Vuelven los vuelos semanales entre Caracas y Santiago. La venezolana Aerolíneas Estelar reabrirá la ruta entre las capitales de Chile y Venezuela una vez por semana, inicialmente desde el 11 de marzo próximo.

La firma ya está vendiendo pasajes en su página web para un vuelo que tendrá escala técnica en Lima para reabastecimiento de combustible y que podrá transportar unas 150 personas -solo en clase económica- en aviones Boeing 737-300. Hasta el momento, el tramo hacia y desde la capital peruana no considera venta de pasajes.

Según informaciones de la línea aérea, la salida desde Caracas está programada para los sábados mientras que desde la capital chilena, el viaje saldrá los domingos, tardando alrededor de ocho horas.

En su web ya se pueden ver los avisos sobre los protocolos Covid que se deben cumplir para llegar al país.

Estelar estuvo presente en el mercado chileno entre 2018 y mediados de 2020, cuando el régimen de Nicolás Maduro le quitó los permisos para seguir operando, en medio del restrictivo escenario económico venezolano. En el país, la firma fue socia de la extinta aerolínea LAW en operaciones de pasajeros hacia y desde Caracas y también colaboró con Latam en algunas oportunidades. En 2017 la DGAC le otorgó el permiso para usar los cielos nacionales.

La firma es controlada por el español-venezolano Boris Serrano y un grupo de inversionistas venezolanos. La firma abrió recientemente operaciones entre Venezuela y Colombia y también vuela semanalmente a Panamá. En Perú recibió autorización para volar desde Lima a prácticamente todo el globo.

A fines de diciembre pasado, en la radio Caracol de Colombia, Serrano sostuvo que la aerolínea recibió la autorización de parte de las autoridades de transporte de Colombia y Venezuela con motivo de la reanudación de relaciones entre ambos países y adelantó que la compañía se está preparando para aterrizar también en destinos turísticos venezolanos como la Isla Margarita y Canaima.

La diáspora venezolana, con una cifra de desplazados que no para de crecer y ya supera los 7 millones, abrió un enorme mercado para la aerolínea, que además ofrece combinar sus vuelos desde Chile hacia localidades del interior de Venezuela como Barinas, Maracaibo, Puerto Ordaz y Santo Domingo del Táchira, ente otros.

Estelar nació como una chartera que fue creciendo poco a poco en los mercados de Venezuela y países vecinos. En 2019 comenzó a volar a Madrid con escala en Buenos Aires, arrendando un Airbus a la portuguesa HiFly. Según datos de Aviacionline, la firma posee cuatro aviones.

Hoy es la chartera que mueve a los turistas rusos en Venezuela.

El pasado 23 de enero, el ministro de Transporte de Venezuela, Ramón Velásquez anunció que Conviasa, la aerolínea estatal de ese país, reactivará sus vuelos a América del Sur, especialmente a Chile, Perú, Argentina y Ecuador, consideradas las mejores rutas desde y hacia Caracas.

Conviasa volaba a casi toda la región, pero los problemas financieros además de las sanciones contra el régimen de Maduro la dejaron en tierra. En 2022, según un reciente reporte de la Junta de Aeronáutica Civil, JAV, Conviasa transportó 1.224 pasajeros entre Santiago y Caracas. Pero probablemente fueron vuelos sin frecuencia y con una razón específica: repatriación. Todos los 1.224 pasajeros viajaron en un solo sentido: desde Santiago a Caracas.

El año pasado, Conviasa protagonizó un serio incidente cuando diez tripulantes de origen iraní ingresaron a Chile en sus vuelos desde marzo hasta junio. Una comisión investigadora de la Cámara de Diputados comenzó a indagar esos viajes, sobre todo porque se trataba de un avión que había sido propiedad de la aerolínea iraní Mahan Air, sancionada por la Unión Europea y Estados Unidos. En su tripulación había iraníes y venezolanos.

En Argentina, la tripulación de la nave fue detenida y recién en octubre terminaron de ser liberados, luego de que el juez federal Federico Villena, que investigaba el caso no pudiera encontrar evidencia suficiente para procesar a los tripulantes del avión por el delito de financiamiento de actividades terroristas.

Todo partió cuando el avión pidió permiso para entrar a Uruguay y sus autoridades se lo negaron, debido a las sanciones, por lo que la nave debió devolverse a Buenos Aires. En ese vuelo iban personas que han sido vinculadas a organizaciones terroristas.