Uno ya no sabe dónde meterse. 37 grados en la capital y ni siquiera los lugares con sombra dan algo de alivio. Cómo podrían, si el aire que se respira parece provenir de un horno encendido a máxima potencia. Los humanos no somos los únicos que lo sufrimos. Bien lo saben quienes tienen animales en casa.
Largas lenguas salivando y colgando desde la mandíbula inferior acompañadas de jadeos intensos, como si acabaran de salir de una maratón; largas siestas en lugares poco frecuentes, como en la fría loza del baño, o bien, traslados de un rincón a otro de la casa, quizá algún lugar que les haga sentir más frescos. Sí, perros y gatos sufren del calor, igual que nosotros. Aunque con algunas diferencias.
“Perros y gatos perciben el calor de forma muy similar al humano, pero sus mecanismos de termorregulación son diferentes”, dice Ana Francisca Soto, secretaria de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario (Colmevet). “No tienen glándulas sudoríparas en todo el cuerpo – como las personas–, sino que sólo en las patitas. Transpiran por los cojinetes”. Y, como sabemos, es por medio del sudor en que muchos de los mamíferos regulamos nuestra temperatura corporal.
El jadeo y el aumento del ritmo cardíaco son otros mecanismos a través de los cuales perros y gatos disminuyen el calor excesivo que retienen en sus cuerpos. Los felinos, además, suelen lamerse – otra diferencia con los humanos… bueno, no con todos, quizás.
Volvamos a las semejanzas: Mientras la temperatura corporal de una persona saludable varía entre los 36.1 y 37.2 grados; la de perros y gatos está en un rango de 37,5 (38 en felinos) y 39. Por eso, no es de extrañar que cuando los termómetros ambientales marcan sobre los 30 grados, las tres especies se vean en mayor riesgo de sufrir efectos nocivos para la salud. Más aún cuando estos se acercan a la barrera de los 40º.
“Cuando el perro o el gato no es capaz de disipar el calor de su cuerpo se pueden generar cambios a nivel fisiológico y comportamental”, dice Rodrigo Morales, médico veterinario, especializado en Ética, Legislación y Protección Animal. “La conducta de un animal puede comenzar a cambiar de manera suave con jadeos más fuertes de lo común, salivación excesiva, desorientación y dificultad para moverse, llegando en los casos más críticos con vómitos o desmayos”, agrega.
Los golpes de calor pueden llegar a ser fatales, por lo que se debe estar atentos a los síntomas: se pueden presentar casos de taquicardia, temblores musculares, y mucosas azuladas – encías, lengua o cara interna de los párpados. Esto último es indicativo de cianosis, una afección por la falta de oxigenación de la sangre.
¿Qué hacer frente a un golpe de calor de la mascota?
Se debe acudir lo más pronto posible a una consulta veterinaria. “Cada minuto puede ser clave para estabilizar y evitar riesgos serios en el bienestar de la mascota”, afirma Morales. En el intertanto del traslado, se pueden realizar ciertas acciones que apunten a disminuir la temperatura del animal, como compresas frías o paños húmedos en las zonas del cuerpo de menor pelaje. Jamás se deben mojar directamente ni utilizar agua muy helada, menos aún hielo, pues un cambio brusco de temperatura podría generar otra complicación seria a su salud.
Pero no se trata de esperar a que la mascota presente síntomas de un golpe de calor para que darle algo de ayuda. Más vale prevenir que curar, reza el sabio dicho. Basta tomar algunas medidas simples en el cuidado cotidiano que se les da para que perros y gatos no sólo estén a salvo de los efectos negativos del calor, sino que también se sientan frescos.
1.- Agua, siempre
Partamos por lo básico. Como es sabido, la hidratación es clave en días en que el calor asedia. Se debe procurar que las mascotas cuenten con agua permanentemente y a libre disposición. Esta debe estar fresca, por lo que es “ideal cambiarla dos veces al día” – como dice Ana Francisca Soto. También es aconsejable el uso de hielo, para estos efectos.
Soto, además, dice que se puede aplicar agua (a temperatura ambiental) en zonas de menor pelaje, como abdomen, orejas y axilas. “Eso les ayuda a regular la temperatura”, asegura la representante del Colmevet.
2.- Alimentación, fresca y divertida
No es que el alimento que se le provea a las mascotas en un día de calor vaya a aportar nutrientes que generen anticuerpos que permitan al organismo termorregularse de mejor manera. Pero, sí puede ayudar a que las mascotas se sientan más frescas y a divertirse mientras se alimentan. ¿Cómo? La veterinaria especializada en nutrición Katherine Márquez, recomienda hacer caldos de carne – de cualquier tipo que le guste y tolere– y dárselas en forma de “helado”.
