Trucos para limpiar tu sucia alfombra sin dañarla
Un tapete promedio tiene más gérmenes que un inodoro y por eso conviene asearlo con frecuencia. Si sigues los siguientes consejos, solo necesitarás algo de tiempo, dedicación y los productos correctos para dejarla radiante.
Las huellas de nuestros zapatos y zapatillas, los pelos y patas de las mascotas, uno que otro derrame de comida, agua o ambas cosas: mantener las alfombras limpias es una tarea difícil, pero no imposible. En ciudades como Santiago, donde la calidad del aire no es la mejor, es otro factor que figura en contra, ya que el polvo y las partículas de suciedad que llegan por la ventana se instalan entre las hebras del piso constantemente. Además, tienden a acumular ácaros y alérgenos, que pueden afectar la calidad del ambiente en casa y causar problemas respiratorios o alérgicos a las personas que la habitan.
Por eso, limpiar las alfombras regularmente es importante. Con esto no solo nos referimos a aspirar sino que también a aplicar ciertos productos que la aseen con más profundidad. Al limpiarla bien, las fibras se preservan y duran más tiempo, así como también mantienen con más fidelidad sus colores originales.
Si te haces cargo de tu alfombra tarde, mal y nunca, estás permitiendo que el polvo y la suciedad permanezcan entre sus fibras, lo que se traduce en que el textil se vea opaco, retenga mal olor y acumule bacterias y microorganismos. Sin ir más lejos: un estudio realizado por HomeAdvisor en 2021 revela que una alfombra promedio tiene 5,7 veces más gérmenes que el asiento de un inodoro. Diug.
¿Cada cuánto tiempo debemos limpiar una alfombra?
Esta respuesta depende tanto del estilo de vida de su dueño como de cuánta gente pasa sobre ella a diario. No es lo mismo la alfombra de una persona que vive sola a la de una familia con niños pequeños o con una mascota. Por muy lindas y cómodas que sean, las alfombras son como trampas que capturan polvo, pelos, caspa y cabello de mascotas, restos de comida y de nuestra piel muerta, y mucho más.
“Cada onza de polvo en la alfombra (unos 28 gramos) puede albergar hasta 2000 ácaros, que prosperan en las células muertas de la piel y anidan entre sus fibras”, destacan desde el sitio especializado Rug Doctor. El gran problema es que el residuo que estos mini arácnidos dejan luego se transporta por el aire, lo que se traduce en una alergia inminente para aquellas personas más sensibles.
El medio norteamericano The Spruce señala que lo básico es aspirar al menos una vez por semana y “con más frecuencia si tiene mascotas o niños”. Si tienes algún derrame, las manchas deben tratarse lo antes posible, ya que de esta manera te aseguras que desaparezcan. Para evitar problemas respiratorios relacionados con el polvo o la suciedad, la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association) recomienda pasar la aspiradora tres veces por semana, además de hacer una limpieza profunda de las alfombras al menos dos veces al año.
Antes de limpiar, identificar
Saber qué tipo de alfombra tienes en casa te hará el proceso de limpieza más eficiente y rápido. La mayoría de las veces, la información respecto a los materiales con que está hecha puedes encontrarla al reverso de cada alfombra. En general, y según The Spruce, existen seis grandes grupos de alfombras según su materialidad.
- Lana: estas alfombras tienen fibras duraderas y elegantes, pero pueden ser muy sensibles al calor y a la humedad. Son buenas opciones para un área de alto tráfico, como livings o habitaciones de niños. La lana tiene propiedades antibacterianas, antialérgicas y una gran suavidad al tacto. Debido a que su fibra es elástica, repele el agua y las encuentras en diferentes formatos, estilos y alturas de pelo. Por lo general, eso sí, se encuentran en combinación con otras fibras. Para cuidarlas, se deben aspirar con regularidad y evitar la exposición directa al sol, para prevenir la decoloración. Si se mancha, conviene limpiarlas con un paño húmedo untado en agua con detergente suave. Debe ser localizada y tratada con cuidado para no dañar la fibra.
- Fibra natural: son alfombras hechas de mezclas de materiales naturales y tienen un aspecto rústico. Son duraderas, pero requieren que cuides de sus manchas y que no reciban humedad, ya que las fibras pueden deformarse o decolorarse. Otra ventaja es que no generan electricidad estática. Las más conocidas son las de sisa y yute, que se diferencian por su origen: la primera proviene de la planta Agave sisalana, una fibra dura y resistente, mientras que la otra se saca de la especie Corchorus capsularis, siendo una fibra más suave y flexible. Para cuidarlas, debes aspirarlas con regularidad, y para sacar manchas se sugiere usar un paño húmedo con una solución de agua y vinagre en partes iguales.
- Algodón: es una fibra suave y cómoda y un material transpirable, lo que las hace adecuadas para áreas en las que desees una sensación fresca. Si están ubicadas en áreas de alto tránsito, es probable que queden marcas de polvo al poco tiempo, sobre todo si son de colores más claros. Por eso, el aspirado regular es muy importante. En cuanto al lavado, varias son compatibles para meterlas a la lavadora, pero es importante siempre verificarlo con la etiqueta. En caso de lavar a mano, usa detergente suave y agua tibia.
