Según la División de Población de las Naciones Unidas, la esperanza de vida mundial al nacer aumentó de 46,5 a 71,7 años en las últimas siete décadas, proyectando llegar a 77,3 años en el 2050. Sin embargo, la brecha mundial de esperanza de vida se está cerrando con Asia, América Latina y el Caribe y, haciendo un rápido progreso para ponerse al día con Europa y América del Norte.

Entre los años 1950 y 2000, la esperanza de vida en Asia aumentó en más de 25 años, reduciendo la brecha con América del Norte y Europa de más de 20 años a menos de 10 años. Para 2050, Asia podría tener una expectativa de vida de casi 80 años. Esto quiere decir que hoy vivimos al menos 20 años más que nuestros abuelos y esto se debe en gran medida a los avances de la ciencia y la tecnología.

Algunos de los avances más relevantes son: las vacunas y antibióticos que han permitido erradicar enfermedades infecciosas; la atención médica que incluye tecnología como factor clave en la Precisión diagnóstica y tratamientos como la quimioterapia y cirugías de trasplante; la investigación genómica y la medicina Personalizada que han permitido un mayor conocimiento de las enfermedades y la capacidad de tratarlas más efectivamente; implementación de programas de salud pública, como la Promoción de estilos de vida saludables y, la Prevención y vigilancia de enfermedades; aplicación de tecnología en salud que ha permitido una mejor recopilación y análisis de datos de salud, ayudando a una mejor comprensión de las enfermedades y aproximación para la Prevención y el tratamiento.

Todo esto, nos ha traído grandes hitos de evolución como son: la llegada de la Medicina Basada en la Evidencia, cuyo enfoque para la atención médica destaca el uso de la mejor evidencia científica disponible al momento de tomar decisiones sobre el cuidado del paciente; y la aparición del Modelo Basado en el Valor que busca mejorar la salud de los pacientes y reducir los costos de la atención sanitaria al priorizar los tratamientos que ofrecen los mejores resultados.

Estos acontecimientos junto a los avances científicos han dado paso a la configuración del modelo 4P (Precisión, Personalización, Prevención y Promoción), que en los últimos años ha evolucionado a ser un modelo 6P como respuesta a un progreso natural dado por los cambios de la sociedad.

En este contexto de constante cambio del ecosistema de salud, hemos transicionado desde el modelo convencional hasta contar el día de hoy con un modelo que pone al paciente en el centro. En el modelo convencional, la aproximación al paciente es más bien paternalista, donde el médico define y el paciente acepta de forma pasiva las indicaciones, muy centrado en el hospital, con contactos episódicos y, donde la información se genera y gestiona por los clínicos a partir de los puntos de contacto, es decir, un modelo que pareciera estar más enfocado en la enfermedad que en la salud; y hoy el nuevo modelo “Pacient Centric”, promueve las relaciones colaborativas profesional-paciente y la toma de decisiones compartidas considerando sus preferencias, necesidades y valores, EMPODERANDO al individuo a ser activo y participativo en su proceso. Aquí las fuentes de información son múltiples no sólo desde los contactos, sino también desde las rutinas del paciente registrando toma de medicamentos, glicemia, peso, etc. Este modelo acerca la salud al hogar de las personas, llevando cuidados y funcionando de manera longitudinal e integrada, cuyo énfasis está puesto en la promoción, prevención, participación, proactividad, personalización y educación de la salud.

Aquí es que las nuevas P (Participación y Proactividad) comienzan a tomar protagonismo, fomentando la aparición de los Portales de Pacientes o Registros Personales de Salud, que surgen para cubrir la necesidad de médicos y pacientes de intercambiar información que se suele compartir a través de distintos tipos de canales como el whatsapp, correos, trípticos educativos de estilos de vida saludable, etc., y ese es hoy el desafío, ¿cómo todo ese intercambio de información se lleva a través de un sólo canal?, con el objetivo de entregar más y mejores servicios para hacer promoción y prevención de salud. Este componente de los sistemas de información en salud funciona como una plataforma que empodera a los pacientes, incentivándolos a participar en forma activa del cuidado de su salud.

Estos cambios paradigmáticos tienen grandes desafíos con importantes palancas en la tecnología, donde el foco en el paciente y en la promoción, prevención, predicción, personalización, proactividad y participación son facilitadas al desarrollarse en un contexto digital.