Actualizado el 22 de marzo de 2023.

Rascar, rascar y rascar. Esa es una de las grandes tareas, sino la principal, de los gatos en su día a día. Si bien puede ser una conducta que aparece previo al juego, también es una herramienta utilizada por los felinos para llamar la atención. Otras veces, lo hacen en presencia de sus guardianes o de otros gatos como señal de confianza territorial.

Como sea, sus afiladas uñas crecen rápidamente y, en condiciones “naturales”, estas se deberían gastar al caminar o trepar por árboles, muros o panderetas. Pero si viven en departamentos o espacios donde no pueden salir al exterior, entonces buscarán las superficies domésticas que más se le parezcan, como sillones, alfombras, cortinas o papeles murales.

Si ese es tu caso, y buscas evitar que tus tapices queden como carne desmechada, debes comenzar a pensar en los rascadores, también llamados “muebles de gato”, imprescindibles para felinos que viven en interiores.

“Los rascadores son un insumo de bienestar para el ambiente del gato”, afirma Karen Valenzuela, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de la Universidad de Las Américas. Hay miles de opciones en el mercado, pero un buen rascador tiene que poseer una superficie “atractiva para el gato, que permita que el animal la rasguñe y así expresar su instinto de limar y afilar sus uñas, como también de marcar su territorio”.

Esta conducta, que por mucho tiempo fue reprimida por los humanos, es esencial para ellos, ya que además les permite ejercitarse, liberar estrés, tensiones y energía. “Todo esto fomenta la liberación de neurotransmisores que se traducen en bienestar”, complementa Valenzuela.

Aunque no lo parezca, el rascador también es un espacio que promueve el desarrollo olfativo, un sentido fundamental para los gatos. “Ellos utilizan señales olfativas y feromonas para comunicarse con otros gatos”, dice Cristina Méndez, especialista en medicina del gato y académica de la Universidad Mayor. “Los olores le dan información sobre la seguridad de su entorno, entonces tenemos que proporcionarles un espacio que respete su sentido del olfato”, explica.

En las áreas de rascado el gato “puede marcar el territorio con sus uñas, dejando sus feromonas en ese lugar, indicando que ese espacio es su terreno. Con ello, se identifica y se apropia de esa zona”, profundiza.

1. Cómo escoger un rascador

Interpretar lo que puede o no gustarle a tu mascota es un trabajo de observación, química e intuición. Y con los rascadores no es sencillo, porque existen varios tipos en el mercado. “Uno de los más típicos es el de tipo árbol: son altos para que así el gato, además de rascar, pueda trepar”, comenta Méndez. También hay algunos de cartón, otros pueden ponerse sobre los muebles y existen los rascadores horizontales.

Pero más allá de la forma del rascador, la especialista menciona que es relevante el lugar de la casa que elige por el gato para realizar esta acción. “Hay que observar dónde ellos tienden a rascar más y en ese lugar poner el rascador”, asegura.

De todas formas, esta zona “debe estar en un espacio tranquilo”, donde no vaya a ser molestado ni continuamente interrumpido. Si se pone de forma vertical u horizontal va a depender tanto de las características de la casa como de la preferencia del gato. “Si se observa que tiende a arañar superficies horizontales —como alfombras, limpiapiés o cojines— entonces conviene optar por un rascador en esa orientación, con un tamaño que permita al gato rasguñar de manera cómoda”, explica Valenzuela. “Lo importante es que esté fijo y que permita que el gato se estire por completo”.

Rasguñador de cartón corrugado Catit Cocodrilo (incluye catnip)


“También he visto rascadores muy simples”, cuenta Méndez. “Por ejemplo, mi gata tiene uno de goma eva. Justamente ahora anda arriba de él rascándose, muy feliz y contenta”. Si has dejado pasar mucho tiempo y tu gato ya eligió uno de tus sillones como rascador, lo que sugiere la especialista es poner una manta que actúe como “capa de protección”.

