Otro invierno lluvioso: lo que debería ser signo de alegría ante la larguísima sequía que nos afecta por ya unos 15 años, se convierte en signo de preocupación ante las inmensas cantidades de agua que caen en pocos días. Los ríos se desbordan, los caminos se anegan y las viviendas, el último refugio de las personas, sufren con tanto viento, lluvia y frío.
Ante tales pronósticos, la principal preocupación en los hogares, en términos de construcción, debiera estar centrada en impedir que la humedad y el frío exterior se cuelen hacia el interior.
“El aumento de las lluvias va a significar, también, una mayor cantidad de humedad ambiental dentro de nuestras viviendas”, sostiene María Luisa del Campo, directora y académica del Centro Tecnológico Kipus de la Universidad de Talca. Esto llevará a una sensación térmica más baja, como si se viviera en un témpano, con todos los riesgos asociados a ello. ¿El princial? Que se genere un caldo de cultivo para enfermedades respiratorias.
De acuerdo a Gedeón Santander, docente de ingeniería en construcción en el Duoc UC y también de la Universidad de Santiago, el error más común es no ser preventivos de cara a la temporada invernal. Lamentablemente, casi todo el mundo es reactivo. “Muchas veces se puede ver bien el hogar, y en base a ello no hacer nada. Pero después de un evento climático complejo, cuando aparecen los defectos, se reacciona y se hacen las reparaciones, lo cual es mucho más costoso y trabajoso que una mantención constante”.
¿Cómo comenzar?
Lo primero es evaluar el estado de la vivienda para identificar las posibles debilidades y de esa manera tener un diagnóstico. En muchos casos, los arreglos que se hagan requerirán de la ayuda de profesionales y técnicos capacitados. Sin embargo, hay muchos otros aspectos de los cuales uno puede hacerse cargo personalmente y sin mayores riesgos.
Claudio Lucero, coordinador de las carreras de Construcción de INACAP, dice que lo ideal es informarse sobre qué tipo de mantenciones son necesarias de realizar en el hogar antes del invierno. “Para esto se cuenta con mucho material disponible en la web, como es el caso de la Guía de cuidado de la vivienda, elaborada por el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, o el Manual de uso y mantención de la vivienda, preparado por la Cámara Chilena de la Construcción”.
¿Cuáles son los puntos más críticos a revisar?
De acuerdo a los entrevistados, estos son:
- La cubierta de la techumbre
- Los sistemas de evacuación de aguas lluvia (canaletas)
- Las posibles infiltraciones térmicas
- El estado de los muros perimetrales
La cubierta de techumbre es una estructura fundamental en la protección del hogar. Su mal estado, dice Lucero, puede implicar el ingreso de agua lluvia e incluso goteras, lo que además de las molestias puede significar el deterioro de cielos, paredes y pisos.
Por eso, dice Lucero, es importante revisar que el material que reviste la techumbre “esté en su lugar y no se encuentre fatigado, que las fijaciones que lo mantienen no estén sueltas”.
“A veces solo es cuestión de una inspección visual”, comenta Gedeón Santander. En las casas, para verficarlo es necesario introducirse en el entretecho a través de la “gatera”. “Cualquier rayo de luz que ingrese desde la cubierta es una potencial entrada de agua lluvia”, agrega.
Si ya se sabe de una gotera, pero no se tiene idea de dónde se encuentra la falla, se puede recurrir a una manguera para simular la caída de lluvia y de esa manera identificar su ubicación. “A veces no es precisamente en el punto donde cae la gotera, por lo que debemos buscar con paciencia y seguir el camino del agua”, aconseja Santander.
¿Cómo arreglar una gotera en la techumbre?
Para reparar una gotera, lo ideal es cambiar la parte defectuosa de la cubierta. Pero si esto no fuese necesario, simplemente se puede utilizar algún sistema de sellado. Claudio Lucero recomienda evitar el uso de silicona, ya que por lo general “son solo una solución temporal y muchas veces no se logra el objetivo”. En cambio, dice, existe una gama de productos en el mercado que permiten sellar incluso con presencia de humedad, como es el caso de “tapagoteras butílica”, “sella techos bajo lluvia”, “cinta multiuso tapagoteras”, entre otras.
