Boom de startup locales: Cómo Chile se convirtió en top 2 del emprendimiento mundial
El informe de competitividad mundial publicado ayer ubicó a Chile segundo a nivel mundial en actividad emprendedora en su etapa inicial. Justo, en una semana en que Betterfly se convirtió en la insurtech chilena con mayor valoración en nuestro continente gracias a una ronda de inversión “Serie B” que le permitió recaudar US$60 millones. ¿Qué explica este boom que está teniendo el ecosistema de emprendimiento chileno? Expertos analizan el panorama de las startup, su potencial de crecimiento en plena crisis y cómo están viendo los inversionistas el mercado de América Latina.
Podríamos decir que en los últimos 20 años Chile ha tenido dos grandes oleadas de creación de startups, principalmente de foco tecnológico y con la cabeza puesta en ventas regionales o globales. Una de ellas ocurrió a fines de siglo pasado y a principios de este, dado por el boom de las “puntocom”. De aquel tiempo quedan pocas. Quizá una de las más conocidas en Chile es Mapcity y a nivel regional, Mercado Libre. El cómo reventó la “burbuja” de ese mundo en el primer semestre del 2000 es otra historia.
La segunda oleada comenzó de forma más tímida, una década más tarde, con la creación de Start-Up Chile el 2010, una especie de spin off de Corfo para acelerar empresas, que al principio convocó emprendimientos de más de 20 países. Esto puso a nuestro país en el mapa de los emprendedores de todo el orbe y en el ojo de capitales de riesgo internacionales. La masificación y baja de precios de la tecnología (apps, cloud computing, redes de telefonía, etc.) fue el mejor aliciente para el lanzamiento de cientos de startups chilenas que empezaron a pensar más allá de las fronteras. Además, Latinoamérica empieza a considerarse como un terreno fértil y poco explorado para los venture capital (VC). Surge en la región Rappi y crece Mercado Libre. En 2019 Softbank pisa América Latina con US$5.000 millones en el bolsillo.
Es justamente en esta década donde empiezan a surgir algunos íconos chilenos, como Cornershop o NotCo. No sólo son globales, sino que están en la mira de gigantes como Walmart, Uber o Jeff Bezos (Ceo de Amazon). En los últimos años se hace cotidiano cómo diversas startups chilenas que operan en varios países levantan rondas de inversión Serie A, B o de otro tipo. En Chile surgen varios fondos y los family offices se empiezan a entusiasmar. Más emprendedores se animan, como si la pandemia, el estallido social o los temas políticos y económicos, fueran sólo una valla más que saltar. En este caldo de cultivo, esta semana apareció otro ícono local: Betterfly. Con un anuncio en una pantalla gigante de Time Square (Nueva York), la empresa fundada por los hermanos Eduardo y Cristóbal Della Maggiora recibió US$60 millones en ronda de inversión Serie B (el mayor monto de una startup chilena en esa etapa), valorizándose en US$300 millones.
Toda esta historia es clave para tratar de entender el tercer boom que están viviendo las startups chilenas en este momento. Si bien el Informe de Competitividad Global (IMD) ubicó a nuestro país en el lugar 44 a nivel mundial, cayendo 6 puntos, la actividad emprendedora chilena en su etapa inicial, se posicionó segunda a nivel global. ¿Cuáles son las razones de esta nueva alza en el ecosistema de startups?
Para Hernán Cheyre, director del Centro de Investigación Empresa y Sociedad, CIES, de la Universidad del Desarrollo, el “caso de Betterfly, sumado al de NotCo, muestra que la capacidad emprendedora en Chile es alta y que perfectamente se puede lograr tener emprendimientos de escala global habiendo empezado en Chile. Muchas personas dicen que no se puede, pero las tecnologías digitales permiten desafiar a operadores que están en cualquier mercado, y en Chile hay buena capacidad para eso”, dice el exvicepresidente ejecutivo de Corfo, bajo cuyo mandato se creó Start-Up Chile.