“Se pueden congelar y dar en un Kong, lickmats o simplemente en un tupperware. Esto no solo refresca a perros y gatos, sino que también es un buen juego que les ayuda a relajarse, ya que lamer les ayuda a controlar sus niveles de ansiedad”, explica Márquez.
3.- Proveerles un lugar de resguardo
Que perros y gatos cuenten con espacios de descanso con sombra, libres del sol directo y con buena ventilación, es fundamental. “Los animales dependen de las personas para entregar condiciones ambientales que resguarden su bienestar”, expone Rodrigo Morales. Y este es un deber tanto para quienes mantienen a sus mascotas dentro del hogar como para quienes lo hacen en el patio.
“En general, los patios son muy calurosos, a pesar de contar con espacios de sombras. Hay que asegurarse que haya un lugar fresco, en que corra viento. Si no hay en el patio, se debe proveer en el interior de la casa”, sostiene Soto.
Una alternativa que puede ayudar a proveer un lugar fresco a las mascotas es contar con una manta refrescante. Estas cuentan con un gel similar al de las compresas, que permite mantener durante horas temperaturas que generen alivio en un día de mucho calor. “También puedes colocar baldosas o materiales refrigerantes en los espacios de descanso para proporcionar más superficies frescas donde puedan acostarse”, agrega Morales.
Manta refrigerante para mascotas
4.- Paseos en buena hora
Bastante obvio, pero no hay consejo más adecuado que evitar los paseos en horas de mayores temperaturas, es decir, entre las 12 y las 20 horas. Morales recomienda dejar las caminatas más extendidas para el atardecer. “En caso de tener que sacar a tu perro en horarios con altas temperaturas evita mantenerte en superficies como asfalto con tu mascota, debido al riesgo de quemaduras en sus almohadillas”, agrega el veterinario.
¿Puede el uso de calzados y calcetines ayudar a perros, en este contexto? La opinión de los expertos está dividida. Ana Francisca Soto no los recomienda: “Si bien pueden proteger a los cojinetes de quemaduras, pueden generar un efecto contraproducente ya que es desde las almohadillas que los perros transpiran y liberan calor”.
Sebastián Oyaneder, veterinario de Ludipek, asegura que el calzado para perros puede ser una solución, “siempre que se elija el modelo adecuado y se acostumbre a usarlo. Éste debe ser transpirable, impermeable, antideslizante y de la talla correcta de la mascota”.
Morales, en tanto, dice que si bien el uso de este implemento puede ser beneficioso en condiciones de calor extremo, debe ser consultado con el médico veterinario de cabecera. “Se requiere primero acostumbrar al animal de forma gradual y evaluar su comportamiento para evitar estrés o problemas de conducta”.
Por otro lado, es fundamental contar siempre con agua a mano para que las mascotas puedan beber durante los paseos. En el mercado se pueden encontrar botellas o bebederos, especialmente diseñadas para animales. También se pueden encontrar bebidas “isotónicas” para mascotas. Estas contienen glicina y glucosa que aumentan la absorción intestinal de sodio y agua, ayudando a que perros y gatos se hidraten y repongan las sales minerales.
Bebida isotónica para mascotas Electrovet
5.- Protector solar
Su uso es imprescindible en perros y gatos, en especial, dice Soto, en aquellos de pelaje blanco. Más información sobre las zonas más sensibles a proteger, las razas más vulnerables a los rayos UV, y los tipos de filtro solar, en la siguiente nota de Práctico:
6.- ¿Viseras, guayaberas y otros accesorios?
Cada vez se ven más de este tipo de accesorios en perros que pasean junto a sus humanos. ¿Sirven de algo? Según Ana Francisca Soto, no. De hecho, es muy posible que a las mascotas les genere cierto nivel de estrés su uso. Por lo demás, de seguir los consejos respecto a los horarios de paseo, este tipo de implementos se hace absolutamente innecesario.
Caso opuesto el de las bandanas refrescantes para perros que, al igual que las mantas mencionadas anteriormente, permiten mantener frescas a las mascotas durante horas. Según Soto, muy útiles, sobre todo, para canes de grandes tamaños que viven en el exterior del hogar.
Bandana refrescante para perros
7.- ¿Cortarles el pelo?
Esta es una medida muy común entre quienes tienen mascotas, una vez que llega el verano. Sin embargo, ésta podría no ser la solución que se busca aplicar y, por el contrario, la posibilidad de que se esté generando un daño en la mascota es alta. ¿Por qué? Porque el pelaje de perros y gatos es termorregulador. Les protege del frío y, también, del calor. “A través de los laberintos que se hace en el pelaje, corre viento y les da una sensación de frescura. Además, les protege la piel del sol”, explica Soto. “Cada mascota puede requerir distintos manejos de acuerdo a sus características físicas, edad, condiciones donde vive o raza”, agrega Morales, por lo que aconseja tomar esta decisión bajo el consejo de un veterinario.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 1 de febrero de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.