Una de las transformaciones más interesantes que van a ocurrir cuando se desplieguen las redes 5G en Chile será en el mundo de la telemedicina.

En el sector de la salud, la tecnología se ha configurado como uno de los pilares clave. De hecho, con la llegada de 5G se espera un crecimiento exponencial en la experiencia de los pacientes.

Esta tecnología, que abrirá nuevos campos de investigación y creación de tecnología, permitirá tratar pacientes desde cualquier lugar, haciendo posible la transmisión en tiempo real de mediciones.

Al disminuir la latencia, es decir la rapidez con la que el internet opera, no solo se trata de tener visitas médicas a distancia, sino que impactará el desarrollo del Internet de las Cosas Médicas (IoMT), además de impulsar la integración de innovaciones como inteligencia artificial, monitoreo a distancia, análisis predictivo e implementación de realidad virtual y aumentada, entre otros.

Así permitirá, por ejemplo, realizar cirugías de alta complejidad en localidades apartadas.

En el corto plazo, y dado el contexto sanitario, hay una mayor presión en el sector por digitalizarse y comenzar a operar remotamente. Prueba de ello es que en países como China o Estados Unidos las consultas a distancia se han multiplicado por diez.

A nivel local, el sector público y privado también están siguiendo este patrón. Como siguiente paso está la monitorización de enfermedades crónicas de manera remota o el tracking de insumos médicos. De la mano de “wearables” (tecnología corporal) y la medición constante de signos vitales, se potenciará el desarrollo de medicina preventiva a distancia.

Según datos de Global Market Insights, se proyecta que el mercado global de la telemedicina, actualmente avaluado en US$38,3 billones, crecerá a los US$175 billones para 2026, potenciado por el desarrollo de las redes de telecomunicación, oportunidades en zonas aisladas y la evolución del coronavirus.

Francisco Guzmán, director de Claro empresas, analiza que el sector de la salud en los últimos dos años “ha experimentado una presión pocas veces vista en la historia y la tecnología se ha configurado como un aliado clave para hacer frente a escenarios complejos. En ese sentido, tal como hemos sido testigos de los alcances de la telemedicina, hay tendencias que veremos que toman mayor fuerza en los años venideros como el IoMT”.

Guzmán ejemplifica que, en el caso de las unidades críticas de los hospitales, estas se verán beneficiadas con recursos como los ventiladores mecánicos, que ya cuentan con sistemas basados en inteligencia artificial para recopilar y analizar la data de cada paciente y tomar decisiones más personalizadas, que podrían reducir hasta en un 30% la dependencia del paciente del ventilador. “Una solución como ésta –llamada VentSupport– ya se ha implementado con éxito en Argentina y México y estamos dando los primeros pasos para que Chile también pueda contar con ella”, explica.

Con la introducción de la Inteligencia Artificial, no solo podría haber diagnósticos más exactos, sino que los costos administrativos podrían disminuir. En el sector farmacológico, la bioingeniería de la mano con la IA podría potenciar el desarrollo de medicamentos customizados, disminuyendo los efectos secundarios de los tratamientos. En términos de infraestructura, con la implementación de 5G será más sencilla la labor de masificar la atención a distancia con las videoconferencias, por ejemplo.

Con los millones de dispositivos conectados, la nueva generación soportará la conexión de millones de dispositivos, servicios en cloud, sensores y maquinaria con datos que debe analizarse y utilizarse para diagnósticos tempranos, optimización de logística en los hospitales, además de mejorar la atención a pacientes.

Con velocidades de transferencia más elevadas, el pedir segundas opiniones será más eficaz, ya que 5G hará posible, por ejemplo, mandar análisis imagenológicos al otro lado del mundo en microsegundos.