Casen 2022: participación laboral de sectores de mayores ingresos triplica a los de menores recursos

La semana pasada se conocieron los datos que reveló la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen 2022). Y si bien las noticias fueron positivas, puesto que la pobreza por ingresos se redujo a 6,5% de la población, llegando a niveles históricamente bajos, los sectores de menores ingresos tuvieron un fuerte apoyo estatal para sortear los efectos de la pobreza.

Según la Casen, elaborada por el Ministerio de Desarrollo Social, en 2022, la tasa de participación y la tasa de ocupación en Chile se situaron en 62,3% y 56,9%, respectivamente, incrementándose en 2,9 y 2,1 puntos porcentuales (pp) respecto a 2017.

Sin embargo, de acuerdo con un informe de Libertad y Desarrollo (LyD), que analizó la base de datos de la Casen, la trayectoria difiere por nivel de ingreso. En 2022, el primer decil (decil I) -el 10% de menores ingresos- presentó una participación de 30,1% y una ocupación de 19,3%, reduciéndose en 3,3 y 4,4 pp, respectivamente, con respecto a 2017. “Dichas tasas son las más bajas desde que se tienen datos para este decil”, sostiene el informe.

En el otro extremo, en el décimo decil (decil X) -el 10% de mayores ingresos-, la tasa de participación y de ocupación fueron de 85,7% y 84,1%, respectivamente, en 2022, es decir, casi el triple que el decil I en participación y más de cuatro veces que el decil I en ocupación. A diferencia del decil I, el decil X reporta un alza de 6,9 y 7,1 pp. en participación y ocupación, respectivamente, por lo que las brechas entre deciles se exacerbaron entre 2017 y 2022.

Por su parte, el análisis resalta que la tasa de desocupación pasó de 7,9% en 2017 a 8,6% en 2022, donde la trayectoria también difiere por nivel de ingreso. En el decil I hubo una fuerte alza del desempleo en 2022 y se situó en 36%, lo que corresponde a un aumento de 7 pp con respecto a 2017. Mientras que el decil X exhibe un descenso de 0,5 pp en ese mismo período, registrando una tasa de 1,8% en 2022, considerablemente menor a la del decil I, exacerbándose de igual manera las brechas entre deciles.