Atrás quedaron los años que los audífonos servían simplemente para escuchar música. Aunque aún quedan algunos dedicados, hoy la mayoría ofrece una serie de funciones que intentan – con mayor o menor éxito– servir de manera práctica para el vertiginoso día a día. El objetivo es que no tengas necesidad de desconectar de ellos; la posmodernidad demanda conexión 24/7. Que esto signifique una evolución o no (de los audífonos y de la sociedad), queda para otro debate.

La popular compañía japonesa Sony ha tenido un 2022 productivo, presentando varios modelos, como su nuevo tope de línea, WH-1000XM5, con sorprendentes características; los superinteligentes WF-1000XM4; y ahora los LinkBuds S, unos auriculares inalámbricos tipo in ears, sobre los cuales trata esta reseña. Vamos a ello…

Especificaciones

  • Unidad de diafragma: 5 mm
  • Sonido: 20 Hz-20.000 Hz (muestreo de 44,1 kHz)/ 20 Hz-40.000 Hz (muestreo LDAC de 96 kHz, 990 kbps) / DSEE Extreme
  • Peso: 4,8 g cada auricular. 35 g el estuche.
  • Tipo de audífonos: Cerrados, dinámicos
  • Conectividad: Bluetooth 5.2
  • Formato de audio: AAC, SBC, LDAC
  • Compatibilidad: Android, iOS
  • Resistente al agua: Sí (IPX4)
  • Método de carga de batería: Carga por USB (con estuche)
  • Batería: 51 mAh los auriculares; 450 mAh el estuche
  • Tiempo de carga de batería: Aprox. 2 horas
  • Autonomía de la batería: auriculares hasta 6 horas con NC; estuche hasta 14 horas con NC
  • Alcance efectivo: 10m
  • Perfil: A2DP, AVRCP, HFP, HSP
  • Formatos de audio compatibles: SBC, AAC, LDAC
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Diseño: muy livianos y cómodos

Los LinkBuds S vienen en un empaque hecho completamente de cartón, en sintonía con la tendencia a no utilizar plásticos. En su interior nos encontramos, primero, con el estuche cargador, el cual es súper compacto —cabe en la palma de una mano adulta—, de una textura porosa y un tanto áspera. Su abertura es hacia arriba, tipo cofre, y en la parte trasera posee un botón que permite activar manualmente la función de emparejamiento vía Bluetooth. A un lado está la entrada tipo USB-C para la carga del dispositivo.

Aquí Sony ha tomado una decisión que a mi parecer tiene poca lógica: que sus cables cargadores, en los modelos de audífonos más recientes, tengan poco más de 20 centímetros. Es decir, a menos que haya una superficie plana muy cerca del enchufe, el estuche quedará colgando, con todos los riesgos que eso implica.

Bastante más cariño hay por parte de la compañía japonesa en cuanto a las almohadillas de silicona. A las usuales tres opciones de tamaño para intercambiar según el canal auditivo del usuario, Sony agrega una cuarta, ampliando mucho más las posibilidades de que el calce sea firme y cómodo. Un detalle que parece menor, pero que puede hacer la diferencia.

Una de los mayores virtudes de este modelo está en su peso y ergonomía. Son ultraligeros y súper cómodos, mérito de los 4,8 gramos que pesa cada auricular pero también del diseño ergonómico, que permite un excelente ajuste a la oreja. Esto no es un detalle menor, sobre todo considerando el objetivo que se pone Sony: que no sientas necesidad de quitártelos. Con los LinkBuds S cuesta que la oreja y el oído se cansen. Incluso para hacer ejercicio aeróbico, como trotar, pueden ser un buen aliado. Tienen certificación IPX4 de resistencia al agua, por lo que el sudor y la humedad tampoco serán problema.

Así de pequeños son el estuche y los Sony Linkbuds S. Foto: NV.

