A pesar de la agresiva competencia de las otras pantallas —los computadores, tablets y celulares—, el televisor aún goza de buena salud. Al parecer sigue siendo la principal ventana para consumo de contenidos audiovisuales (el viejo y querido acto de ver “tele”), constituyéndose aún como un faro de actividad familiar. Eso al menos dicen las ventas mundiales, que alcanzaron los 54 mil millones de dólares durante el primer semestre de este año (con un empuje producido por la pandemia), un 36% más que el 2020. Según la consultora MarketWatch, las cifras globales hacia el 2027 se proyectan en más de 126.520 mil millones de dólares.
La industria de fabricantes de televisores ha tomado nota de los cambios de los hábitos y consumo de su audiencia, y poco a poco se han ido adaptando a los nuevos tiempos. Incluso adelantándose, si consideramos que ya existen modelos 8K disponibles, aunque la posibilidad de contenido en esa calidad es más bien nula.
Hoy la gran mayoría de los televisores son “smart”. Lo anterior no sólo se traduce en conectividad a Internet ni a un generoso menú de apps; gracias a la integración tecnológica de la inteligencia artificial, también significa que las nuevas pantallas se adaptan de manera muy específica a las necesidades de imagen y audio del usuario, controlando automáticamente niveles de luminosidad o foco de sonido en partes específicas de la imagen, ya sea para ver un recital, una película o… jugar videojuegos.
Porque la otra gran utilidad que se le da a un televisor es como reproductor de las consolas de videojuegos. Como se sabe, ellas son hoy las que más están empujando los límites de las mejoras audiovisuales, ya sea en reproducción 4K (o UHD), rangos dinámicos altos (HDR) y tasas de refresco que estén a la altura, ojalá de 120 Hz. Así, varios fabricantes están enfocándose en las crecientes necesidades del público gamer, un grupo cada vez más amplio y exigente.
Samsung —que lidera las ventas globales de televisores— estrenó hace poco su nueva línea de Neo QLED —la QN90A—, que justamente apela a este segmento: tiene múltiples posibilidades de personalización y una respuesta de imagen que, la verdad, pocas veces se puede ver en un televisor. Vamos a revisar más en detalle.
Especificaciones
- Tamaño pantalla: 55″ (también disponible en 65″ / 75″ / 85″)
- Dimensiones: 1224.8 x 774.5 x 300.6 mm (con base)
- Peso: 24.8 kg (con base)
- Resolución: 7.680 x 4.320
- HDR: Quantum HDR 32x, HDR10+
- Tasa de refresco: 120 Hz
- Puertos: 4 HDMI (1 HDMI 2.1), 3 USB
- Audio: Dolby Digital Plus, 5.1, OTS+
- Sistema operativo: Tizen (con asistencia de voz)
- Motor de Imágenes: Neo Quantum Processor Lite 8K
Velocidad y contraste insuperables
Al sacarlo de la caja, la instalación del televisor es relativamente sencilla, aunque en parte dependerá del tamaño del aparato. Personalmente, tuve el placer de probar el modelo de 55″ y no hubo problemas en hacerlo andar. Plug and play. La personalización es bastante rápida y todo incluso se puede realizar desde el teléfono. Ya hablaremos de ello más adelante.
Debo decir que anteriormente contaba con una maravillosa pantalla curva de 65″. Por tamaño y proyección, al comienzo eché de menos la vieja tele. Pero esa nostalgia se acabó rápidamente, porque la respuesta audiovisual de esta nueva gama QLED del fabricante surcoreano sorprende de manera muy positiva.
El diseño del televisor es fino, muy delgado, con un marco o bisel casi inexistente, lo que permite una mayor inmersión en las imágenes desplegadas en la pantalla. La tele se afirma en una ancha base plástica ubicada al centro (en vez de las clásicas “patitas”), lo que permite moverla sin mayores problemas. Como es usual, los conectores se ubican en la parte trasera de la pantalla, aunque hay que señalar que el modelo de 55″ no incluía la novedosa y cómoda caja Slim One Connect, que permite conectar accesorios de una manera más práctica y con menor entramado de cables.
