"Viajar es vestirse de loco", una guía para alojar y no perderse en el intento

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Ilustración: César Mejías.

Considerar el tipo de viaje, informarse en extenso del lugar y tener claras las diferencias entre las clases de alojamiento son elementos claves a la hora de organizar tu periplo. Tres expertas blogueras de viajes detallan a Práctico sus historias en el camino y nos entregan algunos tips a tener cuenta.




Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera

nuevamente; teníamos mucho por recorrer.

Pero no importaba, el camino es la vida,

Jack Kerouac

Cuando entró en la habitación del hotel, Francesca Norero no lo pudo creer. Había elegido un recinto inaugurado poco tiempo atrás en la zona San Telmo, en Buenos Aires. Se convenció por las fotos que encontró, y reservó sin más. Pero la primera impresión fue deplorable. El lugar era, simplemente, asqueroso.

"Como era nuevo aún no tenía comentarios —recuerda— pero resultó ser una pésima elección. Estaba ubicado en una calle súper peligrosa, al frente había una casa donde se hacían fiestas clandestinas, por ello la bulla era insoportable. Además la atención era pésima. Cuando me entregaron la pieza, aún había basura de los huéspedes anteriores y nunca me hicieron la habitación porque tenían poco personal".

Fran, tecnóloga médica de profesión, asegura que ha visitado 31 países y ha alojado en 250 ciudades del orbe. En sus periplos, cuenta, ha vivido de todo. Sus experiencias las comparte en su blog Pasaporte sin destino, donde además ofrece tips para quienes desean aprovechar al máximo y evitarse toda clase de sorpresas que pueden hacer que un viaje sea inolvidable… por lo desagradable.

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En opinión de quienes llevan varias tediosas esperas en aeropuertos y hoteles malos en el cuerpo, hay diversos factores a considerar a la hora de buscar alojamiento para un viaje. Lo primero, aseveran, es definir el tipo de hospedaje que se busca. "Si quieres conocer gente en tu viaje, la opción sin duda es un hostal. Y ojo que hay hostales para todos los bolsillos, con más lujos, o menos", detalla la bloguera Nicole Etchart Opitz, quien también tiene su página, llamada Viajando lento, en que relata sus vivencias en la carretera por 27 países.

"Si valoras tu tranquilidad, volver a tu pieza y que hayan cambiado las toallas mojadas y contar con un espacio más cómodo y privado, entonces ve a un hotel —agrega—. Ahora bien, si viajas en grupos grandes, de repente conviene reservar un departamento o cabaña en la cual puedan ir todos a su ritmo particular".

Aunque en sus primeros quince años como viajera, Gloria Apara —creadora del blog de viajes Nomadic Chica—, prefería hostales para ahorrar dinero y conocer gente, hoy elige los hoteles. "Viajo produciendo contenido y trabajando la mayoría del tiempo y necesito mi privacidad y tranquilidad para poder reponer energías y realmente descansar. La idea de dormir en una misma habitación con 10 personas más se ha vuelto para mí cada vez menos atractiva".

Para Fran Noreno, la otra opción es la del Hotel Boutique. Se trata de establecimientos que ofrecen una experiencia de atención personalizada, en que el cliente disfruta de edificios con una apuesta de arquitectura y diseño. "Me gusta privilegiar los buenos servicios y la comodidad y creo que este tipo de hoteles, al no contar con demasiadas habitaciones se preocupan mucho más de los detalles".

Esta primera decisión, a su vez, está condicionada por el objetivo del viaje. No es lo mismo enterrar los pies en la arena y dormir allí por horas, a bajar los rápidos en un kayak. "Si vas a estar recorriendo varias ciudades o países y sólo llegarás a dormir puedes elegir hoteles de cadena diseñados para esto que tienen valores bastante bajos, pero con espacio limitado —asegura Fran Norero —. Si viajas por trabajo tal vez necesites una habitación de hotel con un escritorio y buen wifi o que cuente con cowork. Si viajas en pareja y quieres hacer una escapada romántica tu opción puede ser un hotel boutique o alguno de cadena pero sólo para adultos, que suele no tener tantas habitaciones y preocuparse mucho de los detalles, si viajas en familia con niños quizás un resort que resuelva todas tus necesidades de una sola vez, o rentar un departamento donde tengas libertad de cocinar".

