Quizás has escuchado sobre algún amigo o cercano que descubrió que se había contagiado de coronavirus porque de un minuto a otro dejó de oler. Y en algunos casos es una situación bastante drástica, no tienen capacidad de distinguir ningún tipo de aroma, ni el de su perfume clásico, ni el del café de la mañana, nada de nada. Otros, sin embargo, pierden en un menor grado la capacidad de sentir aromas. Ambos casos pueden ser causados por el virus del covid-19.
La nariz congestionada por un resfriado es causa frecuente de la pérdida de olfato parcial y temporal. Un bloqueo en los conductos nasales, causado por un pólipo o una fractura nasal, también es una causa común. No obstante, pasa un tiempo corto, y volvemos a recuperar con normalidad nuestro sentido.
“Hay muchos estudios que han surgido a raíz de la pandemia que aseguran que la alteración del olfato podría ser un marcador precoz y de sospecha de infección por covid” asegura Francisca Fernández, otorrinolaringóloga de la Clínica Alemana. Y si bien, esta puede ser una consecuencia muy desagradable -la pérdida de este sentido- dice la especialista, podría relacionarse también a una evolución un poco más “favorable” dentro de la enfermedad, es decir, los pacientes con pérdida de olfato suelen tener menor tasa de hospitalización y menos riesgos de complicaciones, proponen algunos estudios que comenta Francisca. En ese sentido, tiene un lado positivo.
Covid 19- y pérdida del olfato
Dejar de oler tiene su nombre técnico. Anosmia se llama la pérdida total del olfato, e hiposmia, la pérdida parcial del mismo sentido, y ambos casos se han presentado en algunos pacientes como síntoma de covid-19, y no en pocos. Según comenta la doctora Francisca Fernández, a pesar de que varios pacientes pierden por completo el olfato, la hiposmia se ha visto con mayor frecuencia en aquellos que han dado positivo al examen de covid-19.
Si bien no no hay claridad absoluta en las cifras, hay estudios que indican que aproximadamente el 80% de pacientes covid positivo pierde -en algún grado- el sentido del olfato, indica el doctor Rodolfo Nazar, otorrinolaringólogo de la Clínica Indisa. Los casos que han llegado a la consulta de este doctor coinciden con los de la doctora Fernández, puesto que también, antes de las manifestaciones respiratorias más serias provocadas por el virus SARS-CoV-2, la pérdida del sentido del olfato es la primera “pista” que han tenido sus pacientes.
Lo bueno, dice el doctor, es que cuando comenzó la pandemia, la terapia de rehabilitación del olfato no se tenía tan en cuenta como ahora, no era una opción tan conocida. De hecho, según las cifras que se manejan, si al principio mejoraba un 20% de los pacientes, hoy con esta terapia, se están recuperando entre un 50% y un 70% de los pacientes.
A diferencia de lo que uno puede pensar, el daño que se produce en estos casos poco tiene que ver con fosas nasales taponeadas, mas bien se relaciona directamente con nuestro cerebro, con las neuronas del bulbo olfatorio, que se encuentra en la parte inferior del encéfalo, explica esta especialista de la Clínica Alemana. No es una pérdida de olfato secundaria a una congestión nasal o una rinorrea, dice, por eso los tratamientos disponibles no tienen relación alguna con uno como el de la sinusitis crónica por ejemplo, sino es un tratamiento conocido como reeducación del olfato, que trabaja de forma directa con las neuronas.
El origen de la terapia de reeducación del olfato
El doctor Nazar nos cuenta que la reeducación del olfato no es una terapia nueva. Lo cierto es que estaba un tanto olvidada y la pandemia la trajo nuevamente a la luz, pero el primer autor en demostrar la eficacia y utilidad del entrenamiento olfatorio fue un profesor alemán de la Universidad de Desde, otorrinolaringólogo también, llamado Thomas Hummel, el año 2009. Y de lo que él propuso, el entrenamiento no ha cambiado mucho.
Por aquel tiempo este profesor inicio una investigación para ver si oler intensivamente a diario diferentes aromas tenía un efecto positivo en el sentido del olfato. Para eso, estudió durante 12 semanas las reacciones de un grupo de personas con anosmia (perdida total del olfato).
