El piso pélvico es como esas cosas que puedes creer que no está, porque no lo ves, pero claro que existe. Es un conjunto de músculos y ligamentos que forman una estructura de soporte para los órganos pélvicos. En el caso de las mujeres, sostiene a la vejiga-uretra, útero- vagina; y recto.

“Hay una concepción en la sociedad que cuando se conoce el piso pélvico, que está asociado al embarazo o al parto o al posparto y en realidad no solo tiene la predisposición a debilitarse o a ponerse más flojo, sino que también puede ponerse muy activo”, explica María José Quiñinao, kinesióloga especialista en ginecología y sexualidad (@locapelvis). Es decir, que al ponerse en tensión puede generar otros problemas, “como tener dolor en el canal vaginal, como que nos duela ponernos una copita menstrual, un tampón, autoexplorarnos, o que hagan una evaluación ginecológica con el espéculo incluso puedes tener dolor en las relaciones sexuales”. En cierta forma el piso pélvico “muy invisibilizado”, sin embargo, es algo que toda mujer debe tener real conciencia de esta musculatura y no solo acordarnos de él cuando seamos madres.

“Tengo que empezar kine de piso pélvico la próxima semana, no estoy embarazada y no he tenido hijos”, relata Bianca. Su problema es que no se puede aguantar “el pipí”. “Yo realmente lo paso mal, por qué me despierto de las ganas de hacer pipí y muchas veces ya fui tantas veces al baño que no hay orina que hacer, pero tengo que ir igual”, cuenta afligida.

“Una de las cosas que nosotros vemos con frecuencia y particularmente aplica más en mujeres es que sobreexigen su vejiga día a día y no tienen hábitos saludables en cuanto al hábito miccional, es decir, de cuando ir a orinar”, explica Rodrigo Guzmán, ginecólogo de la Unidad de Uroginecología y Cirugía Reconstructiva Femenina en Piso Pélvico de Clínica Alemana. “No debemos sobreexigir a la vejiga. Hay que ir al baño cuando hay que ir. Cuando hay que ir al baño, la vejiga avisa”, apunta.

El ginecólogo de Bianca le explicó que precisamente su músculo está muy tenso. “Me operaron por un Bartolino a fines del año pasado y al parecer estaba tan grande que el músculo como que se lesionó”, es por esto que la instrucción del médico fue recurrir a kinesiología de piso pélvico. “Cuando se hace un desgarro en cualquier otra parte, por ejemplo en la pierna, siempre se hace una rehabilitación. Con el piso pélvico es lo mismo”, dice Quiñinao, “no hay que esperar a que esa cicatriz sane solita”.

No hay una edad definida”, comenta la kinesióloga de piso pélvico Constanza Holvoet (@mujerespiralshiv) con respecto al momento en el que se debiese empezar a entrenar a este músculo. “Se puede trabajar en niños y niñas especialmente cuando hay problemas cuando tienen incontinencia urinaria o disfunciones fecales”, cuenta.

“Si es que no hay ningún problema, se puede empezar a trabajar desde la adolescencia y ojalá sin falta desde los veinte ya empezar a tomar conciencia del suelo pélvico”, recomienda.

En mujeres, el cuidado debe ser mayor, puesto a que “tenemos más tendencia a las disfunciones de piso pélvico por nuestra anatomía por posible gestación posparto, la menopausia, entonces hay distintos factores que hacen que en las mujeres sea aún más importante esta conciencia”, dice Holvoet.

La función del piso pélvico

Según lo que explica la especialista, tienen una función en estabilidad de la columna, “entonces personas que tienden a tener lumbago, dolores de espalda, hernias, es muy importante que fortalezcan los músculos tanto de la espalda, el abdomen y el piso pélvico”.

También tiene un rol de continencia, donde “pélvico contiene la orina, las heces, para que no se escapen”.

“En la sexualidad, tanto en la mujer como en el hombre, hay músculos del piso pélvico que están relacionados con tejidos eréctiles, con la excitación de la mujer, hay músculos en el hombre que tienen que ver con el control de la eyaculación o cuando tienen problemas de próstata”, especifica Holvoet.