Un detalle relevante es la ubicación del alojamiento. Quienes saben, aconsejan buscar lugares cerca de las zonas turísticas. "Siempre es bueno hospedarse cerca del 'centro' o en barrios de alto flujo de gente, ya que es donde podrás acceder de forma fácil a la mayoría de los servicios turísticos. Restaurantes, shopping centers, tiendas de souvenir, agencias turísticas, etc", comenta Nicole.

Si decides quedarte en esas zonas de mayor afluencia, hay que tener en cuenta un detalle no menor. "Debes saber que si quieres quedarte cerca de los puntos de interés probablemente te salga más caro —agrega Fran Norero—, si quieres ahorrar investiga las áreas que sean seguras y elige alojamientos bien conectados, cercanos a estaciones de metro por ejemplo".

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Ilustración: César Mejías.[/caption]

¿Le creo a Internet?

Algo que Gloria Apara, viajera con 20 años de millas, nunca olvida antes de cualquier viaje, es revisar comentarios y recomendaciones sobre sus posibles alojamientos. "Mi mayor recomendación es leer la mayor cantidad posible de referencias de pasajeros que ya se hayan alojado en ese lugar para tener una idea más detallada de la experiencia en ese lugar y no llevarnos sorpresas de último minuto".

Reunir información, lo más certera posible, es un paso que nunca debe faltar. "Yo me guío por los comentarios de Booking.com —afirma Fran Norero— porque con eso te aseguras de que sean comentarios de personas que realmente se alojaron en el lugar. En Tripadvisor por ejemplo, cualquiera puede opinar y se ha prestado para que se hagan campañas poco fidedignas contra ciertos alojamientos".

Para Nicole Etchart, ambos portales son una opción. "En las mismas páginas de reservas (como booking.com por ejemplo) hay comentarios de huéspedes anteriores. También en Tripadvisor donde se puede calificar el alojamiento, mostrar fotos y comentar tanto lo bueno como lo malo del lugar. Para estos dos casos, es muy importante verificar la fecha en que se realizó el comentario, porque las cosas pueden haber cambiado en un tiempo".

Aún así, hay que tener mucho cuidado. Cuan canto de sirena en el recorrido de los Ulises de la era web, una buena oferta a veces puede esconder falencias. "Una vez en Atenas, terminando una vuelta por varios países de Europa, me dejé llevar por un precio muy bajo en un hotel que se veía muy bonito, que tenía incluso SPA a un valor realmente bajo y como quería descansar, lo elegí sin leer mucho más —recuerda Francisca—. También resultó estar en una zona peligrosa de la ciudad, que luego me enteré era conocida por concentrar vendedores de droga y prostitución ¿cómo evitarlo? estudiando bien las ubicaciones y leyendo los comentarios".

Pero muchas veces hay que lidiar con imponderables. Le pasó a Nicole. Si algo le molesta, son los ruidos. Una noche debió soportar unos muy particulares. "Creo que las peores experiencias que he vivido en un alojamiento se relacionan a 'ruidos' que se pueden escuchar a través de las paredes (o peor aún, cuando viajas low cost y compartes habitación con desconocidos). Y hablo de ruidos privados, jaja, no sé si me explico".

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¿Reservar o buscar?

Buscar tu alojamiento vía portales, permite la opción de contactar y preparar reservas, pero ¿conviene siempre anticiparse? la expertas revelan algunos matices. "Si vas a viajar en temporada alta o en fechas importantes de celebraciones locales, reservar con anticipación te dará más opciones —afirma Gloria Apara—. Aunque también sucede que en estas plataformas muchas personas reservan anticipadamente para cancelar justo antes de la fecha y cambiar su reserva, por lo que es posible casi siempre encontrar buenas ofertas a último momento".