En funcionamiento

Conectar los LinkBuds S a tu dispositivo es simple. Además, cuentan con Bluetooth 5.2, lo que garantiza un buen flujo y estabilidad en la transmisión de datos y disminuye a lo prácticamente imperceptible la latencia que siempre existe en un aparato inalámbrico. Permite también conectarse a dos dispositivos en simultáneo: por ejemplo, al smartphone y al computador. De esa manera puedes trabajar escuchando algo en tu notebook y recibir llamadas, sin necesidad de estar en el ida y vuelta de ponerse y quitarse los audífonos.

Para dar play o pausa al audio, contestar o terminar un llamado, solo basta un “tap” por encima del auricular. Sencillo. Sin embargo, el camino que las compañías tecnológicas han encontrado para subir la funcionalidad de los audífonos no lo es tanto. Más bien, significa aprender un nuevo idioma, una especie de clave morse (mucho más limitada, claro) que permite comandar y activar la gran cantidad de funciones que, al menos Sony, ofrece desde su app Headphones Connect, disponible en Google Play y App Store.

Un toqueDos toquesTres toquesPulsación
Control de sonido ambiente / Quick AccessSupresión de sonido / Sonido ambienteReproducir / Pausar / Cambiar de playlist de Spotify_Asistente de voz
Control de reproducciónReproducir / pausarCanción siguienteCanción anteriorAsistente de voz
Control de volumenAumentar volumen__Bajar volumen

Sony apuesta por transformar sus audífonos en dispositivos inteligentes y para eso necesita data. La información la levanta desde la experiencia de cada usuario, y va desde el análisis de la forma de las orejas (lo que requiere tomarse fotografías con el celular), al seguimiento de los lugares que se suele visitar y cómo se comportan dichos lugares (¿son ruidosos o silentes?). Mientras más acceso le des a la app en tu smartphone, más inteligente serán —en teoría— tus audífonos. Suena engorroso y por momentos puede serlo. Pero ahí viene la fuerza de la costumbre y también la voluntad y el deseo de cada consumidor.

Esto sucede con la función de cancelación de ruido activa (ANC), una modalidad que las compañías están explotando fuertemente. Lo que se busca es reducir al máximo el sonido ambiental que rodea al usuario: motores de vehículos, voces de otras personas, ladridos e incluso el viento, de manera que nada interfiera entre el contenido de audio y el oído.

En este aspecto, Sony puso la vara alta en su modelo WH-1000XM5, que posee uno de los mejores sistemas de ANC que hemos probado en Práctico. Uno de los detalles que marcan la diferencia en ellos es el nuevo procesador V1 integrado, que permanentemente está optimizando la función en base a la manera en que uno utiliza los audífonos y a factores externos, como la presión atmosférica.

Los LinkBuds S también cuentan con este procesador y se nota: aunque están lejos del resultado que se obtiene en el modelo tope de línea de Sony —que además son auriculares over ear, con cascos que cubren toda la oreja–, la cancelación de ruido aquí es bastante aceptable. En un ambiente sin grandes alteraciones, como una sinfonía de bocinazos en medio de un taco, no se deberían tener problemas ni para escuchar ni para hablar. De hecho, el interlocutor de la llamada escuchará tu voz de forma nítida.

Esto lo consiguen gracias a la potencia de sus micrófonos —y a la malla que los recubre—, que además se encargan de captar el sonido ambiental, si es que hace falta que lo escuches. De esta forma, al activar una se desactiva la otra, y basta solo un tap en el auricular izquierdo para administrarlo.

Pude comprobar su potencia en el supermercado: me disponía a tomar algunas verduras, para lo que tuve que sacar una de esas bolsas de plástico transparente que se disponen a un costado de las cajoneras. Como me suele pasar, tuve que pelear con la bolsa para lograr abrirla. Fue en esa disputa cuando el sonido de mis dedos amasando el plástico se disparó como una experiencia sensorial que le dio un nuevo valor a la palabra “rugosidad”.

