Aeropuertos de todo el mundo luchan contra las largas colas y la cancelación de vuelos
El aeropuerto de Sídney está ayudando a contratar a miles de personas para cubrir puestos de trabajo en Qantas y McDonald's, mientras el sector de la aviación lucha contra el aumento de la demanda y la escasez de mano de obra“. El sector había creado una expectativa de aumento gradual y mucho más lento de la demanda de lo que realmente está ocurriendo”, declaró József Váradi, director ejecutivo de Wizz Air, una de las mayores aerolíneas de descuento de Europa.
Los retrasos, las cancelaciones, las largas colas y las pérdidas de equipaje afectan a los viajes aéreos en todo el mundo, ya que las compañías aéreas y los aeropuertos tienen que hacer frente al aumento de la demanda en verano y a la escasez de personal.
El aeropuerto londinense de Gatwick ha pedido a las compañías aéreas que reduzcan sus vuelos de llegada, mientras lucha contra la escasez de personal y la cancelación de vuelos. Durante un fin de semana de cuatro días para celebrar el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II a principios de este mes, las filas de pasajeros que esperaban para facturar se extendían fuera del terminal. El aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, está limitando el número de pasajeros que pueden entrar, y pide a los viajeros que no se presenten más de cuatro horas antes de sus vuelos. También les advierte que lleven calzado cómodo para las horas de espera una vez dentro.
Los dos aeropuertos, que son la puerta de entrada a las vacaciones europeas de este verano, se enfrentan, como el resto del sector, a una escasez crónica de personal. Tanto ellos como otros aeropuertos han intentado volver a contratar personal después de haberlo despedido durante una crisis de viajes de dos años de duración debido a las restricciones del Covid-19. El aeropuerto de Sídney organizó la semana pasada una feria de empleo en la que se buscaban 5.000 nuevas contrataciones para trabajar en empresas aeroportuarias tan diversas como Qantas Airways Ltd. y McDonald’s Corp.
En el aeropuerto internacional Pearson de Toronto, el más concurrido de Canadá, la escasez de personal en seguridad y en aduanas e inmigración ha provocado retrasos y colas. Los responsables del aeropuerto se preparan para que las interrupciones se prolonguen hasta el otoño, ya que prevén que la demanda acumulada de viajes no cederá.
“Este otoño podría ser inusual”, dijo la directora Ejecutiva de la Autoridad Aeroportuaria del Gran Toronto, Deborah Flint. “Tenemos mercados que se están abriendo, así que puede que no veamos el habitual descenso del tráfico que suele producirse después del verano”, agregó.
El comienzo del verano puede ser un momento difícil para viajar hasta en los mejores años. Pero los retrasos, especialmente en Europa, son especialmente elevados en esta temporada estival. En lo que va del mes, el 25% de los vuelos programados en el continente, excluyendo Rusia, despegó con retraso, con una demora de 34 minutos en promedio, según FlightAware, una plataforma de seguimiento de vuelos. Eso, comparado con el 21% y una demora de 28 minutos en promedio, en junio de 2019. En Schiphol, Ámsterdam, el 36% de los vuelos se ha retrasado este mes, frente al 28% de 2019.
Las cancelaciones de vuelos han aumentado en junio, según los antecedentes recopilados por la consultora de datos de aviación Cirium. En Estados Unidos, cerca del 3% de los vuelos programados ha sido desechados en lo que va del mes, frente a una tasa del 2% en 2019, previo a la pandemia de Covid-19. El número total de cancelaciones aumentó un 16%, hasta los 13.581 vuelos, respecto al periodo anterior.
En Europa, excluyendo a Rusia, alrededor del 2% de todos los vuelos ha sido cancelado en lo que va de junio, en comparación con una tasa del 1% en el mismo periodo de 2019. El número de vuelos cancelados aumentó un 162%, hasta 8.228, en junio, en comparación con el mismo periodo de 2019. Los datos reflejan las cancelaciones dentro de las 72 horas de la hora de despegue programada, y no tienen en cuenta las reducciones de capacidad preestablecidas anunciadas en todas las compañías aéreas, comentó Cirium.
Además, una serie de problemas técnicos no relacionados se han sumado a las interrupciones en toda Europa. Suiza cerró temporalmente su espacio aéreo tras un fallo informático la semana pasada. Los vuelos al aeropuerto londinense de Luton, puerta de entrada a la Europa continental, se suspendieron por un corte de electricidad a principios de este mes. El aeropuerto de Praga operó con una capacidad reducida tras un fallo en su sistema de control de tráfico aéreo la semana pasada.
