¿Cómo ser un zen al estilo del gran Lebowski?
A más de veinte años de su estreno, El gran Lebowski no solo ha trascendido por su humor negro y situaciones hilarantes. También porque a partir de esta película Jeff Bridges, el actor que interpretó al Dude, se ha dedicado a enseñarle al mundo a evitar la ansiedad y buscar un estilo de vida zen.
Fue en 1998. Aquel año se estrenó El gran Lebowski, la cinta de los hermanos Coen sobre la vida de un entrañable (ex)hippie desempleado —el Dude—, el cual termina metido en una serie de extrañas situaciones en Los Ángeles, California.
Y todo a partir de que alguien entra a su casa y orina su alfombra.
Hoy, a más de dos décadas de su estreno, queda claro que El gran Lebowski es más que una película de culto; a estas alturas, de hecho, ya es un culto entero. Ahí están las pruebas: el Lebowski Festival, que se realiza desde el 2002, va de ciudad en ciudad dentro de Estados Unidos (también tiene una versión en Inglaterra), reúne a cientos de fanáticos que se disfrazan, juegan bowling y cantan las canciones de la banda sonora, como "Hotel California" por los Gipsy Kings, o ese himno hedonístico de Bob Dylan: "The man in me".
Y los libros. Todos esos libros. Desde estudios culturales, guías de bowling y hasta libros filosóficos, religiosos y muchos sobre el Dudeismo, esa religión creada a partir del filme de los Coen.
Sin embargo, existe otra corriente que ha surgido a partir del El gran Lebowski.
El budismo estilo Lebowski.
Sí, el budismo.
Esto porque muchos y muchas ven al Dude como alguien que aguanta mucho (empezando, claro, que alguien le orine su alfombra preferida), y que aun así se toma todo con calma.
De eso y más han conversado por mucho tiempo el actor Jeff Bridges y Bernie Glassman, uno de los primeros en traer enseñanzas budistas a tierras estadounidenses. Ambos son autores de The Dude and the Zen Master (2013), libro de conversaciones en que dan sus razones para entender al Dude como el ser más relajado sobre la faz de esta tierra.
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The Dude and the Zen master.[/caption]
1- El Dude no busca
"Creo que el Dude es un ejemplo de alguien que no siente que necesita conseguir algo", le dice Bridges a Glassman en el libro The Dude and the Zen Master. "Ahí está en su bañera, tomando un ruso blanco, con la música de ballenas de fondo. Está relajado, se toma la vida como viene". Uno de los aspectos que hace de esta película un acto tan relajante (como divertido) es que el Dude va por la vida como si viviera fuera de esta. Porque el gran Lebowski no busca nada. Hace tiempo que llegó al lugar donde quería llegar. "La gente habla de ser un buscador, de encontrar el significado de la felicidad, etc.", asegura Bridges. "Pero yo pienso en mí como un descubridor porque en vez de buscar constantemente, descubro y aprovecho lo máximo de todas esas cosas que están alrededor mío".
2- El Dude no está
Es una de las tantas frases famosas: "The Dude is not". O en español: "El Dude no está". Proviene del contestador automático del personaje en la película y junto con otras más se ha convertido, con los años, en uno de los tantos haikus pop que los fans repiten incansablemente. No solo eso. Según Glassman, es uno de los momentos más buda de Lebowski. "En la práctica zen, cuando se lleva a la gente al estado de no saber nada, de dejarse llevar por la nada, usamos frases como 'Tienes que matarte', o 'Libera tu mente de todo'", le explica Glassman a Jeff Bridges. "A lo que realmente nos referimos es que hay que llegar a un estado tipo 'El Dude no está'". Y el actor que interpretó al personaje le responde con lo siguiente. "De hecho, todo esto", dice Bridges sobre la vida, "no es más que espacio para bailar. No hay necesidad de sentirse limitado, de ninguna manera. Cuando el Dude dice que no está es cuando justamente la vida florece".
3- El Dude tolera
Y la otra frase famosa, por supuesto, es "The Dude abides", algo así como "El Dude tolera", o "El Dude resiste", o "El Dude aguanta". Según Bridges y Glassman, esta es clave para entender al Dude como un ser zen. "Una de las primeras enseñanzas del Buda es que vivir es sufrir", comenta Glassman, "pero no se refería sólo a aspectos dolorosos, traumáticos, sino también algo más básico que eso". No importa cuán buenos o felices seamos, dicen Glassman y Bridges, algunas cosas surgen de un día para otro y nos dejan descontentos o enojados. "Por eso la película empieza con sufrimiento para el Dude ya que alguien le orina su alfombra preferida". Y de ahí la importancia de saber tolerar, o aguantar, frente a lo que la vida traiga. "Aunque no es tarea fácil", advierte Glassman. "Especialmente en una cultura impulsada por el éxito, orientada a la gratificación instantánea e impaciente, como la nuestra. Pero, tal como dice el Dude, es mejor intentar tolerar".
4- El Dude cambia
De esta manera lo resume el personaje que aparece al final; aquel bigotudo llamado simplemente El Extranjero y el cual narra la historia del Dude: "A veces uno se come al oso y otras veces el oso te come a ti". Es un mensaje tan simple que parece un mero chiste. Pero algo esconde por debajo de su obviedad: que las personas que más se estresan son las que no aceptan que la vida no sea concreta. No como el Dude, quien sabe que la vida es líquida y cambiante. "Las personas se atascan porque tienen miedo de actuar frente a un cambio de planes", dice Glassman. "Se apegan tanto a un resultado final que se paralizan".
5- El Dude es fiel a sí mismo
Su alfombra, su ruso blanco, sus chalas plásticas y sus dos inseparables amigos. Sí, el Dude cambia, pero no cambia totalmente. Porque el Dude cambia dentro de un marco. O en otras palabras: Lebowski jamás pierde su esencia. "De hecho, toda la película trata sobre este tipo suelto y relajado que se enfada con la vida", asegura Glassman. "Pero no está avergonzado por eso, no está tratando de estar a la altura de alguna persona, siempre es el Dude. Uno de los problemas de nuestros tiempos, dicen Bridges y Glassman, es la obsesión por la perfección. Por los resultados. Por ese tóxico invento llamado tecnocracia. Y de ahí que adviertan que vivir "no se trata de la perfección", sino que "de la autenticidad". De ahí que el Dude sea tan zen: este es auténtico a sí mismo y a la vez se abre a lo que la vida le ponga adelante. Es, claro, como si fuera un ser hecho de agua. "El Dude aguanta. Y no sé ustedes, pero a mí eso me consuela", dice El Extranjero, aquel personaje que aparece al final de la cinta. "Es bueno saber que anda por ahí. Ah, ese Dude, siempre tan relajado. Pero se relaja en nombre de todos nosotros, pecadores".
Sobre el autor:
Periodista y escritor. Ha publicado la novela La soga de los muertos, la investigación Piedra Roja: el mito del Woodstock chileno y los relatos La experiencia formativa y La experiencia deformativa.
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