Entre otras cosas, activar el sonido ambiental sirve para estar alerta al entorno, pero también para funcionalidades como el “Speak to Chat” —que se ajusta en la app—, la que detiene cualquier reproducción con sólo hablar. Así, si te encuentras con alguien en el camino, no tienes que utilizar las manos para ponerte en modo conversación. Si bien la función es útil, puede volver loco a cualquiera que tenga la manía de tararear canciones mientras las escucha, porque basta que salga un pequeño sonido de tu boca para que se corte. Aunque puedes desactivarla desde la app, a mi parecer es un error que venga activada de forma predeterminada.

Buen sonido, pero no excelente

Se entiende que en esta evolución de los audífonos la calidad del sonido pase a ser una más de las características, lo que no significa que sea irrelevante. De hecho, las marcas suelen anunciar con bombos y platillos las facultades que poseen sus dispositivos en este ítem. En el caso de Sony, hay titulares llamativos como el 360º Reality Audio, el DSEE o la misma ANC.

Pero antes de detenernos en ellas, unas líneas sobre el sonido general. Los LinkBuds S ofrecen un sonido cálido y colorido. Quizá en este último atributo es donde se puede encontrar el sello sonoro de Sony, que en este caso cuenta con tecnología LDAC, la codificación de audio patentada por la marca para admitir audio de alta resolución.

Pero para obtener esa calidad de audio se necesita de una aplicación que la ofrezca. No todas las plataformas de streaming musical lo hacen. Tidal, Apple Music y uno de los servicios de Deezer son algunas de ellas. No así Spotify, la más popular a nivel mundial. Pese a ello, Sony dispone de su tecnología DSEE, la que identifica cuando un archivo digital de música viene comprimido y realiza un trabajo de restauración por medio de algoritmos, mejorando la calidad del audio. Si bien algunos aparatos de la marca no tienen tanto éxito en esto, en el caso de los LinkBuds S sí mejora la experiencia de escucha.

Sin embargo, al ser tan pequeño, el modelo tiene limitaciones físicas difíciles de resolver —su driver tiene solo 5mm—, y aún utilizando las plataformas adecuadas no se conseguirá un sonido realmente sorprendente. El 360º Reality Audio supuestamente brinda una experiencia sonora inmersiva, pero en realidad no lo consigue del todo: no hay mayor profundidad ni espacialidad en el resultado. Eso, como decíamos, tiene que ver con el tamaño de los auriculares.

Pese a lo anterior, el sonido de los LinkBuds S no deja de ser bueno. Sobre todo para el oído promedio, que no es aguja desde el punto de vista “audiófilo”. Pero quien ponga prioridad en el audio puede que se encuentre con un problema, sobre todo por el valor de estos audífonos (cerca de 190 mil pesos).

Veredicto Práctico

Los Sony LinkBuds S son una muy buena alternativa para el usuario promedio de audífonos, ese que busca un aliado para el día a día, capaz de adaptarse a las diversas necesidades que puedan presentarse, ya sea la diversión o el trabajo. Es satisfactorio que el alcance efectivo de conectividad sea de 10 metros, porque quien tiene la manía de caminar y dar vueltas mientras habla por teléfono, o quiere ir a por un café, lo puede hacer sin necesidad de llevar consigo el smartphone ni de pausar la reproducción en el computador.

Por otro lado, la carga entrega una autonomía de seis horas (con la cancelación de ruido activada; desactivada sube a 9 horas), a las que se suman otras 14 horas extra que reserva el estuche cargador. Los auriculares demoran dos horas en el estuche para cargarse completamente, pero con solo cinco minutos obtienen otra horas de vida. El estuche, por su parte, se carga por completo en tres horas vía USB tipo C. ¿Carga inalámbrica? No por esta vez.

En definitiva, es un modelo bastante práctico, ultraligero y cómodo, con múltiples funciones, todas necesarias para llegar al objetivo de no sacárselos de las orejas. Si bien para el oído promedio el sonido resulte de buena calidad, el valor comercial de estos audífonos impide dejar pasar por alto que algunas funciones de audio no cumplan con lo prometido. En eso, cada cual será juez.

Nota: ⭐⭐⭐⭐★

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*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 15 de julio de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.