Bitcoin, hamburguesas y grandes donantes de dinero: la criptoalianza de Trump

Bitcoin, hamburguesas y grandes donantes de dinero: la criptoalianza de Trump

El abrazo del expresidente a las monedas digitales está atrayendo el ferviente apoyo de un nicho que una vez despreció. Según Dennis Porter, director ejecutivo de Satoshi Action Fund, una organización sin fines de lucro que apoya el bitcoin, el hecho de contar con un posible defensor en la Casa Blanca ha revitalizado un sector a menudo enfrentado con el gobierno.




Donald Trump dio un giro la semana pasada para abrazar a un nicho de votantes que pocos habrían esperado que defendiera: las criptomonedas y los acaudalados inversores que las han convertido en su dominio.

El expresidente y antiguo escéptico del bitcoin, ayudó el lunes anterior a poner en marcha un nuevo negocio de criptomonedas con su familia. El miércoles, invitó a una ronda de hamburguesas a los clientes de un bar de Nueva York dedicado al bitcoin. Sus promesas de bloquear una moneda digital respaldada por la Reserva Federal y establecer una “reserva nacional estratégica de bitcoins” destacan en discursos que se apuntan sobre todo a cuestiones políticas centrales como la inmigración y el comercio.

Todo ello le ha valido el firme apoyo de un subgrupo cada vez mayor de votantes monotemáticos -y donantes adinerados- que afirman que el trato que el gobierno dé a la criptomoneda determinará su voto el día de las elecciones.

Según Dennis Porter, director ejecutivo de Satoshi Action Fund, una organización sin fines de lucro que apoya el bitcoin, el hecho de contar con un posible defensor en la Casa Blanca ha revitalizado un sector a menudo enfrentado con el gobierno.

“Este es un sector lleno de votantes cada vez más ricos e influyentes, y ahora hay alguien que quiere ser su voz”, comentó Porter. “Le van a dar votos y le van a dar dinero”, dijo.

Aunque todavía está por ver el valor de esos votos, el dinero ya ha demostrado ser útil.

Un respaldo general

Marc Andreessen y Ben Horowitz, cofundadores del inversor de riesgo Andreessen Horowitz, indicaron en un podcast en julio que apoyaban a Trump después de que él personalmente “reescribiera la plataforma del Comité Nacional Republicano” en lo que llamaron un “respaldo rotundo y general a todo el espacio”.

Cameron y Tyler Winklevoss, los multimillonarios fundadores del criptointercambio Gemini, se han unido a ellos en su apoyo. Manifestaron que apoyan a Trump porque es “probitcoin, procripto y proempresa”, y dieron a su campaña un US$ 1 millón cada uno en cripto. Las donaciones fueron parcialmente reembolsadas porque excedían los límites federales de contribución a la campaña. Jesse Powell, cofundador del criptointercambio Kraken, señaló que donó US$ 1 millón a la campaña de Trump y a un súper PAC pro Trump, la mayoría en tokens de ether, según su publicación en X y los archivos de la Comisión Federal de Elecciones.

Las contribuciones de los magnates de la tecnología son una rama de la creciente influencia de la campaña de la industria de las criptomonedas, cuya red de supercomités de acción política no partidistas ha acumulado un cofre de guerra de casi US$ 170 millones para gastar en el ciclo electoral de 2024. La campaña de Trump también ha recaudado millones de dólares en contribuciones hechas en criptomonedas.

Los profundos bolsillos de las criptodivisas suponen un giro con respecto a los dos últimos años, cuando estas y las empresas explotaron, creando un efecto cascada que hizo bajar aún más los precios. Los operadores habituales vieron cómo se esfumaban sus inversiones, y el Departamento de Justicia acusó de fraude a varios antiguos líderes del sector, enviando a algunos a prisión. Los precios de las criptomonedas han pasado por ciclos similares de auge y caída en años anteriores. En 2024, la cotización del bitcoin ha vuelto a alcanzar máximos históricos.

Hasta ahora, esta corriente no ha salpicado las elecciones presidenciales, sino que se ha centrado en las elecciones al Congreso. El impacto potencial en esas elecciones ha sido inmenso, ya que las empresas de criptomonedas constituyen casi la mitad de todas las contribuciones corporativas a los PAC no partidistas, según Public Citizen, un grupo sin fines de lucro de defensa del consumidor.