Las razones por las cuales los protagonistas del estudio padecían de pérdida del olfato eran variadas: lesiones en la cabeza, infecciones graves del tracto respiratorio superior u otras razones inexplicables. Un grupo tuvo que oler diariamente cuatro aromas diferentes (rosa, eucalipto, limón y clavo) por la mañana y por la noche durante un período de 12 semanas.
Otro grupo en tanto, también con anosmia, no se sometía a tratamiento de olores. Tanto al inicio como al final del estudio, se evaluó la capacidad de distinguir olores en ambos grupos, mediante la utilización de unos rotuladores de fragancia, similares a los que te entregan para probar los perfumes.
Resultado: Un gran porcentaje del grupo de personas que había seguido el entrenamiento sobre olores tenía una mejor puntuación en las pruebas al final del estudio, en comparación con el grupo que no había seguido el entrenamiento. El 30% de ellos experimentaron un aumento de su función olfativa en comparación con los que no realizaron la terapia.
¿En qué consiste hoy la terapia de reeducación?
En oler. En leer y en oler, algo tan básico como eso, porque esa es la forma que tenemos de reentrenar las neuronas olfatorias, estimulándolas diariamente, evocando el recuerdo que nos provocaba el aroma, dice el doctor Nazar.
Estas son las simples instrucciones que debemos seguir en casa, explica el especialista:
1- Debes oler cuatro aromas esenciales diferentes, suelen ser rosa, eucalipto, limón y clavo (las que propuso el profesor alemán); sin embargo, el doctor Nazar, nos indica que él también entrega otras posibilidades a sus pacientes. Lo importante es elegir un aroma floral, otro conífero, otro frutal y otro de una especia.
2- Estos cuatro aromas debes olerlos dos veces al día, mañana y noche, durante 30 minutos, por un período mínimo de 12 semanas, incluso puede alargarse por 6 meses o más, dependiendo del caso. (Los 4 aromas durante esos 30 min).
3- Cada frasco debe ir con una etiqueta con el nombre del aroma. Guardar en el refrigerador bien sellados.
4- Cada vez que vayas a olerlos debes leer detenidamente la etiqueta del nombre del aroma y luego proceder a sentir. Hacerlo varias veces. Descansa antes de pasar a otro aroma, puedes tomarte incluso 5 minutos entre cada uno, deja que tu cerebro los distinga. No olvides leer la etiqueta cada vez que pasas a otro frasco.
Si al principio no hueles nada, no te desanimes, es probable que te ocurra. Todos somos diferentes y estudios demuestran que, hay personas que han probado este método y han experimentado diferentes grados de éxito, pero vale la pena intentarlo.
Cuándo debo comenzar el tratamiento
Ya sea pérdida de olfato total o parcial, la doctora Fernández explica que en pacientes que sufren de este síntoma por coronavirus, esto suele ser agudo, es decir, de un día para otro. Por lo tanto, puedes cuestionarte si esto fue lo que justamente te pasó y consultar inmediatamente a un especialista. Cuanto antes, mejor, ahí está la clave del éxito.
Preguntas esenciales:
1- ¿Sientes que has perdido la capacidad olfatoria?
2- Si la respuesta es afirmativa, pedir hora a un otorrinolaringólogo
3- Con el doctor, deben descartar otros síntomas u otras causas que puedan causar pérdida de olfato.
4- Realizar examen PCR y si sale positivo partir de inmediato con la terapia
5- ¿Cuánto tiempo? Hasta recuperar la capacidad olfativa, puede ser entre 3 y 6 meses. A principio es complejo definir cuándo comienzo a recuperar bien el sentido. Según el doctor Nazar, al volver a sentir nuevamente los primeros aromas, puede darse otro trastorno olfativo que se llama disosmia, que es no sentir la sensación real del aroma, por lo que hay que ser persistente con la terapia, hasta poder sentir los olores correctamente.
¿Dónde puedo encontrar estos aromas?
Acá te damos algunas opciones.
Aceite esencial de lavanda 5 ml
Aceite esencial de Rosa
Aceite esencial de limón Universo Garden Angels
Aceite esencial de naranja
Aceite esencial de eucalipto 5 ml
Aceite esencial de pino silvestre
Aceite de clavo de olor
Aceite esencial de canela