En primera instancia, tenemos la introducción de una nueva tecnología de retroiluminación (Neo QLED), que funciona a partir de microcapas ultra delgadas llenas de muchos más LED. Esta tecnología permite un control muy fino y preciso de los LED densamente empaquetados, lo que evita el florecimiento en las imágenes. Además, aumenta la escala de luminancia, lo que se traduce en lo que más se busca al jugar videojuegos: un buen nivel de contraste, donde los blancos se vean realmente blancos y los negros muy negros, sin distorsiones. Su sistema antirreflejos funciona bastante bien, evitando que el brillo de otra fuente de luz —el sol o una lámpara— afecten la nitidez de la imagen.
Todo eso sucede gracias a un potente procesador de imágenes, el Neo Quantum Processor Lite 8K, optimizado especialmente para esta nueva línea. Quizás lo mejor es la capacidad del aparato de escalar la calidad de imagen hasta 4K y 8K, independiente de la resolución original de la fuente de entrada. Es decir, el contenido está optimizado al máximo de lo que la tecnología permite. Ver videos de alta resolución en YouTube es un verdadero placer y acceder a streamings como Amazon o Netflix es prácticamente instantáneo.
Control remoto sin pilas
Pero hay más novedades y el control remoto es una de ellas. El tradicional, cómodo y discreto stick con asistencia de voz está rediseñado, aún más estilizado, y esta vez incluye botones de acceso directo para Netflix, Amazon e Internet. Pero lo más interesante es que el control es alimentado tanto por energía lumínica, ya sea del sol o de luz artificial, como también por conexión USB-C. En otras palabras, ¡adiós a las pilas! Un problema menos y un ejemplo que el resto de los fabricantes debiesen emular.
Como todos los televisores Samsung, su sistema operativo es Tizen, que tiene una funcionalidad bastante pulcra a la hora de personalizar canales, usar el asistente de voz, acceder a la tienda de aplicaciones o simplemente cambiar rápido de canales o fuentes. También hay varios “extras”, como el modo ambiente cuando el aparato está apagado, la aplicación Google Duo integrada de forma nativa para la realización de video llamadas (la cámara eso sí no viene incluida) o un interesante modo para hacer ejercicios en casa que va de la mano con el asistente de voz.
Vale la pena mencionar el ecosistema de interconectividad Smart Things que posee Samsung. Así, a través de la app (o directamente desde la tele), es sumamente sencillo compartir contenidos desde un celular a la pantalla o viceversa, como también usar audífonos o parlantes externos como salida de audio y controlar otros electrodomésticos inteligentes de la marca —como aspiradoras robot, por ejemplo.
Modo juego
Otra de las posibilidades de esta línea es su inmejorable optimización para correr videojuegos. Sea desde una consola o un PC, su modo “Game On” permite una tasa de refresco de 120 Hz y una multiplicidad de factores que van desde cambiar la relación de aspecto de la pantalla (hasta 32:9) hasta mejorar la definición respecto a los contrastes y a la temperatura de los colores. El modo incluye una barra de herramientas para personalizar la experiencia al más mínimo detalle, y al momento de conectar una consola Xbox o PlayStation, el Neo QLED reconoce la fuente de inmediato, con coloridos íconos que aparecen en la pantalla. Por cierto, las consolas también se pueden encender con el control remoto de la TV.
Además, el conector HDMI 2.1 (viene uno solo, podrían haber sido más) permite un mayor ancho de banda. Así, el flujo de información es mucho mayor, hasta tres veces más que una conexión HDMI normal (de 16 Gbps a 48 Gbps). La suma de sonido 5.1, sin necesidad de altavoces externos, hace que la experiencia de juego mejore cualitativamente.
Veredicto Práctico
El precio es algo elevado, pero con esta línea Neo QLED de Samsung estamos frente a lo más avanzado en tecnología de imagen que el mercado puede ofrecer. Independiente del uso que se le dé, la imagen será óptima, la más sofisticada que existe.
Si a esa calidad de imagen le sumamos la docena de extras y múltiples posibilidades de interconexión que trae, en particular su excepcional modo de videojuego —que personalmente fue lo que más me gustó—, tenemos no sólo a un excepcional televisor, sino que también un fabuloso aparato doméstico. No la den por muerta: a la tele aún le queda larga vida.
Nota: ⭐⭐⭐⭐⭐
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 16 de noviembre de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.