¿Cómo se manifiestan las dolencias?

Cuando las personas tienen “incontinencia urinaria, prolapsos, los órganos de la pelvis tienden a descender cuando estos tejidos están muy laxos”, dice la kinesióloga.

“Mucha sobrecarga de peso, hacer ejercicios de pesas o tener un trabajo donde cargas mucho trote, salto, los abdominales clásicos, mucha tos, estornudos, debilidad abdominal, la gestación, el parto, los cuidados de pospartos, todos esos son factores de riesgo para tener problemas con el piso pélvico”, explica.

“En mujeres está la tendencia por la anatomía, porque tenemos un órgano más, un esfínter más entonces está más fácil que se debilite y que no cumpla su función tanto de estabilizadores como de continencia estos músculos”, cuenta.

También está el otro escenario, cuando más que debilitados, el músculo está tenso. “Esa tensión por nuestra actividad diaria, la falta de conciencia, tensión, estrés, factores emocionales, puede hacer que los tejidos en lugar de estar debilitados estén con mucha tensión, que se manifiesta con otro tipo de síntomas que es dolor de las relaciones sexuales, imposibilidad de penetración, dolor pélvico”, dice la especialista.

En estos casos, lo que aconseja Holvoet es que “sientes que tienes algunos síntomas, si tienes dudas y no sabes como tomar conciencia de estos músculos, hay kinesiología de piso pélvico, cada vez más desarrollado en este país”. Lo más recomendable es consultar con un especialista para que este pueda orientarte.

Entendiendo el piso pélvico durante el embarazo

“Cuando tú estás embarazada comienza a haber una redistribución de tu conformación en toda tu musculatura”, cuenta la ginecóloga y obstetra Loreto Vargas, de la Clínica Indisa y parte de Ginecólogas Chile, quien trabaja en equipo con Quiñinao. “El embarazo implica que hay un peso que está expandiendo el estómago, que es donde está la guata, y hay una presión positiva en esa zona”.

“Toda embarazada debería tener evaluación por kine de piso pélvico de preparación y de postparto que es de reparación”, apunta la especialista.

“Uno tiene que imaginar que la musculatura es una camita elástica que sostiene a la guagua que va creciendo mes a mes, semana a semana”, complementa Quiñinao, por lo que “con el mismo peso la musculatura tiene que potenciarse para mejorar su fuerza, su coordinación, para que cuando llegue el parto, esta musculatura esté más preparada”.

“Hay un montón de hormonas que van a preparar a la pelvis femenina para el pasaje del bebé por el canal del parto como por ejemplo la hormona relaxina”, comenta Guzmán, y tal como lo dice su nombre, esta ‘relaja’ “distintas estructuras del cuerpo, particularmente en el suelo pélvico”. Al provocar este efecto, se relajan otras partes, “incluyendo musculatura, ligamentos, tendones, que hacen que la base de la pelvis hace que la musculatura que cierra cada esfínter, esté ‘mas flojita’ o con mayor predisposición a no funcionar de manera correcta, por ejemplo que aparezcan escapes de orina, es algo que suele ser común”.

“El parto vaginal también puede lamentablemente en un grupo de mujeres alterar más aún estos mecanismos de soporte desencadenando la incontinencia de orina”, comenta Guzmán.

“Si es parto vaginal o cesárea, es muy importante que la mujer entrene la musculatura del piso pélvico y ojalá con una profesional que tenga la especialidad”, asevera Quiñinao, puesto a que muscularmente “es el último obstáculo que tiene que atravesar el bebé, es decir, la musculatura se estira tanto para que el bebé pueda salir del canal de parto, tras el parto necesita un empujón para volver a retomar sus funciones”.

En el caso de las cesáreas pasa algo similar. “Lo que hacen es una incisión a nivel del abdomen y lo que ocurre es que la musculatura del abdomen de alguna manera es la mejor amiga del piso pélvico, funcionan coordinadas”, explica la kinesióloga experta en sexualidad, por lo que “si uno tuvo una incisión, una cirugía, obviamente se va a perder esta coordinación y puede influenciar también en sus funciones”.