Sellador butílico Agorex Tapagoteras 310 ml
Canaletas y bajadas de agua lluvia
Chequear el estado de las canaletas y bajadas de agua lluvia también es primordial, ya que permiten su evacuación e impiden que se acumule en la techumbre, con el riesgo de que termine ingresando a la vivienda. La clave es que estén limpias, sin hojas ni residuos. Además, las fijaciones y los distintos elementos que las sostienen deben estar firmes. Si se ven sueltas, se deben reforzar.
También hay que verificar que tengan la pendiente adecuada en toda su extensión. “Si una canaleta tiene una inclinación distinta, se acumulará agua y esta podría ingresar a nuestro hogar”, dice Gedeón Santander.
Por último, agrega Lucero, “conviene verificar la correcta canalización y evacuación de estas aguas, idealmente hasta fuera de la propiedad”. Lo ideal es que las bajadas de agua lluvia que llegan al piso sean “canalizados para que la descarga sea lo más retirado posible de los muros”. La humedad, si cae muy encima, satura los cimientos de la vivienda permitiendo su ingreso por debajo o por medio de los muros. Eso, explica el docente del DUOC, se debe al fenómeno de la capilaridad: que es la capacidad de un líquido para fluir en espacios estrechos.
Sellar puertas y ventanas
Cuando se trata de evitar que un hogar se transforme en un témpano frío y húmedo, el estado y también el rol de las ventanas y puertas es fundamental. Estas deben ser lo suficientemente herméticas, sin infiltraciones que generen pérdidas térmicas. En ese sentido, es necesario revisar el estado de los sellos de los marcos de ventanas y puertas, sobre todo cuando tienen décadas desde su construcción. “Si estos están rotos o no tienen continuidad en una misma línea, se deben reemplazar”, dice Santander.
Para María Luisa del Campo, este punto es más importante que tener un buen sistema de climatización. Por un lado, porque la inversión es menor y aún así súper efectiva. Y por otro, porque si existen infiltraciones, se requerirá aún más potencia de calefaccionamiento y el gasto energético —como ya sabes— se dispara fácilmente por las nubes.
“La acción más relevante para evitar que la casa se transforme en un témpano es mejorar la aislación térmica. Sobre todo comenzar con aquellas inversiones de menor costo e ir aumentando a las de mayor impacto en la economía familiar”, dice Del Campo. Se debe partir, entonces, por el sello de infiltración de aire, lo que es de muy bajo costo y tiene un impacto significativo en el ahorro energético: algunos estudios sostienen que puede ayudar a disminuir entre un 15 y un 25% del consumo de calefacción.
¿Qué elementos se recomiendan para sellar ventanas y puertas?
Según Del Campo, no hay una mejor opción que otra. Incluso aquellas que son en base a espuma o goma, tipo burlete —que en mercado tienen un valor que bordea los 5 y 8 mil pesos—, “pueden ayudar a evitar el paso sin control del aire al interior del hogar”. Para las puertas, Claudio Lucero aconseja el uso de sistemas de barra doble o cepillo, “lo que evitará que ingrese frío directo o salga el calor”.
Doble rollo aislante para puertas Tesa 22 mm (95 cm)
¿Y sellar con silicona? Según los entrevistados, esto no sólo no sirve, sino que termina por generar un efecto contraproducente para el hogar. “Genera una hermeticidad que provoca mayor cantidad de condensación en el hogar, permitiendo la generación de moho, un caldo de cultivo para enfermedades respiratorias”, explica Claudio Lucero.
Cuando se cuenta con ventanas de tipo monolíticas —de un sólo cristal— y sellarlas no ha sido suficiente, otra alternativa súper efectiva, pero que requiere de una mayor inversión, es cambiarlas por unas de tipo termopanel. Del Campo explica que como son de doble vidriado y cuentan con una cámara de aire en el interior, “generan un alto impacto no sólo en la calefacción: también se va a notar en la refrigeración en el verano y en la aislación del ruido exterior”.