La edad es otro factor que tiene incidencia respecto al tipo de rascador. “En gatos de edad avanzada, estos tienden a preferir rascadores horizontales, porque les resultan más cómodos. Los gatos cachorros o jóvenes, en cambio, tienden a preferir rascadores verticales”, agrega Valenzuela.

Rascador para gatos Peetwow (1,35 metros)


“Hay algunos gatos a los que les gusta el cartón, a otros las alfombras, existen otros rascadores cubiertos con cuerda de totora. En realidad, depende del gato y de sus preferencias”, dice Méndez.

2. ¿Cómo hacer que el gato use el rascador?

Pero lo más difícil no es conseguir el rascador sino lograr que efectivamente los usen. Este puede ser motivo frustración para varios guardianes de gatos, ya que pueden gastar y gastar en juguetes e infraestructura, pero aún así el gato prefiere un sillón, una caja o el papel del delivery de tu comida de anoche.

Para que el gato se acostumbre a usarlo, un truco que sugiere Méndez es frotarles un poco de catnip, la hierba gatera que atrae a los felinos. De esta forma “se rascarán allí y marcarán el objeto con sus feromonas”. Así podrán soltarse e interactuar de forma más fluida con el rascador, tanto solos como en compañía.

3. La importancia del olfato

Otra forma de promover el uso de los rascadores es con las feromonas. Aunque los gatos las secretan de forma natural, también existen las sintéticas, lo que ayuda a que los gatos se sientan mejor en momentos o épocas de estrés.

“Existen distintos formatos”, dice Méndez. “Hay difusores que se enchufan en la corriente y otras en espray. Las puedes usar sobre el mismo gato o en lugares donde quieres que él esté contento”. Son altamente recomendadas para cuando ocurra alguna mudanza, un cambio importante en la casa o cuando intentes hacer que use un rascador.

Las feromonas sintéticas no son perceptibles para los humanos, solo para el gato, puesto a que su capacidad olfativa es incomparablemente superior a la de una persona. “Debes ponerlas en los lugares donde tú quieres que rasquen”, detalla, y sugiere complementar con el catnip. Ambas sustancias son completamente inofensivas para los gatos.

4. ¿Está obsesionado con los muebles? Pon un rascador ahí

“De manera innata, la mayoría de los gatos utiliza los rascadores”, dice Valenzuela. Sin embargo, a algunos hay que guiarlos, en especial aquellos que ya eligieron un sofá o la parte baja de la cama. Si están obstinados en seguir rascando esas zonas, lo más inteligente es ubicar ahí mismo un rascador.

Si su preferencia son las alfombras, “una opción sería posicionar sobre ella rascadores horizontales”, dice la académica UDLA. Para incentivarlo, puedes ofrecer algún premio —los churus nunca fallan—, luego de que veas que usan el rascador.

“Hay que recordar que los gatos son extremadamente limpios, por tanto, cuando el rascador esté deteriorado o ya no es factible limpiarlo, se debe renovar”, enfatiza.

Rascador esquinero de sisal y felpa Marbenpets


5. Las cortinas no se rasgan; se trepan

Varios saben que los gatos pueden interesarse por las cortinas. Sin embargo, algo que deben tener en cuenta los dueños es que su obsesión con ellas tienen que ver más con su necesidad de trepar más que de rasguñar.

“Es difícil posicionar un rascador sobre una cortina, porque este debe estar fijo y no se debe mover”, dice Valenzuela. Si el gato percibe que es móvil, dejará de usarlo, ya que no le otorgara seguridad ni estabilidad. “El rascador se puede posicionar en el suelo, a los pies de la cortina, o fijar un rascador en la pared cerca de ella”, sugiere si es que el felino tiene una fijación con estas telas.

“Tengo dos gatas jóvenes que al principio rascaban y trepaban, pero ya han dejado de hacerlo”, comparte Méndez. “Pienso que los animales más jóvenes y más atléticos lo van a hacer, pero rascar generalmente no lo he visto”. La mejor alternativa en ese caso es conseguir un rascador alto, que les permite tanto rasguñar como trepar.

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