La campaña criptográfica de Trump se hace eco de otros candidatos presidenciales que se han dedicado a políticas fiscales específicas. Gran parte de la campaña de William Jennings Bryan en 1896 fue una protesta contra el patrón oro. Tras asumir el cargo, Franklin D. Roosevelt emitió una orden que restringía el uso privado del oro. La campaña de Ron Paul de 2008 arremetió contra la Reserva Federal.

El cortejo de las criptomonedas

La industria de las criptomonedas cortejó a Trump en una cena de recaudación de fondos celebrada en junio en San Francisco. Asistieron representantes de algunas de las mayores empresas de criptomonedas de EE.UU., como la bolsa Coinbase y la plataforma de pagos Ripple, así como los gemelos Winklevoss, a quienes Trump se refirió en broma como “supermodelos”.

En la cena, Trevor Traina -quien fue embajador en Austria durante la administración de Trump y ahora es un emprendedor cripto- subrayó que, si bien la mayoría de las principales empresas de Internet tenían su sede en Estados Unidos, muchas grandes empresas de criptomonedas tienen su sede en otros lugares debido a la hostilidad percibida del gobierno.

Traina preguntó si EE.UU. quería perderse una industria masiva. Trump respondió que eso sería terrible.

La conversación giró rápidamente en torno a la aversión compartida hacia el presidente de la Comisión del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), Gary Gensler, cuya agresiva agenda de aplicación de la ley le ha convertido en una especie de “hombre del saco” para las criptomonedas.

“Todos coincidimos en que Gensler es como en la película ‘Un lugar tranquilo’”, graficó Traina. “Si haces ruido, te demanda”, agregó.

Ese mes, Trump también recibió a una docena de ejecutivos del sector de la minería de bitcoins -que utiliza computadores para generar números aleatorios con la esperanza de desbloquear bitcoins nuevos- en su complejo de Mar-a-Lago. Entre refrescos y galletas de macadamia, Trump preguntó a los ejecutivos sobre las necesidades de consumo de energía de la minería de bitcoin y les comunicó que su campaña desarrollaría temas de conversación amistosos sobre la industria en los próximos meses.

“De hecho, declaró que nada le gustaría más que ver que todo el bitcoin que queda se extrae en Estados Unidos”, sostuvo Matthew Schultz, presidente ejecutivo de la minera de bitcoin CleanSpark, que asistió al evento.

Un vínculo con Wall Street

El abrazo de Trump a las criptomonedas ha encontrado su forma más pura en el nombramiento de Howard Lutnick, presidente y director ejecutivo de Cantor Fitzgerald, como copresidente de su equipo de transición. Al dar el puesto a su viejo amigo y recaudador de fondos Lutnick, Trump otorga al mayor animador de la industria criptográfica en Wall Street un papel potencialmente poderoso.

Antes del nombramiento de Lutnick, ambos hablaron en una conferencia sobre bitcoin realizada a finales de julio en Nashville, Tennessee.

“Las reglas serán escritas por personas que amen su industria, no que la odien”, aseguró Trump en su discurso.

Lutnick deleitó a la audiencia con la buena fe de Cantor en el sector de las criptomonedas, que ha impulsado desde 2020. La compañía ahora posee “un cobertizo de bitcoin”, dijo, y anunció que la compañía estaba abriendo una facilidad de US$ 2 mil millones para prestar contra la garantía de bitcoin.

Lutnick también ha vinculado a Cantor con Tether, una de las mayores y más rentables empresas de criptomonedas. El principal producto de Tether es la stablecoin más utilizada del mundo, también llamada tether, que funciona esencialmente como un dólar digital no regulado con US$ 19.000 millones en circulación. Cantor gestiona la cartera de valores del Tesoro estadounidense de tether.

Las promesas de Trump relacionadas con las criptomonedas suelen tener efectos directos sobre estos partidarios. Una “reserva nacional estratégica de bitcoin” como la que ha propuesto Trump, legitimaría el bitcoin como activo de reserva. Su promesa de bloquear una moneda digital emitida por la Reserva Federal podría mantener fuera del mercado a un poderoso competidor de Tether.

