A los 80 años falleció este jueves Ricardo Ariztía de Castro, expresidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).

El dirigente gremial lideró entre el 2001 y el 2003 el gremio de los grandes empresarios, y estuvo al mando de la asociación agrícola en tres períodos no consecutivos. Primero, fue director del gremio entre 1993 y 1997, para luego presidir la instancia entre 1997 y 2000. Posteriormente, regresó como presidente por dos períodos, entre 2017 y 2021.

También fundó y ejerció como presidente de la Federación de Productores de Frutas (Fedefruta) desde 1989 hasta 1997.

Ariztía además fue director del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) entre los años 2010 y 2013, bajo el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Cuando lideró la CPC, y ante más de 1.500 empresarios, en la Enade de 2001 pronunció una recordada frase dirigida al entonces presidente Ricardo Lagos: “Señor Presidente, por favor, déjenos trabajar tranquilos”.

El episodio significó que su entrada a La Moneda estuviera vetada durante cerca de dos meses.

Entre 1973 y 1975 fue alcalde de la Municipalidad de Alhué por el extinto Partido Nacional.

Ariztía era ingeniero agrónomo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y egresó del Colegio Verbo Divino.

En 1979, Ariztía fundó la empresa AgroRiego, compañía ubicada en Talagante, que ofrece asesorías en tecnología de riego y es actualmente una de las tres firmas más importantes en su rubro. La firma es parte desde 2017 de Empresas Tattersall, que se quedó entonces con el 75% de la propiedad.

En AgroRiego se dedicó a buscar nuevas tecnologías para el riego en Chile, consiguiendo varios hitos: en 1987 importó el primer pivote -equipo propulsado eléctricamente que suministra agua y fertilizantes en forma de lluvia a los cultivos- que se instaló en el país. Actualmente, dichas maquinarias se venden por centenas al año.

Sin embargo, sus inicios fueron en la Hacienda Loncha, en Alhué, junto a su padre en 1967. Junto a sus 11 hermanos crearon la sociedad familiar Longovilo S.A., cuyo principal activo era un campo de 6.500 hectáreas, ubicado en Melipilla, conocido como Fundo Longovilo. Dicho fundo fue vendido en 2011, mientras era director de Indap a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Sin embargo, Ariztía trascendió los límites de su profesión y llegó a tener una maestranza con 130 personas con hornos de fierro y aluminio donde fabricaban filtros de arena, válvulas, retenciones y variadas piezas para los equipos de riego y también para los campos.

Antonio Walker, exministro de Agricultura y actual presidente de la SNA aseguró que “se va a un grande, un hombre que fue dos veces presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, presidente de la CPC, presidente de la Radio Agricultura, y también hace un gesto muy lindo en Piñera 1, dedicarle cuatro años de su vida a la pequeña agricultura, a la agricultura familiar campesina, habiendo sido un gran agricultor”.

“A mí, como ministro en el segundo gobierno del presidente Piñera, me tocó prácticamente recorrer todo Chile, y en todos los lugares que estuve había estado Ricardo”, agregando que “cuesta encontrar empresarios de su tamaño que le dediquen tanto tiempo al servicio público”.

Walker reveló además que pudo despedirse en vida de Ariztía, en una reunión privada realizada poco antes de Navidad, luego que el exdirigente gremial fuese diagnosticado con un cáncer terminal.

“Tuve la suerte hace unas cuatro semanas de despedirnos, tener una conversación a puertas cerradas muy linda, donde pude agradecerle todo lo que había hecho por nosotros y por la agricultura, y decirle también que nos dejaba un tremendo ejemplo y que era un referente para todos nosotros”, señaló.

En dicha reunión también participó Juan Pablo Matte, secretario general de la SNA, quien comentó: “Fue una experiencia impresionante. Nunca había vivido algo así. Esto habla mucho de su carácter, de su fortaleza como persona. Tuvo la valentía de enfrentarse a su diagnóstico terminal con total honestidad. Nos dijo: ‘Esto es terminal, se acabó, no hay nada que hacer, me voy a morir, y quiero conversar con ustedes’. Las cosas que hablamos en ese momento fueron realmente impactantes. Esa valentía, esa serenidad para enfrentar momentos tan difíciles, es algo que nunca olvidaré. Tenía una tranquilidad total, una confianza absoluta en lo que había hecho en su vida: su familia, su trabajo, sus relaciones”, indicó.

Matte agregó que “hemos perdido a un grande. Una persona que siempre pensó en Chile, no solo desde su rol como agricultor, sino también asumiendo responsabilidades que trascendían el campo”, y subrayó “su claridad, profesionalismo y rigor”.

Matte también recordó el paso de Ariztía por Indap, donde “trabajó con los agricultores más pequeños y necesitados. Pese a ser un agricultor en las grandes ligas, exportando con alta tecnología, dedicó cuatro años a hacer un trabajo extraordinario”.

“Cuando volvió al mundo gremial, recuerdo que estuvimos en la Araucanía, y los loncos del pueblo mapuche lo abrazaban con un cariño y agradecimiento enormes por su trabajo previo en Indap”, sostiene Matte.

En tanto, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Alfredo Echavarría, expresó el pesar a nombre de su asociación, enviando condolencias “sus familiares y seres queridos, así como a tantas personas que lo conocieron y que, como nosotros, valoraron sus cualidades humanas, profesionales, empresariales y de dirigente gremial”. Además, destacó su “manifiesta vocación de servicio” en los distintos roles que ejerció, afirmando que “representó con convicción y altura de miras los principios y valores que hacen posible el desarrollo de la empresa privada”.