El dolor de espalda puede afectar a 7 de cada 10 personas. Esto quiere decir que la mayoría de las personas van a experimentar dolor de espalda baja en algún momento de su vida. El dolor de espalda puede surgir entre otras cosas, debido a:

• Un accidente
• Una caída
• Por levantar un objeto pesado
• Por cambios que ocurren en la columna a medida que envejece
• Un trastorno o una afección de salud.

Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar dolor de espalda baja tales como:

• Características del individuo como edad avanzada.
• Mala salud en general. Hábitos como fumar aumentan las probabilidades.
• Estrés físico en la columna
• Estrés psicológico o depresión.

El llamado dolor mixto, que afecta a 6 de cada 10 personas que presentan algún tipo de dolor corporal, afecta al músculo y el sistema nervioso al mismo tiempo y en el mismo lugar, y además del dolor, puede estar acompañado de síntomas como ardor, hormigueo, punzadas y entumecimiento, así como trastornos del sueño, ansiedad, depresión, quemazón, sensación de frío, descargas eléctricas y sensación de pinchazos.

El dolor de espalda baja puede presentarse hasta en 5 de cada 10 personas con dolor mixto.

Debido a que el dolor mixto combina dos tipos de dolor, el tratamiento debe ser combinado para aliviar el dolor y la inflamación. Esto podría lograrse con una combinación de diclofenaco, que ayuda a reducir el dolor y la inflamación, y vitaminas B1, B6 y B12, que actúan sobre el sistema nervioso[1]; esta combinación actúa sobre el origen del problema y provee un alivio aún en el caso del dolor mixto.

Sobrepeso: Mantente en un peso óptimo, pues el sobrepeso agrega presión en la columna vertebral.

Levantamiento de objetos: Al levantar objetos evita doblar la cintura y auxiliarte de los músculos de las piernas.

Postura: Al sentarte por mucho tiempo apóyate en el respaldo y haz estiramientos de pie cada hora.

Los efectos del dolor de espalda en la sociedad son significativos, tanto desde el punto de vista epidemiológico como económico, y es probable que aumente aún más debido a una combinación de actitudes y expectativas cambiantes, técnicas de manejo médico y provisión social.

Por ello, es recomendable abordar el dolor lumbar como una enfermedad compleja en la que es obligatorio determinar un diagnóstico preciso de los generadores de dolor antes de iniciar cualquier tratamiento. Consultar al médico siempre será la primera y mejor recomendación para tratar cualquier tipo de dolor.

[1]