Fran Norero detalla las ventajas de contactar de antemano. "Yo prefiero hacerlo así por varias razones: primero porque me da más seguridad saber de antemano a donde voy a llegar, segundo porque cuando viajas por pocos días llegar a buscar alojamiento es perder tiempo que podrías usar en estar conociendo la ciudad, tercero porque si estás viajando en temporada alta llegar a buscar puede suponer que sencillamente te quedes sin alojamiento y cuarto porque generalmente puedes encontrar buenas ofertas con anticipación. Además para entrar a varios países es requisito mostrar las reservas de hotel (por ejemplo para entrar a la Unión Europea)".

Pero hay quienes se mueven distinto. Una alternativa al turismo tradicional de rígidos tours en buses repletos de viajeros con cámaras fotográficas y guías que cuentan anécdotas sobre añosas iglesias coloniales, o un monumento al que a diario le disparan miles de flashes. Le llaman el "slow travel" y se trata de disfrutar la experiencia, sumergirse en el entorno y dejarse llevar por las posibilidades de nuevas experiencias. "Ese tipo de viaje supone que te quedes más o menos tiempo en un lugar según como lo sientas y tener todas las reservas hechas de alguna forma te 'amarra' a seguir un determinado itinerario —detalla Norero—. Es viajar sin el ticket de vuelta".

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Book of Everything: A Visual Guide to Travel and the World, de Nigel Holmes.[/caption]

¿Qué me llevo?

Ya con la certeza del alojamiento, y el tipo de viaje que realizaremos, es importante decidir qué se va a llevar. Una decisión condicionada, en primer lugar, por el sitio al que se llega. "¿Viajas a otro país? ¡Entonces no hay que olvidar el adaptador de corriente!", afirma Nicole Etchart. No es menor. En el mundo hay diferentes usos de voltaje y enchufe. En América y Japón se usa entre 100 y 127 voltios, mientras que en Europa y otras zonas, va de 220 a 240. Por ello existen transformadores 110-220v/50-60hz, que funcionan bajo cualquier norma. En tiendas especializadas se pueden adquirir por no más de $4000.

También existen artículos que pueden funcionar con uno u otro sistema. "Siempre llevo un pequeño secador de pelo de viaje que es bivoltaje, es decir, lo adaptas según el voltaje del país en que estés. Porque los que ponen en los hoteles suelen ser bastante malos", detalla Fran Norero. En el mercado existen variadas opciones como el Remington D1500, que se puede adquirir desde los $10.000 en tiendas del rubro. Además, en Amazon es posible comprar el Rowenta Nomad CV3312F0, cuya asta es plegable, al equivalente de $9700 pesos chilenos.

Las expertas agregan que es buena opción llevar sus propios elementos de aseo personal (jabón, shampoo). "Si te quedas en un hotel probablemente tendrás todas las cosas básicas para una buena estadía, incluso siempre tienen cepillo de dientes si lo pides. Ahora si te quedarás en un hostal, en algunos no incluyen toalla, o tienes que arrendarla y habitualmente no incluyen artículos de baño como shampoo, acondicionador y cremas para el cuerpo", afirma Gloria Apara.

Para quienes se medican o requieren seguir un tratamiento, es importante llevar sus fármacos. "Ante una emergencia muchas veces es difícil encontrar 'ese' remedio que estás acostumbrado a tomar. Siguiendo esta línea, no hay que olvidar el contratar un seguro o asistencia en viaje", detalla Nicole Etchart. Al respecto, LAN específica entre sus restricciones que "es posible que te soliciten una receta médica que certifique su uso durante su viaje, considerando horas de vuelo y conexiones".

Por cierto, no se olvide llevar los documentos requeridos y mantenerlos a mano; tal es el caso de la cédula de identidad, el pasaporte y la carta de vacunas si lo requiere el país destino. Algunos optan por llevarlos en bananos u otros bolsos pequeños. "Procura siempre guardar una tarjeta de contacto en tus estuches y mochilas —agrega Nicole—. Podría pasarte, por ejemplo, que pierdes la cámara fotográfica, y si la encuentra una buena persona y ve tus datos en ella, es posible que te la devuelva". Gente con buenas intenciones, al final, hay en todos lados. Como escribió en alguna ocasión el célebre Gabriel García Márquez: "Viajar es vestirse de loco, es decir 'no me importa', es querer regresar".

Sobre el autor:

Periodista de Culto y creador de Yakaranda Magazine.

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