Seguramente, el omeprazol ya se ha cruzado en tu vida. Ya sea porque te lo recetó un médico, porque alguien de tu entorno lo consume o porque una persona cercana te lo recomendó para atravesar días de comilonas intensas. Su uso se ha vuelto común porque este medicamento contribuye a mitigar problemas de reflujo y también protege al estómago frente a agentes farmacológicos agresivos —como antibióticos y otros—, además de aliviar las molestas úlceras gástricas. Por todo eso, mucha gente lo termina consumiendo con más frecuencia de la recetada, ya que les permite comer o beber con ganas sin sufrir de algunas consecuencias, como la acidez o la hinchazón.
Esa popularidad lo convierte, según la Encuesta Nacional de Salud 2016-17, en el séptimo compuesto más usado en Chile, solo por debajo del paracetamol, la aspirina y otros medicamentos de uso crónico, y por encima del ibuprofeno y la vitamina C. De ahí que se fácil verlo en ferias libres o negocios ambulantes, donde se vende informalmente, y que se pueda comprar e ingerir como si fueran antiácidos. Pero no lo es. El omeprazol, como cualquier otro medicamento, tiene contraindicaciones y riesgos asociados si uno lo consume sin supervisión, que van desde pólipos hasta infecciones intestinales o gastroenteritis agudas.
Cómo funciona y para quienes se indica el omeprazol
Técnicamente, el omeprazol “es un medicamento del grupo de inhibidores de la bomba de protones, que bloquea la producción de ácido estomacal”, explica Freddy Squella, gastroenterólogo de Clínica INDISA. Al bloquear la encima que genera los ácidos en el revestimiento de este órgano, el omeprazol ayuda a aliviar los síntomas de afecciones como la acidez estomacal, el reflujo gastroesofágico y las úlceras gástricas.
Por eso, suele indicarse a quienes sufran de una sobreproducción de ácido estomacal. “Por ejemplo, una esofagitis por reflujo o un reflujo gastroesofágico”, agrega Squella, que también es docente de la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello. “Se usa también cuando hay heridas en el estómago, como por ejemplo en una úlcera o una gastritis”.
Otro cuadro en el que se suele recetar omeprazol es tras una hemorragia digestiva, “ahí acompañado probablemente de antibióticos para erradicar la Helicobacter pylori”. Esa es otra indicación de su uso: modificar el pH para que los antibióticos pueden tener mejor efecto. La Helicobacter pylori habita en el revestimiento del estómago humano y está asociada con diversas afecciones gastrointestinales, como úlceras pépticas y gastritis.
El omeprazol NO es un protector gástrico
En más de alguna oportunidad has visto a alguien en la farmacia —si es que no a ti mismo— pedir omeprazol u otro fármaco de la familia prazol sin receta. “Todo medicamento debe ser indicado por un médico”, dice José Daniel Mendoza, gastroenterólogo de Pulso Salud. Es una frase majadera pero esencial para evitar efectos indeseados. “A veces son los mismos farmacéuticos los que recomiendan el consumo de algún medicamento, pero sin saber si el paciente tiene un antecedente patológico de importancia”, comenta.
El problema con el omeprazol es que lo usa gente que no está enferma y que, por lo tanto, no lo necesita. “Existe el mito de que si voy a comer de forma más copiosa, o tomar más alcohol de lo normal, utilizar un medicamento del tipo prazol me hará sentir mejor”, menciona Squella. “Es cierto que su uso bloqueará la producción de ácido, y frente a una importante transgresión alimentaria sentiremos menos acidez, pero hay que tener en cuenta que el vaciamiento gástrico puede verse ralentizado. Por lo tanto, si bien no habrá acidez, quedaremos por más tiempo con la sensación de haber comido mucho, ya que los alimentos se van quedar por más tiempo en el estómago”, analiza.
“Tomar omeprazol antes de beber alcohol puede reducir el riesgo de una irritación estomacal posterior”, añade Gabriel Skorka, químico farmacéutico y gerente de Farmex. Aunque esto pueda parecerle útil a las personas propensas a la acidez o gastritis, “el consumo excesivo de alcohol es dañino por sí mismo y no debe justificarse con omeprazol”, asegura. La gente, eso sí, no piensa lo mismo: cada septiembre, en Farmex observan un fuerte aumento en la demanda de omeprazol. “El 2022 tuvimos un crecimiento de 300% en las ventas de este medicamento con respecto a un mes promedio”, señala.
“El gran problema de la automedicación con omeprazol es que, al aliviar ciertos síntomas gastrointestinales, muchas veces se termina enmascarando los síntomas de una enfermedad grave”, observa Mario Rodríguez, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello. Uno de los más graves es el cáncer gástrico.
