A estas alturas, parecía uno de esos consejos ancestrales que daban las abuelas junto al beso de buenas noches: una solución que ponía a disposición la sabiduría doméstica frente a las dificultades tecnológicas. ¿Quién fue la primera persona que puso su teléfono móvil, después de haber sido mojado por accidente, en un recipiente lleno de arroz? El truco parece tan antiguo como el primer celular de Nokia.
Un vaso con agua se te da vuelta en la mesa y todo lo que hay sobre ésta termina empapado. No pasa nada, alegría, alegría, te dicen, para camuflar tu torpeza, hasta que se ve que entre las cosas está también un smartphone. Ahí se acaba de inmediato la compasión y cunde el pánico y la histeria.
O vas al baño apurado y tu impaciencia por revisar el teléfono mientras te subes el cierre hace saltar el aparato desde tus manos a ¿dónde? Al fondo del inodoro.
O en una fiesta veraniega no faltan los chistocitos que lanzan a la piscina al cumpleañero con todo lo que traía puesto. Incluido su móvil.
Razones para que el smartphone termine empapado o sumergido abundan. También los casos de supuesto éxito, que aseguran confirmar la vieja teoría de ponerlo en arroz para quitarle la humedad y conseguir revivirlo. Siempre habrá alguien, en la familia o en el grupo de amigos, sobre todo entre los compañeros de trabajo, que comparta esa receta. ¿Por qué, entonces, nunca se oficializó entre las marcas tecnológicas como solución casera a estos accidentes?
Pues porque nunca creyeron que funcionara. Pero su silencio, de alguna manera, le otorgaba validez al arroz y sus absorbentes propiedades.
Hasta que Apple, en una guía publicada recientemente en su sitio de soporte técnico, finalmente echó abajo el mito. Poner el iPhone —en cualquiera de sus versiones— dentro de un bol lleno de arroz, dicen, no solo no secará la humedad del equipo sino que además puede producirle un grave daño si es que alguno de los granos o partículas de éste quedan atascados dentro de él.
La noticia puede que sorprenda a muchos, pero no entre quienes saben: los especialistas en servicio técnico.
“El famoso mito del arroz, lamentablemente, es más perjudicial que beneficioso, ya que muchas veces ha pasado que se soluciona el problema de la humedad pero el arroz se introduce en los intersticios y daña parlantes o micrófonos”, confirma María Llanos, jefa de laboratorio del servicio técnico Batmac. “O a veces el mismo arroz se humedece y provoca micro cortes en la placa”.
El origen del mito
The Verge, sitio estadounidense especializado en tecnología , publicó en 2015 el artículo “¿Puede el arroz salvar realmente a tu teléfono mojado?”, en el cual ya desmentía al popular método casero: según ellos, más que las propiedades absorbentes del grano, era el tiempo el que se encargaba de secar al dispositivo.
El artículo, además, ofrece una breve historia respecto a este mito urbano/tecnológico. En 1946, la revista Popular Photography, especializada en fotografía, ofreció algunas recomendaciones para que las personas pudieran mantener secas sus películas y rollos fotográficos en ambientes con alta humedad y temperatura. Entre las sugerencias estaba colocarlas en sílice —lo más recomendable—, pero también usar bolsas de té secas, papel de estraza y, sí, también ponerla en arroz. Aunque para tener “un efecto sustancial” es necesario ocupar grandes cantidades de granos.
Otros errores comunes
El derrame de líquido sobre los smartphones es tan común como la desesperación. que viene después. De inmediato, asalta la duda sobre el estado del equipo. ¿Le habrá afectado el accidente? ¡Pero cuidado! No vaya a ser que por tu afán de averiguarlo intentes encender el dispositivo o lo conectes a la corriente sin haber esperado un tiempo prudente para su secado.
María Llanos explica que esto puede llevar a que el teléfono se “vaya a corte” y muera definitivamente. O, peor aún para tu integridad, que sufras una electrocución y, en casos más extremos, que el smartphone se incendie.
En el caso de los iPhone, en particular las series surgidas a partir de la XS (2018), sus sistemas son capaces de detectar cuando hay líquido tanto en el puerto de conexión como en el cable conector. Si lo hay, emite alertas en su pantalla.
“Líquido detectado. Desconecta el cable cargador para evitar dañar tu iPhone. Deja que el conector se seque. Esto puede tomar varias horas”, se lee en uno de los mensajes que puede entregar un teléfono Apple.
Asimismo, el sistema de iPhone desactiva la actividad electrónica de su puerto para evitar que éste sufra la corrosión de sus pines, como consecuencia de la presencia de líquido. Algo a lo que se pueden ver enfrentados otros tipos de smartphones que no cuentan con un sistema de bloqueo como los dispositivos de Apple.
Hablando de errores, el arroz no es el único método al que se recurre comúnmente tras accidentes que involucran líquido o humedad y que pueden tener efectos contraproducentes sobre los smartphones.
Apple, en la guía publicada recientemente, desaconseja el uso de hisopos o cotonitos ni toallas de papel para intentar secar el puerto conector. Al igual que los granos de arroz, estos pueden dejar partículas que afecten el funcionamiento del equipo o incluso dañarlo permanentemente.
