente en simultáneo, un valor agregado en un parlante pensado para fiestas: las labores de disc-jockey pueden ser compartidas desde distintos puntos de una sala, por ejemplo.

Sobre la superficie superior del altavoz se encuentra el panel de control, muy evidente e intuitivo. Tiene diez comandos disponibles, como play/pause, volumen y ajuste de la entrada a utilizar, todos digitales con la excepción del encendido/apagado, que consiste en un botón físico.

Una de las características importantes de este parlante es que tiene multientrada de audio. A la posibilidad de conectarse inalámbricamente vía Bluetooth se agregan las por cable. Tiene una USB, otra minijack (la clásica de 3.5 mm) y la mencionada opción óptica.

Todas éstas se ubican en un panel trasero, donde además se encuentran los botones físicos de otras modalidades como la de Battery Care (o ahorro de energía). En este mismo puerto se encuentran dos entradas más: la destinada para instrumentos como una guitarra eléctrica y la disponible para un micrófono. Porque, ¡¿qué es una fiesta sin karaoke?!

Vista del panel principal.

Sonido: pura potencia

La tentación es grande. Cómo no, si la invitación de Sony es a vivir la vida a “todo volumen”. ¿Qué significa eso con este parlante? Mirando el XV800, y teniendo el antecedente del XV900, me puedo hacer una idea de la respuesta.

Sabiendo de los riesgos que implica para mi convivencia vecinal, aumento progresivamente la potencia de la música desde mi celular hasta llegar cerca del máximo.

¿El resultado? Un sonido demoledor, que hizo temblar ventanales y parqué del living del departamento; que mandó a mi perro a esconderse y me llevó a revisar el grupo de WhatsApp del edificio repetidamente a la espera de quejas.

No hubo, por suerte; mi pudor pudo más y, comprobada la potencia, reduje el volumen a algo más moderado. De paso, este ejercicio y otros “experimentos” me permitieron comprobar varios aspectos de este altavoz.

Uno: la buena calidad de sonido que ofrece. Ya mencioné que el XV800 cuenta con tres tweeters dedicados al procesamiento de frecuencias altas y medias-altas, y dos woofer para las graves y medias-bajas. Estos últimos tienen la particularidad de tener forma cuadrangular y no circular, como es la norma. Sony sostiene que esta característica, a la que denomina X-Balanced, permite aumentar el área de superficie y producir graves más profundos.

A lo anterior se añade la compatibilidad de su sistema con el códec de alta resolución LDAC, sin pérdidas de calidad y muy útil para quienes utilizan servicios de streaming como Tidal, Apple Music y Deezer.

Pero quedémonos en las bocinas incorporadas en el parlante. Tres tweeters frontales, dos posteriores, y dos woofers X-Balanced, a lo que habría que agregar que el altavoz de por sí es una caja acústica de tipo bass reflex. Todos estos condimentos, sumado a su potencia, redunda en un sonido grueso, macizo, profundo y con muchísimo ataque. Duro y contundente, como el que se experimenta en raves y fiestas electrónicas.

A pesar de eso, el sonido también es bastante limpio. El ejercicio del volumen mencionado anteriormente me permitió comprobar que, aún sometido a la alta potencia, no se genera ruido ni distorsión interna. Un detalle fundamental para cualquier altavoz que se precie de calidad, sea pensado para armar fiestas o disfrutar en la tranquilidad del hogar.

Pero acá va el detalle. El XV800 es justamente un parlante para carretes y reuniones sociales. Así está pensado, así se promociona. Así, también, parece ser su “estado natural”. ¿A qué me refiero con esto? A que sus funciones y características están desarrolladas para funcionar a plenitud en un contexto de jolgorio. Tanto así que, a mayor volumen, mejor es la calidad de su sonido e incluso mayor la sensación de inmersión que logra generar.

Recordemos que sus tweeters apuntan tanto en dirección frontal como lateral y trasera. Y si bien sus woofers solo están direccionados hacia el frente, sus ondas se pueden proyectar en varias direcciones si se le posiciona adecuadamente. Por esto, Sony lo califica como un altavoz con sonido “omnidireccional”.

Sin embargo, estas características, que son muy positivas, tienen una desventaja lógica. El XV800 pierde bastante eficacia cuando se le utiliza a volumen bajo o moderado. Necesita tanto de alta potencia como de un lugar espacioso para proyectar su sonido y alcanzar su mejor versión.

Esto también ocurre en su función de TV Booster, la cual exalta brutalmente las frecuencias graves, haciendo que cualquier explosión se sienta como si se estuviera en el cine. Claro que para conseguir ese sonido inmersivo se requiere de un alto volumen y volvemos al tema anterior: ¿hay suficiente espacio en tu hogar para ubicar adecuadamente el parlante, de manera que no se genere un desbalance y además se justifique un nivel de volumen alto?

El panel posterior, donde se ubica la salida para el cable CA y las entradas para USB, Audio In, guitarra eléctrica y micrófono.

Veredicto Práctico

El XV800 de Sony muestra muy buenas mejoras respecto a su anterior versión: un tamaño más compacto y sintetizado, que le hace menos complejo de transportar, así como un precio algo más asequible. Y mantiene lo que se podría considerar el core de la oferta que la compañía japonesa hace con estos modelos: una súper potencia sonora capaz de sostener una fiesta por sí sola.

Sin embargo, la ejecución de esta idea presenta un problema práctico: ¿vale la pena tener un altavoz de este nivel de potencia en un departamento o casa pequeña? Digamos que todo dependerá de los objetivos que se tengan como usuarios. Si se busca un dispositivo para ambientar sonoramente en la tranquilidad del hogar, probablemente el XV800 no será la mejor alternativa.

En cambio, si se suele ser el anfitrión de las reuniones sociales, y se cuenta con espacio suficiente para darle volumen a la música sin que eso signifique tener a un inspector municipal en la puerta a los 10 minutos, este altavoz —que además, posee un sistema de iluminación multicolor— no te defraudará.

Al menos para Año Nuevo siempre habrá excusa y, probablemente, perdón por parte de la vecindad. Si no, como dice Tommy Rey, “¿qué más da?”.


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