Los rituales o actos ceremoniales se remontan a culturas primitivas que han formado gran parte de las tradiciones de múltiples civilizaciones. Se creía en el poder de los rituales para apartar fuerzas negativas y renovar energías positivas. Hoy los rituales son prácticas con importancia simbólica para mejorar algún aspecto de la vida. Sirven como herramientas de renovación y conexión espiritual emocional, para cerrar ciclos y abrir la mente a la abundancia familiar, de salud y económica.
Existen diferentes tipos de prácticas y rituales para fin de año. Algunos más conocidos como comer doce uvas, las cucharadas de lentejas a medianoche o usar ropa interior amarilla. Otros menos comunes como los secretos: escribir en papel los deseos para el próximo año y quemarlos dando las gracias por las lecciones que nos dejó el año que termina.
Los rituales comparten diversas tradiciones y también prácticas espirituales como el yoga. Tal es el caso de los 108 saludos al sol o "Surya Namaskara".
De acuerdo a la tradición hindú, este ritual se realiza para celebrar y concretar cambios de ciclos y se suelen hacer para cada cambio de estación, solsticio y nuevo año. El número 108 es considerado un número con un alto poder espiritual. Para empezar el número 1 representa lo divino, la unicidad, es decir Dios; el 0 representa vacuidad o el camino hacia la verdad última y el 8 representa lo eterno o lo infinito, por lo que 108 es considerado un número sagrado y completo.
Surya Namaskara es el nombre en sánscrito de los Saludos al sol. Para la tradición hinduista Surya, el sol representa la fuente de luz por excelencia, que a su vez está asociada a los estados espirituales "iluminados" de los grandes sabios y maestros. Namaskara es la experiencia hacia la iluminación, el acto de saludar y darle el protagonismo a esa luz en nuestras vidas.
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Surya Namaskara.[/caption]
A diferencia de los rituales anteriores, este en particular compromete todas nuestras aristas. Desde los beneficios físicos, como fortalecer los grandes grupos musculares y masajear la columna y los órganos internos, esta secuencia de 11 asanas o posturas realizadas 108 veces, también compromete la mente lo que también trabaja la parte emocional que finalmente le da sentido al ritual.
La sincronía de la respiración con el movimiento incrementa el bombeo de sangre oxigenada que recorre y limpia el cuerpo removiendo las toxinas en forma líquida (transpiración y saliva). La repetición cíclica de los movimientos ayuda al cuerpo a soltarse y fluir de manera más ligera lo que ayuda a conectar y liberar emociones, y por último, la cuenta de los 108 saludos al sol, compromete la mente en mantener la concentración, generando un efecto de meditación, al tener el foco en el aquí y el ahora.
Este ritual además, trabaja el chakra del plexo solar ubicado en el abdomen, el cual conecta con muchos de los más importantes canales energéticos del cuerpo. En este chakra se ubica la conciencia de la voluntad, lo que posibilita la consecución de proyectos y anhelos, que van de la mano con el comienzo de un nuevo ciclo.
Hacer 10, 20 saludos al sol no es una tarea compleja, pero realizar 108 es algo que requiere de mucha concentración, estado físico y voluntad. Es cierto que en algún punto te pierdes en ti mismo, pero te recuperas, porque cada músculo de tu cuerpo se va acomodando a la serie de movimientos y cada vez que avanzas sientes como tu cuerpo gana un centímetro más de flexibilidad. Y cuando logras el último saludo al sol, los efectos son indescriptibles… la sensación de logro y conexión con uno mismo es realmente única.
Si lo que leíste te motivó a realizar el ritual para cerrar esta década, te comparto los últimos detalles para que sea una experiencia inolvidable.
Lo primero que hay que hacer, de acuerdo a la tradición yóguica, es sembrar una intención o sankalpa. Un sankalpa es una frase corta y positiva para ser utilizada al inicio del ritual, como una intención, ya sea para mejorar algún aspecto de la vida, cambiar algún hábito, o materializar cualquier deseo que se quiera lograr en el año que está por iniciar.
Lo segundo, es identificar tu respiración, no te exijas una velocidad más rápida o más lenta que tu respiración, escúchala, siéntela y fluye.
Por último una lista de datos útiles sobre este ritual:
Se hace el clásico Saludo al sol 108 veces seguidas.
https://youtu.be/1vSV8E4rqhI
No hay descansos entre cada Saludo.
No hay saltos hacia delante y hacia atrás, se dan dos pasos.
Se suelen tardar unos 45-60 minutos.
Puedes poner música meditativa que te ayude a conectar contigo mismo.
Recuerda, la paz y la tranquilidad comienzan por limpiar la mente de ideas limitantes y abrirse a una nueva forma de ver y pensar. Te invito a probar algo nuevo para cerrar esta década liberando tensión y emociones negativas para que quedes abierto a recibir lo bueno que tiene esta nueva década para ti.
Namaste.
Sobre la autora:
Instructora de yoga. En Instagram es @vinyasara.