Cuidado con la condensación
Si bien la idea de todas estas acciones es hermetizar el hogar, hay que tener en cuenta que no se debe exagerar en esto. “Es importante que la vivienda pueda eliminar la condensación natural que se produce dentro de cada recinto”, dice Claudio Lucero.
De acuerdo al Manual de Cuidado de la Vivienda, la condensación puede generar problemas graves, como manchar y soltar las pinturas, dañar los papeles murales, además de favorecer la formación de zonas con hongos “que pueden incluso ser dañinos para la salud”.
“Cuando cocinamos, deberíamos cerrar la puerta de la cocina y mantener una ventilación permanente, de modo que el vapor que se genera salga y no se acumule”, ejemplifica Del Campo. La forma en que se hierve agua, para tomar té o café, también puede ser más eficiente si se utiliza un termo que mantenga por más tiempo el agua caliente, de forma de evitar repetir tantas veces la ebullición, con el gasto energético y la generación de vapor que implica.
La directora de Kipus también advierte del uso de estufas a gas o parafina, en especial aquellas que se pueden trasladar de una habitación a otra. “Deberíamos evitar el uso de combustibles que generan mayor humedad en el ambiente y además mayor contaminación intradomiciliaria, lo que significa un mayor riesgo para la salud de los habitantes”, sentencia.
En cambio, recomienda optar por aquellas que calefaccionan en base a biomasa o pellets, que aunque significan una inversión inicial mayor, son de poco gasto energético y sus emisiones contaminantes son muy bajas. Las estufas eléctricas son otra alternativa, aunque su capacidad de calefacción es menor y su impacto en la cuenta de la luz es mayor.
Como sea, ventilar periódicamente es clave. Ya sea para deshacernos de la condensación, evitar la humedad, mejorar la sensación térmica y renovar el aire ante la posible proliferación de virus. La recomendación básica es hacerlo al menos una vez al día, durante 15 minutos, idealmente abriendo dos ventanas en muros opuestos, para que se genere corriente de aire. Mientras más veces al día se realice la acción, tanto mejor.
Quienes viven en casas o departamentos recién construidos deben saber que es muy común que tengan una alta sensación de humedad. Esto, explica Gedeón Santander, se debe a que los materiales utilizados, tales como hormigones, morteros, ladrillos o estucos, requieren de una gran cantidad de agua para su ejecución y “se deben saturar para que funcionen bien y tengan una buena vida útil”.
La ventilación en estas viviendas, entonces, es necesaria no sólo para hacer frente a la humedad del exterior, sino que a la que generan los materiales de su construcción.
Aislar entretecho y muros
Aislar térmicamente el entretecho es una muy buena alternativa, de bajo costo, fácil instalación y de alto impacto para el ahorro energético del hogar. Para las viviendas de la zona central del país, Del Campo recomienda un aislante en base a lana mineral, lana de vidrio o poliestireno expandido, de unos 10 a 15 centímetros de espesor, lo que debe aumentar a medida que la ubicación está más al sur, hasta llegar a unos 20 o 25 centímetros de espesor. “A menor temperatura exterior, mayor será el espesor que deberíamos considerar para hacer efectiva la reducción en el consumo de calefacción”.
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Más complejo y costoso de implementar, aunque altamente eficiente para el acondicionamiento térmico del hogar, es aislar los muros perimetrales, los cuales deben ser revisados ante la posibilidad de fisuras. Para las construcciones hechas de albañilería o de hormigón, Gedeón Santander recomienda instalar un sistema EIFS (Sistema de aislamiento térmico exterior, en castellano).
Otros consejos
- En lo posible, evitar secar ropa al interior del hogar, para no generar más humedad.
- Aprovechar la luz solar, sobre todo si esta da directamente al hogar, dejando abiertas las cortinas.
- No tapar las rejillas que existen en puertas y muros, pues ayudan a eliminar la humedad.
- Cuidar que los extractores de aire funcionen sin problemas y no colocar muebles o utensilios que los cubran.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 7 de junio de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.