Vino blanco: 10 infalibles chardonnay para regalar, celebrar o solo disfrutar

Elaborado exclusivamente con uvas chardonnay provenientes de Itata, huele suavemente a vainilla, avellanas y algo de cítricos. En boca es suave, con una acidez que ayuda a prolongar una leve sensación de dulzor. Un gran vino que resulta ideal para beber junto a unas brochetas de camarón bien cargaditas al ajo.

Otro gran exponente de esta cepa y de lo que se hace en el Valle del Malleco. Con aromas cítricos y algo de avellanas, en boca tiene una acidez realmente encantadora. Obviamente, es un vino para una ocasión especial. Como una comida donde una palometa a la parrilla sea la protagonista del menú.

En lo personal, encuentro que este es un chardonnay fuera de serie. Proveniente también de la zona de Traiguén —valle de Malleco—, posee un aroma complejo y desafiante, ya que va por el lado floral y frutal pero también posee algún toques cítricos. En boca es elegante, seco y con un dejo ácido realmente exquisito. Con unos choros al vapor, de esos que se pueden encontrar en algunas caletas de la Región de la Araucanía, se disfruta por partida doble.

Proveniente de la zona de Paredones, en la costa de la Región de O’Higgins, este chardonnay huele a frutas tropicales, pero en boca contrasta con un sabor más bien suave. Aunque siempre en clave frutal, tiene una muy leve acidez y algo de untuosidad. Un vino muy fresco, que sirve para el aperitivo pero también para acompañar unos locos con mayonesa.

Este es un chardonnay muy fácil de beber, ya que posee un aroma frutal no tan pronunciado y un sabor más bien suave en cuanto a acidez y mineralidad. Por todo lo anterior, va muy bien para beberse solo en un largo aperitivo, y se lleva muy bien con quesos, canapés de pavo e incluso pastas ligeras.

Otro vino muy frutal en nariz y boca, que está casi-casi para ser definido de frentón como algo dulce. Pero no: se mantiene equilibrado, muy fresco y sabroso. Con congrio frito y ensalada de papas mayo se gozaría aún más.

Aquí nos encontramos con uno de los chardonnay con la mejor relación precio-calidad del mercado. Con un aroma que recuerda a frutas como la piña, incluso algo de miel, en boca es de una alta acidez pero fresco al mismo tiempo. Un vino que se lleva muy bien con unas machas a la parmesana.

Proveniente del Valle de San Antonio, este vino va firme por el lado cítrico en su aroma, mientras que en boca tiene una buena dosis de acidez y algo de mineralidad. Es fresco y muy agradable; andaría bien con un pad thai picantito.

Un chardonnay bien ligero, con aroma a frutas como pera y melón. Muy baja acidez y fácil de beber. Además, con un precio más que atractivo, sobre todo cuando se requiere comprar varias botellas. Con una ensalada César seguro que va muy bien.

En este vino del valle de Limarí todo es bueno. Un agradable aroma por la línea de damascos y duraznos, una acidez alta y una frescura en boca casi untuosa, lo que ayuda a percibir su concentración. Además, tiene un buen precio. Con un ceviche mixto va de maravilla.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 29 de noviembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.