Algunos inversionistas y analistas consideran que la candidatura de Trump es positiva, en general, para los precios de las criptomonedas en general, incluso más allá de sus esfuerzos por atraer al público de las divisas digitales. Debido al hábito del candidato de hacer comentarios que parecen destinados a poner en peligro el statu quo, una presidencia de Trump es ampliamente considerada en Wall Street como probable que conduzca a una mayor volatilidad en todas las clases de activos, un entorno que ha sido bueno para el bitcoin en el pasado.

En la conferencia, Trump también reiteró su promesa de conmutar la pena de Ross Ulbricht. Utilizando el alias de “Dread Pirate Roberts”, creó y dirigió el mercado de drogas en línea Silk Road, alimentado por criptomonedas, antes de ser condenado a cadena perpetua por cargos federales de drogas y delitos informáticos.

No es fan del presidente de la SEC

Ahora bien, la promesa más popular de Trump sobre las criptomonedas es la de destituir a Gensler de la presidencia de la SEC.

En su podcast, que se grabó antes de la promesa de Trump, Andreessen y Horowitz se quejaron de que Gensler se ha negado a reunirse con ellos en varias ocasiones, a pesar de que su empresa se encuentra entre los mayores inversores en criptomonedas. Kraken, de Powell, se ha trenzado en un combate legal con el regulador, tras haber sido acusada por la agencia de infringir las leyes de valores y pagar por separado un acuerdo de US$ 30 millones a la SEC.

“Las leyes de valores de Estados Unidos han funcionado para proteger a los inversionistas durante 90 años, y no hay nada incompatible en el campo de las criptomonedas con estas leyes probadas por el tiempo”, comentó una representante de la SEC.

La promesa de Trump de despedir a Gensler en su primer día en el cargo fue recibida con un aplauso tan atronador y fuertes vítores de la audiencia en la conferencia de bitcoin, que repitió la promesa.

“No sabía que era tan impopular. Permítanme repetirlo”, señaló. “El primer día despediré a Gary Gensler”, reiteró.

“La criptografía es una de esas cosas que tenemos que hacer”, añadió.

La tendencia de Trump de entrelazar sus intereses empresariales y su carrera política también ha dado un giro criptográfico.

Trump ha lanzado y vendido cuatro colecciones de fichas no fungibles -la versión criptográfica de los cromos digitales- a sus seguidores desde 2022.

Su última empresa de criptomonedas, World Liberty Financial, se lanzó con mucha fanfarria el lunes pasado por la noche, a través de un livestream de dos horas con Trump y su familia en la plataforma X de Elon Musk.

El proyecto, que dice que quiere “hacer grandes a las criptomonedas y a Estados Unidos impulsando la adopción masiva de stablecoins y finanzas descentralizadas”, ha compartido pocos detalles sobre su mecánica hasta ahora. El equipo detrás del proyecto afirmó que vendería y distribuiría un token a los inversores ricos que cumplan con ciertos criterios de ingresos y patrimonio neto.

Trump, el llamado principal defensor de las criptomonedas de World Liberty, no se refirió directamente al proyecto durante su entrevista de 40 minutos en la retransmisión. Parte de su discurso se centró en un segundo aparente intento de asesinato frustrado el día anterior, cuando un pistolero fue detenido tras estar al acecho en el campo de golf de Mar-a-Lago. En ese momento, Trump estaba jugando al golf con Steve Witkoff, uno de los patrocinadores de World Liberty.

Cuando habló sobre la criptomoneda, Trump aseguró que sus hijos le abrieron los ojos más que cualquier otra cosa. Sus hijos Donald Jr. y Eric (”Embajadores Web3″ de World Liberty) llevan semanas bromeando con World Liberty y promocionando el poder de las finanzas descentralizadas en las redes sociales. Su hijo menor, Barron (”Chief DeFi Visionary” de World Liberty), también es un entusiasta, con hasta cuatro criptocarteras, o monederos digitales que permiten a los usuarios almacenar, gestionar y realizar transacciones con criptodivisas, dijo Trump.

Los comentarios del expresidente estaban en línea con su tendencia a pintar su aceptación de las criptomonedas a grandes rasgos.

“La cripto es una de esas cosas que tenemos que hacer”, sostuvo. “Nos guste o no, tenemos que hacerlo”, concluyó.

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