- Fibras sintéticas: generalmente son alfombras para zonas de alto tráfico, como pasillos, entradas o salas de estar. Se pueden encontrar en diferentes composiciones, donde casi siempre figuran el poliéster, el nylon, el polipropileno y otras. Son alternativas económicas y resistentes, aunque su inconveniente está en las reacciones alérgicas que pueda generar y en la poca durabilidad de su color. Al igual que las demás, exigen un aspirado regular para eliminar el polvo y la suciedad. En caso de manchas, usa un paño ligeramente húmedo con una mezcla de jabón suave y agua. Evita frotar fuerte para no dañar las fibras.
- Seda: son consideradas un lujo. De todas las fibras naturales, la seda es una de las más suaves y duraderas. Tienen una textura y apariencia delicada y requieren cuidados extremos. Por ejemplo, no deben mojarse nunca, ya que la humedad puede causarle daños permanentes. Sus diseños son tan minuciosos que no solo se restringe su uso para los suelos, sino que también en las paredes. Para limpiarlas, lo mejor es recurrir a profesionales, ya que son extremadamente delicadas.
- Cuero: una alfombra un poco más polémica estos días, ya que se usa cuero animal para su fabricación. Generalmente son de tamaño irregular o se componen por diferentes trozos cortados en cuadrados cosidos para generar un patrón geométrico en forma de rectángulo. Aportan un toque rústico y campestre. Tal como las otras alfombras, debe ser aspirada regularmente y siempre por el lado suave de la aspiradora, no usando los cepillos para no deteriorar el “pelaje”. Para limpiar sus manchas se sugiere un paño ligeramente húmedo con solución de detergente suave y específico para cuero; de lo contrario, puede quedar peor. Para que su color se mantenga, existen acondicionadores especiales que pueden aplicarse para mantenerla hidratada: cabe recordar que este es un pedazo de piel, por lo que la hidratación previene la aparición de grietas en el textil.
Algunos trucos de limpieza
TikTok se ha vuelto una biblioteca de datos para diferentes soluciones domésticas. Si bien se recomienda recurrir a especialistas en lavados de alfombra al menos una vez al año, hay ocasiones en las que puedes sacar tú mismo las manchas y hacerle un mantenimiento de tu alfombra para evitar que se vea opaca y sucia.
1. Tapa de olla + detergente en cápsulas + agua caliente
Este es un truco compatible con alfombras de algodón y algunas hibridas, que mezclen algodón y fibras sintéticas. El ingrediente esencial es una cápsula de detergente —aquí probamos las principales marcas y elegimos la mejor—, y te puedes ayudar con un recipiente resistente al agua caliente, un paño de microfibra, guantes y una tapa de olla lo más recta posible.
Primero, debes calentar agua —casi hirviendo—, ponerla en el recipiente y agregarle una cápsula de detergente. Con guantes, sumerge el paño de microfibra, estrújalo y envuelve con él la parte inferior de la tapa de olla. Junta los extremos del paño y amarralos a la manilla. Con este utensilio, una especie de escudo de la limpieza, debes refregar contra la alfombra activamente, volviendo a humedecer el paño cada cierto rato. Notarás cómo se va retirando la suciedad de la alfombra. Es útil, funcional, pero requiere una activa fuerza de brazos.
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2. Espolvorear y aspirar
El bicarbonato de sodio es nuestro mejor aliado en términos de limpieza. Económico y seguro, sirve básicamente para todo. Además de remover la suciedad, elimina los malos olores de las alfombras. Para conseguirlo, el truco es el siguiente: primero, debes aspirar muy bien la alfombra. Luego, con ayuda de un colador, espolvorea por toda la alfombra y deja reposar. Hay videos que dicen 2 horas, otros 20 minutos, otros sugieren dejar por toda la noche. Lo cierto es que mientras más tiempo transcurre, el bicarbonato más actúa. Luego solo debes aspirar el producto y listo. Si no te gusta el olor, puedes añadir algunas gotitas de tu aceite esencial f y agitarlo dentro de un recipiente antes de espolvorear.
3. Aspirar en más de una dirección
Parece una indicación obvia, pero en la práctica puede hacer toda la diferencia. En el popular sitio de Martha Stewart dicen que es importante pasar la aspiradora sobre las manchas de suciedad al menos cinco veces y por todas las direcciones. “Aspirar la suciedad en una dirección puede hacer que se coloque de cierta manera, pasarla varias veces desde diferentes ángulos asegura que se elimine la mayor parte de los desechos”, explican.
4. Para sacar los pelos de mascota
¿Tienes mascota peluda? Los pelos son todo un tema, sobre todo en superficies como las alfombras, donde quedan agarradas como náufrago a un trozo de madera. Al principio pasan desapercibidos, pero apenas se acumulan empiezan a notarse, atrayendo también a otra suciedad. Una herramienta práctica, efectiva y a muy buen precio es el Lillnaggen (limpiavidrios) de Ikea, que en varios videos de TikTok usan como limpiador de alfombras. Solo tienes que rastrillar tu alfombra una y otra vez y los pelos se irán acumulando para luego retirarlos con facilidad.
Limpiador de vidrios Ikea Lillnaggen
Cuando es mucha la suciedad, acude a profesionales
Llevar tu alfombra a que la limpien profesionalmente es como un merecido tratamiento de spa para ellas, que se hace necesario al menos una vez al año (o más si tu bolsillo lo permite). Estas empresas usan máquinas especiales y productos de limpieza certificados para remover todo lo que no debería estar ahí. Además de que queda radiante y desinfectada, se prolonga su vida útil, ya que la fibra del textil se preserva mejor.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 11 de agosto de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.
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