No es que el omeprazol lo genere, sino que lo oculta o lo camufla, “por lo que puede retrasar el diagnóstico o puede intervenir en el efecto de otros medicamentos”.
¿Qué pasa si tomo omeprazol durante mucho tiempo?
Un estudio del departamento de Farmacología y Medicina de la Univerisdad de Hong Kong y del University College de Londres demostró el vínculo entre el prolongado consumo de omeprazol —o similares— con el riesgo de padecer cáncer de estómago. A pesar de eso, los médicos entrevistados por Práctico no son tan alarmistas: se trata, más bien, de situaciones aisladas y no generalizadas.
“Usar prazoles no significa que las personas tengan un riesgo elevado de cáncer gástrico”, explica Squella. “Los estudios han demostrado que hay riesgos, pero son muy pequeños y en poblaciones bien definidas”. Según el especialista de la Clínica INDISA, el uso prolongado de prazoles reduce la producción de ácido en el estómago, lo que desencadena, para compensar, una producción excesiva de la hormona gastrina. Esto puede llevar a una hipergastrinemia, lo que a la larga estimula el crecimiento de partes específicas del estómago.
“Lo que habitualmente vemos en estos casos es la aparición de unos pólipos de glándulas fúndicas, que en general son benignos y desaparecen bajo la suspensión del medicamento”, detalla.
Eso no quita que el omeprazol ni el resto de los prazoles tengan varios efectos adversos, los que son necesarios de monitorear regularmente. “Por eso es importante usarlo siempre en las mínimas dosis posibles y durante el tiempo más acotado que se pueda”, dice Squella. Si un especialista indica su consumo de forma permanente, “deben existir controles endoscópicos para vigilar que no haya una complicación”.
Contraindicaciones del omeprazol
Por lo general, todo medicamento tiene algún efecto adverso o contraindicación asociada. En el caso del omeprazol, Squella dice que siempre se contraindica a pacientes que tengan una alergia declarada. Mendoza también menciona, como efecto tanto a corto como largo plazo, a la hipomagnesemia, o sea una baja del magnesio en el cuerpo, lo que puede ocurrir como efecto secundario del uso prolongado de omeprazol. ¿Cuál es su consecuencia? Desarrollar alteraciones neuromusculares y gastrointestinales.
Si un paciente no tiene un estudio endoscópico y usa omeprazol de forma prolongada y desmedida, hay bloqueo de ácido permanente y “probablemente corremos el riesgo de tener algunas condiciones como infecciones intestinales, gastroenteritis aguda o sobrecrecimiento bacteriano intestinal producto de esta menor desinfección del intestino”, agrega Squella.
Donde el gastroenterólogo no sugiere usar omperazol es en pacientes con una gastritis trófica, “que de por sí tienen una hipoclorhidria, una condición en la que el estómago produce cantidades insuficientes de ácido clorhídrico”. Eso puede afectar la digestión adecuada de los alimentos y se asocia a síntomas como indigestión, hinchazón y malestar estomacal. “Cuando alguien con hipoclorhidria y tiene una infección estomacal, un bloqueo de ácido puede hacer más difícil el tratamiento”, señala.
Entre las reacciones adversas más serias que menciona Rodríguez está el déficit de vitamina B12, nutriente que requiere de cierta acidez para ser absorbido por el estómago. “Eso aumenta el riesgo de fracturas o lesiones óseas, de anemia, de pólipos gástricos, nefritis intersticial y desequilibrios electrolíticos”. A corto plazo, el omeprazol puede producir un mayor riesgo de infecciones intestinales e incluso neumonía, “debido a que cambia el pH gástrico, que tiene un rol protector para todo nuestro organismo”.
Consideraciones de administración
Si tu médico te recetó omeprazol, tampoco es llegar y tomarse el remedio a cualquier hora y contexto. Para que tenga el efecto deseado, y no cause reacciones adversas, Squella dice que deben evitarse agentes irritantes, como el alcohol, las comidas picantes y el ajo, “además de no eludir alimentos que provocan distensión abdominal, como la cebolla o los productos altos en grasas saturadas”.
También hay que poner atención a los otros medicamentos que se estén tomando. Al cambiar el pH gástrico y ser un inhibidor enzimático, es de suma importancia advertir al médico que haya recetado el omeprazol. “Es esencial informar sobre todos los medicamentos y suplementos que se estén consumiendo, ya que el omeprazol puede interactuar con otros fármacos y afectar su absorción o eficacia”, advierte Skorka.
“Siempre hay que seguir las indicaciones proporcionadas por el médico”, puntualiza el gerente de Farmex, pero por lo general “se toma antes del desayuno, al menos 30 minutos antes de comer, para maximizar su efectividad, ya que funciona mejor con el estómago vacío”.