La demanda de viajes nacionales en EE.UU. ha aumentado durante meses, superando la capacidad en algunos lugares en momentos de gran afluencia, como el fin de semana del Día de los Caídos a principios de este año y el reciente fin de semana de tres días del Día de la Independencia. Más de 5.000 vuelos han sido cancelados en los últimos días por las compañías aéreas estadounidenses, que han culpado a la escasez de personal y al mal tiempo. La Administración Federal de Aviación dijo a primera hora del lunes que los problemas se estaban reduciendo a medida que mejoraba el tiempo y disminuía el volumen de tráfico.
Los estadounidenses también se están aventurando en el extranjero. Recientemente, EE.UU. levantó una de las últimas restricciones de la época de la pandemia para los viajes al extranjero, eliminando el requisito de que las personas dieran negativo en la prueba del Covid-19 antes de embarcar en los vuelos con destino a EE.UU. Las reservas para destinos europeos desde EE.UU. han vuelto casi a los niveles de 2019.
United Airlines Holdings Inc. aseguró haber registrado un aumento del 7,6% en las búsquedas de viajes desde Estados Unidos a destinos internacionales en los tres días posteriores del fin del requisito de las pruebas, en comparación con la semana anterior.
La industria mundial, por su parte, ha estado luchando por mantener el ritmo a medida que otros gobiernos han eliminado o minimizado las restricciones a los viajes de la era pandémica. La consiguiente demanda de vuelos, especialmente durante el verano, ha tomado por sorpresa a las aerolíneas y a los aeropuertos, reconocen los ejecutivos.
“El sector había creado una expectativa de aumento gradual y mucho más lento de la demanda de lo que realmente está ocurriendo”, declaró József Váradi, director ejecutivo de Wizz Air, una de las mayores aerolíneas de descuento de Europa.
Mundialmente, la industria también está luchando por cubrir puestos en el control del tráfico aéreo, la seguridad de los aeropuertos, la gestión de equipajes y la restauración, así como en la inscripción o el conocido check in. Los gobiernos han tratado de apuntalar o subvencionar a las aerolíneas durante la recesión, con programas de rescate o de recortes respaldados por el gobierno. Pero las medidas han sido un mosaico y no han ayudado a algunas aerolíneas y aeropuertos a retener suficiente personal para volver a satisfacer la demanda.
Los aeropuertos tienen que lidiar con las medidas de seguridad relacionadas con la contratación. El proceso de contratación puede durar unas 16 semanas, incluidas las correspondientes comprobaciones de antecedentes de seguridad que permiten a un trabajador entrar en determinadas partes de un aeropuerto.
“Conseguir personal en un aeropuerto no es como contratar para un restaurante o un supermercado”, aseguró Olivier Jankovec, director general del grupo de aeropuertos ACI Europe. Sostuvo que habría sido una imprudencia empezar a contratar antes, cuando una oleada de la variante ómicron hizo que volvieran las restricciones en muchos lugares. Aun así, explicó, “para contar con todos los recursos hoy en día, tendríamos que haber empezado una campaña de contratación hace unos seis meses”.
Con esto, las aerolíneas están tomando medidas inusuales para mitigar el impacto. La aerolínea europea de descuento easyJet ha eliminado una fila de asientos de 58 de sus aviones Airbus A319 más pequeños, para poder volar con menos miembros de la tripulación, sin sobrepasar la proporción obligatoria de tripulación por asiento. La australiana Qantas ha pedido al personal de las oficinas centrales que ayude en tierra en sus aeropuertos de Sídney, Melbourne y Brisbane. Están realizando tareas como repartir agua a los clientes o acompañar a los que llegan tarde a través del control de seguridad.
“Hay bloqueos en la cadena a lo largo de todo el sector’', señaló el director ejecutivo de Qantas, Alan Joyce. Describió la aviación comercial de estos momentos como “una industria oxidada, que intenta volver a fluir”.
Durante el fin de semana, en el terminal 2 del aeropuerto londinense de Heathrow se habían levantado barricadas frente a la entrada principal del aeropuerto en previsión de que se produjeran largas colas a lo largo del día. El sábado, los pasajeros se detuvieron para fotografiar cientos de maletas que habían sido escondidas en la explanada de la planta baja, fuera del terminal. Se quedaron allí toda la noche después de que un fallo en la gestión del equipaje las dejara tiradas.
“Era la primera vez que veía algo así”, afirmó Charlie Mischel, que dirige una pequeña empresa de telecomunicaciones con sede en Houston y que estaba de vacaciones en el Reino Unido. Una representante de Heathrow aseguró que el problema del equipaje, que comenzó el viernes, se había resuelto al día siguiente. “Estamos trabajando estrechamente con las aerolíneas para reunir a los pasajeros con su equipaje lo antes posible”, comentó.
Austin Carroll, por su parte, señaló que United le había enviado correos electrónicos aconsejándole que llegara al aeropuerto con al menos cuatro horas de antelación. Se trata de un estudiante estadounidense que estaba en Londres para hacer unas prácticas en una empresa financiera familiar. Decidió llegar cinco horas antes: “No quería correr el riesgo”, indicó.
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