Apurarse o demorarse en empezar a bajar la tasa de interés: los riesgos que alerta Rodrigo Vergara para el Banco Central
En el análisis mensual que realiza como investigador senior del CEP, el expresidente del Banco Central señaló que la economía chilena está “estancada”. Mencionó que la inflación en doce meses muestra una tendencia a la baja, sin embargo, dijo, “el IPC en Chile aún se encuentra en niveles elevados, muy por encima de la meta inflacionaria".
Uno de los aspectos fundamentales de la actual discusión macroeconómica está centrada en el momento en que el Banco Central empezará a recortar su Tasa de Política Monetaria (TPM), hoy situada en 11,25%. Si bien a comienzos de año se esperaba que fuera durante el segundo trimestre, ahora, dada la persistencia inflacionaria, las expectativas apuntan a que se produzca en el tercer trimestre, incluso más cercano a septiembre.
Ante este escenario, el expresidente del Banco Central e investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP), Rodrigo Vergara, abordó en su análisis mensual de Punto de Referencia el escenario que se le avecina al instituto emisor.
En ese sentido, alertó que la conducción de la política monetaria por parte del Banco Central de Chile enfrenta un importante desafío respecto a la elección del momento óptimo para iniciar su proceso de normalización. “Una acción tardía por parte del Banco Central se configura como un potencial riesgo para la economía, sobre todo considerando los efectos de mediano plazo que esto puede tener sobre la actividad”, dijo Vergara, mientras que, por el contrario, “una acción muy temprana, por otro lado, implicaría que la inflación permanezca elevada por más tiempo”, advirtió. Con todo, aseguró que “las expectativas del mercado apuntan a que la entidad comience prontamente el proceso de reducción de la Tasa de Política Monetaria, la cual alcanzaría niveles en torno al 8-9% a finales de 2023″.
Para Vergara, el crecimiento en doce meses del IPC muestra una tendencia a la baja, sin embargo, indicó, “la inflación en Chile aún se encuentra en niveles elevados, muy por encima de la meta inflacionaria”. Por otro lado, mencionó que “la inflación subyacente, aquella que excluye los bienes y servicios más volátiles, se ha mantenido estable en el tiempo. En marzo, el IPC registró una variación en doce meses del 11,1% y la inflación subyacente alcanzó el 10,8%”. No obstante, aseveró que, “al margen de estas elevadas cifras, una excelente noticia en términos del manejo de la política monetaria consiste en la convergencia de algunas de las mediciones de las expectativas de inflación a dos años a la meta inflacionaria”.
En cuanto a la actividad económica, el expresidente del ente rector manifestó que la economía chilena está “estancada”. Para ejemplificarlo detalló que la variación en doce meses del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero y febrero de 2023 alcanzó tasas de 0,1% y -0,5%, respectivamente, mientras que “la serie desestacionalizada del Producto Interno Bruto (PIB) trimestral exhibe una tasa de crecimiento anualizada negativa para los tres primeros trimestres de 2022 y un crecimiento cercano a cero para el último trimestre del año”.
De todos modos, resaltó que “es importante tener en cuenta que la desaceleración de la actividad económica chilena ha ocurrido a un ritmo menor al esperado. De hecho, debido al mejor desempeño económico observado a inicios de 2023, en su último Informe de Política Monetaria (marzo, 2023) el Banco Central de Chile decidió corregir al alza la proyección de crecimiento del PIB de este año, pasando de un rango de -1,75%/-0,75% a un rango de -0,5%/0,5%”.
Destacó que el menor ritmo de ajuste de la actividad se explica, entre otros factores, por la lenta corrección a la baja de los niveles de consumo privado alcanzados en los años previos. “Esto se vincula al desempeño relativamente sólido que ha mostrado el mercado laboral en términos de la tasa de desocupación y la recuperación de la fuerza laboral y el número de ocupados. No obstante, en los últimos meses hay ciertas señales respecto a un menor dinamismo del mercado laboral chileno: tendencia a la baja de los avisos laborales de internet, la brecha con los niveles tendenciales de los agregados laborales y el estancamiento del número de ocupados”.
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