Sobre el impacto de la crisis sanitaria, Cheyre es claro y admite que “la pandemia más que nunca crea las condiciones para que nuevos emprendimientos tengan mucha fuerza. Ahora se necesitan soluciones innovadoras a los problemas, por lo tanto, creo que el campo está más abierto para que haya nuevos emprendimientos, porque hay nuevas necesidades que resolver”.
Magdalena Guzmán, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Venture Capital (ACVC), recalca que crecimientos como el de Betterfly “se darán más seguido y nos vamos a ir sorprendiendo mes a mes con estas noticias. Estos emprendimientos están atrayendo a inversionistas extranjeros de talla mundial como lo es Softbank, lo que es súper relevante, porque se trata del fondo más grande a nivel mundial. Esto se da porque en Chile existe un talento súper desarrollado, de buena calidad y ha demostrado que está preparado para hacer disrupción en la industria que ha sido por años súper tradicional”.
Por su parte, Roberto Camhi, emprendedor y fundador de Mapcity, reconoce que el caso de Betterfly le llamó la atención de forma muy positiva. “Políglota, NotCo, Cornershop, Betterfly, han hecho levantamientos de capital que ya no son en los modelos de los VC chilenos, de 200 o 500 mil dólares, sino que ya están en rondas serie A o B sobre 3, 4, 5, 10 millones de dólares o más. Eso te cambia totalmente el escenario de escalabilidad, de aceleración y de potencial de crecimiento global. Yo creo que hay un efecto contagio que es súper positivo y que hace muy bien”, señala el autor del libro “Piensa al revés”.
En relación a las consecuencias de la pandemia en el desarrollo de las startup, Camhi indica que “no las he visto frenarse, porque además cuando hablamos de estos potenciales unicornios, normalmente todos tienen algún elemento o alguna base tecnológica. Siento que la pandemia está afectando a los que no están subiéndose al carro, los que no están digitales”.
Mariana Poblete, gerente selección y crecimiento de Endeavor, coincide en que el gran paso de Betterfly servirá para abrir nuevas puertas: “El país se encuentra ante una ventana de oportunidades únicas que no podemos desaprovechar, y la única manera de capturarlas es acelerando. Que este punto de inflexión nos permita avanzar en los principales desafíos que hoy aquejan al ecosistema”.
Asegura que las empresas chilenas “tienen muy buena reputación en el extranjero (…) Por otra parte, la eliminación de barreras geográficas que se ha generado producto de la pandemia, ha hecho más accesible la internacionalización y la llegada a nuevos mercados generando una movilidad regional y global destacable. Hoy más que nunca vemos emprendedores de Chile y de Latinoamérica levantando capital o entrando a mercados relevantes, lo que se complementa con fondos de inversión de clase mundial que han puesto el ojo en Latinoamérica”.
Más apoyo
Uno de los organismos íntimamente ligados a los emprendimientos es Corfo. De hecho, fue a través de esa entidad que Betterfly logró levantar $85 millones, que fueron el primer paso para iniciar su crecimiento.
Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de esta entidad estatal, explica que “traer talentos de afuera también ha hecho subir la vara y ponernos más exigentes con los nuevos emprendedores de Chile, que hoy no tienen límites para emprender, y eso es positivo. Saben que si quieren ser competitivos tienen que competir con los mejores talentos del mundo y eso es lo que hace Startup Chile, que es un subsidio abierto para emprendimientos con alto contenido tecnológico”.
Al respecto, Cheyre cree que lo importante para que sigan surgiendo estas grandes apuestas es alivianar la carga regulatoria para quienes están empezando un emprendimiento, “pero además, una palanca importante es lograr que la industria de capital de riesgo dentro del país esté más dispuesta a invertir en estos emprendimientos nacionales que tienen potencial”.
Guzmán va más allá y cree que la región completa está pasando por su mejor momento. “Los ojos de estos inversionistas grandes están puestos acá, un mercado muy atractivo y poco explorado. Reunimos a una cantidad de habitantes de más de 600 millones, que tiene problemáticas específicas y con soluciones súper escalables dentro de este mismo mercado, por lo tanto, esto hace a las startup más accesibles, porque poner capital en un emprendimiento de la región es mucho más fácil que poner en una startup de Silicon Valley”, explica.
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