Pelvis a la obra: cómo ejercitar el piso pélvico

La kinesióloga Constanza Holvoet comparte estas indicaciones para poder identificar y conectar con la musculatura en el siguiente paso a paso.

1. Debes buscar una postura que te acomode con la pelvis neutra. Puede ser sentada en una silla, con los pies bien firmes en el suelo, columna alineada, o en el suelo recostado con las piernas semi-flectadas y hacer contracciones.

2. Lo segundo que debes hacer es imaginar que cierras el chorro de la micción cuando estás orinando. Imaginas que estás orinando y contraes tratando de cortar el chorro de la micción.

3. La idea es continuar hacer este ejercicio de cortar la micción. Ir cediendo y cerrar un poco y hacia adentro y hacia arriba.

“Hay veces que como no se tiene conciencia no logras a activar y eso puede pasar no solo porque está debilitado, sino porque hay poca conciencia”, comenta la especialista por lo que “con la práctica uno va tomando conciencia de estos músculos”.

Toma nota: este ejercicio no lo debes hacer cuando vayas al baño a orinar. “Hacerlo ojalá en un espacio relajado, porque puede alterar la función del vaciado de vejiga y con el tiempo generar infecciones urinarias”.

Otro tip importante “respirar profundo, que no se contraigan los glúteos, tampoco de manera excesiva el abdomen, para que zona localizada esa musculatura de contracción”.

Sobre este ejercicio en el que se debe adquirir conciencia, María José Quiñinao agrega que sirve “para probar de que su cerebro les esté enviando la indicación correcta a la musculatura correcta”.

También sugiere el siguiente ejercicio para adquirir conciencia de este músculo. En un lugar tranquilo, respirando acostadas, “hacer respiraciones profundas por la nariz, imaginar que inflan el abdomen y suelten relajando la mandíbula y la lengua porque el diafragma que es la musculatura que usamos para respirar funciona directamente con lo que es el piso pélvico”.

“Entonces cuando inhalamos, el aire ingresa por la nariz, el diafragma baja y empuja todos los músculos abdominales, empujando el piso pélvico también hacia abajo para darle movimiento”, especifica. Esto ayuda porque “a veces nos concentramos mucho en apretar y en realidad lo que necesitan muchas mujeres es soltar y lo más fácil es respirando profundo, haciendo una pausa en el día a día”.

Usar accesorios o implementos para ejercitar el piso pélvico

“Lo primero y más importante es que antes de introducir algo, es importante que la mujer pueda sentir su canal vaginal y si piso pélvico por ella misma”, apunta Quiñinao además de afirmar que aquí no es llegar y comprar opinión en la que coincide Holvoet. “Hay hartos aparatitos que sirven para ejercitar el piso pélvico, desde las bolas chinas hasta, biofeedback, pero esos, ojalá usarlos con alguien que guíe”, expresa.

Lo ideal es que si piensas invertir en algún aparato, este sea recomendado por tu kinesiólogo de piso pélvico, de forma que se esté usando para el diagnóstico correcto. “Se usan implementos para fomentar la conciencia corporal”, complementa Quiñinao.

En cuanto a dato en orientación, Holvoet comenta que hará pronto un taller de suelo pélvico. “Podría ser una buena instancia para quienes quieran profundizar más”. Solo para mujeres.

La importancia de no aguantarse

Según lo expuesto por los especialistas es esencial prestarle atención al cuerpo e identificar lo que necesita, sobre todo si estamos hablando de algo tan básico como ir a orinar. “Uno no puede aguantarse hasta el punto de que la vejiga va a explotar para ir a orinar y eso lo vemos muy frecuentemente cuando las personas están trabajando”, comenta Guzmán.

Ante este problema sugiere ir cuando haya que ir al baño, no aguantarse e ingerir una buena ingesta de líquidos, es decir, beber agua de uno a dos litros diarios. “más de esta cantidad se da a personas que están expuestas a perdidas mayores como maratonistas o deportistas de alto rendimiento, pero el exceso de agua tampoco es bueno. La ingesta de uno a dos litros de agua es adecuada”, recomienda.