Lo mismo si se recurre a fuentes de aire comprimido o de calor externo, como un secador de pelo. Si bien éste podría ser efectivo en la eliminación de la humedad, es muy común que el resultado sea más negativo que positivo. “Nos ha pasado muchas veces que, tras exponerlo por mucho rato al secador de pelo, nos llegan aparatos con las teclas chamuscadas”, comenta María Llanos. De usarse, dice, se debe hacer con “mucha precaución”.
De todas maneras, Llanos sostiene que no es recomendable “gestionar uno mismo el proceso de secado”. Esto porque las posibles consecuencias del accidente con líquido son “súper azarosas”, lo que lleva a que la supuesta cura pueda ser peor que la enfermedad. “Nos ha pasado que al equipo le ha caído un vaso lleno de agua y no le ha pasado nada y sigue operativo. Y en otros casos, una sola gota ha dañado un componente crucial del equipo”.
Entonces, ¿cómo secar tu iPhone?
De acuerdo a la guía publicada por Apple, los pasos son los siguientes:
- Lo primero es apagarlo el iPhone y golpearlo suavemente contra tu mano, con el conector hacia abajo, para eliminar el exceso de líquido que pueda haber en su interior. Luego, se debe dejar el equipo en un área libre de humedad en la que haya algo de flujo de aire.
- Debes esperar al menos 30 minutos. Tras esto, puedes hacer el intento de cargar el dispositivo conectándolo a la corriente. También puedes probar conectando un accesorio a través del puerto conector. Si se repite la alerta, es que todavía hay líquido; puede ser que en el puerto conector o debajo de las clavijas del cable conector. Entonces, deberás seguir el tercer paso:
- Vuelve a poner el iPhone en algún lugar de ambiente seco en que, idealmente, haya corriente de aire. Esta vez, tendrás que esperar hasta el día siguiente. En el intertanto, puedes reintentar cargar el dispositivo o conectar un accesorio. Puede tardar hasta 24 horas en secarse por completo.
- Si luego de 24 horas el teléfono parece seco pero aún así no se carga, intenta desconectando el cable del adaptador y, también, el adaptador del enchufe. Luego, conecta todo nuevamente e inténtalo una vez más.
¿Qué hacer si mi smartphone no es iPhone?
Cada modelo posee distintos niveles de resistencia respecto al agua. Algo que se suele expresar por medio de las certificaciones IP que responde a la norma internacional CEI 60529 de Grados de Protección, y que es otorgada por la Comisión Electrotécnica Internacional (CEI).
Esta certificación, usual en equipamiento eléctrico y electrónico de nivel industrial, se utiliza desde hace varios años en dispositivos móviles como los smartphones, para indicar además el grado de resistencia que tienen frente a otros factores externos, como el polvo.
La nomenclatura más reciente, la IP68, garantiza que el equipo es totalmente resistente al polvo y al agua, en la cual puede estar sumergida completamente hasta 1,5 metros de profundidad y de forma continua. Distinto al IP65, muy común en smartphones, que solo asegura protección contra chorros de agua.
Pero sería un error confiarse plenamente de esta certificación. Así lo sostiene Manuel Figueroa, CEO de Boaz Electronic: “Las certificaciones son confiables pero solo cuando los equipos son nuevos”.
De acuerdo al ingeniero y técnico en microelectrónica, el tiempo y las altas temperaturas “vencen” al sistema de empaquetamiento, basado en adhesivos que recubren entradas de carga, parlantes, micrófonos, y que con el uso termina perdiendo efectividad al punto de que el agua terminará filtrándose.
Si al smartphone le cae líquido, dice Figueroa, lo recomendable es “dejarlo secar en ambientes sin humedad ni altas temperaturas, donde corra aire no comprimido. No ponerlos a cargar, evitar su uso y llevar a un servicio técnico lo más pronto posible, ya que los equipos que tienen baterías internas necesitan ser desarmados para desconectar la alimentación de corriente y así detener el proceso de sulfatación”.
María Llanos agrega que, en caso de tener dispositivos con batería extraíble, se le debe retirar ésta lo más rápido posible, y luego llevar el equipo a un servicio técnico donde deberán realizar una limpieza química.
¿Tienes un Samsung Galaxy?
Una de las familias de smartphone más vendidas en Chile, junto al iPhone, es la del Samsung Galaxy. El master trainer de productos móviles de la marca surcoreana en el país, Elías Inostroza, explica que los modelos más actuales de la serie cuentan con certificación IP67 y 68. La protección incluye membranas para altavoces, sellos de silicona y tecnología de impermeabilización en los puertos de carga, reemplazando las antiguas tapas que, según reconoce Inostroza, se desprendían.
El uso de estas membranas se incluyen también en el diseño de la pantalla frontal y los componentes internos de los Galaxy, “asegurando que incluso si se derrama agua o polvo no penetrarán en el dispositivo”.
Inostroza da el paso a paso para secar los equipos Samsung en caso de accidentes con agua:
- Apaga el dispositivo mojado para evitar daños graves o corrosión en la placa base.
- Sécalo rápidamente con una toalla, prestando atención al puerto de carga, y limpia cualquier residuo extraño para prevenir la corrosión.
- Posteriormente, sécalo al aire en un lugar ventilado o con aire frío, evitando el uso de secadores de pelo y aire caliente.
- “Luego de realizar estos pasos, no olvides visitar el centro de Servicio Samsung más cercano para una revisión en detalle”, agrega.
¿Y el arroz? Mejor dejarlo para el almuerzo.